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6.- El diablo y el dragón

—Barrio Francés - New York.

El ventanal de una panadería en aquel elegante barrio era destrozada desde el interior, escupiendo una caja registradora, ya vacía, hacia la calle, azotando en seco entre el eco de provocado en toda la calle. Mientras las alarmas de emergencia sonaban en el interior de la misma, dos hombres vestidos como aquellos caricaturizados ladrones de antaño salían con bolsas de dinero y panes en ambas manos, riendo maliciosamente al no ver policías, o alguien dispuesto a hacer lo correcto, a su alrededor, viéndose ya triunfantes sobre su atraco. El primero iluminó con su lámpara el camino y los alrededores, prendiendo y apagando la misma en una especie de patrón, patrón que ordenó a los otros dos ladrones avanzar con rapidez hacia las calles, sin percatarse de que, en las alturas sobre ellos, una "demoníaca" figura los observaba, esperando que se fueran para así empezar con su "cacería". Cual cazador, Daredevil brincaba de edificio en edificio, siguiéndole el paso a los criminales mientras que la luna bañaba su traje café y amarillo, dejando relucir con elegancia la doble d roja en su pecho. De un salto atlético, Daredevil sujeto la cuerda de un tendedero y se columpio hasta los malhechores, embistiendo al primero con ambas piernas al frente.

—¿Quién sigue?— pregunto mientras portaba ya en sus manos ambos bastones

—¡Mierda, es Daredevil!— grito el segundo ladrón, dejando caer las bolsas y sacando el filo de su navaja para tratar de picar con esta al diablo guardian; en un acrobático acto, Daredevil dio un gran salto y le lanzó un bastón al tercer ladrón que había emprendido la huida y sin dejar de prestarle atención al segundo ladrón, Daredevil uso el impulso de caída tras su brinco para patear la mano del ladrón que portaba la navaja, logrando así escuchar un fuerte crujido —¡Argh! ¡Me rompiste la maldita muñeca!

—Y apenas empiezo— añadió Daredevil, sujetando al ladrón de la camisa, solo para después lanzarlo hacia el primer ladrón, que ya se reincorporaba —Vas tú— declaró tras señalar al último ladrón, que sólo estaba armado con su lámpara

Este último dejó caer la lámpara y su botín, solamente arrodillandose lentamente tras ver acercarse a Daredevil, quien lo observo mientras esté, temeroso, se entregaba; la noche siguió su curso y dejó a la vista ya a los tres maleantes atados y con sus botines al frente en señal de advertencia a otros ladrones y tesoro a entregar cuando los policías llegarán. Daredevil sólo aspiro ante el fresco aroma de pan recién hecho en aquel barrio, esbozando una sonrisa ante su recién comenzada jornada heroica, al menos hasta que un aro de chispeante energía naranja se formó detrás de él y dejó salir a dos ya bien conocidos héroes para Daredevil.

—Imagino que no vienen a darme una mano con ellos ¿Verdad?— pregunto Daredevil, girandose hacia atrás para ver de frente a Black Knight y Doctor Strange

—Está noche no, Daredevil— explicó Black Knight, mientras veía atento a los malhechores ya atados —, además tienes bien controlada la situación.

—Necesitamos que vengas con nosotros, Daredevil— pidió Doctor Strange, a lo que entre una noble sonrisa, y tras haber oído ya las sirenas de policía, Daredevil asintió y se dirigió hacia el portal

—Sanctum Sanctorum.

—¿Fantasma vivo? ¿Cuando el hombre ciego vea?— preguntaba Daredevil tras pasar sus dedos sobre puntos brillantes que Doctor Strange había generado para darle acceso a la lectura del libro de Hitorah —. Suena muy rebuscado pero muy...

—¿Preciso?— pregunto Dane, mientras se quitaba el casco y lo dejaba sobre un caldero

—Exacto— contestó Daredevil, cerrando  de golpe el libro

—Lo es, lo que significa que en las montañas Kolchadhaz habrá algo de nuestro interés— señaló Doctor Strange mientras tomaba el casco de Dane y se lo devolvía —. Por favor, Whitman, no pongas tu casco sobre el pensadero de morfosos

«Morfosos. Creo, creo que he oído eso antes»

—Lo siento, Strange— se disculpo el caballero

—Un dragón, una misteriosa entidad— se repetía Daredevil, pensante ante tal situación —. Admito que es casi que una guía que nos dice que vayamos a las Montañas Kolchadhaz, pero ¿Qué tan bueno sería hacer caso a esto? Quiero decir, más adelante se habla de que las estrellas van a extinguirse y que un largo velo de oscuridad se tragara a todos— explico con calma Daredevil, mientras de quitaba la máscara y dejaba a la vista su rostro —¿Qué tan bueno sería seguir la profecia, exactamente?

