Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9🦋

— Te amo Tae, en verdad lo hago.

Ante tal declaración, Taehyung no pudo evitar sonreír para el doncel que yacía somnoliento en sus brazos. Brindó un cálido beso en su frente, despacio y con mucho cariño, para sentir cómo paulatinamente éste caía rendido al mundo de los sueños.

Fue hasta ese entonces que el raciocinio y la lucidez volvieron a él, se dio cuenta de lo que habían hecho y ahora se encontraban ahí, compartiendo un mismo lecho, completamente desnudos y abrazándose el uno al otro en la habitación de una muy refinada posada que había sido pagado con el dinero de Seokjin.

«Un momento...»

Recordar a su amigo hizo que Taehyung abriera sus ojos en pánico debido al incumplimiento que hizo a su palabra, él debía proteger a Jungkook del peligro, cuidar su integridad física y alejarlo de cualquier posible amenaza, no se supone que las cosas acabarían... Así.

No puede evitar sentirse mal y egoísta, tragando con pesadez la saliva que hacía tiempo no sentía en su boca. Antepuso sus sentimientos a la situación que los apresa, no midiendo las consecuencias de sus decisiones a largo plazo ni la difícil posición en la que todos los provenientes del más allá se encuentran ahora.

Retomó las caricias que brindaba con suavidad a la tersa y cálida piel de Jungkook, quien dormía plácidamente en sus brazos y era ajeno al torbellino de pensamientos que colisionaron en su mente por un tiempo. En un vago intento por apaciguar sus preocupaciones se concentró en su presente, en el momento que estaba compartiendo con su esposo.

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al recordar lo que hicieron hace casi nada, la entrega y mutuo anhelo que se demostraron era indudable porque sí, pudo percibir que Jungkook necesitaba que todo esto ocurriera tanto como lo hacía él y no tiene palabras para expresar lo magnífico y sublime que fue su encuentro.

Acaban de tener su primera vez, acaba de hacerle el amor a su esposo, a su doncel.

Por otra parte, la sombra de la melancolía estaba al acecho y se asomó en sus imparables pensamientos y es que ahora le es imposible no maravillarse a la idea de haber conocido a Jungkook estando con vida e idealizar lo perfecto que habrían sido juntos por su forma de ser, sus gustos similares, la pasión y entrega que tenían por el otro, todo ello sin mencionar en la hermosa familia que pudieran haber creado.

Nunca sintió nada así con nadie, ni vivo, ni mucho menos muerto. Lo único medianamente cercano había sido Jimin pero no se comparaba en nada.

Jimin le había parecido muy lindo, es verdad. Su belleza lo cautivó en el primer instante que lo conoció y pensó que podrían haber tenido un matrimonio decente y llevadero pero eso no era amor.

Dadas las circunstancias en las que se había manejado esa unión que no se concretó y aunque ya no recuerda mucho de aquel día, porque prefería no revivir el momento en que el oxígeno le fue privado de sus pulmones, está seguro que nada de lo que hoy se ha despertado en su interior lo había tenido en aquel entonces; ese efervescente deseo que se instaló por dentro, ese instinto de protección y cuidado, de querer darlo todo y hasta más, nadie lo había sacado a relucir nunca... Nadie, excepto su hermoso doncel.

Se dedicó con mucho cariño a delinear con su dedo índice las facciones de Jungkook y en parte agradece el no necesitar dormir debido a su estado, porque ahora tendría la noche entera para observar ese rostro tan etéreo, mismo que no se había detenido en admirar antes con otros ojos.

Ayer en su hogar, cuando lo veía dormir, se concentró más en intentar no darle rienda suelta a sus sentimientos. No quería que nadie saliera lastimado en ese callejón sin salida al que de todos modos ya se había adentrado.

¿Pero cómo podía él tener la osadía de negarle un beso, un abrazo, una caricia o la oportunidad de hacerlo suyo? cuando el mismo Jungkook se lo pidió en cuanto lo vio, se lo pidió entre besos, con sus jadeos y sonoros gemidos que lo llevaron a la plenitud absoluta, entre las muchas caricias que le brindó por todo su cuerpo e incluso en momentos que ni siquiera podía tomar aire mientras fundían sus almas.

Ya había tomado su decisión y está dispuesto en arriesgarlo todo por él, pues es consciente que no tiene nada que perder. En serio se siente muy mal por haberle faltado a su mejor amigo, pero sabe que podrá entenderlo porque Jungkook es su esposo, es de él y de nadie más, no sabe contra qué o quién deberá pelear para mantenerlo a su lado pero nadie le quitará a su amado.

Bajo el precio que sea necesario pagar.

Lo acercó más a su pecho porque siente que una tormenta se avecina y deberá protegerlo pero él será su escudo y su apoyo, nadie se atreverá a ponerle un dedo encima si él está a su lado.

Así pasó la noche en vela, cuidando de Jungkook y vigilando sus sueños pero en algún momento tuvo que separarse cuando lo vio tiritar de frío mientras aún dormía. Entendió que su cuerpo, lejos de ser un refugio cálido y arrullador para su esposo, más bien podía perjudicar su salud con algún resfriado.

Muy a su pesar, retiró losbrazos de él y se fue deslizando suavemente fuera de la cama para arroparlobien con la sábana y colchas a su alcance, sonriendo satisfecho cuando lo vioacurrucarse a gusto. Se vistió y tomó asiento en una silla que se encontrabajunto a la cama, ahí esperaría que amaneciera y pudiera tenerlo cerca otra vez.

El sol estaba en lo alto, anunciando un nuevo día y Taehyung tan absorto en su mente, con su vista al techo de la habitación, tratando de recordar el orden de los votos matrimoniales.

