Observó la presentación desde su asiento detrás del telón, intentando contener, vagamente, las carcajadas a causa de la pésima actuación del millonario y su no tan exitosa presentación de un automóvil volador.

      Elianne conocía a la perfección las fallas que presentaba el mecanismo y las maneras para que funcionaran correctamente. Pero Howard había despreciado sus consejos y críticas constructivas a con las invenciones del de cabellos oscuros. Y su pacto de silencio se trataría del comienzo de su plan de venganza.

     —Maravillosa presentación, señor Stark—comentó, al momento en que el hombre se adentraba tras vestidores.

     Howard se dedicó a admirarla por unos segundos.

     —La invitaré a pasar en él cuando finalice con los arreglos, señorita Holland.

    —Debo negarme a tal invitación. Prefiero la seguridad de permanecer con los pies sobre la tierra.

    Howard frunció sus facciones y se alejó al corredor contrario al cual se encontraba la joven, tapando sus orejas con sus manos y tarareando la melodía de una canción.

    —Te lo dije —moduló Elianne con su boca y mostrando un semblante triunfal.

    —Tus planos también tenían ciertas fallas...

    La muchacha cruzó sus brazos a la altura de su pecho y observó de manera desafiante a su compañero. Howard jamás reconocería que la inteligencia de la de cabellos castaños era superior a la suya.

    —¿Cuáles? —cuestionó.

    —Los propulsores...

    —Realizados de un material suficientemente resistente a las altas temperaturas provocadas por la energía que irradian.

   El hombre rebuscó los planos en su maletín y pronunció una sarta de maldiciones en tonalidad baja.

   —¿Qué han de los..?

   —¿"Campos de energía por radiación"? Simple, no es necesario más de dos núeclos por propulsor. Además...

    —¡Ya! —exclamó Howard, elevando sus brazos como señal de rendición— ¿Dónde ha aprendido semejantes cosas? 

  —A diferencia de usted, señor millones —señaló al de cabellos oscuros con su dedo índice y proseguió luego de servirse de una galleta—, yo escucho a las personas a mi alrededor y presto atención a sus consejos con respecto a los inventos.

   La habitación se sumió en un incómodo silencio, interrumpido por el masticar de la joven. Debía admitir que en su vida había probado una delicia similar a esas galletas de avena y pasas.

    Howard volvió a observarla, frunciendo su entrecejo y sosteniendo los documentos en lo alto. Elinne se acomodó mejor en su asiento, esperando un palabrerío por parte del millonario.

   —Está enamorada de mí.

  —¿Disculpe?

  El hombre se encaminó hasta donde se hallaba sentada, aunque mantuvo una distancia considerada. Temía un mal reaccionar por parte de Elianne Holland.

  —No intente ocultarlo —contestó, inclinándo su rostro para intimidar a la mujer—. Tus mejillas están sonrojadas, tus piernas tiemblan con cada palabra que escapa de mis labios y las palpitaciones de tu corazón se escuchan desde aquí.

  Elianne se sintió acorralada entre la espada y la pared.  Descendió su mirada unos instantes, incapaz de admirar el rostro contrario y que su ritmo cardíaco no se acelerase.

—Howard, yo... —la mirada del hombre conectó con la propia un par de segundos—, tengo gripe.

—¡Oh, vamos!

   Una sonrisa triunfal apareció en los rosados labios de Elianne.

   —¿Qué? ¿Esperaba una declaración, señor Stark?

—Eaperaba más que una simple declaración, señorita Holland.

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yokolinalc espero que te guste ❤