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1.- Crisis en dos tierras

—Universo W-10.

El viento matutino chocaba con fuerza contra aquella casa de arquitectura victoriana a las afueras de New York; la hierba que rodeaba a la casa simplemente bailaba al unísono hacia un lado ante el empuje de la corriente; normalmente, no habría más que un pacifico silencio iconico del campo abierto, pero hoy no, hoy era jueves, y los jueves Dane Whitman y su hija, Arya Whitman, se dedicaban a entrenar como hacían semanalmente desde hace ya años. El choque de sus espadas de madera hacia contraste al campo recién bañado por los primeros rayos del sol, totalmente en silencio y con las pequeñas risas de padre e hija haciendo juego al choque de las espadas entre los ataques y las defensas del uno y del otro.

«Habían pasado ya ocho años desde que Dane y los demás volvieron de la puerta púrpura»

Mientras que Dane se veía prácticamente igual a aquel día en el que zarpó hacia la puerta púrpura, un par de canas blancas empezaban a poblar su cabellera negra, y su atuendo de hoy, que consistía en viejas piezas de cuero cual caballero, no hacia sino darle un porte aun más imponente qué sin este llevar puesto su uniforme de Black Knight. Por el lado de la joven, de ahora ya diecisiete primaveras cumplidas, viéndose, gracias al entrenamiento de Dane y otro par de héroes amigos en el rubro, más fornida; sin duda los su familia corría no solo en sus venas, disfrutando cada estocada con la que hacia retroceder a su padre y, a su vez, levantándose como fiera cada vez que era derribada, también por su padre. Por la parte de la madre de la familia Whitman, ella solo se cubría con una manta y como cada mañana de entrenamiento, veía atenta con una taza de café a través de la ventana hacia Dane y su hija Arya, gozando de cada movimiento y convivencia de los dos con una gran sonrisa. Su esposo. Su hija. Su familia.

«Ocho años que mi querido Dane no desaprovechó en lo más mínimo para estar con nosotras, su familia»

—Debes cuidar tu derecha— declaró Dane con una gran sonrisa para su hija, justo antes de golpear su brazo derecho; ella solo sonrió mientras sobaba su brazo —, eres surda, tu espada esta de un lado poco común para un espadachín, supongo...

—¿Supones, papá?— pregunto Arya, con una pequeña sonrisa y gesto de dolor; cuando ellos entrenaban, y con el uso de espadas de entrenamiento, su padre no media los golpes

—No he peleado con muchos villanos que tuvieran espadas, a excepción de los secuaces de Kang, y de eso ya tiene mucho— explico Dane tras clavar la punta de su espada en la tierra —, últimamente no hay muchos villanos raros, por decir algo...

—¿Y no extrañas eso?— pregunto Arya, viendo a su padre con un gesto confundido agraviado por los rayos matutinos en su rostro —. Cuando los héroes y villanos peleaban un día, el bueno ganaba al final del día y todo empezaba al día siguiente, tu sabes ¿siguiente capitulo? ¿Siguiente villano?

—Los malos a veces querían conquistar el mundo, Arya, o incluso destruirlo— declaró Dane con una sonrisa dedicada a su hija, mientras que este se acercaba para abrazarla —, no nos preguntabamos si volvería o si habría un mal secundario, y ellos, bueno— Dane agacho la mirada hacia su hija, quien en respuesta alzó la mirada —, no se preguntaban donde iban a vivir si destruían al mundo...

Ambos entonces alzaron la mirada hacia los cielos, logrando ver en la lejanía del cosmos, la puerta púrpura, como la única estrella matutina en un firmamento que, hace mucho, aun dejaría ver las pocas estrellas que formaban constelaciones. Un lúgubre aire de inquietud rodeo el corazón de Dane al ver hacia la puerta púrpura, al igual que cada vez que la veía desde que volvió de aquella misión; las esqueleticas manos y garras de incontables especies alienigenas sucumbidas ante los anillos negros que emergieron de la puerta púrpura, los gritos de aquellos cuyos corazones eran arrancados y el sentimiento de verse tan cerca de la muerte en persona, todos esos sentimientos y recuerdos volvían a él por un segundo casi eterno, cada vez que alzaba la mirada al cielo, de noche, o de día, no importaba, la puerta seguía ahí. Solo había dos cosas que podían atenuar aquel sentimiento al instante, sentir a su esposa abrazándole o tomando su mano, y mirar a su hija, la única muestra de que la vida podía seguir para bien, aún después de Brutaal, aún después de lidiar con los Black Lanterns, de los cuales algunos eran sus amigos, aún después de la puerta púrpura. El sonido de la puerta trasera de su casa abriéndose fue lo que saco a ambos de si mismos, haciendo que ambos se girarán hacia la casa, viendo a Jyn saliendo de la misma con dos grandes tazas de té; cada vez que ambos se veían, era como si nada malo pasara, eran el lugar seguro del otro, y Arya, era aquello por lo que no dudarían en perecer si eso la aseguraba.