En veinte años nunca logró aprenderlos, ¿se puede llamar a sí mismo "esposo de Jungkook" si ni siquiera él había dado sus palabras de unión? Lo considera inaudito, más ahora que tiene claro que él merece lo mejor. No obstante, su distracción le privó de darse cuenta que unos ojos brillantes y encandilados de cariño lo observaban con tranquilidad.

— ¿Qué tanto piensas? —finalmente habló Jungkook desde su lugar, aún estaba cubierto de pies hasta el cuello por las cálidas mantas.

Apenas se percató de su desnudez al despertar sintió vergüenza de ser visto completamente en ese estado a plena luz del día y permaneció en silencio mientras esperaba que Taehyung lo viera consciente pero es recién ahora que consiguió captar su atención por completo y lo vio esbozar una sonrisa.

— Buenos días, mi amor. ¿Descansaste bien? —preguntó mientras se levantaba de su silla y tomaba un espacio al lado de Jungkook, para acariciar su cabello.

— Hubiera sido mejor estar contigo a mi lado. —sin querer, un puchero se había formado en sus labios. Se sentía tan mimado con las caricias y expresiones encantadoras que el otro le brindaba, no pudo evitar casi ronronear bajo su tacto. —¿Qué hacías ahí?

— Qué risueño despiertas hoy. —dejó un beso delicado en su frente y se incorporó de nuevo para apreciar su rostro. —Mi cuerpo es demasiado frío para ti, estabas temblando y tuve que salirme de la cama pero permanecí cerca para vigilar que estuvieras bien.

— ¿Con la vista en el techo? —cuestiona en un tono divertido para luego sentarse en su lugar, dejando nada más al descubierto su torso desnudo, estiró sus brazos porque quería acercarse más a Taehyung y besarlo.

No entiende por qué ni cómo surgió ese incesante deseo por establecer un contacto más directo y constante con él pero ahí estaban ahora, dándose un beso con suavidad, lentitud y mucho amor de por medio que finalizó en un suspiro por parte de ambos.

— Estaba intentando recordar los votos matrimoniales. Nunca los aprendí, debería decírtelos a ti correctamente para que todo sea oficial, ¿no?

— ¿Qué más oficial quieres que lo ocurrido anoche? —tal comentario provocó que Taehyung riera por lo bajo.

Jungkook aprovechó el momento e intentó levantarse de su cama aún con las cobijas cubriéndole, comenzó a buscar su ropa pero Taehyung se la acercó para ayudarlo a vestir; no sin antes limpiarlo con unos paños húmedos que tenía listos no hace mucho rato y él se dejó hacer encantado de ser atendido con tanto cuidado.

Taehyung le brindó confianza poco a poco para perder el temor a ser visto en todo su esplendor, recibiendo palabras de cariño y elogios que consiguieron relucir en sus mejillas un suave tono rojizo. Le parecía un sueño del cuál no quería despertar nunca.

— Intento hacerlo bien, solamente nunca me salió en el orden correcto. Mis ideas se cruzan a medio camino, pero tú en el bosque los declamaste a la perfección. —decía Taehyung mientras ayudaba con el corsé a Jungkook, le estaba tomando algo de trabajo y hablaba con dificultad. —¿Qué necesidad tienes de usar esto tan ajustado? Tu cuerpo ya es precioso, muñeco.

— Pues es bastante básico aprenderlos, al menos eso creo. En mi caso deb-. Amor, estás ajustando mucho de arriba... —a Jungkook le parecía divertido cómo Taehyung se estaba complicando tanto con esa prenda. —Te decía que a mí me hicieron aprenderlo desde los doce años porque mi mamá esperaba conseguir un buen esposo para mí, con eso de unir las fortunas entre las casas.

— Las madres no deberían buscarnos pareja, complican todo.

— Son costumbres. —aunque intentó hacerlo sonar como algo sin importancia, su voz denotaba tristeza de solo pensar en ello. —Mi abuela viene de matrimonios arreglados y mi madre también. Nadie se salva de eso.

— Si yo hubiera tenido hijos no los habría obligado a tal estupidez.

— No uses ese vocabulario. —reprende a Taehyung viéndolo desaprobatorio desde el espejo. —Bueno, realmente pienso que pudiste haber sido un buen padre. Yeonjun y Soobin parecían necesitarte a su lado para salirse con la suya.

— Eso es algo que nunca sabré. —Taehyung estaba empleando un tono de voz muy bajo en ese momento y no queriendo verse más participativo en el tema decide cortarlo de la manera más sutil posible. —Ahora que hablamos de padres, a veces pienso que debo buscar a los míos, siempre me cuestioné si se habrán sentido culpables o algo por mi supuesto abandono. Sé que están vivos porque nunca llegaron al purgatorio.

— Podríamos buscarla cuando volvamos a nuestro pueblo, sería un peso menos asegurarse que estén bien, ¿no?

— Mhm, conocerás a tus suegros, cariño. —lo dijo un tono tan dulce que hizo reír a Jungkook y sonrojarlo. —Ya quedó.

Jungkook giró levemente el torso, satisfecho con el resultado. Miró a Taehyung detrás de él y dio la vuelta para encararlo, gustoso de pasar sus brazos alrededor de su cuello.

— Creo que me gustó más quitarte eso que ponértelo, no vuelvas a usarlo. —colocó sus manos en la pequeña cintura de Jungkook para acercarlo más a él. —Y no pasé por alto que acabas de decirme amor, ¿Por fin te apiadaste de mi inocencia y me tratarás bien?

— La poca inocencia que pudimos tener ya la perdimos anoche. Además, yo siempre te he tratado bien. —afirmó con total seguridad y dejando de lado el pudor para recordar que acaban de perder su castidad y eso fue un detalle que Taehyung no pasó por alto. —Y ya deja mi corsé en paz.

— ¿Dónde está mi esposo que se desmayaba por todo? Llévense a este pervertido y devuélvanme al que se le bajaba la presión, me caía mejor.

