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Capítulo 11🦋

Con prisa en sus pasos, se alejaba de la mansión que aún retenía a los invitados en su absurdo evento. Pero su camino no pretendía ir demasiado lejos a pesar de todo, pues aún con toda la confusión revoloteando en su interior cual tormenta, era incapaz de dejar sólo a Jungkook, inclusive si la ira calcinaba en su interior.

¿Por qué persistía su preocupación por aquel doncel que acaba de ser partícipe de un beso ajeno a él? Y lo peor... No lo vio negarse a recibirlo.

Algo se retorcía dentro de él, exprimiendo poco a poco la paciencia que podía sentir abandonar su cuerpo. La visión de otro hombre tocando esos labios que él había besado con tanto amor todo este tiempo lo tenía al borde del colapso y la molestia era palpable en lo pesado de su andar.

¿Era posible acaso que a una persona se le diera tan natural una mentira? Se niega a creerlo, nadie puede fingir demasiado bien un sentimiento.

Una pelea se libra en su interior, la razón y la furia discuten entre sí para ver cuál de ellas tomará el mando de la situación y con ello decidir su próximo movimiento; la razón trata de otorgarle el beneficio de la duda porque es consciente que Jungkook no gana absolutamente nada siendo deshonesto con respecto a lo que tienen; la furia por su lado, quería ir a propinarle golpes al que se atrevió en siquiera respirar tan de cerca el mismo aire de su amado.

Vaya que había caído profundo por él. Taehyung es incapaz de emitir sentimientos negativos hacia su doncel, está seguro que todo debe tener una explicación. Tiene que haber una explicación.

Apartarse un momento del ajetreado ambiente que tenía esa fiesta es la decisión más sensata que ha hecho hasta ahora. Hace un momento había tomado del cuello a la que se supone, de alguna manera, es su suegra y por muy mala persona y madre que ella sea, sabe que esa acción no fue la correcta pero se sentía poseído, ajeno a sí mismo.

Dejó caer su cuerpo con pesadez en una roca enorme que vislumbró mientras caminaba, afortunadamente se prestaba para esa función.

Estaba rodeado a sus espaldas por un bosque lúgubre pese al intenso y radiante sol que le acompañaba; frente a él aún tenía de vista la gran casa del evento que se alzaba imponente aún a esa distancia. Vio sobre su hombro la extensión de árboles que parecía infinita y eran el hogar de los cuervos que escuchaba graznar desde ahí, bufó inevitablemente por la ironía de encontrar el mismo escenario oscuro donde fuera que se encontrara.

Finalmente su raciocinio ganó la batalla que lo aturdía hace un momento, decidido en relajarse y despejar su mente para alcanzar paz interior a medida que realizaba ejercicios de respiración. Pero su actividad se vio interrumpida por el crujir de unas ramas a sus espaldas.

No se giró en ese instante, optó por agudizar su oído mientras fruncía sus cejas, para escuchar cómo unas pisadas se iban aproximando más a él y antes que lo que fuera que estaba cerca pudiera tocarlo, se levantó abruptamente de la piedra y lo encaró dispuesto a pelear si era necesario pero su semblante cambió a uno de confusión cuando tuvo de frente a Namjoon y Seokjin.

— ¿También estás perdido? —un sonriente Namjoon preguntó con genuina inocencia y recibiendo un golpe en su cabeza por parte de Seokjin.

— No estábamos perdidos, te dije que era un camino más largo pero seguro.

— ¿Qué hacen aquí? Y... tú sobre todo, ¿cómo es que conseguiste venir? —esta vez Taehyung interrumpió el pequeño diálogo entre ellos pero dirigiéndose enteramente a Namjoon.

— Estoy bien gracias por preguntar. —dijo Namjoon mientras aliviaba el dolor en su cabeza por el reciente golpe. —Con un hechizo igual al suyo. Necesitaba hablar contigo así que vine a buscarte antes que todo fuera un caos y Seokjin me guio hasta este lugar.

— ¿A mí?

— Si, Taehyung. —el rostro de Namjoon se tornó serio y preocupado. Tragó algo pesado su propia saliva por la información que llevaba consigo. —La balanza del purgatorio detecta tus movimientos, ¿sabes? Estás llevando bien tus asuntos pendientes, vas encaminado sobre tu verdadero destino.

— Pero...

— Ya tienes uno resuelto, lo sé porque lo puedo ver en ti pero has acumulado más de ellos. No has vuelto al purgatorio y tampoco trascendido además, sigues enlazado a Jeon. No puedes desestabilizar ni burlar a la balanza, hay consecuencias que pueden sufrir y vine para evitarlo porque La Parca está a punto de personificarse y venir por ustedes.

Taehyung desvió su mirada algo turbado ante la idea de volver al purgatorio o peor aún, ser arrastrado de regreso por la mismísima muerte. No era un mal lugar, pero la permanente luna en el cielo le había hecho olvidar lo bien que sentía tener el sol sobre la piel.

Le hizo olvidar cómo era estar vivo.

— No puedo volver... No quiero. —con pesar en su tono susurró, como si fuera para sí mismo pero audible para el par recién llegado.

— Taehyung, no perteneces a este plano. —Namjoon le recordó tratando de tener tacto en sus palabras. —Hay un castigo en no aprovechar esta oportunidad y tratar de dejar el purgatorio. Si no resuelves lo que sea que te retenga, vas a entrar en un bucle infinito en el que morirás todos los días de la misma manera en la que dejaste este mundo y no vas a trascender ni volver allá abajo.

— ¿Y qué pasa con Jungkook si decido ir al purgatorio ahora...?

— Esa es la opción más amable. Él irá contigo y esta vez la balanza le quitará la vida para que permanezca ahí.