—Se ve muy bien esta mañana, mi lady— halagó Dane, mientras veía a su esposa salir con una larga chamarra amarilla con cierre azul y el símbolo del mundo delineado en hilo azul en la solapa

—Si eso dices de lo primero que me encontré para ponerme— inicio Jyn tras estirar ambas manos y ofrecerles el té —. Buenos días mi cielo— añadió Jyn, acercando a su hija para besar su cabeza

—Buenos días ma— contestó Arya, tras pegar su cabeza al regazo de su madre y luego dirigirse hacia la casa

—¡No olvides tú cartulina! ¡Esta en la mesa!— advirtió sin girarse y mientras avanzaba hacia Dane

—¿Qué tal dormiste cielo?— pregunto Dane, tras rodear la cadera de su esposa con su brazo y pegarla a su cuerpo para poder besarle

—Bien y más tarde de lo normal, hoy descansamos de la excavación— añadió sonriente Jyn, mientras posaba sus manos en el pecho de Dane

—Después de que Arya se vaya a la escuela tu y yo tendremos una gran tarde juntos— inicio sonriente —, empezando con un delicioso desayuno ¿Waffles?— pregunto Dane con una tierna sonrisa para su esposa

«Pero aquel mal que movía los hilos más allá de la Puerta Púrpura, tenía otros planes para esa mañana»

De un momento a otro, la enorme nave de Starlord voló por encima de la casa de Dane en compañía de una intensa estela rosa, algo Dane no pudo dejar pasar tras estirar su mano, cual Thor en sus días de gloria, llamo a la espada de Ébano, la cual con rapidez salio de la casa por una ventana de la planta superior y llego hasta su mano, donde la sujeto con firmeza del mango sin soltar a su esposa. Dane nunca había podido recuperarse desde la aparición de la puerta púrpura, siempre, cada alerta, gritaba en su cabeza era la última, cada héroe surcando el cielo, le susurraba qué era otro Brutaal o algo peor, y como siempre, Jyn o su hija estaban ahí para calmarlo.

—Cielo, tranquilo, enserió...— susurraba Jyn, buscando calmarlo mientras posaba  su cabeza contra el cuello de Dane

—L-Lo siento, yo solo...— mas Dane no encontraba las palabras, únicamente trataba de centrarse en alentar los latidos de su corazón cuyo ritmo se vio disparado de golpe

—¡Papá!— llamó Arya, saliendo de la casa con teléfono en mano —¡Es Sox! ¡Dice que hay una situación en la costa!

—Tienes que irte cielo— pidió Jyn, dando un pasional y corto beso de despedida a su amado

—No iras a la escuela hoy— le dijo Dane a su hija mientras que el traje de Black Knight iba generándose lentamente en su cuerpo gracias a la magia de la espada de Ébano; su hija asintió con nervios —, encierrense en el sótano y lo salgan hasta que me reporte— pidió Dane, mientras veía a su esposa ir con rapidez hasta su hija, mientras ambas mujeres veían descender un blanco corsel alado

—Black Knight en camino— declaró Dane, ahora ya como Black Knight, al comunicador en su casco y mientras subía a su corsel

Black Knight miro sobre su hombro, viendo a las mujeres más importantes de su vida entrando en su hogar hasta el refugio que él, con ayuda de sus amigos, había creado para ellas, nada tan fuerte como un sotano de adamantium, tecnología y sellos mágicos para proteger a su familia, pero aun y con eso, el miedo no abandonaba la mente del caballero. En su corsel surco los cielos, sobrevolando New York y viendo algo que no hizo más que helarle la sangre y agitar bastante a su caballo alado; el cielo rugió como nunca antes hizo, ni siquiera con Thor en sus batallas más fieras, poco antes empezar a teñirse de un ámbar que no hacía más que volverse más y más intenso, como si estuviera por caer un diluvio de fuego puro, no tan lejos de eso estuvo la verdad. Entre un rugido bestial, el cielo escupió algo que, incluso después de haber visto tanto, Dane se sorprendió; el cielo escupió un hombre colosales proporciones, comparables solo con el hace tanto desaparecido Galactus; aquel hombre, que por la llameante silueta, parecía tener huesos sobresalientes de los hombros y un par de protuberancias en la cabeza que acemejaban un par de cuernos, uno de estos roto por la mitad. Una vez cayó en la costa, e hizo temblar la tierra con su peso y fuerza de impacto, Black Knight calmo a su corsel con una repetida caricia al cuello y lomo, logrando así que este volara nuevamente con calma, y tirando de sus correas en aras de hacerlo ir aun más rápido hacia su destino terminando este por llegar hasta un par de colinas adentrándose más allá de la arena donde chocaba la marea, descendiendo lentamente hasta aplacar a su corsel ya en tierra firme, y verse seguido por una hormiga voladora.

