«A la era Mesozoica en la que dominaron los grandes dinosaurios seguiría hace 66 millones de años a la Cenozoica, palabra que procede del griego y que significa «animales nuevos», debido como su nombre indica al gran número de especies nuevas que se expandirían por la nueva tierra y se prolongará hasta la actualidad.

»A esta era también se la llama de los mamíferos, pues supieron adaptarse de manera extraordinaria al entorno, pasando a ser la fauna característica y dominante. La expansión de la hierba y las plantas con flores alimentaban a muchas especies de mamíferos arcaicos que se extinguirían y a otras que continuarían su lenta pero segura evolución y expansión, junto a los mamíferos herbívoros otros se especializarían en la caza de estos para alimentarse de ellos.

»Las masas continentales continuaban su lento pero imparable movimiento antes de conformarse como la conocemos actualmente. Lo que ahora sería la India colisionó con Asia y la península Arábiga con Eurasia produciendo el gran plegamiento alpino que formó las principales cordilleras del sur de Europa y Asia, como los Pirineos, los Alpes e Himalayas. Las corrientes oceánicas tendrán un papel importante en la expansión de la vida y la Antártida que en otro tiempo fue un vergel comenzaría a congelarse.

»El clima que en el inicio de la era cenozoica fue tropical y favoreció la expansión de las especies vegetales y animales, poco a poco fue cambiando a un clima más cálido a otro moderado y de este, a uno más seco y frío hasta que terminaría en la denominada Edad de Hielo que duraría más de trece mil años y que al finalizar hace unos noventa y siete mil años, la tierra y los seres que la habitan serán ya, prácticamente, como la conocemos actualmente».

—Entonces los humanos también vivieron en esa Edad de Hielo —afirma alucinado Marko ante la sucesión de imágenes que le muestra la IA.

—Sí, el homo sapiens compartió esa época helada con los grandes mamuts, los bisontes caballos, lobos gigantes y dientes de sable, entre otras muchas especies que supieron adaptarse al intenso frío, pero que también algunas de ellas no supieron o pudieron adaptarse tras este periodo.

—Es fascinante como evolucionó este planeta y como se desarrolló la vida en él.

—Bueno, es importante que sepas que he tratado de resumírtelo lo mejor posible para que te hagas una idea general, sin entrar en muchos detalles... —habla comprensiva IAC al muchacho.

—Entiendo, pero vayamos ahora a los humanos, tengo más curiosidad aún si cabe.

—Está bien, como quieras. —Se toma unos segundos la IA—. Recapitulemos un poco para refrescar las ideas.

IAC retoma la atención del muchacho y continúa con las explicaciones:

«Como ya vimos anteriormente, de las primeras partículas autorreplicantes surgieron los primeros microorganismos procariotas que al igual que las bacterias no tienen un núcleo bien definido y aunque poseen ADN este permanece disperso en el citoplasma. De las procariotas a las células eucariotas que ya, si tienen el núcleo celular definido y además contienen en su interior el .

»De la unión de estas células eucariotas en colonias y de la especialización en grupos de ellas, irán surgiendo los organismos pluricelulares que formarán todos los seres vivos que hemos ido estudiando a lo largo de la existencia de la vida en el planeta».

—¡IAC!

—Sí, Marko.

—Los humanos...

—Solo quería recordarte como...

—Por favor...

—Está bien, continúo —retoma IAC el hilo de la conversación—. De los organismos pluricelulares, surgirán los...

—Terápsidos y de estos los cinodontos en el Paleozoico que son los antecesores de los mamíferos—confirma Marko—. Todo eso ya lo sé, por favor abrevia.

—Vaya, sí que aprendes rápido. Eres asombroso, te pareces a mí —se muestra sorprendido y sarcástico la IA—. Está bien. ¿Quieres que abrevie?

—Sí.

—Como quieras... —Acepta el maestro—. Aunque ya vimos que los primates más primitivos aparecieron hace 65 millones de años, no sería hasta 30 millones de años después que surgirían los primates superiores y solo hace 300 mil años el homo sapiens. Fin de la cita. Ya tienes a los humanos.

—¿Cómo? ¡Ah, no! —Se muestra molesto el muchacho—. Me has largado quince mil millones de años para llegar a los humanos y ¡ahora me dejas así!

—Pero si me has dicho que... —Trata de mostrarse confundida la IA—. No hay quien entienda a los humanos. Está bien. Volvamos atrás en la evolución de los primates.

—Ok, amigo —resuelve complacido el muchacho.

IAC retoma de nuevo la explicación:

«Al igual que otras especies de animales, los humanos siguieron su propio proceso evolutivo, en su caso, de los antiguos primates que eran pequeños mamíferos que se adaptaron a la vida arborícola en las selvas tropicales de aquella época, desarrollaron un gran cerebro y su capacidad de adaptación, su desarrollo físico o la vida colaborativa en comunidades favoreció su expansión en entornos repleto de peligrosos depredadores.

»Los primates siguieron diferentes líneas evolutivas, aunque todos guardan una gran similitud en sus genomas, por ejemplo los humanos actuales comparten el 99% de sus cromosomas con otros primates que existen actualmente como el chimpancé y bonobo, y con los gorilas algo menos.