— ¡No! —gritó exaltándolos ante el repentino cambio brusco de su voz. La molestia volvió a apoderarse de él. —¿Cómo dices algo así tan tranquilo? No puedo permitirle a Jungkook que muera y menos por mi culpa, él es muy joven y tiene mucho por vivir.

— Hey. —esta vez fue Seokjin quien interrumpió. —Te recuerdo que soy su padre y esto no me duele menos que a ti, pero entiende algo. Tu alma y la de Jungkook están enlazadas, tu destino será el suyo, ¿entiendes lo que digo? Si no resuelves tu propósito ahora, entonces sufrirás el castigo que Nam te dijo y por ende Jungkook igual.

— Jungkook no está muerto, él no puede repasar infinitamente una muerte que no existe y me niego a privarlo de seguir con vida.

— Taehyung, Jungkook condenó su vida desde el momento en que puso ese anillo en tu dedo.

— Pero, espera. ¿Con todo esto quieres decir que...? —Taehyung no supo qué más sentir en ese momento. Aflicción, miedo, impotencia, culpa. — ¿Así como fue mi muerte...?

— Será la misma para Jungkook si dejas que La Parca suba hasta aquí... Alguien más hará con él lo mismo que te hicieron a ti.

— No, no, no. Eso no. —la presión en el pecho de Taehyung y la impotencia repentina que lo envolvió de solo imaginar que le pudiera ocurrir algo malo a su esposo, empezó a marearlo, llevándolo a sostener su cabeza. —A él no le puede pasar nada, por favor...

— No quiero que le ocurra nada a mi hijo. Así que quien te ruega soy yo a ti. —Seokjin se aproximó a tomarle por los hombros para obtener su total atención. —No pierdas de vista tu objetivo y sálvate Taehyung... Sálvalos a ambos, no importa el tiempo que te tome pero no pierdas de vista tus objetivos para dejar esta vida y el purgatorio. Si te desvías solo un poco ella vendrá por ti.

Taehyung permitió que las pequeñas gotas al borde de sus ojos se deslizaran. Mentiría si no admitiera que se encariñó demasiado con Jungkook, hasta el extremo de amarlo con todo su ser y locura desmedida, como para permitir que le suceda algo malo.

Ahora sabe que debe protegerlo y únicamente lo conseguirá si retoma la búsqueda de sus padres y del asesino que le privó de su vida.

— Por cierto, ¿en dónde está él? —Namjoon pregunta al percatarse de su ausencia recién ahora y viendo en todas direcciones.

— En la fiesta... Besándose con el señorito vivo. —se cruzó de brazos molesto, su comentario salió con la rabia y celos invadiéndole repentinamente.

Se supone que había salido a despejarse y ahora estaba peor que cuando llegó con todo lo que debe procesar y planear, la situación de ese hombre no le estaba facilitando nada porque tampoco podía descuidarse de él.

— ¿Con quién? —inquirió Seokjin, alzando una ceja por su confusión.

— Lord Min.

— ¿Y lo dejaste solo?

Taehyung levantó su mirada hacia Seokjin y pudo jurar que vio la molestia subirle de los pies a la cabeza.

— Y-yo...

— ¡Te envié con él por un propósito, Taehyung! Lo único que debías hacer era cuidarlo y ya. ¿Fue mucho pedir?

— Te acabo de decir que los vi besándose.

— ¿Y qué? ¿Qué haces aquí en lugar de haber intervenido y llevártelo contigo? —el aura oscura de Jin empezó a intimidar incluso a Namjoon que era relativamente más grande que él.

Taehyung sintió su molestia pasando a una leve incomodidad ante la energía que el otro emanaba.

— Me enamoré de él... —susurró en respuesta, y fue suficiente para que ambos abrieran sus ojos con total incredulidad a lo que ha dicho Taehyung.

— Que tú... ¿Qué?

— ¡Que lo amo! Amo a tu hijo, a Jungkook. Fue inevitable no caer enamorado de él, es lo mejor que me ha pasado en estas últimas semanas y... Más bien... Lo mejor de mi vida entera, incluso la no vida como tal. Me entregué a él y él a mí en todos los sentidos, fuimos uno solo durante todo este tiempo, y no soporté ver que se estaba besando con alguien más porque creí que yo sería el único hombre desde ahora y al parecer solo fui una distracción para él mientras conseguía volver con lord Min.

Y apenas terminó de hablar, un puñetazo de Seokjin fue a parar a su rostro, arrojándolo al suelo con tanta fuerza que su mandíbula se desencajó por el impacto. La fuerza sobrehumana que poseen los llegados del purgatorio le jugó en contra esta vez.

— ¡Oye, tranquilo! Tae, ¿estás bien? —Namjoon sujetó a Seokjin de ambos brazos, tratando de evitar que la situación escalara a más.

Taehyung se sentó lentamente, sosteniendo la quijada fuera de su lugar para tomarla con ambas manos, haciéndola tronar para acomodarla de nuevo en su sitio, no evitando soltar un quejido en el proceso.

— Eso fue por creer que mi hijo sería capaz de una bajeza así. Es un buen muchacho y sobre todo sumamente educado. ¿Se te ocurrió que ese tal Min pudo haberlo forzado o amenazado en hacer eso, Taehyung?

El aludido no dijo nada, estaba escuchando la explicación más lógica y razonable que había pedido para sí mismo hace un momento. Era entendible que algo así hubiera pasado y ahora se siente terrible porque esa posibilidad no cruzó antes por su mente.

— Además. —hizo el amago de soltarse con furia de los brazos de Namjoon pero este no cedió. —¡Tocaste a mi hijo, traidor, mal amigo! ¡Te envié a cuidarlo y le quitaste su flor a mi bebé!

