—¿Loki?

                 La pregunta escapó de sus labios al momento en que distinguió una esbelta figura acercarse por uno de los callejones laterales.

                 Llovía a cántaros. Sue intentaba mantener aferrado entre sus manos un pintoresco paraguas que amenazaba con volar por los aires con cualquier ráfaga que la tomara desprevenida. Hubiera prefiero buscar un refugio seguro en alguna cafetería o local que le permitiera resguardarse de la tempestad, pero sus pies permanecían aferrados al cemento.

             Pronunció, nuevamente, el nombre de la deidad, obteniendo unos relámpagos y un temblor que sacudió sus piernas en respuesta.

            Aguardó unos segundos, manteniendo su mirada en dirección al callejón. Agudizó su visión, percatándose de que no existía presencia alguna. El único ser en aquel oscuro y tenebroso callejón, además de ella, era un felino que la juzgaba con la mirada.

           Sue decidió marcharse en búsqueda de un refugio temporal. El departamento donde se hospedaba se hallaba en el extremo contrario a la ciudad y no contaba con los recursos monetarios para ir en algún medio de transporte.

            Observaba de reojo a sus espaldas, presintiendo que alguien seguía su caminar.

            —No es gracioso —pronunció, enfrentando al hombre.

            Una burlona sonrisa apareció entre las oscuras vestiduras de la deidad, sacando completamente de quicio a la muchacha.

           —¿Qué?

           Loki sacó de los bolsillos de su gigantesco abrigo un trozo de papel arrugado. Reveló lo que significaba frente a la mueca de desconcierto de la muchacha.

           —Te enfermarás —comentó el hombre.

            La muchacha se apartó unos pasos. Intentó averiguar en las personas a su alrededor un cambio en el espacio-tiempo. ¿Y si el artefacto que habían probado con Bruce la había enviado a una realidad alterna donde Loki se mostraba más amable de lo usual?

           —¿Desde cuándo te preocupa mi bienestar? —indagó, regresando sus manos a sus bolsillos. Una ráfaga de viento logró desestabilizar su paraguas. Previo a que saliera disparado en cualquier dirección, Loki lo tomó entre sus manos—¿Qué?

           —No me encuentro de humor para discutir con una simple midgardiana.

          —¿A quién llamas una simple midgardiana, anciano ancestral?

         Una persona mayor que circulaba en búsqueda de refugio cercano a la pareja los observó. Sue inclinó su cabeza en disculpa y pronunció una sarta de maldiciones en voz baja.

         —Te enfermarás y tendré que soportar en soledad la presencia de Thor y ser participe de sus extrañas conversaciones. Y luego tendré que dar explicaciones al momento en que el millonario insoportable comience con su interrogatorio de "porqué su mejor agente no se encuentra en el cuartel" —a cada segundo que transcurría los labios de la muchacha se abrían más, a causa de la sorpresa que le provocaban las palabras del dios. Loki se percató de los movimientos de la muchacha y frunció su ceño— ¿Qué?

        —Déjame un momento —llenó sus pulmones de oxígeno, regresando su mirada a la deidad del engaño. Estaba anonadada, no entendía en lo absoluto qué estaba ocurriendo—; a) No reaccionaste cuando te denominé "anciano ancestral", b) Tony jamás me llamó su mejor agente y c) ¿Por qué estás tocando mi mano?

                    Ambos descendieron su mirada a la unión entre sus manos. El hombre giró con delicadeza la mano de la muchacha el trozo verdoso arrugado.

       —Sube a uno de esos automóviles amarillos y regresa a tu hogar, Sue.

       —No —pronunció la nombrada, sin intentar quitar su mirada del billete de diez dólares.

       —Sue.

       —Ni quiero conocer el lugar de dónde extrajiste el dinero. ¿Y si le has roba—?

         Sus palabras tropezaron con los labios ajenos. La calidez del dios embriagó a Sue, al momento en que las manos del hombre acunaron su rostro.

       —¿Puedes permanecer cinco minutos callada?

          Se hallaba perdida en sus pensamientos, en las posibilidades de deambular en una realidad alternativa a la suya. De lo contrario, ¿cómo explicaría el rotundo cambio de humor en el sujeto?

      —¿Acabas de besarme o fue una de tus malditas ilusiones?

         En aquellos momentos no lograba distinguir entre la realidad y la ficción. Demasiados interrogantes abrumaban su cerebro.

       La distancia entre sus labios volvió a desaparecer. La calidez regresó a invadir completamente el cuerpo de la muchacha, sus piernas se transformaron en dos trozos de gelatina.

       —Oh.

       —¿Me harás caso?

          Sue sacudió su cabeza en negación.

       —Ignoraré olímpicamente tu propuesta, ¿no quieres ir en búsqueda de un café y un trozo de pastel de chocolate y entablar una conversación sin sentido acerca de nuestros sentimientos?

         Sonrió victoriosa al apreciar la palidez del rostro de la deidad.

     —¿Qué?

     —Tus barreras mentales se encuentran demasiado débiles, puedo enterarme de lo que ocurre en tu cabeza —sus habilidades mentales habían mejorado notoriamente después de adivinar la metodología que empleaba Loki. Observó de mala manera al hombre— ¡Oye! ¡Eres un grosero!

          El hombre siquiera sonrió, simplemente inclinó su rostro cercano al de la joven.

     —¿Por qué demonios quieres hablar de nuestros sentimientos?

       Sue se encogió de hombros. Necesitaban aclarar lo que ocurría con sus sentimientos, conocer el porqué le encantaba una deidad con la cual siquiera lograba un intercambio de palabras sin vociferarse y maldecirse en diversos idiomas de por medio.

    —Te besaré si vienes conmigo.

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maiaguilar9098 espero que te guste ❤️