—Matt tiene un punto Strange— señaló Dane —¿Y si la seguimos y solo desatamos un mal peor que Brutaal?

«Y si no lo hacemos ¿Y todo termina en muerte y penumbra?»

—Y si no la seguimos ¿Y todos morimos y ya?— pregunto Strange mientras flotaba alrededor de su salón —¿Alguno de ustedes caballeros esta dispuesto a tener eso en la consciencia mientras todo muere lentamente?

—Quiero creer que todas las señales han sido por algo, el sueño con la puerta púrpura y Brutaal, la chica india en el desierto ¡Todo!— decía con firmeza Dane, mientras señalaba hacia arriba

—Espera, espera ¿Naru?— pregunto incrédulo Strange, mientras se acercaba a Dane, atravesando todo —¿¡Has visto a Naru!?

—¿Naru?— pregunto extrañado Dane, poco antes de ver a Strange llamar al libro de Hitorah, que voló hasta sus manos; solo para abrirlo de par en par en una hoja que pareció ser al azar

—La leyenda cuenta de una joven komanche que tras ver al ave de trueno en el cielo, vio su llamado— explicaba Strange, mientras leía —. Defendió a su aldea de un demonio feral caído de las estrellas y cuando falleció, el ave de trueno vino por ella en lugar de la muerte, y desde entonces, guía a aquellos puros de corazón que lo necesitan...

—Me llevo hasta una roca en medio del desierto, donde había varios grabados navajos en ella, uno de esos, en la cima, era un dibujo de la puerta púrpura— explicó Dane, logrando extrañar a los dos héroes

—Esa puerta es peculiar— inició Daredevil, mientras se llevaba la mano al mentón —, hace unos días alze la mirada y en el oscuro cielo, veía a esa puerta ardiente en las estrellas...

—Eso es interesante— decía Strange —, anomalía mágica o cósmica, sea lo que sea tal vez esté ligada a esa entidad que Brutaal y su amo buscan...

—O tal vez la quiera para dejar salir a su amo— explico Matt, a la par que se acercaba a la ventana —, es un riesgo...

—Tomarlo o no costaría vidas— expreso con seriedad Strange

—Brutaal va a volver, y no quiero esperar a un milagro que lo derrote y luego cuando venga su amo, no podamos hacer nada— decía Dane, mostrándose decidido —¡Me niego a ver morir todo por que no hice nada!

—Creo que entonces la decisión está tomada— declaró Matt, colocándose la máscara —¿No, caballeros?

«Hay riesgos, que vale la pena correr»

—Espacio profundo.

La nave armada y tripulada por tropas de A.R.M.O.R llegaba a la orbita cercana a la puerta púrpura, notando con temor el panorama. Más y más naves flotaban a la deriva en las cercanías a la misma; de razas y formas conocidas, tanto desconocidas y con formas indescriptibles para el alcance humano. Alrededor de este "punto muerto", las estrellas parecían apagarse más y más, planetas se encontraban secos y una enorme mancha negra se esparcia poco a poco en el cosmos, con la puerta púrpura centrada en el todo de este relato. Dentro de la nave de A.R.M.O.R, su tripulación se encontraba en un sepulcral silencio ante la situación; temblando de pies a cabeza, atentos con preocupación a su alrededor y con el corazón al borde del colapso mientras se iban acercando poco a poco hasta la llamada puerta púrpura.

—Haciendo contacto— decía el capitán, viendo como de una esquina, la energía de la puerta parecía salpicar, como si de agua se tratase y algo hubiera entrado, o salido, se golpe

—¿Capitan?