— ¿Su qué? —repitió Namjoon con diversión pero borró su sonrisa cuando Jin lo miró fulminante.

— Oye, yo no lo forcé a nada. Además te dije que lo amo, no fue en ningún arrebato de calentura o algo parecido. —se levantó del suelo sacudiendo su ropa y enarcando una de sus cejas para mirar a los ojos a su amigo sin atisbo de intimidación ante esas palabras, porque de ello si tenía plena seguridad.

Seokjin mantuvo su semblante retador en él, esperando ver arrepentimiento o culpa, pero mientras los segundos pasaban no reparó en algún cambio ante la postura de Taehyung, estaba muy firme y parecía que no se iba a retractar en sus palabras.

Consiguió tranquilizarse dejando ir un suspiro de cansancio y poco a poco Namjoon lo soltó, esperando que no volviera a actuar impulsivamente.

— Entonces si lo amas no vuelvas a sacar conclusiones de esa manera con él, tú no sueles ser tonto y menos impulsivo. ¿Discutieron por eso y es la razón de que estés aquí?

— No sabe que lo vi. Me aparté para tranquilizarme antes de volver por él.

— Bueno, entonces aquí no pasó nada. Ve con él ahora, por favor y vuelvan para irnos juntos al pueblo. Recuerda que es peligroso que esté cerca de Min.

Taehyung asintió y estaba por irse pero un curioso Namjoon lo detuvo.

— Tae, si estamos muertos y la sangre no nos circula, ¿Cómo es que...? Bueno... Tú entiendes, ¿no? —hizo señas extrañas que el par presente no entendía, hasta que finalmente apuntó a su entrepierna con su dedo índice en dirección al suelo y luego simulando que se levantaba.

Seokjin cerró sus párpados con fuerza y se sostuvo el puente de la nariz, exasperado por la estúpida curiosidad del otro y Taehyung por su parte, abrió exageradamente sus ojos sin saber qué decir.

— Ah... N-no sé... —rascó su nuca con miedo a soltar algo que provocará que su amigo le arrancara la cabeza. Pero aclaró su garganta sabiendo que podría manejarlo. —Pudo ser memoria muscular. Yo que sé, solamente se levanta cuando Jungkook me hace una-

— ¡Ya ve con mi hijo, ya entendimos!

Obedeció tan rápido como la orden de Seokjin fue emitida y este último quedó viendo desafiante a Namjoon que se había sentado como si nada en la piedra donde estaba Taehyung cuando llegaron.

— ¿Qué?

¿Qui? Idiota. —masculló con molestia. Se hizo a su lado en la piedra y al acomodarse empujó a Namjoon fuera de su sitio provocando que cayera de cara al césped y sonriendo victorioso cuando lo escuchó decir que le había roto la nariz.

Jungkook se encontraba sólo, con su mirada perdida y limpiando las vagas lágrimas que aún caían de sus ojos.

Se había sentado frente a una mesa casi en la entrada de la gran casa del evento mientras Jiwoo se había ido a buscarle algo de beber y francamente agradecía tenerla lejos para estar a solas porque no quería que le interrogara sobre su salud.

Él quería ver a Taehyung de nuevo y permaneció atento a su alrededor, esperando que diera señales de aparecer pero no hubo nada, por lo que poco a poco las esperanzas se desvanecían y la presión en su pecho le asfixiaba aún más.

Hacía una hora y un poco más que se levantó del desmayo, afortunadamente entre los presentes si se encontraba un doctor que pidió a otros asistentes llevarlo a una habitación para su comodidad y revisarlo debidamente ante la repentina descompensación que tuvo y cuando recobró la consciencia le comentaron lo que había ocurrido.

La sugerencia médica que recibió fue no volver a someterse a situaciones de estrés como la recién vivida, atribuyendo la reacción al cúmulo de eventos desafortunados al que se vio expuesto y que podrían afectarle a largo plazo.

Su pierna repiquetea el pie contra el suelo repetidas veces, siente una ansiedad enorme de ver a Taehyung porque no es normal cómo se siente por el hombre y lo sabe... Y tampoco considera normal que, al haber encontrado a su esposo entrando al salón, se levantara de su sitio y corriera muy rápido en su encuentro para abrazarlo con mucha fuerza, aferrándose a él con tanto temor y soltando un sollozo que le fue inevitable retener.

De pronto pensó que podría ser patético comportarse así pero de todos modos fue correspondido con la misma intensidad. Se sentía pequeño en sus helados brazos pero vaya que le encantaba estar ahí, no los cambiaría por nada.

— ¿Por qué lloras así, mi muñeco? —cuestionó preocupado y en voz baja. —¿Te hicieron daño?

— No te vi cuando regresé a la terraza. —respondió en un tono muy bajo y dolido, escondido en su pecho y sorbiendo su nariz. —Creí que habías trascendido y no te vería nunca más...

— No, no. —lo acunó en sus brazos y acarició su cabello, siseando para que mitigara el pequeño llanto que había salido de él. —Estoy aquí, amor. No sería capaz de irme a ningún lado y dejarte así.

— ¿Dónde estabas? Me desmayé hace un rato porque tuve miedo.

— ¿¡Qué!? ¿Estás bien? —revisó con temor su rostro y brevemente el resto de su cuerpo pero soltó un suspiro de alivio cuando le vio asentir con suavidad, dejando un suave beso en sus abultados labios.

— Estoy bien, había un médico y me dio las indicaciones para tomar cuidados que eviten estos desmayos. —la voz de Jungkook comenzó a ganar más calma y serenidad luego del beso que le fue otorgado. —¿Tú vas a cuidarme?