Jungkook dejó escapar una sonora carcajada que Taehyung escuchó fascinado, no pudiendo evitar aproximarse a él y dejar de nuevo un beso en sus labios.

— Ya vámonos o mi conductor se dará cuenta que no estoy en donde debería.

Se tomaron de las manos y salieron de la habitación, mientras iban caminando, Jungkook lo puso al tanto de todo lo que habló con Min el día anterior. Taehyung prestó suma atención a cada detalle porque algo no le cuadraba en todo la anécdota, mas no sabe si se tratarán de detalles que Jungkook pudo haber olvidado o simplemente los estaba omitiendo. Pero prefirió pausar la conversación para dirigirse donde la joven recepcionista y entregar la llave del dormitorio.

— Buenos días, aquí tiene. —Taehyung saludó con cortesía y extendió la llave a la mujer.

— Muchas gracias, mi lo- Oh, ¿fueron los ocupantes de la habitación en el cuarto pasillo?

— Así es. ¿Pasó algo? —ambos se vieron confundidos por la pregunta de la joven frente a ellos, pues ella había colocado una expresión de asombro al verificar la ubicación en la que estuvieron.

— Disculpe, no quiero ser descortés pero algunos huéspedes que salieron temprano se quejaron del ruido que hicieron anoche. —ella pudo notar como el joven doncel se sonrojaba fuertemente en el rostro, mientras Taehyung abrió sus ojos y fingió ver en otra dirección. —Es muy común que algunos hombres de su posición social traigan aquí a sus aventuras, después de todo para eso es este sitio, pero no se acostumbra que... Sonidos fuertes... Molesten a las habitaciones vecinas.

— ¡¿Aventuras?!

La pareja habló en unísono, incrédulos de lo que estaban escuchando y por supuesto que ofendidos.

– Así es, mi lord. Es normal que hombres de distinguidas familias escondan aquí a sus amantes, por lo cual le pido que si vuelve a traer al suyo por favor, no perturben el descanso de los demás.

— ¿Usted cree que mi esposo se prestaría a algo tan bajo como para ser el amante de otro? No lo habría traído a este sitio si hubiera estado enterado que hospedan a ese tipo de parejas aquí.

— Y dígale a sus huéspedes que si van a destruirle la familia a otros, mínimo se aseguren que el pene de su patrocinador sea grande y los haga gritar de verdad, así como mi esposo lo hizo conmigo. —terminó añadiendo un fastidiado y molesto Jungkook, mientras tomó el brazo a Taehyung y lo jalaba para retirarse, sin darse cuenta que este había quedado estupefacto por la respuesta de su doncel.

¿De verdad ya no había rastro del asustadizo e ingenuo doncel?

— Esto es increíble, ¿la viste? Intentó ponernos en ridículo. —resopló Jungkook al caminar lejos del sitio, tratando de digerir el mal rato que acaban de pasar.

— Sí pero la dejaste con la boca abierta del susto... Y la verdad a mi también.

Comenzaron a reír por lo espontáneo que había sido todo aquello pero es una dinámica que están dispuestos a adoptar, el defenderse mutuamente a cualquier costa. Jungkook de repente se sintió con más coraje de enfrentar lo que fuera necesario si tenía a Taehyung cerca, ahora se da cuenta de lo maravilloso que es poder presumirlo como su esposo.

Sin embargo, levemente su sonrisa baja y sus ojos adoptan una expresión preocupante porque no ha compartido a totalidad la información que debe proporcionarle a Taehyung respecto a su visita en la casa de lord Min pero teme de su reacción, la sola idea de ver que Taehyung pueda irse corriendo a saber del paradero de Jimin lo cohíbe un poco, siendo esa acción lo que reventó la burbuja de felicidad en la que ambos iban caminando.

— ¿Ocurre algo, Jungkook-ie? Parecías estar bien hace un momento—inquiere con curiosidad al sentir el cambio abrupto en su ánimo.

— Tae, debo decirte algo. Es sobre Jimin... Me encontré con él.

— ¿Qué dices? —Taehyung abrió sus ojos sorprendido, tratando de pronunciar alguna palabra pero le fue imposible por un rato. — ¿Cómo fue eso posible? ¿Dónde lo encontraste?

— En la casa de lord Min. Parece que ellos están casados.

Jungkook abultó sus labios al ver que Taehyung no salía de su sorpresa, tal parece que sus peores miedos se estaban volviendo realidad y le es imposible no bajar la mirada, cargado de pena y algo de dolor.

Por otra parte, Taehyung también maquinaba en su mente todo lo que está ocurriendo, las coincidencias le parecen demasiado, los detalles parecen estar enlazados unos con otros pero no logra descifrarlo, sabe que hay algo que no está viendo y le comienza a frustrar la idea de no enterarse al respecto.

— Tú... ¿Irás por él? Ahora que sabes dónde está. —inquirió Jungkook con algo de duda y ante la falta de respuesta, obteniendo de vuelta la atención de Taehyung.

— ¿Ir por él?

— Después de todo, él es tu propósito, ¿no?

Taehyung nunca había conocido el término de sonrisa rota hasta ahora. La tristeza tan profunda en Jungkook, enraizada en lo más profundo de su ser, comenzó a brotar en su rostro y puede intuir a qué se debe una expresión tan acongojada como esa.

— ¿Él es mi propósito?

— Se supone que así ha sido todo este tiempo. —Jungkook percibe que sus lágrimas se comienzan a acumular en sus ojos y no puede evitar que algunas se escapen, todo bajo la atenta mirada de su pareja. —Creo que... Lo que hicimos fue un error, yo en tu camino siempre fui un error...

— No. —Taehyung lo interrumpió, tomando de manera muy suave los brazos de su doncel para acercarlo a él, limpiando sus lágrimas una a una con su pulgar. —Tú no eres un error, eres todo menos un error para mí.

