Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15: ¿Bailamos?

No quería salir, era vergonzoso y ridículo, sin mencionar horroroso.

El vestido caía en suaves ondas blancas y terminaba con un bordado plateado con flores. Era el vestido de novia que toda chica soñaría, menos yo. El sólo pensar que me casaría en un mes más me producía náuseas, hacía que la respiración se me cortara y que todo me diera vuelta. Aún seguía un poco enferma, estuve en cama por una enfermedad respiratoria aunque no fue nada grave. Eso sólo sirvió para que el viejo Minhyun volviera.

A veces me preguntaba que pasaba por su cabeza, un día estaba bien y al otro no. No me atrevía a preguntárselo, tal vez fuera demasiado obvio y yo no me diera cuenta y de ser así él nunca me perdonaría el habérselo preguntado.

Di una pequeña vuelta, admirando el vestido y junté valor. Tenía que salir del probador en algún momento de mí vida. Abrí un poco la puerta y las vi allí: Grace, quien daría el veredicto final, Yangmi, Youngmi, Sunhee, mi madre, Suni, Haneul y Chaerin. Todas juntas llenaban el espacio dado para esperar y ver el vestido.

Salí sin mirarlas, no quería ver sus expresiones. Pero las vi de todas formas, ya que el lugar estaba rodeado de espejos.

–¡____, no lo puedo creer!¡Mírate!– mi madre fue la primera en gritar. Se acercó a mí corriendo y antes de darme cuenta de lo que hacía, de la cámara me cegó. Sacó más de veinte fotos.

Grace caminó alrededor de mí, examinando cada detalle del vestido mientras Youngmi me hablaba sobre las combinaciones que podrían hacer con los vestidos de dama de honor.

No quería ofenderla ni bajar su ánimo, pero estas cosas me traían sin cuidado. No importaba la tela o el diseño de un vestido, al final de cuentas me casaría con Minhyun de la misma forma en que lo haría en Japón que en China.

–Este es el indicado– sentenció Grace. Todas estuvieron de acuerdo. Pidieron mi opinión, no las contradije y le di en el gusto.

Chaerin me ayudó a sacarme el vestido sin arrugarlo, y las demás fueron a ver los de dama de honor mientras mi madre pagaba.

–¿Enserio te gustó el vestido,____?¿O sólo dijiste que sí para no probarte otro?– Chaerin era muy perceptiva. Reí bajo, dándole a entender que tenía razón.

Negó con la cabeza y su mirada se ensombreció un poco.

–____, yo te quiero tanto como a mis hijos, pero no puedo soportar que tú no quieres a Minhyun tanto como lo hace él.

Me quedé en silencio con sus palabras, nunca antes me lo había dicho tan directamente. Siempre me decía lo mucho que me quería Minhyun y que por favor intentará dejarlo que me conquistara. Pero al parecer su paciencia, o tolerancia, habían llegado a cero.

Y la comprendía: si mi hijo estuviera enamorado de una idiota como yo, también hablaría con ella.

–Lo siento, Chaerin.

–No lo sientas, Tinker. Pero si las cosas siguen así y tú crees que nunca cambiarán, será mejor que detangas todo. No creo que Minhyun resista otro divorcio.

Estuve a punto de llorar. Recordé cuando Chaerin llegó junto a Minhyun y Sujin, no traían maletas ni nada. Su padre los había abandonado y Chaerin se vio obligada a trabajar.

No dejaría que Castaño reviviera eso.

–Si desde el principio nunca hubiera sentido algo por Minhyun, jamás hubiera dicho que sí. Y aquí me tienes, probándome un vestido de novia...– le respondí. Eso no la hizo sonreír, pero al menos dejó de mirarme como si fuera una villana.

Sus palabras me afectaron. Últimamente me confundía mucho, en especial desde el incidente con Yon. No dejaba que Minhyun conversara demasiado con otras chicas como el no me dejaba acercarme a otros muchachos.

A quién engañaba, tenía que dejar de mentirme a mi misma. Sí lo quería.

Ya lo había dicho muchas veces, también admitido, pero esta vez reconocía que lo quería en un porcentaje mayor a un cuarenta
por ciento. Diría que llegaba a un noventa.

Y eso era crítico.

Y sin embargo, me gustaba. Era agradable querer a alguien.

Cuando terminé de cambiarme de ropa, salí junto con Chaerin y mi madre nos dijo que debíamos ver los vestidos de dama de honor de las chicas y podríamos irnos. Excepto Grace, quien iría a ver que el lugar donde se haría la boda fuera perfecto para el evento.

Ese era otro tema que me gustaba. A pesar de que fuera secreto.

Minhyun me había dicho que cómo él no podía el vestido de novia hasta la boda, yo no podría ver el lugar donde la harían. Era sorpresa. Me permitían elegir el color de las cosas, las servilletas, la lista de invitados y demás, pero como no me entusiasmaba la organización, dejaba eso en manos de Grace y el gusto de Minhyun.