—N-No es nada, continúen el internamiento— declaró el Capitan de aquella nave, mientras que la nave se acercaba lentamente de lado hacia la puerta púrpura

Un silencio de tumba hubo por unos segundos, suficiente como para que todos en su interior lo escucharan, eran pasos. Mas no simples y calmados paso, rápidos y violentos, no con prisa sino con una clase desesperación; estos pasos recorrían de un lado a otro la nave por fuera, llenando de terror a los tripulantes que sin premura, tomaron armas de todos calibres y apuntaron a donde el sonido pasaba, solo poco antes de escuchar algo nuevo, y escalofriante; entre fuertes e imposibles gorgoteos, y un ronco rugir se hicieron presentes, no eran palabras, no eran gruñidos. Eran cortas risas cuyo dueño, apenas pareció percatarse de que era escuchado con gran atención, aumento su volumen y las transformó en algo más. Ahora eran un animalesco intento de carcajadas acompañantes del sonido del metal siendo rasgado, y toda alarma posible sonando.

—Área de excavación - las Afueras de New York.

Frente a dicha roca, un portal se abrió y dejó salir a los tres héroes que, a excepción de Daredevil, admiraron la roca en medio de la nada y miraron a su alrededor tras cerrarse el portal, notando que en efecto, no había nada más que dicha roca y la cercana excavación a un kilómetro de distancia.

—Aquí es, caballeros— decía Black Knight, tras señalar hacia la roca con la punta de su espada

«Algo no se ve bien»

—Interesante— susurro Doctor Strange, avanzando hacia la misma y "pasando" sus dedos por sobre de esta —Esta tal y como la recuerdas ¿Cierto?

—No— dijo a secas Black Knight, acercándose a la roca —. Había otro dibujo, había un lobo plateado y más símbolos, pero ahora...

«¿Por qué cambió? Algo no está bien, pero ¿Está mal lo que está bien? ¿O está bien en realidad?»

Aunque aquella roca aún mostraba en la cima la puerta púrpura dibujada a trazos simples y el murciélago verde, ahora también había otros dibujos más; primero, y de manera llamativa había un relámpago naranja dentro de un círculo, a un lado había una rata, o lo que se le parecía a rasgos simples, a color rosa, ambos acompañando al murciélago verde y estando bajo la puerta púrpura. Dane vio con extrañeza como en donde parecía haber habido más dibujos, no había más que un pulido tan fino en la roca que parecía un espejo, mostrándoles su reflejo. Black Knight sólo suspiro y se alejo de la misma, suspirando con molestia mientras veía la interminable arena, y la lejana ciudad de New York más allá de las montañas.

—Estamos cerca de las montañas kolchadhaz— declaró Doctor Strange, con una confiada sonrisa —, haré un conjuro para detectar el camino y nos llevaré dentro

—O mejor aún, busca caminos sin rastros de magia— sugirió Daredevil, mientras posaba su mano sobre el hombro de Strange; aquellas palabras de Daredevil llamó a la curiosidad de ambos héroes —. Estamos buscando algo tan antiguo, que es más viejo que el primer hechicero supremo ¿Debería haber un par de trucos o no?

—Un depurador de encantos— contestó Doctor Strange con una sonrisa —. Estas lleno de sorpresas Matt Murdock— declaró Strange mientras hacía conjuros y generaba energía alrededor de sus muñecas

—Qué le digo, Doctor, no todo en mi es amor y violencia— añadió Daredevil, con el rostro al frente

—¿Encontraste algo?— pregunto con gran intriga Black Knight, buscando a vista propia entre las montañas

—De hecho si, Dane, veo al menos tres caminos carentes de magia, y todos convergen en uno más en lo profundo de las montañas— explicó Strange, intentando ver más allá, pero esto le fue en vano —. No veo nada más, o no me lo permiten, debe ser ahí donde se esconde aquel dragón y la entidad.

—Y si es que sigue vivo— añadió Black Knight, empuñando en alto su espada

—Y si es un dragón honorable, yo abogare por nosotros— finalizó con una calmada sonrisa Daredevil, mientras atravesaba a Doctor Strange para seguir su camino hacia las montañas

—Las afueras de New York.

