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009; steve rogers


La tetera de porcelana despegó de la superficie de madera y quedó suspendida en los aires, dispuesta a obedecer sus órdenes. Apenas había empleado sus poderes después de la última misión, su anatomía continuaba sufriendo las secuelas de los sucesos. Decenas de hematomas grabados en su piel y heridas profundas en su abdomen.

  —¿Te encuentras mejor, Emma?

  Detuvo sus movimientos al instante. La presencia de Steve Rogers en la habitación había causado que sus nervios se dispararan y alcanzaran escalas inimaginables.

  La nombrada permaneció un momento en silencio, antes de asentir con suavidad. Mentir era su única opción si pretendía escaparse del lugar. Si profesaba la verdad, le esperaba exhaustivo interrogatorio por parte del capitán y, dado el comportamiento de su ser ante el hombre, acabaría confesando sus sentimientos aquel gélido anochecer.

  —¿Has ido a las consultas médicas? Natasha ha mencionado que no has salido de tu habitación a menos de que se tratara de una necesidad humana... —Las mejillas de Emma se transformaron en dos auténticos tomates al enterarse de que su mejor amiga había detallado cada uno de sus movimientos semanales.

  —¡No te preocupes! —exclamó, provocando una pequeña exaltación en el hombre—. No te preocupes, Rogers. Estoy perfecta, sólo son heridas de guerra.

  Una sonrisa asomó en los labios del hombre de cabellos rubios. El corazón de Emma comenzó a palpitar con rapidez, como queriendo escaparse de su caja torácica.

Tomó la tetera entre sus manos, no lograría proseguir con sus lecciones hasta que él se retirara de la habitación. Por ende, vertió el contenido en su taza y terminó de preparar la efusión por mano propia.

—¿También quieres té?

—No, gracias.

La atmósfera de incomodidad de la habitación incrementó. Emma simulaba prestar atención a una revista sobre jardinería, aunque su atención estaba en querer entrometerse dentro del cerebro ajeno y descubrir los pensamientos del rubio.

—¿Cuándo llegará el momento en que se besen para quebrantar la tensión sexual en el ambiente?

Sus miradas viajaron a Anthony Stark.

—¿De qué demonios hablas, Stark?

—Ustedes besándose, duh.

Emma le dedicó una mirada de pocos amigos al millonario. Le envió una advertencia mental de lo que ocurriría en caso de hacer pública su reciente conversación de medianoche.

  Steve parecía desconcertado, observado a Emma y Tony. Intentaba completar un rompecabezas mental y encontrar una explicación a las palabras del morocho.

—¿Disculpa?

—Jones quiere besarte.

  La muchacha no tardó instante en desaparecer de la cocina, ignorando las exclamaciones de Rogers y los comentarios malhablados de Anthony.

...

Se hallaba recostada en su cama, arrojando sus lápices de colores y demás utilería para arte por la habitación. Era uno de sus métodos para encontrar la tranquilidad y no terminar asesinando al millonario por bocanaza; aunque a esas alturas de la madrugada suponía que Natasha había hecho su trabajo como compañera y mínimo había descuartizado a Tony.

  Todos en las instalaciones comentaban acerca de lo sucedido. El chat grupal entre su círculo íntimo de amistades rebalsaba de mensajes de Clint pidiendo una explicación y de Natasha maldiciendo a diestra y siniestra. Emma los ignoraba.

Su cerebro planificaba las mejores tácticas de huida. Sólo hacía falta un elemento sorpresa y terminar de organizar sus pertenencias personales. Se escondería por unas semanas en su antiguo departamento y trataría de encontrar la manera de hacer olvidar a los demás, incluyendo a Steve, de sus sentimientos.

Dos fuertes golpes en la entrada a su habitación la devolvieron a la realidad.

—Emma —la sensual y cansada voz de Steve causó estragos en su interior.

—¿Si?

—¿Podemos mantener una conversación cómo personas civilizadas?

—Está bien.

La muchacha sentó su ser en la cama y observó la puerta de madera llena de bosquejos con interés.

—Sin una puerta de por medio —comentó Steve, insistiendo con sus golpes.

Emma negó con un movimiento de cabeza. El lugar era un desastre: pertenencias por doquier, sus prendas de vestir arrojadas en los rincones de la habitación y sus dibujos, o lo que quedaba de ellos, desparramados sobre el escritorio. Además vestía con un horrendo piyamas conformado por una gigantesca remera robada de los cajones de Barton y un pantalón corto que le quedaba bastante pequeño.

—No.

—Emma.

Al cabo de unos segundos, accedió a proseguir con el intercambio de palabras sin ningún objeto de por medio.

Emma permaneció apoyada en el marco de la puerta, sin permitir la entrada a su “santuario secreto” y anhelando con finalizar la conversación cuando antes. Tony podía asomar su chismosa presencia en cualquier momento y Emma no soportaría sus comentarios, nuevamente.

—¿Y? —indagó, cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

—Vengo a desearte buenas noches.. —pronunció, rascando su nuca — y por mi beso.

Emma pestañó un par de veces, incrédula. ¿Las últimas palabras de Steve habían sido verosímiles o una simple jugada de su sistema nervioso?

—¿Qué?

Antes de poder mencionar alguna palabra más, los labios del rubio chocaron contra los propios. Emma permaneció estática durante unos instantes, hasta comprender qué estaba ocurriendo.

El contacto de sus labios comenzó a subir de tonalidad, volviéndose más íntimo e intenso. La muchacha lo obligó a adentrarse en su habitación, olvidándose por completo del desorden que este presentaba.

Los besos y caricias se profundizaban a cada segundo que transcurría. Las prendas empezaron a desaparecer, favoreciendo al contacto entre sus pieles.

Acabaron sobre su cama, explorando cada mínimo rincón de sus anatomías. Los dedos de Emma recorrían los marcados músculos del capitán, sintiendo descargas recorrer su interior como reacción a cada movimiento del rubio.

—¿Es tu primera vez desde 1944?

Un gruñido escapó de los rosados labios de Steve, mientras descendía sus besos por el abdomen ajeno.

—No sé como deba tomar eso...

Su oración terminó con una exclamación en respuesta a las acciones del rubio. Su ropa interior se esfumó, ayudando a que el contacto entre sus intimidades sea directo.

Así transcurrieron la madrugada, entre besos, caricias y las vociferaciones de los demás miembros del equipo exigiendo silencio.

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Oncer_Avenger espero que te guste ❤


aprecien a este humano 🌚

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