1:criador vs padres.
Nunca creí que iba a durar tanto tiempo con alguien, si les soy sincero, pensaba en tener algo con Oliver, pero eso no llegó a nada como saben. El se había enamorado de Apolo y yo tuve que aceptarlo y dejar que el sea feliz con la persona que el quería.
Aunque nunca creí que íbamos a ser primos políticos. Pero ahora me siento bien, estoy con la persona que quiero, feliz y el, es lo más tierno que van a conocer. Aunque ya saben de quien estoy hablando. Simplemente, lo quiero muchísimo.
𝙈 𝙔 𝙋💞💫
Martín
Si, efectivamente Paul es un pelotudo, pero ya no puedo hacer nada, ya me enamoré y eso no se borra de un día para otro. Se estarán preguntando el porqué de mi enojo, fácil, se comió todo el dulce de leche. Eso no tiene perdón, para nada lo tiene, maldito hijo de...
—Martín— llama Paul al entrar por la puerta, perfecto para golpearlo. —Compré dulce de leche.
Esta perdonado.
Soy demasiado fácil, es muy dulce, más que el dulce de leche, es lo más tierno que conocí. Pero hay un solo problema. A Paul no le gusta que nos mostremos en público, por ahora. Todavía le cuesta lo de ser bisexual y que el mundo lo sepa, solamente lo saben su círculo más cercano y su amigo Joa. No es tan cercano pero desde que supimos lo que le pasó a este último, Paul lo ha ayudado muchísimo.
—Antes de que entrarás por esa puerta, estaba insultandote en todos los Idiomas posibles. Le digo antes de depositarle un beso en los labios.
—Solo hablas español, tonto. Me dice el después de aceptarme el beso.
Estar con el en la casa es sumamente hermoso, hace un mes alquilamos un departamento cerca de la casa de la madre de Oliver y la mamá de Paul a veces nos trae comida. No nos va bien con el tema de la cocina, sinceramente ya quemé medio kilo de pan en un día.
—Me mandó un mensaje Julia, dentro de una hora vienen a cenar con Judith. Me cuenta Paul mientras va a la cocina.
—Okey... en una hora?!. Le pregunto nervioso.
—Si, pero tranquilo, pediremos pizza, ninguno quiere cocinar.
—Me volvió el Alma al cuerpo. Comento sentandome en el sillón.
—Tengo todo bajo control amor, no te preocupes. Me dice dejando un beso en mi frente.
Si, están viendo a Paul tierno, pero como les conté antes, solamente es así de la puerta para adentro. Afuera para los demás soy solamente su amigo, lo que es raro creer, estamos todo el tiempo juntos. Solamente un ciego creería que somos amigos, no puedo mirarlo sin babear.
Me pasó pero no voy a dar detalles.
Hora más tarde, las chicas ya estaban en casa y mientras esperábamos la pizza, hicimos algunos tragos. Julia y Judith no viven juntas pero pasan casi el mismo tiempo que yo con Paul. Ya todo el mundo sabe de su relación y podría decir que un poco de envidia me da, de la sana.
Con Julia nos volvimos más cercanos desde que Apolo se fue, a veces siento que soy una especie de reemplazo pero en realidad no, antes también hablábamos mucho y salíamos con todo el grupo, sería raro no entablar una conversación entre ambos, el ambiente sería incómodo pero ya, eso no pasó.
La pizza llegó y mientras comíamos, teníamos una charla sobre nuestras parejas.
—¿Cómo llevan la convivencia?. Pregunta Judith mientras muerde fuerte la masa de la pizza.
—Bastante bien, Paul es un poco desordenado pero bien. Le respondo y giro a ver la cara de desconcierto de mi novio.
—Vos tampoco sos muy ordenado, solo cuando estás de buen humor. Ataca el.
—Siempre estoy de buen humor. Recalco y el se ríe.—Bueno, un poco malhumorado soy si.
Julia y Paul sueltan una carcajada y con Judith nos miramos raros.
—Paul, admiro tu paciencia. Le dice Julia mientras se seca una lágrima de tanto reírse.
—La paciencia la tengo yo. Digo y los tres me miran.
—¿Por qué lo decis?. Pregunta Paul.
—Y hay que tener paciencia cuando uno quiere más al otro y aguantar eso. Respondo mientras termino de comer mi pizza.
—¿Nos perdimos de algo?. Pregunta Julia confundida.
—Eso, ¿ de qué nos perdimos, Martín?. Repite la pregunta Paul cruzándose de brazos.
—¿De verdad me estas preguntando eso?. Le digo a Paul ya en un tono más ofendido.
—Si, sentí que lo que dijiste fue para mí.
—Y no sé, decime vos, "mejor amigo".
—Ah ya entendí por donde viene la cosa, estas así porque los demás no saben que somos novios. Dice el y yo me quedo en silencio un momento.
—No es tan así. Respondo.
—¿Y como es?. Pregunta el.
—Que no me gusta que del otro lado de la puerta seas frío conmigo como si no pasara nada, respeto tu tiempo pero a mi me afecta también.
