Tres
Era de mañana y aunque Naruto no estaba acostumbrado a levantarse temprano, por alguna razón despertó con mucha energía.
Antes de salir con rumbo a la puerta de salida de la aldea, comió un ramen instantáneo que guardaba en su alacena. A los pocos minutos ya se encontraba de camino al mencionado lugar.
Si bien era bastante temprano, las calles ya comenzaban a llenarse de gente que hacia sus labores cotidianas, y la aldea de la hoja parecía llenarse de cotidianidad.
La grande sonrisa iluminaba el lugar donde pasaba, por lo que varios de sus compañeros ninja, se percataron de ello.
- Oye Naruto, ¿Vas a alguna parte? - Sakura lo interceptó en la florería de Ino - ¿Acaso tines alguna misión?
- Oh Sakura-chan - Naruto parecía distraído, más de lo usual - Tengo una misión muy importante.
- Bien, espero que todo salga bien - Sakura tenía en sus manos un ramo de flores amarillas - Cambiando de tema, ¿Sabes donde estará Sasuke-Kun?
- Ohhhh... - El rubio puso sus manos atrás de su cabeza, sin saber que responder - El... el irá a la misión conmigo.
- ¿Que? - La chica entristeció - ¿Pero cuanto tiempo estarán fuera?
- Lo siento, debo irme... - El ojí-azul salió corriendo, al darse cuenta de que ya era muy tarde, y no quería dejar a Sasuke esperando - te veré luego.
La chica no supo que hacer y simplemente se dio la vuelta, esperando que pasara el tiempo para verle.
**********
- ¿Por que tardará tanto? - el desesperado azabache esperaba a Naruto en la puerta - ¿No puede llegar a tiempo?
- ¡Sasuke! - el oji-azul llegó corriendo a la salida de Konoha — Lamento la tardanza, me he encontrado con Sakura-chan.
Sasuke tembló un poco solo de escuchar aquél nombre.
— Ella está realmente interesada en ti, yo creo que deberías...
— No me importa — Sasuke lo interrumpió, sin mostrar ningún tipo de sentimiento — Muévete, se nos hace tarde.
El Anbu comenzó a correr en dirección a la aldea de la arena, sin querer pronunciar palabra. En su mente se reprochó los pensamientos de la noche anterior, ya que dentro de sí, esperaba que algunas de esas ilusiones con el rubio se hicieran realidad.
En cambio, comprendió que Naruto siempre había estado interesado en la pelirosa. Era de esperarse.
Mientras avanzaban, Sasuke sintió que alguien los seguía. Decidió que no era normal. Se detuvo en una rama de árbol.
— ¿Que es lo que te pasa? — Preguntó el rubio — Haz estado muy raro...
— Shht — Sasuke buscaba con su Sharingan, pero no había nadie — Hay alguien que nos viene siguiendo desde hace un rato.
Naruto también buscaba algún tipo de indicio de su seguidores, sin embargo, ni lograron encontrar a nadie.
— ¿Crees que debamos informarle a Lady Tsunade de esto? — Naruto no sabía si realmente alguien los había seguido.
— No — Sasuke siempre confío en sus instintos, pero esta vez había algo que le decía que estaba equivocado — Tal vez sólo haya sido mi imaginación, no falta mucho para llegar a la aldea de la arena, será mejor que avancemos.
Sin esperar respuesta alguna, el pelinegro siguió su camino, con la sensación de que había algo que no se alejaba de ellos.
Después de un largo trayecto, Naruto decidió que debían detenerse a comer algo, pues era casi medio día.
— Sasuke, yo buscaré agua, por favor, saca la comida — Naruto se enfoco en su tarea, que no vió que el pelinegro lo veía de manera triste.
Mientras el oji-azul se alejaba, el azabache se sentó a descansar. Después de unos minutos, se tiró al suelo, y se quedó observando al cielo.
En su cabeza, resonaba la voz de Naruto, como si de una canción se tratara. ¿Por que ese chico era tan difícil de olvidar?
Por un momento llegó a la conclusión de que era su compañía la que hacía que pensara en él todo el tiempo, pero después se dió cuenta de que, si no estuviera a su lado, lo pensaría el doble.
Eran ese tipo de pensamientos los que hacían que el pelinegro se sonrojara, y que su cuerpo lentamente se pusiera caliente.
Mientras más pensaba en como era Naruto, tenía más ganas de tenerlo cerca.
— ¿Quieres comer ya? — La voz del rubio sacó a Sasuke de sus pensamientos — Creo que necesitas descansar, si quieres puedes dormir un rato mientras yo te cubro.
El del Sharingan no era ese tipo de ninja que se la pasaba durmiendo en sus misiones, y por ese motivo, estuvo muy cerca de negarse al ofrecimiento de su compañero, sin embargo, era una oferta que podría beneficiarlo, por un lado creyó que con un poco de descanso, su mente se liberaría y dejaría de tener los pensamientos hacia el oji-azul, pero por otro lado, dormir solamente provocaría estar más tiempo al lado de Naruto. Y por cualquier lado que se le viera, en ambos casos tendría una pequeña ganancia. Después de reflexionar un poco, decidió aceptar la propuesta del rubio.
—¿De verdad no te molestaría dejarme dormir un rato? — Sasuke parecía estar apenado — Creo que si necesito dormir un poco.
— ¡Claro que no me molesta! — En el chico no había duda alguna — Además todavía falta un largo tramo para que lleguemos, y no te ves muy bien.
—Gracias — Dijo bajito, mientras cerraba los ojos.
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