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harley keener;

          Tomó un puñado de palomitas, al cabo de unos segundos las regresó al contenedor de plástico debido a la inmadurez de los protagonistas de la película que estaban mirando aquella lluviosa tarde otoñal.
 
            Detestaba con cada fragmento de su corazón el momento en que la trama de la película comenzaba a centrarse en un triángulo amoroso y la actitud de los personajes se volvía tediosa, insoportable de presenciar. Sumándole los comentarios de su compañero y las interrupciones de sus hermanos menores en búsqueda de juguetes, el enfado de la muchacha iba en aumento.

            —¿Por qué?

          Ana sacudió su cabeza, frunciendo sus pálidos labios.

          La protagonista femenina empezaba con sus excusas para ocultar su relación con uno de los jóvenes. Y las excusas, simplemente, generaban aún más confusión a la situación.

           —¿Qué? —indagó Harley.

           —¿Por qué no puede profesar sus sentimientos en voz alta? —cuestionó, señalando con desesperación la pantalla del televisor—. Debería pararse en esa maldita silla y vociferar que está enamorada del malote y que planean escaparse a una playa desconocida para escapar de sus familias.

           Observó de reojo a su mejor amigo. Disimuló un par de carcajadas devorando un puñado de palomitas de mantequilla.

            Harley tensó su mandíbula, tomando el control remoto y apagando el artefacto tecnológico. Lilliane conocía a la perfección qué seguiría a continuación; acomodó sus piernas y el tazón repleto de palomitas en su regazo y esperó el discurso motivacional por parte del muchacho.

          —Llevamos cuarenta minutos observando una espantosa novela romántica, si podemos etiquetarla en esa categoría, porque tú dijiste que su prólogo parecía interesante.

         —Jamás indagaste al respecto —Ana se encogió de hombros.

           La muchacha mantuvo su mirada en la oscura pantalla del artefacto tecnológico. Siquiera lograba apreciar el rostro de su mejor amigo sin que su corazón se estremeciera y sus piernas comenzaran a temblar.

           Había colocado un par de barreras para impedir que su amistad se rompiera debido a sus sentimientos: nunca indagar sobre la situación amorosa, nunca sobrepasarse con las bromas acerca de sus relaciones fallidas y mantener el límite de acercamiento entre sus cuerpos bajo la vaga excusa de que detestaba ser abrazada. No pretendía crear falsas ilusiones en su cabeza, no lo soportaría.

             Sentía la mirada del joven chocar contra uno de los extremos de su campo visual.

         —¿Qué? —indagó, aferrando un puñado de palomitas e introduciéndolos en su boca. Alimentarse era la manera de mantener alejada la ansiedad que le provocaba la presencia del muchacho.

         —¿Por qué estoy soportando esto?

        Ana volvió a encogerse de hombros. Ella tampoco entendía porqué había aceptado a acompañar en sus novelas de media tarde y películas para señoras solteronas.

        Harley encendió la televisión, abandonando el canal de películas y colocando uno de dibujos animados.

      Ana colocó su atención en la situación que se desarrollan en la serie animada, olvidándose completamente de su alrededor.

        —¿Ana? ¡Ana! —vociferó el muchacho, sacudiendo su mano izquierda frente al rostro de su mejor amiga— ¿Estás viva?
 
         Fue luego de un pinchazo en su hombro que Ana se percató del llamado.

    —¿Qué?
  
       Error número cincuenta que cometía en doce horas: descubrir qué quería su compañero de aventuras.

Un muchacho unos centímetros más elevado que ella, seguro rondaba el metro ochenta, cabellos alborotados que se acoplaban perfectamente a su rostro inocente y un par de inquietantes se hallaba a escasos milímetros de distancia.
         
     Permanecieron unos minutos en silencio, observándose mutuamente y siendo acompañados por el sonido de la llovizna golpeando contra los ventanales y los lejanos gritos de los hermanos menores de Ana.

         —Eres demasiado hermosa.

         —¿Recién te percatas de eso? —indagó, creando una nueva obstáculo entre ellos.   

       Harley pareció no importarle aquello. Simplemente se inclinó hacia adelante y unió sus labios con los de la muchacha en un pequeño beso.

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   AnaSanchezOfficial Espero que te guste ❤️

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