—Chicos no discutan. Dice Judith nerviosa.
—Mira, nos pusimos a discutir frente a nuestras amigas, que linda reunión Martín, mejor me voy a dormir. Dice Paul levantándose del sillón y alejándose rápidamente.
La sala queda en total silencio y con el clima tenso e incómodo. Dejo la mitad de la pizza sobre la caja de la misma y miro a las chicas.
—Perdón por esto. Les digo y ellas niegan al mismo tiempo.
—No te preocupes por nosotras. Dice julia—¿vos estás bien?. Pregunta y eso hace que una lágrima caiga en mi cara.
—Fui muy duro con el.
—Pero dijiste lo que sentías. Dice Julia con una sonrisa de costado.—hay otras maneras de decirlo, pero siempre fuiste muy frontal, Martín.
Yo asiento y Judith toma de mi mano.
—Anda a hablar con él, otro día continuamos con la reunión. Dice ella.
—Si, hablaré con él, después hablamos. Me despido de las chicas y subo a la habitación.
Paul está acostado sobre la cama pero viendo Netflix, pero parece que solo está viendo el catálogo y no encuentra nada. Al ver que entro, su cara pasó de ser neutra a sería. Efectivamente le dolió lo que dije allá abajo.
—¿Querés que continuemos viendo a las chicas Gilmore?. Le pregunto para romper el silencio. El me mira de arriba abajo y le da play a la serie.
—Pensé que estabas de acuerdo en que no digamos nada de nuestra relación. Dice el manteniendo su rostro serio.
—Que esté de acuerdo no significa que no me afecte, Paul. Le contesto.
—¿Y no era más fácil decirme cómo te sentías y no hacer ese reclamo frente a las chicas?.
Espero un momento antes de contestar.
—Lo sé, no quería decirlo de la manera que lo dije. Le contesto.
—Si que te quiero, me mudé con vos, ¿cómo vas a creer que no te quiero?.
—Lo dije sin pensar, perdóname. Me disculpo con él, en verdad fui muy duro.
—No es tu culpa, fui yo quien te hizo entender que no te quería al esconder la relación para los demás. Dice Paul y toma mis manos.
—Sé que no estás preparado para que todos lo sepan, pero no tendrías que preocuparte por la opinión ajena, solo de la tuya.
Paul se queda unos minutos en silencio, eso me pone un poco tenso y algo nervioso. Quizás simplemente tenga que entender a mi novio y respetar su tiempo, no es fácil asumir quien sos tan rápido y no todos tenemos los mismos tiempos, pero si tengo que ayudar a Paul con eso, lo voy a hacer.
—No va a ser siempre así, te lo prometo. Dice Paul con una expresión triste.
—No quiero que te sientas presionado por mi, fui idiota, lo sé. Le digo y apoyo mi cabeza en su pecho.
—No discutamos más, ¿ se puede?. Pregunta el mientras me hace piojito en la cabeza.
—Siempre van a estar las discusiones.—le respondo— pero vamos a superarlas porque sé que esto es más fuerte que todo.
El levanta mi cabeza para darme un beso profundo en los labios y siento su sonrisa formarse en mi boca. Este chico me trae mal, pero me encanta que me tenga así, porque sé que yo también lo tengo así, sin presumir lo digo.
𝙈 𝙔 𝙋💞💫
Paul
Entiendo lo que Martín siente, muchas veces lo traté diferente ante la sociedad diciendo que era mi amigo cuando era más que eso. Negando a mi novio solamente le cause dolor y no me gusta saber que le hice sentir eso.
Pero no sé si estoy listo para que los demás cuestionen mi sexualidad cuando yo no sé cuál es, no quiero darles ese derecho de opinar o suponer que soy Gay, Bi, tri, etc. Quiero descubrir yo mismo quien soy y lo que me gusta.
Pero lo que si sé, es que estoy enamorado de Martín. Eso no me lo puede discutir nadie porque yo sé perfectamente lo que siento por el, tendré que agradecerle a mi primo, si el se hubiera quedado con Martín, yo me hubiera quedado con...
Puta que asco.
O sea, Apolo es mi amigo, solo tengo ojos para eso, nunca se me hubiera cruzado por la cabeza que eso pasara, que el destino haya sido al revés. Aunque pensándolo bien, ahora estaría estudiando en Canadá.
Mejor dejo de pensar en eso y voy hacia el comedor. Martín tiene la notebook encendida en una videollamada y en la pantalla aparece Apolo con un suéter de Lana. En Canadá hace frío, mucho más que acá.
—Hey, Paul. Saluda Apolo y le devuelvo el saludo.—Oli, tu primo te quiere saludar. Agrega y lo miro con una ceja levantada.
—Hablé esta mañana con el, hola Paul. Dice Oliver apareciendo en la pantalla atrás de Apolo.
—Yo también te quiero, primo. Le digo con una sonrisa y el pone los ojos en blanco.
—Esta tarde necesitamos que esté todo el grupo junto. Comenta Apolo y con Martín nos miramos confundidos.