— Ni siquiera deberías preguntarlo, estaré siempre para ti.

Se sintió satisfecho con esa respuesta y sonrió pequeño para sí mismo.

—¿Dónde te habías metido?

— Perdóname, cariño, tu madre no es la mejor de las compañías y quise alejarme a caminar un rato. —sintió como Jungkook rio levemente ante el comentario, sacándole a él una sonrisa pero inmediatamente la espina de la culpa pinchó su pecho, guio sus manos a los hombros ajenos para separarlo levemente del abrazo y poderlo ver a los ojos. —Discúlpame, por favor, ¿estás bien? ¿Min no te hizo nada?

— Todo está en orden. —acortó la diminuta distancia que existía en sus rostros y dio un pequeño en la mejilla de Taehyung. —Aunque tuve que pegarle por atrevido, mira mis nudillos.

Taehyung se enterneció terriblemente por el tono que utilizó en su comentario y el leve puchero que hizo. Tomó la mano apenas lastimada debido al impacto que le proporcionó a Yoongi horas atrás y la acarició.

— Seguro se lo merecía.

— Ojalá hubiera podido darle otro, el infeliz me besó a la fuerza. —cuando dijo eso, Jungkook vio como Taehyung levantó una de sus cejas y tensó su cuerpo.

Definitivamente no le gustó lo que escuchó pero en otra parte de su consciencia, muy pequeña, se siente aliviado de ver cómo Jungkook confía en él al haberle comentado ese altercado que tuvieron y que después de todo si había sido un mal entendido.

— ¿Es así? —vio un asentimiento como respuesta. —¿Te dijo algo importante?

— Que si no desaparecía de su vida me iba a matar... Y a ti también.

— No te niego que es divertido imaginar que intente matarme a mí y ver cómo falla sin importar lo que haga. Pero no te quiero exponer a ningún peligro, cariño mío.

Jungkook sabe que sus ojos brillan intensamente en ese momento, desbordando anhelo y cariño. Podría acostumbrarse eternamente a ser consentido y protegido por este magnífico hombre pero espera nunca tener que atravesar el temor de perderlo otra vez.

Le sigue siendo un poco macabro recordar que técnicamente no está vivo, pero ese es un detalle que va a pretender ignorar todo el tiempo que le sea posible.

— Pero no lo pienso dejar así, Tae. Necesito recuperar lo que le pertenece a mi familia. Mi padre perdió su juventud por trabajar a como lo hizo y darnos un lugar digno en la sociedad. —recostó su mejilla en el pecho ajeno mientras le abraza de la cintura.

— No lo dejaremos, mi amor. Pero tampoco te voy a volver a exponer a él, así que olvídate de hacer algo que involucre encontrarse a solas con ese loco otra vez, ¿mh? —sonrió al recibir un murmullo positivo en respuesta.

— ¿Tienes algún plan? —inquiere Jungkook sin querer romper la pequeña burbuja de paz en la que se siente flotando.

— De momento no, pero no estaremos solos en esto. Tendremos ayuda.

El tono en que lo dijo despertó curiosidad en Jungkook, quien lo encaró con su ceño fruncido por no entender a qué se refería pero solo recibió otro gentil beso en sus labios.

— ¿Dónde está tu mamá? Debemos irnos.

— ¿Con ella?

— ¡Ahg, no! —Taehyung abrió sus ojos asustado y aclaró su garganta rápidamente porque su exclamación de rechazo a su suegra salió más rápido de su boca que formulándola en su pensamiento, por fortuna no molestó a Jungkook y solamente le provocó reír. —Quiero decir, no es necesario, pero debemos irnos tú y yo al pueblo, en el camino te daré detalles.

Jungkook asintió y se separó del abrazo, acomodó su ropa y cuando tanteó su bolsillo recordó la alianza que aún mantenía consigo.

— Le quité esto sin querer en un forcejeo a Min, ¿lo vendemos? —le mostró el anillo con diversión a Taehyung y éste sonrió ante el atrevido comentario.

Tomó el objeto en sus manos y la sonrisa que tenía hace un momento se esfumó apenas vio las letras talladas en su interior.

"K.Th"

Si su corazón latiera aún, está seguro que este se habría detenido en ese momento. Más la sorpresa de ver ese objeto en sus manos no lo privó de que estas empezaran a temblar, alarmando a Jungkook inmediatamente.

— Amor, ¿qué ocurre? —tomó las manos de Taehyung para tratar de obtener su atención y este le hablara.

— Él... ¿Min Yoongi tenía esto?

— Si, es su anillo de casamiento supongo, c-como te dije forcejeamos y se lo quité en un descuido. ¿Por qué? —su preocupación evidenciada en su tono de voz.

Taehyung tragó saliva y dejó de ver a Jungkook en ese momento, poniéndole atención una vez más a la pequeña argolla.

— Este era mi anillo de bodas, es el que yo tenía en mis manos antes de morir.

Mientras emprendían su rumbo a pasos tranquilos, Taehyung se tomó a la tarea de explicarle a Jungkook un poco más de lo que fue su vida antes de abandonarla en contra de su voluntad, eso incluía el origen del anillo, el cuál recuerda que su madre lo obsequió como un presente para su inexistente unión con Jimin, y es debido a eso último que la situación se le hace un tanto extraña.

Entiende que Jimin lógicamente hiciera su vida con ese hombre pero, ¿por qué tenía un objeto que se supone fue robado? ¿Siquiera el anillo había sido robado o Jimin si había alcanzado a llegar antes que nadie y pudo guardar sus cosas?

Eso no tenía ningún sentido, porque entonces le habrían dado una digna sepultura y su cuerpo no hubiera quedado preso en el purgatorio al haber llegado su presunto amado.