— ¿Y qué significado podría tener todo? —desvía su mirada con dolor pero siente los gentiles dedos de Taehyung posarse en su barbilla para mantener el contacto visual y siente en su estómago las mariposas revolotear al verlo sonreír.

— Significa que eres el doncel de quien me enamoré.

Jungkook nunca creyó escuchar algo así dirigido para él. Nunca se creyó tan especial o tan único para alguien. Yoongi nunca le dedicó palabras bonitas o que lograran calar en él, pensó que se debía a lo frío de su personalidad y lo poco afectivo que lograba ser pero ahora se da cuenta que simplemente no era la persona para él.

¿Qué debía suponer ahora? Taehyung no pertenecía a ese mismo mundo ya, está casado con un muerto y le duele en lo más profundo no haber coincidido antes con él. Pero a ese sentimiento le gana el amor que despertó y el mismo que lo impulsó a abrazar con fuerza a su esposo, encontrando la respuesta al por qué está renuente de ver a Taehyung partir de su lado.

— Pero tus deudas de vida. —pronuncia con su voz amortiguada por encontrarse apoyado en su hombro. —Tu propósito es profesarle a Jimin el amor que no pudiste entregarle, tú mismo lo sabes.

— Prefiero estar en el purgatorio la eternidad completa si con eso se me permite amar a la persona correcta y ahora sé que eres tú.

Jungkook se distanció lentamente del abrazo, observando con asombro a Taehyung ante tal confesión, quien se mostraba totalmente honesto en sus palabras.

— ¿Qué dices...?

— No sé cómo surgió esto, me tomaste desprevenido al despertarme del más allá. —tomó las manos de Jungkook sin deshacer el contacto visual. —Pero te puedo jurar que cada segundo que he pasado a tu lado ha sido maravilloso.

— Tae...

— Me lo dijiste anoche y no te respondí porque estabas empezando a quedarte dormido, prefería decirlo en un momento más oportuno. Yo también te amo, Jungkook, desde el primer momento que te vi caí por ti, desde ese instante mi inerte corazón estaba en tus manos.

Mientras Jungkook intentaba asimilar la situación y recibir la respuesta de una confesión que creyó olvidada, Taehyung ató los cabos sueltos en su memoria y recordó las palabras de Namjoon antes de partir del purgatorio.

«Tu propósito está en el rumbo equivocado.»

Lo había encontrado, su verdadero propósito estaba de pie ante él, sin poder creer nada de lo que ha escuchado.

— No sé qué decir, perdón. —susurra Jungkook con incredulidad. —Creo que... Mi nana nunca me preparó para una situación así.

— Entonces, dime lo que tú sientes. No pienses en lo que te enseñaron a responder o no, habla por ti mismo.

— Estoy feliz... Y quiero besarte.

— Ven aquí, muñeco.

Tan pronto terminó de hablar, Taehyung no perdió tiempo en apresar los suaves labios de Jungkook con los suyos, sosteniendo sus mejillas con ambas manos mientras compartían del dulce sentimiento que se transmite entre cada beso y suspiro, cada roce y caricia brindada.

Jungkook por fin supo lo que es sentirse verdaderamente amado y correspondido, la amarga experiencia que había vivido en aquella capilla quedó en el olvido, desalojando su memoria para asentar en ella lo único importante en ese momento; el hombre que lo sostenía como si fuera a perder su mundo entero si llegase a soltarlo.

Taehyung por primera vez logró hinchar su pecho de orgullo y felicidad, porque al fin se permite amar y ser amado sin que nadie tuviera que intervenir en ello. Lo habían elegido a él.

Llegaron al hotel en donde se supone Jungkook debía estar hospedado por órdenes de su madre, pero grande fue la sorpresa de ambos al encontrar junto al carruaje al conductor de los Jeon, quien acomodaba las riendas del corcel que prestaba servicio junto a él. Fue inevitable para Jungkook no palidecer ante tal presencia, no estando listo para alguna excusa o correr en dirección opuesta.

— Joven Jungkook, ¿despertó temprano hoy? No lo vi salir. —la voz de su conductor lo hizo dar un ligero brinco desde su lugar por la impresión.

— S-salí temprano a c-caminar y ¡mira! –tomó a Taehyung del brazo haciendo que casi tropiece por lo repentino que fue. —Encontré al hombre que le dimos el aventón ayer, d-dijo que no le gustó donde se quedó anoche así que... Eh, lo traje a ver si le gusta aquí.

— ¿Ah sí? —Taehyung y el conductor se sincronizaron ante la duda pero Taehyung reaccionó rápido a lo que Jungkook intentaba hacer.

— Digo... Ah sí, estaré aquí más de lo que planeaba y cuando me encontré con él me dijo que aquí es más... Eh, ¿Cómodo?

— Ajá... Seguro. —respondió el señor en un tono desconfiado mientras lo veía de pies a cabeza, juzgando con su mirada lo poco grato que era su presencia. —En fin, joven Jeon, hay que regresar a la gran casa, recibí una carta de su madre y necesita que la lleve a varios lugares antes de reencontrarse con lord Min. Debemos volver ya.

— N-no puedo, dígale a mi madre que lord Min requiere mi presencia un par de semanas más. Sí ella piensa venir la esperaré aquí en un evento, ahora mismo le escribiré la información.

Jungkook se adentró al hotel tan rápido como vio la oportunidad de escapar y buscar con qué darle el recado, dejando a Taehyung y su conductor en un silencio incómodo.

— Y... ¿Hace mucho que vive por aquí? —preguntó Taehyung, balanceándose adelante y atrás con nerviosismo, sin saber cómo romper el silencio incómodo.

— No vivo aquí, traje al joven amo porque la señora Jeon lo pidió. —le respondió como si fuera muy obvio, logrando que Taehyung detuviera su acción para cruzarse de brazos y verlo indignado. —¿Y tú, qué?

