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‹ MARLBORO NIGHTS 🎸 two.
❛ human | 人間。❜

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Y LA MÚSICA CESÓ DEJÁNDOLE UN SABOR AMARGO EN EL CORAZÓN. ¿Había escuchado una canción o una declaración? Su mente era incapaz de comprender si aquellas notas consistentes era simplemente eso, notas indiferentes que al juntarlas formaban un sonido sublime o eran una declaración de algo más grande. Se sentían como un llamado, un grito iracundo que resonaba mediante el bajo, la batería y la guitarra; las notas no eran notas, eran un mensaje que decía que tras toda aquella monotonía, tras toda aquella podredumbre que consumía al mundo había algo más grande, un alma que no iba a mantenerse callada y esas notas eran esa declaración, estaba ahí y quería que lo mirasen.

⠀Tras la magnífica puesta en escena que Eita había podido contemplar, las luces del local, apagadas como la obsidiana, se encendieron lentamente aportando más luminosidad al ambiente, pero manteniéndose levemente tenues, para no molestar, sin deshacerse de esa sensación de calidez, el sentimiento de sentirse resguardado en un lugar seguro. Le dio un trago a su copa y cuando miró de nuevo al escenario este ya estaba vacío y en medio descansaba un triste micrófono que esperaba pacientemente ser usado. Tan obnubilado había estado con las actuaciones que siquiera se había percatado de la hora, cercana a la una de la madrugada, pero ya qué le importaba, ahora solo quería encontrar a aquel camarero de distintiva apariencia que tan maravillado lo había dejado.

⠀Aunque esa palabra se quedaba corta para expresar lo que había sentido o a lo mejor no existían adjetivos suficientes para expresar la vorágine de emociones que lo habían consumido desde que subió al escenario, tenía razón Jun'ichi cuando le dijo que aquello le gustaría, pero nunca llegó a imaginar que tanto.

⠀⠀──¿Has disfrutado?

⠀A la vez que un suave blues comenzaba a sonar a través de los altavoces ubicados en la pared, una voz resonó a su espalda, delicada como las cuerdas de una guitarra o las teclas de un piano. Se giró con cierta sorpresa hacia su contrario y se topó con aquellos bonitos ojos azules que brillaban tenuemente bajo las luces. 

⠀⠀──No pensé que tanto.

⠀Semi se retiró hacia un lado y le ofreció una silla para sentarse. Apenas se notaba cuando estaba sobre el escenario, pero, ahora que lo veía bien, podía apreciar como pequeñas gotas de sudor cubrían su frente y sus manos temblaban sutilmente, estaba más que claro que aquella era la pasión de aquel camarero de interesante mirada azulada y encantadora sonrisa de dientes blancos.

⠀⠀──Al principio se escuchaba una melodía repetitiva, casi llegaba a ser aburrida, así que tengo que admitir que el cambio fue una gran sorpresa ──declaró de forma sincera.

⠀Sus primeras palabras sorprendieron al azabache, que posteriormente sonrió, dejándose caer sobre la silla continua, tomando asiento a su lado. La sonrisa que sus carnosos labios dibujaban no eran otra que una de claro orgullo: había conseguido lo que pretendía. Cuando se carecía de letras era importante que la melodía en su soledad fuese suficiente para transmitir el mensaje de la canción y aquello solo le afirmaba que lo había conseguido.

⠀⠀──Si esa es tu opinión puedo entonces afirmar con orgullo que he cumplido mi propósito. No es muy creativo, pero esta melodía la hemos titulado "Human" ──el camarero dejó una vaso frente a él y, tras darle un sorbo, siguió hablando ──: El propósito era reflejar una sociedad que vive en el aburrimiento y la monotonía y necesita desesperadamente un cambio.