Todo es muy sospechoso, por supuesto que sí, y no se necesita ser un genio para llegar a una conclusión pero tampoco quiere adelantarse a los hechos que rondan su mente, así que prefiere indagar más.

Llegaron en donde Namjoon y Seokjin los estaban esperando, Jungkook soltó la mano que todo el tiempo se sostenía con la de Taehyung y permitió que los Jeon se abrazaran por la nostalgia de no haberse visto por un buen tiempo.

— Necesito ir a ver a mi madre. —finalmente se decidió Taehyung, aproximándose más al grupo y haciéndole saber que esto era parte de su propósito. —Tengo que volver al pueblo pronto y obtener respuestas que solo ella puede darme.

— ¿Es grave? —quiso saber Namjoon algo preocupado.

— Espero que no, pero quiero aclarar el panorama antes de que lo pueda ser. —Taehyung sacó de su bolsillo el anillo que Jungkook antes le había mostrado. —Esto me pertenecía antes de morir y ahora apareció en manos que... Extrañamente no me esperé que lo tuvieran.

— Es una alianza... —susurró Seokjin observando el objeto y posteriormente a Taehyung. —¿Crees que esto nos sirva de pista para dar con tu asesino?

— Es bastante probable que el asesino ronde cerca, sí.

— Bien, no se diga más. —exclamó Namjoon con decisión. —Iré a buscar un carruaje y yo los llevaré.

— ¿Has manejado carruajes? —Jungkook aún tiene problemas para confiar en Namjoon y sus habilidades, tenía algo de pánico oculto pero inseguridad total reflejada en su rostro.

— No. —se alzó de hombros con desinterés. —Pero no es difícil supongo, solo es esperar que los caballos no pierdan el control y nos maten pero de todos modos ya lo estamos.

— ¡Qué yo sigo vivo!

— Ninguno va a manejar. Tú ven conmigo y no toques nada en el trayecto. —Seokjin jaló a Namjoon del brazo para alejarlo de su hijo. —Les buscaremos un carruaje y nosotros iremos en otro.

El sol se había ocultado en el horizonte, ya había brindado el último espectáculo del día y las tenues luces del atardecer le abrieron paso a un cielo estrellado e iluminado por una enorme luna.

Los cuatro iban emparejados en carruajes distintos y con rumbo al pueblo que pertenecen, más específico en localizar la residencia de los Kim.

Seokjin y Namjoon estaban en un carruaje que iba algo adelantado al de los más jóvenes, ya que el de ellos se apresuró un poco más al salir, por ello había una brecha considerable de distancia pero seguirían el mismo camino.

— Tae, ¿por qué Namjoon está aquí? —Jungkook iba con su cabeza recostada en el hombro de Taehyung mientras sus manos jugaban con los dedos de él, éste dejándose hacer cualquier cosa de su esposo mientras observaba el camino a través de la pequeña ventana del carruaje.

— Venía por mí, ya que no he cumplido aún mi propósito y se preocupó. Se quedará para ayudarme y por eso se unió. —deliberadamente omitió toda la demás información, espera tener alguna solución a todo y no tener que aceptar los términos que implican exponer la integridad de Jungkook.

Jungkook dejó de jugar con las falanges de Taehyung y levantó lentamente su cabeza del hombro ajeno para encararlo, sus enormes ojos oscuros viéndolo con miedo reflejado en ellos.

— T-tú... ¿Qué pasará cuando cumplas con tu propósito? —inquirió con miedo a la respuesta que iba a recibir. Él ya lo sabe, pero la simple idea de perderlo le agobia por dentro. —¿Si vas a desaparecer?

Taehyung le sonrió pequeño, se acomodó de tal modo que pudiera tenerlo de frente y acunar su rostro con ambas manos.

— No pienses en eso, no ahora, por favor. —pide en un bajo susurro a medida que acerca sus labios a los ajenos y juntarlos en un beso cálido.

En algún momento muy breve, casi imperceptible, sintió que los labios de Jungkook temblaron y quiso apartarse, pero no lo hizo y se aferró más al beso que estaban compartiendo, pasando sus dedos por el cabello de Taehyung para atraerlo más consigo, quería cambiar el ambiente a uno más íntimo para ambos, pero fueron interrumpidos cuando el incómodo mecer del coche los alejó, arruinando la atmósfera en la que pretendían entrar.

Taehyung se asomó extrañado por la ventana y gracias a los faroles colgando en los extremos del carruaje vio que el camino era una larga extensión de piedras que golpeaban sin cesar las ruedas del vehículo que los transporta.

— ¡Tuvimos que desviarnos! —dijo el cochero casi a necesidad de gritar para ser escuchado por sus pasajeros. —¡Había problemas en la calle principal y este es otro camino que nos llevará al pueblo!

Con esa explicación, Taehyung le hizo entender al hombre que no tenía problemas, pese a que sería incómodo cree que puede tolerarlo por unos minutos.

Volvió su atención a su lado, donde estaba Jungkook y no supo descifrar la mirada que este le sostenía hasta que se sorprendió cómo él se acomodó en su regazo rápidamente, colocando sus piernas en los laterales de Taehyung.

— Necesito decirte algo. —susurra Jungkook cerca de su boca, sus manos jugando con el nudo de la corbata ajena mientras la deshacía, sin perder detalle en la mirada de Taehyung que poco a poco se iba oscureciendo, justo cómo quería. Arrojó la corbata a cualquier lugar y empezó a desprender uno a uno los botones en la camisa ajena.