– Yo ni siquiera estoy vivo.

— ¿Qué? —el hombre lo vio confundido.

— D-digo que no vivo por aquí, e-estoy de paso nada más.

— Listo, es esto. —ambos le agradecieron a todo lo sagrado que Jungkook haya regresado más rápido de lo que esperaban porque la pequeña interacción que estaban teniendo era muy rara.

— Muy bien, trataremos de volver pronto. –le dijo despidiéndose con una elevación breve de su sombrero de trabajo, sonriendo amable ante su joven jefe pero endureciendo sus facciones apenas se dirigió a Taehyung. —En cuanto a usted, según entiendo por la señora Jeon, el joven Jungkook está comprometido con alguien más, así que no se le ocurra ponerle un solo dedo encima o estará en serios problemas.

Con la peor cara de pocos amigos que el hombre pudo hacerle a Taehyung se retiró de ahí, sin notar que el antes mencionado se estaba aguantando las ganas de reírse en su cara.

La pareja observó cómo el carruaje se perdía poco a poco de su vista hasta que no hubo rastro de él y en cuanto ya no lo vieron se soltaron a reír a carcajadas.

— Discúlpalo, junto con mi nana trabajan desde hace años para nosotros. Me cuida mucho. —Jungkook tomó de la mano a Taehyung para llevarlo al interior del hotel.

— Por el contrario, me tranquiliza saber que más gente se preocupa por tu bienestar. —Taehyung se sintió confundido al terminar de hablar, observando como Jungkook lo empujaba al interior de la que supone es la habitación que compartirán. — ¿Estás seguro que es buena idea que durmamos en la misma habitación?

— ¿Por qué no? Estamos casados.

— Nos acaban de echar de una posada por hacer ruido.

— Seré más silencioso ahora, lo prometo. —se acercó lentamente a él con una sonrisa coqueta, al tiempo que retiraba el saco de vestir que ocupaba Taehyung.

Definitivamente su doncel había cambiado.

— Te has convertido en una cosita muy pervertida. —se dejó hacer por Jungkook mientras lo escucha reír por su comentario, empezando también a retirar con delicadeza algunas de sus prendas. —A decir verdad, hoy quiero hacer muchas cosas, El día promete mucho.

— ¿Si? ¿Y yo estoy incluido en tu día? —retiró con parsimonia la corbata ajena sin eliminar la sonrisa en su rostro.

— De inicio a fin...

— ¿Empezamos entonces?

— Por favor...

— T-tae, ya no puedo, p-por favor paremos. —los jadeos de Jungkook se iban intensificando con el pasar de los segundos, el agotamiento y cansancio físico eran más evidentes por medio de cada queja que soltaba.

— Un poco más, mi amor, por favor aguanta, yo sé que puedes.

— N-no ya no, espera un m-momento ¡tú no necesitas descansos, yo sí!

— Ya, ya, está bien. —Taehyung suspiró y soltó la mano de su esposo para permitir que tomara asiento en una banca junto a ellos. —¿Necesitas un masaje en los pies?

Habían decidido salir a recorrer el pueblo, lo cual agotó a Jungkook antes de lo esperado debido al calzado inadecuado.

Cuando Jungkook escuchó a su esposo decirle en el hotel que tenía muchos planes para ellos, mientras lo sostenía de su cintura de manera sugerente, no se imaginó que iban en pensamientos muy opuestos. Taehyung se había referido en todo momento a salir a dar un paseo juntos, pasar tiempo de calidad como pareja y seguirse conociendo.

La vergüenza se instaló en su rostro tan pronto aquellos planes fueron revelados y no le quedó más opción que asentir estando de acuerdo en ello. Incluso él empezaba a desconocerse, le bastó un solo acercamiento íntimo con Taehyung para pensar en estar así con él siempre.

Entre risas y bromas Taehyung había cargado a Jungkook al interior del cómodo baño, con una tina de agua tibia y abundantes burbujas, luego le ayudó a vestirse y él también consiguió con qué cambiar su ropa. Es así como se hallaban ahora en una caminata por el extrañamente iluminado pueblo, tomados de la mano y caminando por varios minutos hasta que los pies del doncel pidieron tregua.

— Luego me lo das, me merezco un buen masaje por caminar mucho. —le respondió abultando sus labios, mismos que su esposo no dudó en acercarse a besar rápidamente. —¿Qué se supone que haremos hoy?

— Quiero divertirme contigo. —le respondió con una gentil sonrisa mientras tomaba lugar a su lado y acariciaba su cabeza. —Antes de entrar a la posada en donde me dejaron ayer, decidí recorrer un poco y vi una calle bastante peculiar. Quería llevarte, nunca había visitado una feria cuando estaba vivo y... Es algo que también quisiera hacer contigo por primera vez.

— Eres tan lindo. —susurró con sus mejillas sonrojadas, pestañeando despacio sin perder el contacto visual con Taehyung. —¿Y qué la hace una feria tan peculiar?

— Había juegos y mucha comida.

— ¡¿Juegos?! ¡¿Entonces qué hacemos aquí?! ¡Levántate y vamos!

Sus ojos brillaron con expectativa, pues a Jungkook nunca se le había permitido perder la compostura en trivialidades como juegos públicos o convivencias en sitios como un parque de feria. Siempre había querido estar cerca de uno y jugar a lo que fuera que entretuviera tanto a las personas.

Estuvo a punto de tomar la mano de Taehyung y que le indicara el camino a seguir pero Taehyung había desviado su mirada al lado contrario y de repente parecía nervioso.

— ¿Tae?

— ¿¡Ah!? —su tono exaltado consiguió también asustar al doncel, quien lo observa confundido. —S-si quieres ve adelante, Koo, yo te seguiré el paso.

— ¿Qué te ocurre...?