Jyn llegaba a su hogar durante el ocaso, viendo con una sonrisa su victoriano hogar, mismo que compartía con Dane, aquel pensamiento aumento mucho más su sonrisa. Jyn cerró la puerta de su auto, mismo que había usado Dane para ir a ver a Doctor Strange hace unas horas, y se dirigió con una cantidad abismal de nervios, solo comparable con la cantidad que Dane sentía cada vez que un nuevo villano amenazaba con destruir el mundo o a los que amaba. La joven abrió la puerta y entró a la casa; dejó las bolsas de plástico en el suelo de la entrada y cerró la puerta detrás de ella, únicamente buscando una caja de entre todas las compras, una blanca caja de rectangular, y delgado, cartón. Jyn se quito el turbante que usaba para la excavación y tras sacudirlo, además de dejar caer arena y rocas, lo dejo sobre un mueble y siguio su camino con caja en mano; subió lentamente las escaleras, acelerada en su interior y con una sensación de preocupación pura en su corazón conforme más y más se acercaba al baño en el piso de arriba. Jyn llegó a su destino, y tras pasar junto a la cama que compartía con su pareja, está dejó caer el chaleco marrón que llevaba puesto, solo dejándose los vaqueros y su camisa de color gris azulado antes de entrar al baño.

—Acabemos con esto de una vez— dijo Jyn para su reflejo, tomando aire a profundidad y abriendo la caja, solo para sacar su contenido y así llegar siguiente paso. La castaña desabrocho su cinturón y dejó que sus pantalones, que le quedaban flojos, cayeran de golpe al suelo, entre el ruidoso tintineo de su ebilla; aquello dejó a la vista sus blancas piernas y unos calzoncillos color negro con una especie de engrane dentro de un círculo, ambos color blanco y grabados en el centro de sus calzoncillos; acto seguido la joven tomó ambos bordes de su calzoncillo y tiro de él, dejando a la vista intimidad cubierta por una tenue capa de bello, solo para así sentarse con rapidez en la taza y posar aquel dispositivo con similitud a un marcador blanco debajo de ella. Un par de minutos que se volvieron eternos pasaron, y tras haber dejado que este "marcador" fuera levemente bañado por su orina, Jyn lo sacó y sacudió para así ver con una montaña rusa de emociones aquel marcador en el extremo opuesto de la prueba. Ella sentía miedo, nervios, arrepentimiento y emoción, todo al mismo tiempo mientras que poco a poco la prueba iba dejando a la luz su resultado —Positivo...— declaró Jyn, dejando caer la prueba de embarazo mientras se llevaba las manos a la cabeza. Estaba en shock, no podía responder, y mucho menos, podía observar la "estrella fugaz" que era visible desde su ventana, y parecía aproximarse cada vez más y más. Pero no era nada parecido a una estrella fugaz.

—El Hueco, base de A.R.M.O.R.

De un lado a otro, los agentes de A.R.M.O.R corrían despavoridos ante el temor que tal situación les causaba. En menos de veinticuatro horas, su nave volvía sin alguna señal de vida, pero con un ingreso controlado; segundo la base de datos, esta caería exitosamente fuera de New York, sin ningún herido, pero si cerca de una casa, una casa solitaria en las afueras de la ciudad, pero con dos residentes de los cuales, Jyn Hardy, se encontraba presente.

—¿Tiempo para el aterrizaje, Simmons?— pregunto Machine Man, mientras veía con tenue temor como la nave que él mismo había enviado regresaba poco a poco

—Máximo una hora, Director Stack— confesó con dolencia Simmons, pues si bien les iba y esta nave no se estrellaba directamente con la casa, la misma podría traer algo dañino desde la puerta púrpura hasta la tierra

—Quiero agentes en esa residencia ¡Ahora!— ordenó Machine Man, acariciando con preocupación a Lockjaw, quien solo movía la cola emocionado y alegre de los mimos de su amo

—Montañas Kolchadhaz.

Tras al menos una hora de bajar entre los profundos túneles bajo la montaña, poco a poco los héroes pudieron ver atentos como la misma empezaba a envellecer sus pasillos, como si cuanto más profundo estuvieran, más detalle tenían los túneles; tras el paso que llevaban, y los metros de profundidad, los héroes pudieron dislumbrar poco a poco distintos garabatos y diseños de pinturas rupestres de múltiples culturas y razas. Tras el pasar de varios minutos, los héroes llegaron a una especie de sala trabajada por manos inteligentes, pues había una atisbo de puertas repartidas por todo el lugar, con significativos símbolos en el marco de estas; la primera, y de la cual un rastro de sangre seca hace años emergía, tenía una pirámide azteca tallada; el segundo tenía una runa nórdica en la cima, con una débil neblina que parecía emanar relámpagos fugaces en la lejanía hasta donde alcanzaba la vista. En cuanto al resto de los cuartos, no había símbolo reconocible para los héroes, ninguno más allá de un símbolo casi idéntico al kanji del amor y de un dragón tallado con un diseño de gran simpleza. Todos se decidieron por entrar al que portaba un dragón, por obvias razones, siguiendo otros diez minutos hasta llegar a un lugar que los dejó atónitos.