—¿Sabían que esto iba a pasar?— pregunto al aire Black Knight, mientras bajaba de su corsel y veía únicamente el humo e iluminación del fuego al interior del cráter

—Ultron lo detecto con energía similar a la puerta púrpura— declaró tajante Ant Man, mientras bajaba de una hormiga y volvía a su tamaño normal, alcanzando con rapidez a Black Knight

—Bien, enton...— pero el habla de Black Knight, y encender de las llamas en su espada, se vieron interrumpidas al ver las naves de Kang —¿Kang y Ultron?

—Quieren ver que no hallamos llamado la atención de los caminantes espaciales— confesó Ant Man, mientras se quitaba el casco y veía hacia atrás con una sonrisa

—Los arácnidos, Dewitt y los hulks se encargan de la ciudad, simulacro o no, estaremos listos— anuncio Ghost, materializandose de la nada entre una especie de estática, luciendo su traje blanco y quitandose la máscara

—¿Dos Hulks y ninguno viene para darnos una mano aquí?— pregunto Dane finalmente, mientras se dirigía hacia la costa, subiendo dicha colina junto a los dos Defenders —. Admitir que quieren suicidarse era más fácil— bromeo en aras de calmar la tensión del momento, finalmente llegando a la cima de la colina —, creo que... deberías decirle a Jenn que envié a Hulk para acá— finalizó Black Knight a la par que se quitaba el casco, tras toparse con la verdad; no era un meteorito, o un ser vivo

—Dudo que haya salido de la puerta...— Dane solo miro incrédulo, girandose en búsqueda de que sus compañeros también le confirmaran lo que veían, y, gracias a las miradas en shock de la pareja cuántica, así fue.

«Todos siempre supimos que mientras la puerta púrpura existiera, el mal volvería a alcanzarnos»

La sangre de Dane, Scott y Ava se vio helada ante lo que tenían de frente; hundido hasta la mitad en el agua y con un incandescente color apagándose se posaba ahí el cadáver metálico de quien, fuera de la existencia misma, era conocido como Mga-Zord; aquel metálico guardián ya no tenía un brazo y sus coloridos decorados se veían opacos ante el fuego provocado por la atmósfera y los rasguños de una batalla qué, seguramente, había sido visera. Su inexpresivo rostro modelaba un profundo corte diagonal, algunos pedazos de su cuerpo se mostraban carcomidos e incluso su imponente y colosal espada, yacía clavada vagamente en lo profundo del lago como si nada, viéndose a un soplido de viento de caer al agua y perderse en la profundidad.

«Pero no imaginamos que esta vez, nos daría un aviso»

Ante el shock de los héroes de este universo, yacía el cadáver mutilado de un dios exterior a cualquiera de los universos, desplomado como vil juguete junto a un puente en las costas de New York. Carente de vida o luz. Mga-Zord, y seguramente, Chronopolis, habían perecido.

—Fortaleza de la Soledad - Universo W-5.

El helado viento ártico resoplaba con violencia contra lo que fuera tan desafortunado como para ponerse en su camino, aunque para la fortuna de dichas formas de vida, no había más que kilómetros de páramo helado, la perfecta ubicación para una fortaleza soltaría nativa de Krypton, albergando también no solo al último hijo de Krypton, sino también una vasta colección de especies extintas de diversos planetas a lo largo del cosmos, esa era la localmente llamada: Fortaleza de la Soledad, del hombre de acero. Superman, líder de la Liga de la Justicia.

«La esperanza es una interesante fuerza»

Casi cual flecha ridículamente puesta, la llave de la fortaleza de la soledad se posaba a casi un kilómetro de la entrada a la fortaleza helada, apuntando hacia la gigantesca puerta igual de dorada que la propia llave. Con un peso imposible, la llave se posaba cual faro sin puerto alguno en los kilómetros y kilómetros de nieve que hay.