⠀Eita lo escuchaba con atención, fijándose en como sus labios se movían para darle voz a cada palabra, como sus músculos se contraían cuando se quitaba la chaqueta para dejarla en una silla vacía junto a su bajo, como sus manos gesticulaban dándole énfasis a ciertas palabras. Le llamaba la atención la tranquilidad con la que se movía y lo cómodo que parecía, incluso llegaba a ser envidiable.

⠀Sin duda se trataba de un nombre adecuado para una canción que se sentía tan humana, valga la rotundancia. El único ser vivo que era capaz de aburrirse hasta morirse, tan cómodo en su monotonía ya prehecha que no iba a modificarla, pues el cambio y todo lo que eso conlleva es algo que asusta, obligando al individuo a tener que adaptarse a algo nuevo. Al final Eita suspiró para sí, quién era él para hablar de aquello cuando siquiera era capaz de escapar de su infeliz vida.

⠀⠀──¿Has escrito tú estas letras? ──algo propio de Eita en los últimos años es que tendía a perderse en sus pensamientos y su pregunta lo sacó de ellos.

⠀Ahí estaba Jun'ichi, ojeando un manojo de servilletas arrugadas y rayadas con bolígrafo negro cuya tinta se había desparramado y la punta había rasgado el papel; pero entro lo legible que había los ojos de Iguro se perdían. No solo le había puesto letra a "Human" para otras personas que también habían interpretado un instrumental había dedicado pequeñas frases acordes a la melodía. No era algo sólido o con sentido, más bien todo lo contrario, recordaba a bocetos hechos de forma distraida por alguien al teléfono, mas Jun'ichi lo leía con total admiración.

⠀En su compleja mente, con solo una frase, había creado todo un poema acorde al ritmo y la ayuda de Semi, incluso había hecho propias otras oraciones que aunque no fuesen para su canción merecían estarlo.

⠀⠀──Debo de reconocer que no sé lo que ha pasado ──su poca tolerancia al alcohol le hacía irse de la lengua ──. En un momento he comenzado a sentirme inspirado y simplemente he escrito lo que me transmitía la canción, no es algo coherente, ha sido lo que se me iba pasando por la cabeza.

⠀Lo soltó todo del tirón, pero conforme más hablaba los ojos de Iguro se ampliaban. Qué hermoso era ver a las personas emocionas, como sus ojos parecen que brillan cuando algo les gusta, aunque sea algo tan simple como letras en una servilleta arrugada.

⠀⠀──Necesito que conozcas a la banda ──soltó de pronto. Parecía incluso que era algo propio del azabache a estas alturas, soltar comentarios espontáneos de los que no iba a arrepentirse después ──. Llevamos mucho tiempo escribiendo instrumentales porque no encontramos a nadie que plasme sus sentimientos en letras, pero tú, eres a quien quiero.

⠀Quién iba a pensar que en sus últimos cinco años echados a perder, alguien le iba a querer, le iba a ver potencial para algo que no fuese completar turnos de la gente que faltase. Eita no sabía escribir melodías, pero sabía poner la letra y Jun'ichi no hacía letras, mas ponía la melodía. Uno sabía comprender y otro sabía escuchar. Siempre podría haber alguien para llenar ese hueco, pero nunca de un modo tan perfecto.

⠀⠀──Sé cant-

⠀⠀──Nos vemos aquí el domingo a las doce.

⠀⠀──Aquí estaré.

⠀Fue tan pronto como Eita terminó de hablar que la figura de Jun'ichi se levantó, tomó su guitarra y su chaqueta y se marchó dejándole la cuenta pagada junto a su montón de servilletas rayadas, que, para su sorpresa notó, que en la esquina Iguro había anotado su número de teléfono.

⠀Muchos sentimientos lo habían abordado aquella noche y qué humanos eran todos, desde el miedo, pasando por la duda hasta terminar en agradecimiento y admiración. Eita Semi finalmente había desencadenado algo que no mostraba un fin claro y sin pensarlo se había adentrado en aquella vorágine llamada Jun'ichi Iguro.

© keeishi, 2O23