«Esto es imposible...»

Entre secos pasos, que se iban perdiendo en cuanto se atenuaban frente al tamaño de aquella cámara, la triada de héroes se lo encontró a él, durmiente. Acurrucado en sus seis propias extremidades reposaba él; su simple exhalar de sus fosas, y el espeso vapor negro que las acompañaba, era de imponerse para héroes tales que había visto, o no, males tan temibles como Nightmare, las más retorcidas ilusiones de Mysterio, y más recientemente, Brutaal. La criatura usaba sus extremidades más grandes para envolverse cuál sábana, mientras que parecía hacer un círculo protector a su alrededor, esto al ser su cola larga y con puas en la superficie de sus escamas, simple y meramente, la leyenda era cierta, y en esta cámara, tan antigua como las montañas, un dragón de negras escamas como la noche dormía frente a lo que ellos creían, era un puerta tallada al otro lado de la cámara, con este dragón de medias.

—Así que es cierto— inicio Doctor Strange, rompiendo tajante el silencio —, fuera de New York, todos este tiempo, la leyenda de las montañas Kolchadhaz es real...

«Kolchadhaz. Es un nombre raro»

—Doctor ¿Si este es el dragón...?— pregunto Daredevil, tras tomar sus bastones con lentitud y calma —¿Ve algo referente a un cuervo o a esa Entidad?— añadió, concentrándose para tratar de sentir algo a su alrededor, mas pronto obtuvo tal respuesta —Todos guarden silencio— pidio Daredevil, mientras se giraba hacia los lados

«Un nombre raro, que no recuerdo haber oído»

—Sucede algo ¿Daredevil?— pregunto Black Knight, empuñando su espada hacia su alrededor, notando con nerviosismo la lenta reacción de Daredevil, pues trataba de detectar a ese "algo"

—Algo nos acompaña a los cuatro— explicó Daredevil, poco antes de que aquel acompañante se delatara tras dar un paso en seco y deslizar su pie por las rocas —. Y sabe que sabemos.

«Tres héroes y el potencial escenario de luego pelear contra un dragón, sin duda ese alguien que ande por ahí, no es para nada listo»

Entre un arranque sin meditación alguna de entre las sombras y rocas salió disparado este ser hacia ellos tras un largo brinco. Entre una lengua inentendible para los héroes este les gritaba, como si estuviera tratando de hacer dos cosas, amenazar o advertir. Aquel ser de moribundo aspecto fue detenido en el aire por los hechizos de Doctor Strange, dejando a la vista su aspecto tras Black Knight alzar un palo y encenderlo apenas dio un corte a la rica y está soltó una chispa; como si de un zombie salido de la creación de Romero se tratara, este ser lucía muerto en vida, tratando de alcanzar a los héroes y mientras les hablaba entre un fonéticamente alto dialecto, que se expresaba con violencia; aunque entre su habla y aspecto, no fueron capaces de dar una dado mayor a la de su vestuario, lo cual confundió por unos segundos a Black Knight. Aquel no muerto vestía con una incluso escalofriante simaridad al Capitán América, pensando todos por unos segundos que este era el desaparecido Steve Rogers. Su traje era idéntico en casi su totalidad al de Steve Rogers, salvo que aquellas telas azules habían sido reemplazadas por un verde tenuemente azulado; resaltando en él, además de su aspecto putrefacto y el color de su traje, una corona mesoamericana de oro, con enormes pendientes prehispánicos a ambos lseo de la cabeza y con un grabado de cactus en la frente, que compartía en el pecho cuál emblema. Este ser de pesadilla, no hizo más que callar a los héroes de golpe, y hacer al dragón removerse aún acurrucado en sí mismo. Mas este no dejaba de gritar y gruñir en su lengua.