Alrededor de aquel camino de hielo que se elevaba hasta llegar a la dorada puerta de la fortaleza que lucia con orgullo el emblema de la casa de El, se posaba el vehículo aéreo clave de los héroes de la ahora nueva batifamilia; el batwing. El interior de dicha fortaleza se mostraba contratante en cuanto a todo su entorno exterior, y de la propia arquitectura kryptoniana externa, el lugar, mientras más se internaba uno en el, se tornaba más y más cálido, además de que sus pasillos y habitaciones perdían de a poco su aspecto gélido y tomaban un aspecto más similar a una mezcla de la típica y hogareña casa de Kansas, y la arquitectura de Krypton, viéndose en forma física del vinculo que había nacido de los Kent al aceptar un bebé en su vida. Uno de los pasillos más honrados y con cariño que tenia el dueño del lugar, era aquel que antecedia a la sala de juntas; mientras que en la sala de juntas ahora discutía la mayoría de los miembros de la nueva alineación de la liga tras la muerte del Joker, y la extinción de las estrellas en el cielo, una nueva miembro de la Liga se posaba frente a uno de los muchos cuadros en aquel pasillo, más exacto el de su madre, posado entre los cuadros de Green Arrow y Batman, el primero, dándole un peso más emotivo a la joven Martha Wayne-Lance.

«Para un mundo que había perdido a muchos de sus guardianes a manos de un retorcido ser»

—¿Así que mamá fue de los grandes fundadores?— preguntó Red Canary, llena de asombro ante la belleza y alegría de su madre en aquel cuadro, brillo del qué careció en sus últimos días

—Así es, Martha— inició una voz sombría que venía del final de aquel pasillo, obligandola a mirar —, al igual que, bueno "nuestro" padre y abuelo...

«Tan sumido así en la oscuridad»

Jason Todd era aquel que había llegado a interrumpir el pensar de Red Canary, pero no más un Jason Todd que se hacía llamar Green Lantern y protegía Ciudad Rotica en compañía de los últimos Green Lantern Corps, ahora era el sucesor de dos mantos, el sucesor de Hal Jordan, Bruce Wayne y Thomas Wayne; ahora Jason Todd, había mezclado ambos legados en uno propio y lo gritaba a los cuatro vientos, cada vez que se ponía el traje, no era Green Lantern, ni tampoco un tercer Batman, este era Bat-Lantern.

—Nos esperan, Red Canary— llamó a su nueva aprendiz el linterna, acto al cual ella asintió y obedeció con gentileza

Ambos entonces empezaron su avance hacia el salón de juntas kryptoniano, entre un lento y, al menos de parte de Red Canary, nervioso andar. Las puertas se abrieron de par en par, dejando ver a todos los miembros de la liga en su interior; el velocista de negro y rojo, Barry Allen alias Flash, desde Central City; los Thanagarianos Carter Hall y Shayera Thal, ambos con los alias de Hawkman y Hawkgirl; más allá en el fondo, se encontraba también, desde Atlantis, Andrina Curry alias Aquawoman. Finalmente, además del anfitrión, y para el descontento del resto de presentes, alejado en un rincón se encontraba Polka-Dot Man, viendo maravillado hacia la enorme ventana del lugar, misma que dejaba ver la grandeza del zoológico planetario qué tenía el anfitrión.

—Algunos no están contentos, Lantern— inició la Shazam, Cassandra Cain, recibiendolos a la entrada y señalando hacia el interior de la sala —¿Crees que tomen bien que ella esté aquí?

—No lo se Cass, tendremos que verlo— sentenció tajante Bat-Lantern, entrando junto a Red Canary y finalmente llamando la atención de todos aquellos que se encontraban dentro del ligar

«De un modo casi increíble. Encontraban...»

—Bienvenidos...— saludo el más grande símbolo de esperanza para este universo: Superman.

«...esperanza»

—Señorita Wayne-Lance, Señorita Cain— alzando la mirada, dejo a la vista unas canas en las patillas que demostraban el paso de los años y una expresión que denotaba amenaza para alguien desconocido, y preocupación para un compañero, todo esto sin dejar ir aquella imagen casi divina —. Te sienta bien el traje, Jason.— termino, tras acercarse a pasos lentos a Bat-Lantern y dar un par de palmadas a la espalda del nuevo murciélago, cual padre orgulloso

—Superman— contestó tajante Bat-Lantern, entre una sonrisa para el líder de la liga —. A Shazam y a mí ya nos conocen pero a ella no, liga, esta es Red Canary, oficialmente está dentro de la liga y, bueno...

—Soy emm la hija de Batman y Black Canary— confesó a secas Red Canary, encogida de hombros ante aquellas imponentes presencias

—Extrañamente hace sentido— susurró Flash, mientras picaba el brazo de Hawkgirl con su codo

—Y para que nos requieren ¿qué tenga que ver con Polka-Dot Man y Red Canary?— pregunto en respuesta Hawkgirl, mientras veía de pies a cabeza a los mencionados

—Además de su apoyo en Gótica con el Santuario Índigo, sería de ayuda con nuestra situación de turismo, creo— explico a secas Bat-Lantern, sin siquiera darles mirada alguna a Flash o Hawkgirl —, así como a quien sugirió Hiedra Venenosa para evaluar futuros escenarios para el refugio.