De cerca es aún más hermoso de lo que creí, ya veo por qué te traía con fallas en el cerebro.

Jungkook abrió sus ojos al escuchar una tercera voz pero no conocer a su dueño, situación que le asustó ya que solamente se encontraban ellos dos en ese lugar, mientras Taehyung cerraba con fuerza sus párpados, queriendo escapar lejos y sin saber qué hacer.

— ¿Quién dijo eso?

Aquí abajo... Dile a tu novio que me quite su pesada mano de encima.

Jungkook hizo contacto visual con Taehyung, quien parecía querer meterse a un hoyo o evitarle la mirada, totalmente renuente a mover su mano de en medio de ambos, en donde parecía cubrir algo.

— Koo, podemos-

— ¿Qué hay ahí abajo?

Sin dar paso a una respuesta o reacción, Jungkook levantó la mano ajena y para nada se sentía listo de encontrarse con un gusano... Un gusano que le sonrió y elevó sus cejas repetidas veces.

— Hola.

— ¡El gusano habla!

Jungkook pareció perder los colores en su piel repentinamente, a punto de desmayarse. Oh, Kim Taehyung casi ríe al verlo, había extrañado a su inocente doncel y sus espontáneas reacciones a los nuevos descubrimientos.

— Muñeco, este es Maggot. Es mí... —dudo por un momento. —El gusano que se comió parte de mis órganos cuando morí.

— Esa no es la presentación más adecuada y delicada para un doncel. —reprochó Maggot, siendo imposible de ver como Jungkook había formado una cara de asco.

— ¿Por qué puede hablar? —el susurró de Jungkook salió más débil de lo que creyó, con sus ojos temerosos y sorprendidos, no dejando de ver al pequeño animal.

— Viene del inframundo, recuerda que al principio te dije que no le busques mucha lógica a las cosas que ahí ocurren. —Taehyung le dedicó una corta sonrisa para tranquilizarlo. —Espérame un momento aquí, por favor.

Recibió un asentimiento quedito por parte de Jungkook, tomó a Maggot consigo y lo llevó un poco más retirado del lugar en el que estaban para poder hablar discretamente con él.

— ¿Cómo me hallaste? —cuestionó en un tono bajo pero mordaz.

— Dónde sea que vayas te voy a encontrar, no importa el lugar. Es decir, mira. —sonrió con pereza ante su antiguo portador. —Crucé el purgatorio porque debo ver que estés bien.

— ¿Eres mi guardaespaldas? —arqueó su ceja con fastidio.

— Si quieres verlo así.

— Mejor no me hubieran dado nada... —bufó, al mismo tiempo que recibió una mala mirada del insecto. —Ya que estás aquí viendo por mi bienestar te pediré algo.

— ¿Una especie de misión? —Maggot se exaltó y emocionó ante la idea de formar parte de un equipo con él. —¡Estoy listo!, ¿a quién hay que matar?

— Sería a... ¿Qué? ¡No! Nadie va a morir.

— Le quitas lo divertido a todo, ¿te lo han dicho?

— Concéntrate de una vez... Vas a seguir a alguien y buscar información al respecto.

Maggot escuchó atentamente las instrucciones que Taehyung le brindó. A decir verdad, él mismo sabe que no hay nadie más discreto para un trabajo como ese, así que aprovecharía la inesperada visita del insecto y buscaría resolver todo de una vez por todas.

Cuando terminó su pequeña charla liberó a Maggot y éste se fue a toda la velocidad que su especie le permite andar para arrastrarse camino a cumplir el mandato de Taehyung.

Le sonrió a Jungkook y estuvo de pie frente a él, mientras recibe el mismo saludo de su parte.

— ¿Estás bien?

— Acabo de escuchar a un animal hablar y estoy aquí con un esposo que murió hace veinte años. Estoy de maravilla si me lo preguntas.

Taehyung viró sus ojos en blanco ante la sarcástica respuesta. Estuvo a punto de continuar con la pequeña charla pero entonces vio hacia un lado, en donde el sol había bajado un poco más del cielo y el ruido del festival comenzó a inundar sus oídos.

Extendió su mano hacia Jungkook, en una petición silenciosa a seguirlo en esa nueva aventura pero se vio lento cuando él ya lo había tomado y jalado consigo para empezar a correr y dirigirse a donde la euforia se podía sentir desde ahí.

Nunca había tenido la oportunidad de divertirse en algo que no fuera su viejo piano, por lo que apenas escuchó la algarabía de la gente se contagió muy rápido y partió entre risas a su destino.

Taehyung consiguió seguirle el ritmo y correr junto a él, apreciando lo hermoso que se veía su esposo así; feliz, sonriente, lleno de vida... Libre.

El día era amable, el azul del cielo era su cómplice en esta cita, o así lo creyeron ellos. Porque desde esa mañana, en la que Jungkook abrió sus ojos y vio a su esposo, podría jurar que los monótonos tonos oscuros que envolvían la arquitectura del pueblo ahora estaban teñidos de rosa, las nubes tenían forma de corazones y ese espectacular hombre que iba tomado de su mano era lo más maravilloso que había podido conocer.

Era un sentimiento totalmente nuevo y diferente.

Toda su corta juventud estuvo formándose como un esposo trofeo, "sonreír, callar, obedecer". Así se lo habían impuesto pero Jungkook se cuestionó ¿por qué? ¿Por qué debía ser todo lo opuesto a lo que es su madre, si se supone que ambos están al mismo nivel de importancia social? Jiwoo no era sumisa, mucho menos se quedaba callada ante alguna injusticia, ella nunca fue nada de lo que predica.

Así que él tampoco tenía eso en mente.