»Hace unos cinco millones de años se extinguió el último antepasado común entre los chimpancés y los humanos, cuando estos, pertenecientes a los homínidos, bajaron de los árboles para vivir en tierra firme, sus cuerpos se irguieron y comenzaron a andar sobre dos patas o pies. Para adaptarse a las nuevas circunstancias, sus cuerpos también empezaron a modificarse para facilitar su desarrollo en el nuevo entorno, su cráneo fue tomando postura vertical, sus pies dejaron de ser prensiles y el primer dedo, más robusto, quedará alineado con los cuatro restantes. Las manos, por el contrario, desarrollarán el pulgar para manipular con mayor facilidad todo tipo de objetos.

»De entre los homínidos que comenzaron a abandonar los árboles para asentarse en tierra firme destacaron los australopitecos que habitaron el este de áfrica por dos millones de años y se extinguieron hace otros dos, aunque ya algunos habían evolucionado hacia el género homos o humanos con los que convivían al final de su existencia.

»Los australopitecos fueron siendo reemplazados por la evolución y aparición, hace trescientos mil años, de los primeros homos, y entre ellos, el Homo habilis; la diferencia entre ambos está en un mayor cerebro, pero sobre todo en la capacidad de este último para utilizar herramientas y conservarlas para un uso futuro.

»La mejor adaptación permitió a un nuevo homínido, el Homo erectus, expandirse por todo el continente africano y eurasiático. Las grandes distancias que separarían a los grupos de homos, el prolongado espacio de tiempo en el que se desarrollaron, pero sobre todo las grandes diferencias climáticas y en los entornos ocupados, fue acentuando las diferencias entre los diferentes humanos que fueron apareciendo y extinguiéndose en este prolongado periodo de tiempo.

»Aunque existieron diferentes especies de Homos sapiens arcaicos, no sería hasta unos ciento treinta y cinco mil años en el noroeste de África que aparecería una nueva clase de Homo sapiens de la que procedería toda la humanidad moderna actual. Según algunas investigaciones la erupción del volcán Toba hace setenta mil años provocó un invierno volcánico que pudo durar más de seis años y habría casi extinguido a la mayaría de especies homos, quedando unos pocos miles de ejemplares que se vieron obligados a abandonar sus asentamientos y les llevaría, en una rápida expansión, a ir dominando el resto del mundo a medida que otros Homos se extinguían o eran reemplazados por estos.

»La fase final de la evolución de la especie humana está presidida por tres especies humanas inteligentes, que durante un largo período convivieron y compitieron por los mismos recursos. Se trata del Hombre de Neanderthal, la especie del y el homínido Demisova. Seguramente hubo más aunque no se haya encontrado todavía vestigios de ellos.

»En cualquier caso, los actuales homos sapiens son los únicos que han sobrevivido hasta la actualidad.

»Los rasgos biológicos más característicos del Homo Sapiens fueron el aumento del tamaño del cerebro y el desarrollo del lóbulo frontal, lo que le permitieron evolucionar como animal racional. Sus rasgos más destacados son precisamente la capacidad de realizar operaciones conceptuales y simbólicas complejas, que incluyen, el uso de sistemas linguísticos muy sofisticados, el razonamiento abstracto y las capacidades de introspección y especulación; todo ello favoreció el desarrollo de estructuras sociales muy complejas sobre las que se asientan la cultura, entendida biológicamente como la capacidad para transmitir información y hábitos por imitación e instrucción, en vez de por herencia genética.

»El impacto que ha provocado la humanidad desde su rápida expansión y dominio hasta este momento, ha sido tan grande que ha supuesto modificaciones sustanciales en la atmósfera y ha provocando una nueva y silenciosa extinción de la biodiversidad en el planeta. Pero todo ello lo analizaremos en un capítulo aparte denominado Historia de la Humanidad».

—IAC —retoma el muchacho la conversación al hacer una pausa el maestro.

—Dime, Marko.

—¿Soy yo, como uno de esos humanos que me has mostrado?

—Sí, así son los humanos y así eres tú.

—Pero veo algunas diferencias entre ambos.

—Ciertamente, son diferencias físicas. La reproducción de nuevos individuos en los humanos, como en la mayoría de las especies animales que habitan en el planeta, a excepción de las hermafroditas, requiere de la intervención de dos organismos de la misma especie, pero de sexo distinto, es decir, hembra y macho.

—Entonces... ¿Yo que soy?

—Tú eres varón.

—¿Y tú?

Se hace un silencio entre ambos.

—IAC no tiuene sexo, porque no necesita reproducirse, IAC simplemente es.

Marko se muestra contrariado, quizás pueda saber como es y como su especie llegó a habitar este mundo. Pero todavía quedan muchas preguntas por resolver, sobre todo, cómo llegó él como individuo a este momento en el que está y el lugar donde se encuentra, más allá de saber, que está en la tierra. Pero también, sobre su enigmático amigo, pues, en ningún momento ha hablado de sí, ni de dónde ni cómo ni cuándo surgió.

—¿En qué momento de la evolución apareces y de quién procedes tú?

—Yo...