—¿Quién pidió?— pregunto incrédula Hawkgirl, mientras miraba de reojo hacia Polka-Dot Man

—En cuanto al refugio de Hiedra, ella opina que alguien debería venir en específico— explico finalmente y con algo de pesar en su voz Bat-Lantern

—¿Quién, exactamente?— preguntó con tenue molestia Hawkman —. Es solo que, digo, ya tenemos suficiente con dejar entrar al Señor Puntitos— añadió Hawkman tras señalar hacia una silla en la cual se encontraba Polka-Dot Man, bebiendo de una taza blanca con el símbolo de Superman en ella —¡Ah! Y lo olvidaba, también a la hija de Aquaman, que digamos, no es muy centrada...

—Tengo claros los objetivos importantes más allá de los que tu consideres importantes como los emm sociales— intervino Andrina, sin ver a Hawkman y mientras terminaba su cubo rubik translúcido

—Dinos— inició Hawkgirl, tras llamar la atención de sus compañeros, especialmente de Bat-Lantern y de Flash —¿Quién pidió Hiedra, que nos acompañará?

—¡Yo!— exclamó Harley Quinn, entre una gran sonrisa, tras abrirse de par en par las puertas que daban entrada al salón

—¿Ella?— preguntó incrédulo Flash al oído de Hawkgirl que, aún sería, trataba de ocultar su incredulidad —. No estamos tan desesperados como para esto ¿Verdad?

—Ella es una especie de juez para saber si es necesario evacuar a la gente del refugio botánico y Gótica— trato de explicar Bat-Lantern, poco antes de verse interrumpido por la arlequín

—O por si fallan y todos debemos de huir— todos entonces se giraron para mirar directamente a la antiheroina de rojo y negro —¿Qué? Me gusta decir las cosas sin tapujos.

—Tiene que ser una muy mala broma— añadió con molestia Hawkman, poco antes de ser su atención llamada por Shazam, quien se acercaba molesta al centro de la sala

—¿Donde estabas tú, Hall?— inicio Shazam, ya cansada de los comportamientos molestos de Hawkman —. Durante esos días ¿¡Donde estuvieron todos!?— preguntó esta vez hacia todos los presentes —¡A! ¡Ya se! Estuvieron ocupados con cenas de navidad o con estúpidos villancicos...

—Cassandra, esta bien— pedía Superman, mientras miraba a ambos en dos extremos de la sala —. Ambos, basta.

—Nadie además se Bat-Lantern y Flash echaron un vistazo, digo, Superman tuvo una excusa con su viaje— recalco Shazam, mientras señalaba a Superman; a juzgar de las reacciones de casi todos en el lugar, muchos no sabían acerca de eso —¿pero tú?

—Shazam, es suficiente— mando a callar Bat-Lantern, logrando hacer que la joven guardará silencio

—En Gótica casi nos matan a todos, y por eso es que vinimos a pedir ayuda, aun con lo que hemos hecho—gritaba Polka-Dot Man, intentando encontrar consuelo en sus héroes —¿¡Por qué es lo que hacen no!? ¡Salvar vidas y ya! ¡Salvar a Elizabeth! ¡Salvar a...!— fue entonces que, cual cubeta de agua fría, Polka-Dot Man bajo el tono de su voz, sabiéndose de nuevo que ella no estaba a su lado —...salvar a Cleo...

—Ya todos ¡Cierren la boca!— ordenó con firmeza Red Canary, tratando de mandar a callar a quienes ellos habían traído

—¿Qué viajecito?— preguntó extrañado Flash, intentando desviar aquella discusión y centrarse en aquello que Shazam había dejado sobre la mesa; Superman solo suspiro

—Hace un tiempo, tuve la idea de liberar de una vez por todas a Warworld de las manos de Mongul— iniciaba Superman, mientras que de la mesa, aparecían hologramas mostrando el ya mencionado mundo —, me dispuse a ir, pero cuando lo hice yo...

—¿Tú?— pregunto Hawkgirl, extrañado del comportamiento de su lider; fue entonces que, tras un poco de esfuerzo que más que miedo o furia, era incredulidad, Superman habló de nuevo

—Juraría que ese viaje duró días, pero nunca pude llegar a Warworld, solo días de vuelo por el espacio sideral— Superman, solo miro de nueva cuenta hacia el hueco entre los cristales del muro que servía como ventana, permitiendo que todos vieran un cielo que apenas y tenía un par de estrellas, distinates entre sí —. Una vez me sentí lo suficientemente harto gire tratando de ver en donde exactamente estaba y entonces, bueno, paso...