Aquí estaba ahora, caminando entre diferentes puestos de comida, mientras Taehyung le da directo en su boca las degustaciones de distintos platillos que van encontrando a su paso y éste se divertía bajo la atenta mirada de Jungkook. Taehyung se encuentra feliz por rodearse de gente nueva y diferente a la que estuvo acostumbrado en vida y en el purgatorio, una nueva oportunidad de inhalar aire y colmar sus pulmones de oxígeno, vivir como nunca lo hizo.

«Te amo Tae, en verdad lo hago.»

Y lo dijo en serio, en el momento fue porque se habían entregado en cuerpo, alma y sentimientos, porque el vínculo entre ellos es innegable y ahora inquebrantable. Ahora lo confirma porque está seguro que no hay nada más hermoso que sus ojos puedan ver que Taehyung sonriendo enormemente hasta que sus ojos forman pequeñas medialunas y su sonrisa es una cajita que guarda todas las palabras de cariño que, hoy se ha decidido, quiere escuchar provengan sólo para él.

Sonrió pequeño y enternecido de verlo interactuar con los vendedores y uno que otro transeúnte del lugar y lo hizo aún más cuando, a medida que caminaban tomados de la mano, lo soltó porque vio llorando a un niño pequeño y se acercó a él para distraerlo con gestos chistosos mientras la mamá del infante logró encontrarlo gracias a las fuertes carcajadas que el pequeño soltaba desde que Taehyung se le acercó.

No se arrepentía, jamás lo haría. Sabe que su corazón encontró también su verdadero propósito de vida y lo cumpliría hasta el último suspiro e incluso más allá.

«Amarlo.»

— Este juego no es para donceles, mi lord, es muy pesado y puede golpearse.

El dueño de un pequeño juego de fuerza que consistía en pegarle con un mazo a una base para lograr hacer sonar una campana en lo alto había robado la atención de ambos y Taehyung se acercó con Jungkook porque querían intentarlo. Pero no esperaba tal recibimiento cuando Taehyung le había concedido a su esposo el lugar para que él lo intentara primero.

— Es mi esposo y si te dije que él puede hacerlo es porque así será. —respondió con seriedad en su rostro.

El vendedor tragó pesado, el aura que Taehyung emana cuando está molesto era realmente incómodo, por lo que no tuvo mejor opción que obedecer a regañadientes, nada conforme con ver a alguien tan débil como un doncel ejecutar una acción propia de hombres fuertes.

Taehyung tomó el mazo que le fue extendido y se lo otorgó a Jungkook.

— No tenías que hacer eso. —dijo mientras tomaba el objeto. —Me harás ver como un caprichoso.

— Te dije que me tienes a tus pies, mi amor. No es mi culpa querer cumplir todas peticiones. —dejó un beso rápido en su mejilla mientras se colocaban frente al juego. —¿Estás listo?

— Eso creo...

Jungkook titubeó un momento con el mazo siendo sujetado con sus dos manos, observando lo lejos que se encontraba la campana y tratando de calcular la fuerza que debía emplear para lograr que suene.

Dejó escapar un suspiro y elevó el mazo para golpear con toda su fuerza la base, observando como el puck se elevó muy alto, siendo posible que lograra tocar la campana pero su sonrisa se desvaneció cuando fue por unos escasos centímetros que no consiguió su objetivo.

— Le dije que no era para donceles. —reprochó el vendedor a un costado de ellos.

— Lo hiciste bien, amor. Ningún doncel podría superar eso. —Taehyung ignoró al hombre y se dedicó en consolar a Jungkook. —Si quieres un helado puedes irte adelantando mientras le pago a este señor.

Jungkook dudó si sería buena idea dejar a Taehyung con el desagradable sujeto. Pero no quiso oponer resistencia si había un helado de por medio, así que simplemente asintió y se alejó a conseguir uno para no estar entre el posible conflicto.

Taehyung tomó el mazo con una de sus manos y comenzó a darle vueltas como si fuera de plástico, tomando en cuenta que era un objeto pesado de madera y metal, mientras observaba al hombre con una sonrisa ladeada.

— ¿Qué está-

— Te lo diré solamente una vez. —pronunció, acercándose al juego nuevamente. —Ustedes, los hombres que están vivos, son una burla para este mundo. Menosprecian a las mujeres y los donceles, siendo ellos más fuertes que cualquiera de nosotros; se hacen cargo de un hogar, trabajan mientras cumplen ese rol al mismo tiempo, dan a luz a sus bebés y todavía se toman el tiempo de criarlos y convertirlos en personas buenas... El día que mueras el purgatorio no será amable contigo, tenlo asegurado.

Taehyung golpeó sin mucho esfuerzo la base del juego y el puck no solo tocó la campana, sino que atravesó la misma, ocasionando que la torre se desestabilizara y cayera a un lado, dejando un estruendoso sonido que llamó la atención de quienes estaban cerca.

— Trata de reparar tu patético jueguito, o morirás de hambre. —aventó el mazo al suelo y reverenció al hombre para retirarse de ahí, pero éste aún seguía estupefacto ante la fuerza descomunal de la que acaba de ser testigo, no podía creer que alguien fuera capaz de lograr algo así.

Taehyung caminó hasta encontrar a Jungkook con dos conos de helados, quien fue totalmente ajeno a todo lo ocurrido. Recibió uno con toda la tranquilidad que le alberga y siguieron caminando para disfrutar del día.

Todo fue maravilloso, mejor de lo que pudo imaginar. Taehyung se encargó de brindarle momentos de ensueño a su esposo; lo vio reír, disfrutar, jugar con otras personas, tomar su mano para jalar de él cuando algo le entusiasmaba y los besos que le robaba cuando se distraía.

Jungkook era todo para él.

Cuando la noche ocupó espacio en el cielo habían llegado al hotel, con una mezcla de excitación, cansancio y satisfacción. Pero por supuesto que lo primero que hizo Taehyung al cerrar la puerta de la habitación fue sujetar el rostro de Jungkook y besarlo con profundidad y vehemencia pero sobre todo con el amor que su cuerpo entero está listo para darle y así fue.