—¿Y eso?. Pregunta mi novio.
—Con Oli tenemos que decirles algo a todos. Responde nuestro amigo.
—Bien, le avisaré a Julia y a Judith. Digo y saludo para salir de la videollamada e ir a la cocina por el mate. Mi desayuno se basa en eso, mate y dos tostadas, ligero, suelo llenarme bastante rápido, en cambio Martín, se come la mitad del pan y casi todo el dulce de leche.
Mientras empiezo a tirar el agua sobre la yerba seca, Martín se acerca a la mesa y toma un pedazo de pan.
—Es obvio lo que A&O nos van a contar. Dice el y muerde un pedazo.
—¿Qué?. Pregunto curioso.
se —se casan. Responde y la obviedad entra en mí.
Obvio que si, esos dos se aman más que cualquiera, babosos. Deberían de aprender mi y de Martín, no estamos todo el tiempo pegados como Apolo y Oliver. Aunque cuando si lo estamos, no nos quejamos. Solo un poco, bueno no, ya déjenme.
—¿Entonces nos hacemos los sorprendidos?. Pregunto y le doy un sorbo al mate.
—No eres buen actor, digamos que lo veíamos venir. Responde mi novio.
—Gracias, arruinaste mi sueño de ser DiCaprio.
M Y P💞💫
03:45 de la madrugada, el teléfono mio suena. Ambos nos despertamos exaltados y atiendo la llamada un poco dormido. La persona al otro lado del teléfono tarda un poco en hablar, pero cuando lo hace, me levanto rápidamente de la cama y empiezo a cambiarme cuando cuelgo.
—¿Qué pasó?. Preguntó Martín.
—Es Joa, esta en el hospital. Contesto y comienza a vestirse también.
—¿Quién llamó?.
—La enfermera, le dejé mi número por si esto volvía a pasar. Comento ya poniéndome la última zapatilla.
—Tenemos que hacer algo, no puede seguir así. Dice Marín y salimos de la casa para subir al auto.
Tardamos 10 minutos en llegar al hospital, en recepción, preguntamos por Joa y la recepcionista nos dice el piso y habitación donde se encuentra.
—Acá, habitación 10. Digo y antes de que entremos, llega la enfermera.
—Hola Paul, escuchen, Joa llegó al hospital con una herida en la cabeza, creo que su padre le reventó una botella de vidrio en ella.
—Hijo de puta. Suelto enojado.
No es la primera vez que Joa llega al hospital por culpa de su padre, la primera vez, poco tiempo que lo habíamos conocido, con Martín lo encontramos tirado en la calle, tenía varios golpes en la cara y el estómago, rápidamente lo subimos al auto y lo trajimos a este hospital. Insistimos en que denunciara a su padre, pero el no quiso por miedo.
—¿Podemos verlo?. Pregunta Martín.
—Si, pero un rato, el horario de visitas en a la tarde.
—Gracias. Decimos ambos y entramos.
Joa está acostado, tiene una pequeña venda en su cabeza y algunos cortes en su mejilla. Pensamos que estaba dormido hasta que cerramos la puerta y abre los ojos rápidamente.
—¿Chicos?. Preguntó confundido. —¿Qué están haciendo acá?.
—La enfermera nos llamó, le dejé mi número la vez anterior.
—No tenían que venir, estoy bien.
—Si, ya deja de decir que estas bien. Digo un poco molesto.
—Si lo estoy. Responde Joa.
—No, no lo estás, fue suficiente, vendrás a casa a vivir con nosotros.
Joa y Martín giraron para verme confundidos con lo que dije. Estoy muy seguro de esa decisión, el padre de Joa está cada vez más violento, no puede seguir viviendo ahí y tampoco lo dejaremos.
—No voy a ser una carga para ustedes, estoy acostumbrado a que mi papá me pegue.
El corazón se me hizo mierda.
—Nada de ser una carga, está decidido. Aclaro y Martín me aleja a un lado con el.
—Su padre va a ir a buscarlo a casa, sabe donde vivimos.
—Que venga, no me importa, cuando Joa mejore, vamos a ir a hacer la denuncia y si es necesario, que le saquen la tenencia a ese hijo de mil...
Martin abre los ojos sorprendido a lo que dije.
—Estás diciendo que...
—Si, si es necesario, adoptaremos a Joa.
—¿Podemos hacer eso?. Preguntó Martín.
—No lo sé, pero necesita nuestra ayuda, ese sorete le pone una mano encima otra vez y soy capaz de matarlo. Respondo y nos acercamos otra vez que Joa.
—¿Pasa algo?. Pregunta el.
—A partir de ahora, nos encargaremos de Vos y tus cosas.
—Pero...
—Pero nada, solamente nos tenes que nosotros Joa. Dice mi novio con una sonrisa.
De los ojos de Joa empiezan a salir lágrimas y tapa su rostro con las manos. Su llanto era fuerte, de esos que al llorar largas todo lo que venis soportando. Ambos abrazamos a Joa y sin darnos cuenta, nos habíamos quedado dormidos.
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