— Yo también. —le respondió con el mismo tono, uno de sus brazos rodeó en la estrecha cintura de su doncel y su mano libre lo tomó del trasero para acomodarlo mejor sobre sí mismo, escuchándolo jadear encantado por la posesividad que desprendía el agarre. —¿Tienes idea de cuánto me molestó saber que ese lord haya tocado lo que me pertenece?

Jungkook suspiró un poco apenado por su comentario, sus manos se escabulleron por el interior de su camisa, acariciando sus hombros con la misma fuerza e intensidad con la que Taehyung apretaba su trasero y una sonrisa coqueta brilló en sus labios antes de acercarse lo suficiente para apresar entre sus dientes el labio inferior de su amado, jalándolo un poco hacia atrás sin despegar su mirada de su rostro.

Gozó a plenitud cuando su gélida respiración comenzó a tornarse pesada y ajetreada, pero lo que terminó por elevar su libido al cielo, fue cuando pudo sentir la erección ajena comenzando a ganar tamaño por debajo de la tela de sus pantalones, chocando vigorosa y codiciosa por el elixir caliente que comenzaba a escurrir manchando su ropa interior.

La fuerza ejercida en su labio mermó y fue tranquilizada por una lánguida lamida que le abrió el paso a su cavidad bucal, la cual exploró con ahínco ayudándose de su lengua, procurando recorrerla por completo, aún cuando Taehyung se unió a la batalla.

Con las mejillas sonrojadas, y repentinamente acalorado, Jungkook se separó del feroz beso, jadeando y meciéndose sobre su esposo en un intento por hacerlo acallar aquellos celos que, aunque no expresó a viva voz, podía notar en su mirada oscurecida.

— Tómame—, pronunció sobre sus labios y soltó un gemido agudo cuando sintió al otro dejar besos rudos sobre la sensible piel de su cuello—. Tómame, una y otra vez hasta que borres esa imagen de tu mente. Clávate en mí tan profundo que no te queden dudas de a quién le pertenece el calor de mi cuerpo. Hazme tuyo para siempre, Taehyung, pues no hay otro hombre al que yo desee como te deseo a ti, no hay nada, ni nadie en este mundo a quien ame como te amo a ti.

Taehyung gruñó complacido por sus palabras, excitado y al mismo tiempo molesto por todo lo que había sucedido anteriormente, y estuvo a punto de actuar, de girar el delicado cuerpo de su doncel para penetrarlo sin piedad sobre el asiento de enfrente hasta que rogara para que se detuviera, pero Jungkook no le permitió hacer nada de lo que tenía planeado, y más que frustrado, lo dejó maravillado y orgullos el ver esa nueva faceta que jamás esperó ver en él y que aparecía cuando estaban a punto de follar.

La mano de Jungkook sostenía con firmeza su erección, masajeándola continuamente con la presión precisa que lo hizo virar los ojos y echar la cabeza hacia atrás. No supo en qué momento sus pantalones cedieron, pero agradecía que lo hayan hecho con tanta rapidez, pues estaba a punto de explotar.

Podía sentir la rigidez absoluta en su virilidad, las venas inexplicablemente marcando su grosor, y la humedad que provocaba mayor movilidad y ese sonido lascivo acompañado por sus propios gemidos.

La simple imagen de Taehyung tan perdido por el calor de sus manos era lo suficientemente estimulante como para hacerlo terminar sin siquiera tocarse, pero no quería hacerlo, Jungkook deseaba sentirlo de nuevo en su interior, reafirmar su unión en ese encuentro pasional que estaba comenzando.

Apurado por el poco tiempo que tenían, y sintiendo la adrenalina de ser descubiertos, Jungkook se deshizo de su abrigo; el reducido espacio, junto al ajetreado movimiento del vehículo le hicieron tropezar, pero no le impidieron bajar sus pantalones junto a su ropa interior, quedando únicamente vestido del torso.

— Me encanta tenerte así, tan duro... Tan mío. —sonriendo victorioso, retomó su labor, se sentó a horcajadas sobre los gruesos muslos de su esposo, y volvió a besarlo con hambre voraz.

Taehyung se rio mientras jadeaba, tratando de coordinar sus pensamientos y movimientos; una de sus manos fue hacia el cuello de Jungkook, sosteniéndolo con firmeza e impidiéndole que se alejara de sus labios mientras lamía su mentón.

— Brinca, precioso. —ordenó con voz grave, casi suplicante. — Metete mi polla y demuéstrale a tu esposo cuánto te gusta tenerla solo para ti.

Sin despegar la mirada del otro, Jungkook se acomodó de mejor manera en su regazo, tomando uno de sus hombros como soporte mientras masturbaba ambos miembros con rapidez, sintiendo como sus fluidos se mezclaban y el almizcle de su entrada se esparcía por sus mejillas y goteaba desesperado en las piernas de Taehyung.

Los besos otorgados, esas caricias calientes y sus gemidos ahogados, estuvieron por llevar a ambos al éxtasis del clímax, sus vientres sufrieron contracciones deliciosas y sus frentes comenzaban a tornarse aperladas debido al sudor que provocaba su acalorado encuentro, pero antes de que pudieran liberarse, el doncel detuvo sus movimientos, ganándose una queja gutural por parte del castaño.

Sin darle tiempo de protestar, su cabeza se inclinó hacia abajo, sus labios se abrieron un poco y por su lengua escurrió una cantidad obscena de saliva, que cayó directo sobre la uretra de su esposo provocando en él un gemido que lo incentivo a guiar el enrojecido glande hasta su rugosa entrada, empujándolo hacia adentro sin permitirle el acceso directo, simplemente abriéndose despacio y jugando con la cordura ajena.

El destino tan orgulloso e impaciente, parecía estar apostando a su favor pues el carruaje se sacudió con fuerza cuando una enorme piedra se interpuso en su camino, haciendo que ambos cuerpos brincaran debido al impacto, y por supuesto, acabando con la tortura de Taehyung.

Jungkook cayó precipitadamente sobre su erección cuando perdió el equilibrio, sentándose por completo y sintiendo sus paredes expandirse y amoldándose al enorme tamaño. Fue tan brusco que un doloroso grito salió de sus labios, su interior se sentía caliente y adolorido, pero el ceño fruncido de Taehyung y su respiración estancada lo hicieron reconsiderar sus movimientos.

Taehyung, aunque cautivado por el cambio de temperatura en su miembro, no hizo amago de moverse o siquiera atreverse a exigirle al doncel que lo montará, en cambio, y movido por la preocupación de su integridad física, besó sus párpados cerrados, eliminando con su lengua el rastro de lágrimas que brotaron debido al impacto, mientras acariciaba sus muslos desnudos y subía hasta sus caderas; distrayéndolo y aliviando ese ardor que provocó su intromisión.

Cuando dejó de ser doloroso, Jungkook abrió los ojos lentamente, encarando al hombre que le sonreía con paciencia y amor.

— Eres tan bonito, Jungkook—, su áspera voz envío una corriente lujuriosa al cuerpo del doncel, quién le devolvió la sonrisa y besó sus labios nuevamente.

— Y tú eres tan mío.

Apoyando sus manos sobre sus hombros, Jungkook comenzó a mecerse lentamente hacia enfrente, no dejando escapar ni un solo centímetro de aquella gloriosa polla que barría su interior como si tuviera vida propia, haciéndose espacio y soportando gustosa la succión involuntaria que su jugoso agujero ejercía sobre ella. Sus testículos rozaban deliciosamente sobre el vientre ajeno; sus cuerpos estaban tan juntos que su propia erección fue apresada entre ellos, logrando que se sintiera doblemente estimulando.

Taehyung, por otra parte, sólo podía aferrarse a sus caderas, siguiendo sus sensuales movimientos circulares, jadeando y buscando su cuello para lamerlo y marcarlo a medida que las paredes calientes y húmedas lo recibieron cuál paraíso.

No había nada más placentero que entregarse a un ser mortal, permitir que Jungkook lo besara y se moviera con ferocidad sobre su erección, que lo proclamara como suyo mientras viraba los ojos y escurría saliva por las comisuras de sus labios, que gritara, besara y mordiera por el placer de pecar.

Jungkook le pertenecía de todas las maneras posibles, y lo había decidido en ese momento, estaba dispuesto a ir en contra de todas las fuerzas cósmicas que conformaban el mundo como lo conocía con tal de estar a su lado por la eternidad.

¿Qué más daba vagar como alma en pena si de esa manera podría seguir viendo ese precioso rostro borracho de placer?

Estaba dispuesto a todo; a matar, a vivir y volver a morir una y mil veces por él, y solo por él, por el amor que le tenía, por poder sentir sus besos y su calor, por verse reflejado en su mirada y ser el motivo de su sonrisa.

La idea de poseerlo por siempre lo impulsó a moverse frenéticamente encontrando sus movimientos, sus manos se clavaron sobre la tersa piel de su trasero y lo meció con fuerza de arriba a abajo, sus dientes se encajaron sobre su cuello y succionó su vitalidad a medida que los choques de sus pieles resonaron en ese angosto carruaje, sin temor a ser escuchados, echando la vergüenza a un lado, y olvidando por completo el pudor con el que fueron criados.

El movimiento del vehículo era solo un obstáculo que supieron aprovechar, pues fue con su ayuda que Taehyung pudo encontrar ese hinchado botón dentro del doncel que lo hizo gritar sonoramente hasta rascarle la garganta.

— ¡Sí, sí, mierda, justo ahí! —sollozó Jungkook entre delirios, dejándose hacer por el hombre que marcaba su cuerpo como si fuera a perderlo, como si ese momento fuera el último de su extensa intimidad—. Me encanta como me tomas, Tae.

— Pequeña perra de boca sucia—, soltó jadeante cuando Jungkook apretó su entrada voluntariamente, y dejó una sonora bofetada sobre su trasero que se volvió roja al instante debido a la fuerza con la que fue enviada—. Quién diría que el honorable doncel Jeon disfruta tanto de tener mi verga enterrada en su culo. Grítalo mi amor, grítale al mundo lo buena perra que eres para tu esposo.

Lejos de ofenderse Jungkook sonrió con lascivia por el comentario tan poco apropiado a su persona, esta era la faceta descarada que habían empezado a adoptar cuando se acostaban en aquel cuarto de hotel, una confianza peculiar que ganaron durante la intimidad, pues cuando ambos entraban en ese trance de delirio y lujuria, el recato aprendido a lo largo de su vida quedaba en el olvido, y mentiría descaradamente si dijera que no le parecía atractivo recibir ese tipo de trato. Le fascinaba cuando Taehyung le hablaba de ese modo.

En un movimiento rápido y guiado por sus deseos de complacer a Taehyung, Jungkook detuvo su labor únicamente para cambiar de posición, girándose de espaldas a su esposo e inclinándose hacia enfrente para sostener su peso en el asiento de enfrente, dándole al otro una vista completa de su cintura curvada y por supuesto, su entrada dilatada y expuesta, que se ceñía a la nada y en espera de ser penetrada nuevamente.

— Mételo de nuevo, mi amor, te estoy esperando.

Taehyung no dudó ni un segundo en acatar su orden, tomó su erección entre sus manos y golpeó con esta las nalgas de su esposo antes de enterrarse nuevamente en él.

Jungkook comenzó nuevamente sus movimientos, esta vez procurando que fueran lentos para darle ese toque sensual a su encuentro, meciéndose entre ondas sin llegar a meterla por completo.

Unos cuantos movimientos más, y ambos sintieron nuevamente ese cosquilleo recorrerles el cuerpo; Taehyung lo tomó por los brazos, pegándolo nuevamente a su pecho, besando sus hombros y acariciándole el torso hasta llegar a su dura erección. Las estocadas se mantuvieron firmes, mientras lo masturbaba con diligencia, y cuando sintió al doncel desvanecerse en sus brazos su pulgar tapó el orificio de su uretra, impidiéndole la salida al semen que estuvo por escurrirse.

— ¡Mierda, no!—, se quejó el doncel muy cerca del cuello ajeno, mordiéndose el labio inferior y apretando sus párpados mientras sus manos intentaban retirar las de Taehyung—. Por favor Tae, déjame...

El aludido sonrió ladino, y antes de que su esposo se molestara en serio con él, retiró su dedo y la esencia blanquecina brotó en un chorro que cayó directo sobre la pequeña ventanilla de madera que los comunicaba con su conductor.

Atontado por la dopamina excesiva que fluía por sus venas, Jungkook no pudo objetar nada cuando Taehyung lo bajo de sus brazos y lo arrodilló frente a él mostrándole su vigor.

— Abre la boca, muñeco. — le ordenó con la voz tremendamente grave, con una mirada oscurecida que parecía sacado de los cuentos más horribles de terror— No puedo permitir que vayas por ahí presumiendo que te llené el culo de mi leche, ¿vas a tragarlo?

El doncel impulsó su rostro sobre la palma abierta de su esposo, y asintió despacio antes de abrir la boca y permitir que este comenzara a penetrar su cavidad bucal como una bestia sin raciocinio.

Se atragantó en muchas ocasiones, sus ojos se llenaron de lágrimas y su boca expulsaba a borbotones saliva espesa, pero no se quejó en ningún momento, y tampoco apartó su mirada del rostro perdido de placer de su esposo.

Cuando las plegarias recitadas en su mente dejaron de ayudarle, Taehyung estalló en el mejor orgasmo que haya tenido jamás, su cremosidad salió espesa y caliente por la boca que aún lo recibía, resbalando por su lengua manchando su mandíbula por la cantidad obscena que soltó acompañada de un gemido de satisfacción.

Jungkook adolorido y cansado, volvió a correrse por la exquisita imagen de su esposo con el ceño fruncido y su la boca entreabierta soltando maldiciones incoherentes. Tragó gustoso toda la descarga que había alcanzado en su boca y con el pulgar limpió el pequeño rastro de semen que escapó por la comisura de sus labios, solo para chupar de él hasta dejarlo limpio, todo ello bajo la mirada aún ensombrecida de su esposo pero que no perdió detalle alguno.

— Ven. —le susurró, su respiración aún errática pero concentrado en ayudar a su doncel a colocarse de pie y tomar lugar en su regazo una vez más.

— Te amo... —le confiesa Jungkook muy cerca de su boca, para unirla en un beso amoroso y tranquilo, transmitiéndole todo el sentimiento que tiene para él. Nunca le iban a ser suficientes las palabras ni las acciones para demostrárselo, así que lo hará las veces que considere necesarias para que no quepa la menor duda.

— También te amo, vida mía. —respondió de vuelta, brindándole caricias en la espalda a su esposo. Mismo al que vio turbarse un poco de un momento a otro. —¿Estás bien?

— S-si... —Jungkook de repente se sintió extraño ante esas palabras. Como un palpitar repentino en su corazón que le generó una breve angustia pero no logra identificar por qué. Pero el malestar cesó cuando el cariño que estaba recibiendo su cuerpo, a manos de Taehyung, buscaron tranquilizarlo mejor y sonrió enternecido por sentirse protegido de esa manera. —Gracias por eso.

— ¿No te lastimé?

— No, te prometo que estamos bien... —de repente, había picardía en el tono de Jungkook y Taehyung no supo descifrarlo, por lo que rio un poco.

— ¿Me incluyes? —pero vio que Jungkook negaba con su cabeza y se instalaba una enorme y radiante sonrisa en sus labios. —¿Qué es, mi amor? No te entiendo.

Jungkook se alejó un poco de su cuerpo y se sostuvo de un hombro ajeno, para llevar su diestra libre directo a su vientre, sin abandonar los ojos de Taehyung, expectante a que el otro comprendiera pronto.

Intercaló varias veces su mirada del rostro de Jungkook a donde su mano estaba instalada y fue entonces que lo entendió.

La boca de Taehyung se abrió tratando de decir algo, pero nada salía de ella y sus ojos, más que asombrados, empezando a cristalizarse por la emoción que empezaba a crecer con él, sin saber cómo manifestarla justo en ese momento.

— Mi amor... Cariño mío... —susurró finalmente, acercando a Jungkook a él, posando sus manos en su cintura. —¿Es lo que yo creo que es...?

— Sí, sí lo es. —asegura mientras asiente con felicidad y soltando pequeñas risas. —Estoy encinta..

¡Sorpresa de paternidad! Tal parece que nuestro muertito fav todavía tiene sus truquillos bajo la manga.

Winter Ahead de Taehyung está a nada de ser estrenada, uno de los motivos por los que decidí actualizar doble ahora es porque espero que no suelten el stream de la canción y no se distraigan con tanta cosa.

Denle mucho amor y apoyo a nuestro señor alfa porque se merece todo lo bonito del mundo.

Gracias a th_ariV por su colaboración con nosotros en este fanfic. Le agradecemos mucho sus importantísimos aportes y detalles a la trama 🛐

Los quiero🐁

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