—Haber creo que ya escuché a un loco hablando en lenguas por suficiente tiempo— declaró Doctor Strange, tras mover ambas manos y crear un hechizo de traducción

—¡...enemigos del tlatoani, temer!— continuaba entre gritos, con una ronca y rasposa voz

—Capitán América Zombie— llamó Black Knight, apuntandole aún suspendido en el aire, con su espada —¿A que amo sirves?

—¿A que te refieres con esa pregunta? — pregunto este zombie, mke tras se trataba de liberar y solo hacia más que crujir sus huesos en el intento —¿Qué se supone que diga, a Huitzilopochtli?

—¿Huitz...?— pero Daredevil calló antes de terminar, pues su pronunciación no le permitía replicar la palabra

—Huitzilopochtli— corrigió Black Knight con intriga, y sin dejar de mirar al zombie —, es como el dios máximo de los mexicas y aztecas— ante esto, Strange y Daredevil miraron sorprendidos al zombie —¿Qué esperaban? Mi novia es arqueóloga...

—¿Quién es él Capitán América?

—Quizás una versión alterna tuya, o la versión original más bien— respondió Daredevil —¿Cual es tu título, hombre zombie?

—Soy el Capitán Mexica— habló este no muerto, mirando a los héroes con un nerviosismo y temor, que se convirtieron en pena —. Y estoy maldito.

«Maldito. Vaya que se le nota»

—¿Capitán Mexica?— pregunto Black Knight, extrañado mientras lo veía de pies a cabeza —. Si. Se nota por qué ese nombre...

—¿Algún homónimo a Steve?— pregunto Daredevil, girandose con rapidez, y temor, hacia el dragón, que parecía querer despertar

—¿Cuál es su nombre y maldición, Capitán?— pregunto Strange, mientras descendía al Capitán Mexica

—Yo perseguía a Red Skull en búsqueda de un tesoro de mi pueblo, llegamos aquí en la persecución— decía Capitán Mexica, mientras poco a poco Strange dejaba caer el hechizo con el que lo mantenía quieto —, ambos entramos aquí, yo le quite el tesoro y trate de regresar, cuando entré a mi puerta, terminé así como me ven... maldito...

—¿Y tu nombre?— intervino Daredevil

—Yo no...— inicio, mientras se tomaba del mentón —, yo no lo recuerdo... de hecho, no recuerdo haber hecho lo que acabo de contarles, pero por alguna razón...

—¿Sabes que es cierto o que lo hiciste?— tras la pregunta de Black Knight, Capitán Mexica asintió

«Tal parece no, somos los únicos»

—¿Y por qué nos atacó?— pregunto Daredevil, arrodillandose para "ver" a los ojos a Capitán Mexica

—Evitar que vivieran mi destino, o que tratarán de matar a esta noble bestia como otros— decía Capitán Mexica, señalando hacia pelusientos y calcinados cadáveres alrededor del dragón, finalmente llegando a un montón de huesos apilados junto a su escudo

—¿Los mato el dragón?— pregunto Doctor Strange, tras ver hacia el dragón, quien bufaba mientras los veía con quietud —¿Red Skull está entre ellos?

—Tuve que comérmelo como la tradición y el hambre decían— contestó Capitán Mexica, acercándose al montón de huesos, tomando su escudo, cuyo diseño era similar al del Capitán América original, salvo que este en lugar de una lisa textura, tenía un impreso con grabados aztecas en el mismo —. Pero el dragón no los quemo apenas entraron— aclaro Capitán Mexica, acercandose al dragón que imponente se despertaba y alzaba la cabeza, dejando ver su filoso aspecto —, eso debe ser por algo.

Aquel dragón negro, parecia estar hecho de navajas, pues toda su cuerpo estaba diseñado con afilados apéndices y bordeados; su cuerpo era delgado, quizás demasiado como para resistir un golpe fuerte al vientre o alguna extremidad, aunque con unos intensos ojos carmesí, resaltando en su armadura de escamas tan negra como la noche misma. El dragón se puso de pie sobre sus patas traseras y estiro sus alas con gloria, en amenaza, o advertencia, a los héroes.

—Hablen o mueran, exploradores— exclamó el dragón sin mover su boca, entre una gruesa, pero pasiva, voz —¿¡Cuál es su destino aquí, y con la entidad?!?