Prenda por prenda se fue perdiendo en cada paso guiado hacia la cama que esperaba recibirlos a ambos, y una vez juntos en el lecho, Taehyung lo tomó toda la noche, se sació completo de él y tal como Jungkook prometió, esta vez fue discreto, porque Taehyung prácticamente no dejó de besarlo en toda la noche, provocando que sus gemidos fueran a morir en la boca del otro.

Le hizo el amor a su esposo de forma tan lenta, apasionada y devota que podía jurar haber sentido a su muerto corazón regalarle un par de latidos a su doncel, como respuesta a lo vivo que lo hacía sentir y lo perdidamente enamorado que estaba volviéndolo por él.

De ese modo transcurrieron varias semanas hasta casi completarse un mes, la madre de Jungkook no había aparecido y el evento que decidiría el regreso de su fortuna ya estaba a la vuelta de la esquina, pero a nadie le podía importar menos algo de todo eso, siendo que ellos están en un pueblo que no conocían pero fue gracias a una rutina nada molesta en la que salían todas las tardes de paseo, lograron identificar mejor las calles e incluso algunas personas, por las noches se fundían en uno solo, profesando amor en sus voces y caricias, desatando facetas totalmente nuevas en cada uno de ellos; el descaro, la soltura y la lujuria se había adueñado de sus actos carnales, escondidos en la intimidad de aquella habitación que era testigo de un par de enamorados prófugos de la línea que dividía a los vivos y muertos.

Estaban en una bruma de amor, deseo y pasión durante tanto tiempo que saben ahora nada podrá interrumpir esa felicidad.

Aún si ambos ignoran aconsciencia el hecho de que uno de ellos no pertenece a ese plano.

— ¿Si ves bien este traje? Lo veo muy extraño y el corsé me molesta, no combina bien. —Jungkook se preparaba para el evento al que Yoongi le había solicitado reunirse.

Entre tantas actividades que hizo con Taehyung bajó la guardia, olvidando casi por completo el verdadero propósito de su presencia en ese sitio. Sin embargo, recordó con tiempo que su asistencia era indispensable en aquel lugar. Así que el día anterior se dispusieron a comprar ropa que les pudiera funcionar para ese día.

— Eres una belleza con todo lo que ocupes. —Taehyung se acercó a depositar un beso en la mejilla de Jungkook y susurró a su oído con una sonrisa coqueta. —Aunque me gustas más sin nada encima.

— ¿Entonces me voy desnudo? ¡Ah! —recibió una nalgada de su esposo ante el comentario, siéndole imposible no reír al ver cómo su expresión había cambiado a una seria. —Ven, mejor ayúdame con el corsé, te encanta ponérmelo, lo sé.

— Odio esa prenda. —la tomó en sus manos mientras su semblante permanecía serio. —Y lo que me gusta ponerte es otra cosa.

Vio hacia el espejo y encontró a Jungkook con la mirada afilada, a Taehyung le divertía esta nueva etapa en la que estaban. La confianza ya era muy característica en ambos, habían adoptado comportamientos que ya era exclusivo en uno con el otro y aunque a veces la reacción del contrario sea como las que acaban de hacerse, saben que por dentro les causa gracia.

Una vez finalizaron los últimos toques en sus atuendos partieron del hotel en un carruaje que les tocó alquilar, con rumbo a la reunión a la que Jungkook había sido citado.

Al llegar, no les extrañó nada la extravagante decoración del lugar. Era una enorme mansión que se prestaba justo para llevar a cabo galas de ese tipo, con tonos blancos y grises por todos lados, los invitados en vestimentas de colores similares -suerte que ellos habían optado por el blanco y negro en su ropa-, había guirnaldas de flores al igual que pequeños pilares con ellas en muchos espacios.

Subieron los escalones de la entrada y saludaron con amabilidad a quien recibía a los invitados, presentando la invitación y haciendo presencia como la pareja Jeon, sin dar tantos detalles y pronunciando lo justo.

Entraron en ambiente rápidamente, sus manos no se soltaron nunca y tampoco llamaron la atención de nadie porque, por fortuna, no eran conocidos en ese lugar. Pasaron observando el gran salón, donde orquestaron música suave que permitía amenizar el ambiente sin interrumpir la plática que todos sostenían.

Avanzaron hasta llegar a una terraza en dónde casi no había nadie.

Taehyung recostó su espalda baja en el barandal frente a ellos y jalo a Jungkook cerca de él para apresar su cintura en sus brazos, este le respondió rodeando su cuello y viéndolo fijamente.

— ¿A qué hora se supone que vendrá ese infeliz? —preguntó Taehyung en voz baja, tenía cerca el rostro de Jungkook, por lo cual pudo darle un corto beso luego de la pregunta.

— No me dijo la hora, tendré que esperar que se digne en dar señales. ¿Qué te parece si mientras tanto le das más besos a tu lindo esposo? —le batió las pestañas con inocencia y por supuesto que Taehyung no se iba a resistir a ello, así que aproximó más el cuerpo del otro y lo besó con mucho cariño, importando poco o nada lo mal visto que son las demostraciones de afecto en público.

Permanecieron así hasta que escucharon una copa caer al lado suyo, suspendiendo el tranquilo momento debido al susto. Taehyung se incorporó rápidamente para poner a Jungkook ligeramente atrás de él sin soltar su agarre y protegerlo de lo que sea que haya sido eso. Pero se quedaron pasmados cuando vieron quién se había unido a ellos.

— ¿Jungkook? ¡¿Qué estás haciendo?!

— Mamá...

Dedicado a: fresas_hobi_ no podía no darte las gracias en mi actualización después de dejarme comentarios tan lindos aquí y en Inkspired❤️

Nos vemos en la próxima actu, ya casi nos ponemos al día.

Los quiero🐁

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro