Steve Rogers
Título: Agárrame fuerte.
Advertencia: ninguna.
Tipo: romántico.
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Sin trabajo, sin dinero y sin familia, una deuda que pagar y estaban a punto de quitarme mi casa, a duras penas si me alcanzaba para comer, se podía decir que la suerte no estaba a mi favor.
Caminaba por la calle a las 5 am en plena lluvia, las gotas caían por mi rostro y se mezclaban con mis lágrimas, ya nada me importaba, ese día mi sufrimiento terminaría.
Con lentitud me acerqué al puente, me recordé en el borde, mirando el abismo, me paré en el borde y me sostuve de un poste que había al lado, resbalé un poco pero logré sostenerme.
-No lo hagas.- escuché una voz masculina en mi espalda, me volteé para mirarlo pero si cara no se veía.
-No sabes por lo que tengo que pasar.- le grité.
-Todo tiene solución.- me dijo mientras a acercaba lentamente.
-No te a proximes, por favor.- le volví a gritar pero él continuó, como un reflejo dí un paso atrás, quedé colgando del borde.
-No te sueltes.- corrió hacia mí, desde abajo vi su cara de preocupación, tomó mi mano, vi con claridad su rostro, rubio y con ojos azules.
-Agarrame fuerte.- le supliqué, me di cuenta de que si lo hacía perdía lo más valioso, mi vida, él me haló y me puso a salvo de nuevo, cuando ya estuve más tranquila sólo pude decir una pregunta.-¿Acaso eres un ángel?.- él me sonrió.
-Steve Rogers a tu servicio.- sonaba muy formal, besó mi mano.
-Yo soy ____... y pues... gracias... supongo.- me iba a ir caminando t nuevo pero él me detuvo.
-¿Te parece que vayamos a tomar un café?-Yo asenti débilmente, no tenía darse cuenta que no comía desde las 3 pm del día anterior.
Fuimos juntos a tomar un café con donas, él pagó ya que yo no tenía ni un céntimo, en ese tiempo le conté las razones por las cuales iba a cometer suicidio y él también me contó su historia, hablamos como si nos conociéramos de años.
Él y yo quedamos en contacto desde eso, días después llamó a mi teléfono.
-Hola ___, ¿podemos encontrarnos?- lo saludé y le dije que si.- bien, en la cafetería de la última vez.
-Claro, nos vemos.- colgó, me organicé y salí, llegué a los 10 minutos y él ya estaba allí, siempre tan bien arreglado.
-Hola ___.- saludó.- toma asiento.- eso hice despues de darle su saludo.-mira... mmm.... moví algunos contactos por estos días y... si... ya tienes empleo.- le sonreí.- si... empiezas cuanto antes en las oficinas administrativas de SHIELD y puedes vivir allá también.- hablaba rápido, yo me paré, él me imitó, no pude resistir mi impulso, me lancé a sus brazos, enrosqué mis piernas en su cintura y los brazos en su cuello y estampé un sonoro beso en su mejilla, cuando volví en mi, sólo pude susurrar un "Lo siento", él me miró sonrojado y sonrió.
Al otro día agarré lo poco que tenía y me mudé a las instalaciones de SHIELD, la paga era buena y la gente agradable, en poco tiempo pude pagar todas mis deudas.
Una vez a la semana Steve iba a mi oficina y llevaba consigo una caja e chocolates y unos bellos girasoles, eso me alegraba bastante, después de varios meses al fin me pidió una cita.
-Hey ___.- llegó a la oficina muy agitado.
-Hola Stevie.-le respondí con su apodo de cariño.
-Quisiera saber si...- hizo una pausa- no, mejor no...- iba a salir pero no detuve.
-si...- le Di pie para que continuara.
-Si quieres tener una cita conmigo.- cerró los ojos mientras lo decía, por temor al rechazo.- si no quiere... está bien.- tartamudeaba.
-Si quiero ir.- la respondí nerviosa.
- Bueno, te busco hoy hoy las 8.- me sonrió y un leve rubor apareció en sus mejillas.
Pasamos una agradable velada en un hermoso restaurante.
Han pasado 5 años desde el incidente en el puente, 4 años e noviazgo oficial y 1 año de compromiso.
Ahora voy de camino al altar, lo veo a él, toma mis manos.
-Te ves hermosa.- me dice.
-Está guapo, señor Rogers.- le respondí.
-Nos estaríamos aquí si no te hubiera agarrado fuerte.- me miró.- ahora señora Rogers, puede besar al novio.- dijo después de que el sacerdote lo dijera, y así, con un beso, sello mi pacto de amor con mi ángel, Steve Rogers.
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