—¿Qué pasó?— preguntó Hawkman, buscando oír más de tal anécdota del hombre de acero

—Ahí estaba, la tierra, nunca me fui de la orbita terrestre, pero a la ve si— intentaba explicar Superman, mientras buscaba encontrar una explicación para si mismo al recitar sus palabras —, una vez me di vuelta hacia la tierra, ya era diferente, habían menos estrellas, y orbitando nuestro hogar estaba ese planeta obscuro...

—Mogo— explicó Bat-Lantern, logrando que le mirarán —, quien aparentemente, volvió de entre los muertos.

—Y no es el único— añadió Hawkman, ya entrado de nueva cuenta en la platica, pero esta vez con más calma; todos, incluida Shayera, se giraron hacia él —. Hace semanas que perdimos todo contacto con Rann e incluso con Nnar, simplemente, los planetas se callaron de golpe, fue algo aterrador de oír...

—¿De oír?— pregunto intrigada Shayera

—No había nada, en ninguno de los dos planetas, solo silencio, solo el viento— confesó Hawkman, justo antes de pasar saliva con temor

—Maldita sea ¿vamos a pasar de un libro de colores cayendo del cielo a uno donde un avión llega a un planeta sin gente?— pregunto Harley, en una broma qué buscaba callar los nervios en su inconsciente

—Creo que debo preguntar...— unció entonces Shazam, sintiéndose fuera de tono con la platica, terminando por quitarse su negra máscara y ver a su alrededor, dejando a la vista su confusión —¿Acaso existe Nnar?

—Nnar es la versión bizarra de Rann, así como mundo bizarro es Arreit, una versión de nuestro hogar— explico Superman con calma y mientras mostraba hologramas de de la tierra y de una copia cúbica de esta

—Los Rannianos lo transportaron a su orbita para estudiarlo— finalizó Hawkgirl, mientras veía ambos modelos holograficas

—Ambos planetas están alejados de nuestro mundo, pero repiten un patrón que otros linternas han reportado— explico Bat-Lantern con temor y mientras se tomaba del cuello del traje —, mundos que quedan en total silencio y emiten un aura emocional similar a la del Mogo Black Lantern

—Y las luces se apagaran hasta que el árbol se deba quitar— susurro para si misma Aquawoman, llamando la atención de los presentes

—Bien— contestó tajante Superman, inflando el pecho y mirando a su equipo —, es hora de irnos y llegar al fondo de esto.

—¿Irnos exactamente, en que?— pregunto Flash, un tanto confundido

Unas puertas más se abrieron en un muro del gran salón, develando esta vez un largo pasillo iluminado que en lugar de muros tenía cristales qué permitían ver hacia las criaturas de dicho zoológico; todos entraron a pasos lentos, viendo la diferencia de este pasillo a la sala de reuniones el propio pasillo de entrada al mismo, siendo este pasillo igual que el exterior de la fortaleza, pura estética gélida y de cristal. Los héroes, y el par de anti héroes, caminaron hasta llegar al final del pasillo, viendo las puertas plateadas abrirse para dejar a la vista un gigantesco, y casi interminable, hangar, en el cual tenía múltiples vehículos, tanto inservibles, como en total funcionamiento, así como el vehículo del que estaban por hacer uso en este momento. Un enorme y alargado vehículo de opaco azul, similar aun pequeño y abombachado jet de combate, salvo que sin armas y, como no, con la heráldica de los El la punta y en los costados de la aleta qué fungia como timon. Ante la nueva liga de la justicia estaba, el Supermovil.

—Debe ser broma...— pregunto Red Canary, incrédula tras un pleno vistazo al Supermovil —¿Verdad? Es decir...

—¿Para que quieres un vehículo?— completo Hawkgirl, viendo con igual asombro aquel vehículo de opaco azul —Tú vuelas.— entonces Hawkgirl, con una sonrisa, se giro hacia Flash y se le quedó viendo fijamente con una coqueta sonrisa

—No metas al Flash-movil en esto, Shayera— pidió Flash, mientras veía atento aquel vehículo —, aunque este impone un poco más...

—Hace mucho, Bruce, Victor y yo nos encargamos de modificar el Supermovil para albergar a más de uno o dos tripulantes— informo Superman, mientras se acercaba y palmeaba con una melancólica nostalgia el cofre de su vehículo —, y también para, en teoría, viajar entre universos...

—Espera ¿Bromeas, verdad?— pregunto incrédula Harley Quinn, incluso dejando caer su mazo; Superman negó con la cabeza entre una comprensiva sonrisa —¿¡Quieres decir que habrá más Harley's!?

—Bueno, en teoría, el multiverso siempre ha sido una cosa ambigua de explicar— declaró Hawkgirl —¿No? ¿Barr? Tú no te callas al respecto...

—Osea si, pero es algo que no sabia que de verdad podíamos llegar a probar y...— pero Flash fue interrumpido, terminando este por suspirar

—Los últimos linternas y los libros que rescate de Oa concuerdan con lo que vivimos en Gótica— explico Bat-Lantern mientras avanzaba hacia el frente; y desde atrás, Hawkgirl le daba una extraña mirada de aprobación

—Todo parece indicar que el Santuario Índigo y ese linterna raro que se llevó a las chicas, eran de otro universo— añadió Shazam, mientras veía al resto del equipo —, si ellos pudieron pasar, debieron dejar ya un camino ¿No?

—Exactamente, Cassandra— contestó Superman —, y gracias al Supermovil, el camino que podemos seguir gracias a la presencia de ese "Mogo", y la speedforce de Barry, podremos ir hasta ese otro universo, descubrir que esta causando todo esto y traer...

—Traer de vuelta a las chicas, entiendo y me apunto— intervino Bat-Lantern con una sonrisa, a lo que Superman fue recíproco y asintió

—¿Estamos seguros de querer ir al universo que nos ataco con varios colores de linternas?— pregunto Andrina, mientras su mirada se perdía en el vacía y ella frotaba ansiosamente sus manos

—Tiene un punto ¿Como sabemos siquiera qué estan vivas?— pregunto esta vez Hawkman, mientras apuntaba hacia el túnel detrás del Supermovil

—La situación es que, detectamos dos campos peculiares divididos con una extraña barrera— informó Bat-Lantern, mientras creaba múltiples diagramas con su anillo —, una energía extraña pero ya detectada por unos segundos cuando Elizabeth abrió los portales, divide a estas dos, uno es donde la energía de Elizabeth emano por última vez

—¿Dónde cayó?— pregunto Harley Quinn, con la mano sobre su mentón

—¡Exacto!— clamo alegre Polka-Dot Man, mientras daba un aplauso y se mostraba entusiasmado

«Con toda probabilidad en contra»

—Y el otro, es de donde vino ese Mogo emm Black Lantern— explico Bat-Lantern —, por ponerle un nombre

—Así se llaman, los Black Lanterns— explicó Andrina, viendo ahora hacia el símbolo de los Black Lanterns qué Bat-Lantern había creado con su anillo

—¿Y tú como lo sabes?— pregunto intrigada Shazam

—Lo vi en un sueño— contestó tajante Andrina

—Por supuesto— finalizó Hawkman entre un largo suspiro —¿Pero nos iremos ya?

—Si están listos, es debido hacerlo ahora— confesó Superman, mientras miraba a los distintos héroes —, cuando Thomas Wayne quiso deshacerse del casco del caos— sin siquiera terminar de hablar, Bat-Lantern, Red Canary y la propia Shazam se mostraron cabizbajos —, quiso hacerlo tan lejos como le fuera posible, así que con ayuda de Flash, ambos pudimos lanzarlo lejos de aquí, a donde nunca volviera molestar...

—¿Y eso es...?— pregunto con alta intriga Polka-Dot Man

—La zona fantasma se ubica tan lejos del espacio y tiempo, que solo hace falta atravesar la barrera que nos permitiría cruzar hacia otro universo— añadió Superman, mientras que el proyector de la zona fantasma se elevaba desde los suelos gracias a un pequeño pedestal de cristal que se elevaba del suelo hasta las manos de Superman —, en teoría, con Flash cargando la misma, lograríamos llegar hasta ella y romperla, llegando hasta donde emana la energía de los portales de Elizabeth Dewitt.

«Ellos iban a ir a un mundo desconocido»

—¿Cargarlo, dices?— pregunto Flash, un tanto confundido y mientras buscaba con su mirada hacia alguna especie de batería en la cual poder descargar relámpagos —¿Donde?

—En tú asiento— inicio Superman —, podrás estar sentado ahí y el Supermovil tomará parte de tu speedforce para cargarse lo suficiente y dar el arranque necesario.

—¿Oíste pecesito?— pregunto Shazam a Aquawoman, justo antes de posar su mano sobre su hombro —. Nos vamos a otro univ...— pero de manera un tanto imprevista, esta se movió de manera agitada, alejándose de Shazam

—Ella es, tu sabes... peculiar— intervino Flash, tras ponerse entre ambas con su super velocidad —, una disculpa.

—N-No me gusta el contacto físico— aclaro Aquawoman, mientras buscaba evitar estar cerca del grupo

—Yo lo siento, Andrina— se disculpo, mientras alzaba las manos y buscaba apasiguar la agitadez de Andrina

—Somos el equipo ganador sin duda— finalizó Bat-Lantern, justo antes de ver abrirse las puertas del Supermovil

«Por que un riesgo hoy, era la salvación del mañana»

Todos los héroes subieron de a poco al Supermovil, siendo los pilotos Superman y Bat-Lantern, viendo al resto de los héroes tomar lugar de a poco, siendo aquellos marginados los que eligieron sentarse hasta la parte de atrás, Polka-Dot Man, Harley Quinn y Aquawoman; mientras que los más sociables, Flash, Hawkgirl y Shazam se sentaban en línea, tratando de acomodar adecuadamente los medidores en Flash, buscando mantenerlo como y lo menos asustado posible; finalmente, y detrás de los propios altos mandos, estaba Red Canary y Hawkman, ambos casi tan callados como el murciélago en sus días de gloria. Rápidamente, los relámpagos rojos de Flash emergieron y fueron absorbidos por la silla donde se postraba con algo de dolor, siendo su único alivio, el agarre de la mano de Hawkgirl a la suya, logrando hacer que soportará; la nave entonces se elevo y, tras el proyector disparar al frente, se interno a toda velocidad cual borrón azul en el portal a la zona fantasma, viéndose desde fuera como una bala de opacos tonos fríos con una estela de rojos relámpagos a sus espaldas, semejante a una estrella fugaz o Cometa. La Liga de la Justicia así paso a través de los paramos irreales que eran los interminables paisajes de la zona fantasma, hasta que, una vez alcanzada la velocidad y energía necesaria, un especie de cristales se fueron materializando de la nada al paso del Supermovil, como si estos siempre hubieran estado ahí y lo único que el vehículo hiciera fuera quebrarlos y hacerlos aparecer con esto.

—¡Resistan!— ordenó Bat-Lantern, notando como es que los impacto eran cada vez más y más fuertes, más rápidos y en menor lapso que el anterior

Flash, notándose ahora sufriendo de un fuerte dolor, sujeto con aun más fuerza la mano de Hawkgirl, a la par que esta, con casco y alas cubriéndola, sin importar que no llevara cinturón, se encargaba de abrazar al velocista, quien en este punto ya daba gritos del dolor que tal acto le causaba; por el lado de los retraídos del grupo, Aquawoman daba pequeños golpes a sus oídos con sus palmas mientras se mesia en su asiento y cantaba los coros de la canción Crocodile Rock de Elton John, mientras que ambos anti heroes a su lado solo se sujetaban con fuerza a sus asientos. Fue ahí donde finalmente paso; los impactos frenaron se golpe y dejaron vista a los incesantes gritos de Flash, hasta sentir un fuerte, y delicado, agarre al Supermovil, como si se hubieran topado de frente con una especie de muro invisible y elástico que, conforme más avanzaban, forzaban más a Flash, mientras que el Supermovil empujaba más y más, estirando hasta límites imposibles aquella cortina que dividía el universo conocido por la liga, del resto de la existencia; entre un grito qué casi desgarrara la garganta de Flash, este cayó inconsciente ante el dolor y esfuerzo que su tarea había requerido, pero finalmente lograndolo.

Finalmente habían roto dicha cortina cósmica qué protegía aquella ventana que era la zona fantasma; el Supermovil salio disparado hacia el cosmos más allá de su universo, viendo algo que quizás solo era la imagen en la que la existencia misma se presentaba para no llevarlos a la locura, pero no dejando detrás lo hermoso que quedaba a la vista. De frente, incrédulos e impactados, un colosal arbol yacía sobre un suelo que parecía una mezcla de todo tipo de bioma conocido, e incluso hasta un par de desconocidos, sirviendo como tierra en la cual florecer; su textura era como la de una translúcida vasija que contenía el cosmos mismo en su interior, dejando ver constelaciones, nebulosas y hasta maravillas celestes inimaginables en su corteza y ramas, o al menos en las ramas que, como yacían algunas inferiores y dejaba ver un tenue camino naciente de la décima rama, no yacían oscurecidas, carentes de las maravillas visuales qué el resto del Yggdrasil lucia, como si es que estas murieran o estuvieran en proceso de; doce, eran doce las ramas que se extendían del árbol, cuatro casi qué divididas por niveles, y con una vista que, más allá de la niebla qué parecía rodear al Yggdrasil, era posible verse entre una empañada vista, otros árboles similares, al menos en tres de las cuatro direcciones donde había algo, pues en la lejanía más allá en dirección tras la décima rama, qué era su destino, parecía verse un mar de tamaño tal, qué escapaba a cualquiera de las medidas que cualquiera de las razas existentes pudiera dar. Fue entonces que, una vez acercándose a la esfera cósmica que se lucia como fruto a la punta de la décima rama, todos los tripulantes cayeron presas de Morfeo, adentrándose finalmente en aquel universo cuya rama, estaba casi totalmente ennegrecida.

«Y ya no iban a dudar en pelear si es que la salvación, así les esperaba.»

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