—¿¡Esa cosa hablo!?— pregunto con temor Black Knight, mientras veía a aquella oscura y animalesca figura

—¿Me has llamado "cosa", caballero?— pregunto el dragón, tras resoplar con furia y dejar salir vapor con furia

—Disculpa a mi compañero, no esta tan acostumbrado a este tipo de situaciones ¡Oh, noble guardián!— intervenía Doctor Strange, mientras atravesaba el cuerpo de Dane y se posaba entre el grupo, y el dragón —No hemos venido para hacer un mal uso de esa entidad, o lastimarte.

—Entonces han desperdiciado su tiempo— decía este, mientras veía de pies a cabeza a Daredevil y Black Knight —. Aquí vienen solo aquellos que quieren hacerse con la Entidad, o aquellos que han recibido su llamado.

«¿Su llamado?»

—¿A que te refieres con, llamado?— pregunto Daredevil, alzando la cabeza ante el tamaño de tal ser

—La Entidad habla a aquellos que considera dignos de ser sus avatares o serán de su utilidad— explicó el dragón, mientras se giraba hacia la puerta "tallada" en el muro al final de la cámara —. Pero desde el comienzo de los tiempos, y antes de las montañas mismas, no hemos visto a un ser digno de llevarla que venga a buscarla.

—En los libros de mi Sanctum Sanctorum, no hay texto alguno que hable de la Entidad más allá de su existencia— explicó Strange, mientras miraba de reojo a Capitán Mexica —, y debemos saber que es lo que vamos a proteger de él.

—¿Proteger de él?— pregunto intrigado el dragón, mientras giraba la cabeza para mirar fijamente a Doctor Strange

—Un ser llamado Brutaal, vino del espacio clamando por esta Entidad— explicó Black Knight, ando pasos al frente para atravesar ahora él a Strange —. Si se le puede llamar hombre a esa cosa que causó masacres sin avisos ni peticiones, solo mató y luego habló...

—Brutaal— susurro el dragón, tratando de recordar aquel nombre sin éxito —. No recuerdo un nombre así entre los nombres de enemigos de vidas pasadas

—Brutaal sirve a un amo— explicó Doctor Strange —, y quien sea que sea este amo, va a matarnos a todos por diversión si no le damos la Entidad...

—A menos que sepamos que es y como usarla, o protegerla— explicó Daredevil con firmeza y confianza, llamando la atención del dragón

—Tu, hombre demonio, su amo es el mismo que el enemigo, y a su vez el rival eterno de la Entidad— explicó el dragón mientras se giraba y dirigía con calma hacia la puerta

—¿Qué enemigo?— pregunto Doctor Strange, con gran intriga

—La muerte— declaró el dragón, tras rozar con sus garras el muro —. La muerte es el enemigo final, todos los caminos llegan a él, y empiezan con ella

«Todos los caminos»

—¿La Entidad?— pregunto Black Knight, un tanto confuso; el dragón se giro y asintió

—Pero si la muerte es el último enemigo. Perderemos, todos perdemos contra la muerte si se le considera un enemigo— explicó Daredevil mientras, con más calma, guardaba sus bastones

—La muerte siempre gana, Matt Murdock— explicó el dragón, sorprendiendo a los presentes, sobretodo a Daredevil

«¿Sabe quienes somos? ¿Todo este tiempo lo ha sabido así?»

—Pero escapaste de ella cuando eras tan solo un niño, y ahora haces justicia como el vehículo santo del diablo simbólico de la justicia.— añadió el dragón, girando se hacia los otros héroes —. Usted por ejemplo, Doctor Stephen Strange, le fue arrebatada la forma de salvar vidas, y encontró una de salvar más de las que nunca habría salvado.

—¿Sabes quienes somos?— pregunto Strange, mirando con quietud al dragón

—Entonces sabes que no somos los malos en esto— interrumpió Black Knight, mientras miraba a los ojos a aquel dragón

—Así como se que luchas día y noche con la fuente de tu poder, la espada de Ébano— continuo el dragón, acercándose hacia ellos y logrando hacerlos retroceder un par de pasos hacia atrás —, has convertido tu maldición, en la salvación de muchas personas, Dane Whitman. Pero no es tiempo de que accedan a la Entidad, incluso si fueran todos los elegidos, no son suficientes, sólo son tres.