No presté mucha atención al color y a la textura que deberían tener los vestidos para que combinarán con el mío. Me puse a pensar en Minhyun y que se sentiría estar en su lugar. Pero me abrumé muy rápido y desistí.

Sólo me puse de acuerdo en que tenía que hacer algo para que los demás se dieran cuenta que esto no me daba lo mismo, que de verdad me importaba Minhyun.

Y tuve la solución frente a mis ojos después de dos horas en que las chicas se probaron vestidos. Cuando íbamos saliendo de la tienda, sobre el mesón que tenían en la recepción había folletos dedicados a actividades que hacían las parejas antes y después de casarse. Uno en particular llamó mi atención.

No era el más indicado, sabía que no tenía ese talento y mucho menos Minhyun, pero tendríamos que hacerlo frente a todos y lo mejor sería no pasar una vergüenza y pisarnos los pies hasta que sangraran. Nos inscribiría en clases de baile.

Saqué un folleto del mesón y lo escondí en mi bolso. Mi madre fue a dejar a cada una de las chicas a su casa, a Grace la vino a buscar Aron-a quien nombraba su chófer personal-y, después, finalmente, nos fuimos a casa a descansar.

Escondimos el vestido en mi armario, cubierto por un protector para que no se ensuciara ni de lo comieran las polillas y cuando al fin me dejaron sola, no sin antes una mirada veloz de Chaerin que expresaba que nuestra conversación estaba pendiente, busqué mi celular y marqué el número que señalaba el folleto.

Acordé las horas por las tardes después de clases en los dían en que Minhyun no trabajaba en la pastelería. Imaginaba el rostro que pondría, tenía dos opciones, alegrarse por poner de mi parte y dedicarme en la boda o enojarse otra vez por arreglar cosas sin su permiso. Cualquiera de las dos me servía, lo obligaría a ir aunque no quisiera.

En la noche, a la hora de cenar, Minhyun llegó tarde. Lo trajo Aron, quien también venía con Grace, y ellos dos se quedaron a comer. No suponían ningún problema, Aron era muy divertido y alivianaba el ambiente en la mesa. Grace habló sobre la gran producción que tenía para "nuestro día especial" y lo mucho que se estaba esforzando. Su cabello fosforescente me distraía y muchas veces Suni me dio un codazo para que no la mirara tan raro.

Minhyun no habló mucho, se veía cansado y con ojeras y tampoco probó bocado. Más de una vez tosió y bebió desesperado agua.

Lo había contagiado. Se notaba a kilómetros, sin mencionar que él me cuido mientras yo estuve en reposo. Fruncí el ceño, si Minhyun estaba enfermo eso significaba que no podría bailar o de lo contrario se agotaría y podría empeorar. Hice una mueca, pensé que mi plan funcionaría, pero ya veía que las cosas nunca salían como lo esperaba.

Después de que Aron y Grace se marcharán, obligué a Minhyun a acostarse.

–Estoy bien, ____. Sólo necesito dormir un poco– me dijo cuando lo empujé para que cayera sobre su cama.

–Exacto, necesitas dormir. Yo te cuidaré esta nochey para mañana estarás mucho mejor.

–No creo que...

–Nada de peros, ahora cepíllate los dientes y ponte pijama– le ordené.

–Tú sabes que no me gustan las pijamas– me dijo, poniéndo énfasis en el "no me gustan".

–Y por eso mismo te enfermas, esta noche dormirás como una persona normal– con eso di por finalizada la discusión.

Lo arropé con las mantas y me acosté encima de éstas, no me había vuelto a cambiar desde la pelea y tampoco tenía planes de volverlo a hacer. Ya me había dado cuenta que no tendríamos problemas para dormir en la misma cama, así que aprovecharía el poco tiempo que me quedaba de libertad.

Aparté los mechones de su rostro y lo observé hasta que el sueño me ganó. Le deposité un vasto beso en los labios antes de cerrar los ojos también y sumergirme en un sueño profundo.

(...)

–¿Ya te sientes mejor?– le pregunté cuándo bajó a desayunar por la mañana. Vestía su uniforme como siempre, desaliñado pero a la vez genial. Me sonrió y asintió con la cabeza, la verdad es que se veía mucho más descansado.

–Tus cuidados son muy efectivos– me dijo. Se sentó a mi lado y le pidió a Suni que le pasará la mantequilla, ella se la pasó sin soltar un libro que leía mientras tomaba té.

–No hice mucho, solo me dormí a tu lado.

–A esos cuidados me refiero– aproveché el momento en que Suni no nos miraba y le di un beso. Cada vez que lo besaba una suavidad me llenaba y era tan cómoda la forma en la que nuestros labios se acoplan que ya no me resistía cuando él profundizaba el contacto.