—¿Y cuantos son necesarios?— pregunto Doctor Strange, mientras flotaba hacia el dragón. Este no dio respuesta alguna.

—Pueden acercarse a la puerta tallada en la pared, así podrán ver lo que les sea posible, héroes, tienen mi permiso— explicó el dragón, mientras daba pasos hacia un lado, dejándolos ver extrañados aquellos grabados en la pared, dentro del bordeado que parecía ser una puerta

Con cautela, todos, incluido el Capitán Mexica, se acercaron a dicho muro, logrando ver atentos el como este estaba diseñado. Abajo de todos los dibujos, había un escrito en un idioma más antiguo que casi cualquier lengua de la historia; sobre de este había el grabado de una manos juntas que parecían emanar un fuerte brillo y, sobre estas en una especie de arco, había animales rodeándole; el primero de todos, vistos de izquierda a derecha, era una especie de lagarto, el que lo sucedía era un pulpo carente de ojos, aquello inmediatamente trajo un recuerdo y sospecha a Black Knight, pues no podía ser coincidencia; después había un ave con las alas abiertas a la mitad a sus costados, tras este, una ballena le seguía. Después, y como se tornarán en animales más agresivos, había una mangosta, seguida de una serpiente y finalmente, a la derecha del todo, un toro. Todos y cada uno de estos dibujados de la simplista manera que solo podía hallarse en las más antiguas pinturas rupestres.

—Siete animales, curioso— declaró Capitán Mexica

—Doctor— llamó Black Knight —. ¿Sabe que dice?

—Según mi conocimiento en lenguas muertas, dice así— explicó Strange, mientras pasaba la mano por sobre la superficie de aquella "puerta"—. Cuando hijos no natos de los espectros emotivos sean escogidos por las bestias, el ocaso llegará, y la noche más brillante dará inicio al final, la oscuridad se atenuara antes de empeorar.— entomces calló por unos segundos, antes de terminar —Y de la noche, será el amanecer...

—Aunque la traducción no es del todo incorrecta, solo esta un poco parafraseada— explicó el dragón, con un tono levemente burlon

—¿Eso que quiere decir?— pregunto Daredevil, sin apartar la mirada del frente

—Ya en su momento lo entenderán, Matt Murdock— explicó —. Ahora deben ir a casa, al menos la mayoría, o no ¿Doctor?

—¿Stephen?— pregunto extrañado Black Knight

—Tratare de llevar a Capitán Mexica a su hogar, o al menos a intentar curarlo— explicó Strange, mientras generaba un portal en conjunto para Black Knight y Daredevil

—Y le doy mis nobles gracias, Doctor— añadió con una reverencia Capitán Mexica

—¿Habrá tiempo para que cenes con Jyn y conmigo?— pregunto Black Knight, mientras guardaba su espada

—Debo llamar a Jen, pero sí— declaró Daredevil con una gran sonrisa

—¿Y que hay de Karen?— pregunto con una extrañada sonrisa Black Knight, mirando con atención a Daredevil

—¿Quién?— pregunto Daredevil, confundido

«¿Quién?»

—Las afueras de New York.

En los campos abiertos en las afueras de la ciudad, una nave había aterrizado forzosamente contra la tierra y el césped, amortiguando su caída con la misma; echando vapor, y en un tétrico silencio únicamente opacado por los chispazos del cableado en la nave, o el rechinar del metal en ella, esta nave yacía inerte, sin algún signo de vida de su tripulación. Pronto, múltiples camionetas de S.H.I.E.L.D, y A.R.M.O.R, llegaron casi derrapando al lugar; saliendo de estas, y armados hasta los dientes, los agentes de las organizaciones secretas rápidamente le apuntaron a la nave con el grabado de A.R.M.O.R a un costado, dieron gritos e incluso disparos de advertencia, tratando de hacer salir a la tripulación si es que alguien quedaba con vida, pero el silencio como respuesta fue lo único que tuvieron. Rápidamente, varios agentes de acercaron a la nave, dando golpes a la misma y sólo escuchando el rechinar del metal en su interior.

—¡Creo que hay alguien con vida!— llamo uno de los agentes, avanzando hasta una grieta en el casco de la misma, logrando así ver al interior de la misma sin saber que, lo último que vería y oiría sería...

...una sonrisa.

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