–¡No, estoy desayunando!– nos separamos con la expresión de Suni, quien tenía una mueca de asco y risa en el rostro. Le lancé mi cuchara para que nos dejara en paz.

En la escuela, le conté a Ren mi plan de llevar a Minhyun a unas clases de baile. Le entusiasmo mucho la idea y dijo que le encantaría ver como nos caímos y hacíamos el ridículo.

–Serán la pareja más cómica– me dijo en la clase de matemáticas.

Pasé todo el día con los nervios de punta, siempre estaba la posibilidad de que Minhyun se negara a asistir a las clases.

A la salida, cuando nos despedimos de los chicos, Minhyun se subió al auto y comencé a conducir.

–_____, esta no es la dirección hacia la casa– me dijo cuando tomé el desvío.

–Ya lo sé, es que tengo una sorpresa.

Me detuve frente al edificio y cuando entramos, Minhyun ató cabos.

–Espera un segundo... Esta es una academia de baile... ¿no me digas que...?

–Tienes que admitirlo, ambos somos una aberración para la raza humana si de baile se trata, no querrás hacer el ridículo en nuestra boda, ¿verdad?

–Por supuesto que no.

Bueno, al menos no se negaba a tomar las clases.

Subimos hasta el tercer piso y nos encontramos con cinco parejas más que esperaban a la maestra.

Nos quedamos apartados en un rincón, sentados en el suelo. Las demás parejas se veían muy unidas y cariñosas, además de preparadas para una clase. Nosotros íbamos con nuestros uniformes y seguro pensaban que éramos demasiado jóvenes para esto.

Una de las parejas se nos acercó. Tendrían alrededor de treinta años.

–Chicos, las clases de danza contemporánea son en el cuarto piso– nos dijo la mujer.

–Me alegro– le respondí. Minhyun ocultó la risa en mi hombro.

–Sólo decía, por si se equivocaron de piso– recalcó ella.

–No nos equivocamos, esta es la clase para novios, ¿cierto?

–¿Cuántos años tienen?– preguntó atónito el hombre.

–Sólo son unos estudiantes– murmuró la mujer. Ya me habían aburrido, así que tomé la mano de Minhyun y lo arrastré hasta el otro rincón, alejados de las demás parejas. Si todas se pondrían como aquella, lo mejor sería bailar y no socializar.

La maestra llegó y nos explicó que aprenderíamos el vals básico para una boda. Era una mujer de cabello castaño, altura media y estilizada, dijo que la llamáramos Hye.

Al principio nos enseñó los pasos, uno por uno y después nos hizo bailar.

–Niña, por Dios, no sabes mover tus pies sin tropezarte. Déjame a mí...– me dijo cuando Minhyun me afirmó de la cintura y le pide los pies.

Ma apartó de Minhyun y se puso en mi lugar. Eso no me gustó para nada.

Pegó su cuerpo al pecho de Minhyun y comenzó a bailar lentamente, casi con sensualidad.

–Eso no es vals, es tango– repliqué.

–No interrumpas, le estoy enseñando a tu novio– me dijo Hye casi sin prestarme atención, estaba muy ocupada pasando sus manos por los hombros de Minhyun. Lo que me molestó más fue que él no hizo nada para quitársela de encima, o tal vez si lo intentó y no pudo.

Sin embargo, no lo soporté ni un segundo más en el momento en que ella bajó sus manos por la pierna de Minhyun. Eso sí que no. Nadie lo tocaba. Nadie.

Apagué la radio de una patada y todo el mundo se me quedó viendo. No me importó y liberé a Minhyun de las garras de esa víbora, si creía que Yon me daba problemas, esta mujer me daba jaqueca.

Bajamos en silencio, no me importó haber pagado una clase completa sin siquiera pasar veinte minutos en ella.

–_____, te juro que trate de...

–Te creo– le interrumpí. Nos subimos al auto y él me observó un momento– ¿Qué sucede?

–¿Eso es todo?¿No estás enfadada, no irás y la tirarás por la ventana?

–¡Por supuesto que quiero lanzarla!
Es que estoy a un mes de cumplir la mayoría de edad y correría el riesgo de ir a prisión, así que lo mejor es evitar problemas...– Minhyun asintió con una sonrisa y miró por la ventana –...Aunque si te vuelve a tocar de esa forma, juro que le arrancó esas extensiones baratas.

Al otro día llamé a la academia para que nos cambiarán de profesora. Esa bruja jamás volvería a ver los ojos de Minhyun nunca más en su vida, de eso me encargaba yo.

¿Cómo están mis queridas lectoras? Bueno quería informarles que ya está el protagonista de la próxima historia... Tomé en cuenta lo que dijo Bule4U  y es cierto que hay pocas historias de Aron (en sí hay pocas historias de NU'EST).



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro