Fuego (2/3)
El viaje estaba cerca, a tan solo unos días y como era costumbre entre ellos, se habían juntado en la casa del mayor del grupo quien era hijo único y sus padres no incomodaban. Comieron un par de pizzas y frituras, bebieron un poco, dejando que el ambiente se convierta en una especie de estado de ánimo bajo y tranquilo, solo cuatro amigos hablando sobre sus vidas.
Mark estaba en el suelo, un vaso en su mano que contenía simplemente las últimas gotas de su bebida. No recordaba si había estado tomando vodka o era ron, solo que le había quemado por dentro desde el primer trago y ahora se sentía liviano. Riendo por cualquier tontería que le dijeran. Jungwoo estaba en un sofá individual, cantando alguna canción de la cual Mark se reía por las expresiones, había dejado olvidado su vaso en algún lugar de la casa, la pobre botella tirada en el suelo. En cambio Haechan estaba enganchado a Renjun, su cabeza acomodada en la falda del último y su brazo rodeando todo lo que podía del chino, ambos tenían sus mejillas rojas por el alcohol.
—¡Eres un idiota!— Grito de repente Jungwoo y llevo sus ojos directamente hacia Mark. Señalando con su dedo
—Tienes a un chico, sexi como el infierno, loco por ti y tu te quedas aquí bebiendo con tus amigos— Los presentes en la casa se miraron entre ellos, los otros dos estuvieron de acuerdo a las palabras del mayor
—Mark no hará nada. Sí algo sucede entre ellos, Jeno será quién de él primer paso— Renjun soltó, seguro de si mismo, tomando un nuevo sorbo de su bebida. Sus ojos mirando divertidos a Mark.
—¿Que te hace pensar eso?— Lo confronto. El otro rió más fuerte
—Te robó un beso y tú te quedaste como piedra—
—Mark si quiere puede hacer lo que quiera con Jeno. Solo necesita ser un poco más directo— Haechan dijo en un murmuro, a punto de caer dormido en el lugar. Renjun hizo un sonido extraño.
—¿Quieres apostar?— Pregunto mirando hacia abajo, al chico que dormía en su falda.
—Siempre sabes lo que me gusta— Haechan se acomodó mejor, quedando justo al lado de Renjun. Se miraron con una expresión indescifrable, todos sabían que Renjun se ponía atrevido cuando había alcohol en su sistema.
Mark no le prestó atención, no sería la primera vez que los vería en una especie de coqueteo y envueltos en una tensión ridículamente sexual entre ambos. Hablaron por lo bajo, Mark dejo que su mente se distrajera con las palabras de uno de sus mejores amigos. El podría hacer que Jeno cayera a sus pies si se lo proponía.
Simplemente tenía que dejar de lado su timidez y enfrentar al chico de cabello blanco. El viaje sería una muy buena oportunidad para eso, tendrían dos noches juntos, los equipos irían de viaje y compartirían hotel. La excusa perfecta para hacer una travesura y mostrarle a Renjun que se equivocaba, el podría ser atrevido.
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Todos los alumnos acomodaban sus pertenencias en el portaequipaje del autobús que los llevaría hacia la primera parada; el torneo regional de porristas. Recorrió su vista y entre tantas cabelleras encontró una color blanco que se reflejaba con la luz del sol, sonrió para si mismo, estaba listo para hacerlo aunque no sabía cómo exactamente.
Una mano frenó sus pensamientos y se giró para encontrar la mirada traviesa de uno de sus mejores amigos. Donghyuck se reía en su rostro.
—¿Estás llamando su atención por telepatía?— Mark rodó los ojos.
—¿Por qué tardaste tanto?— Era hora de subir al transporte y aún no había visto a sus mejores amigos por ningún lado. Miró alrededor y busco a Renjun, miró de regreso a Donghyuck y con la mirada le pregunto —Venia en camino, se retrasó—
—Típico de Huang— La madre del chico apareció llevando a la perra de su hijo y mejor amigo.
—No empieces mamá— Y antes de que comenzara una nueva discusión con la señora, prefirieron seguir su camino y subir al transporte. Saludaron a la mujer mayor y buscaron los asientos alejados para conversar con tranquilidad hasta que sea la hora de partir.
—Tu madre parece odiar cada vez más a Renjun— Donghyuck sonrió y negó despacio sin poder decir nada realmente.
—Es normal, muchas madres pelean con la pareja de sus hijos— Mark intento procesar las palabras de su amigo, pero Donghyuck lo cortó cambiando de tema —Tengo una idea para que ganemos la apuesta—
—¿Ganemos?— El otro asintió y señaló hacia donde su equipaje estaban.
—Tu ganas una noche con tu chico y yo mi premio con Renjun— Sonrió triunfante, seguro de sí mismo, y seguro que tenía un arma secreta para vencer la tonta apuesta que habían hecho ellos dos. Mark suspiró, ya era costumbre ser el blanco de apuestas entre sus mejores amigos.
—¿Que tienes en mente?— una mano se apoyó en su hombro en ese momento y se giraron para ver al tercero de su grupo parado en el pasillo del transporte. El menor de ellos sonrió ladino, Renjun le devolvió la sonrisa y a la par miraron a Mark que estaba confundido.
—Mark— Ahí entendió. Ya habían planeado sentarse juntos, no sería la primera vez que quedaba fuera de los planes del par. Así que los dejo solos y fue en busca de Jungwoo, esperando que no hiciera otros planes y dejar de sentirse una tercera rueda.
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Para el equipo de basquetbol era la primera vez observando una competencia de porristas, estaban acostumbrados verlos ensayar, alentar en los enfrentamientos y a veces presentarse en pequeños eventos de la escuela, muchas veces ellos estaban tan metidos en su juego que no eran capaces de disfrutar como en ese momento.
Mark debía admitir que sus ojos estaban enfocados en un solo punto, un chico de cabello blanco que se movía con precisión, elevaba a sus compañeras por los aires y las recibía como si fuera parte de una rutina diaria. Veía como los músculos se tensaban y su cuerpo se marcaba debajo la ropa de su uniforme, el muchacho quedó en trance por la vista. Mark no quería ceder tan rápido, pero empezaba a sentir calor y sus mejillas se volvían rojas, había prestado más atención de lo que debería a cada uno de los detalles en Jeno, sorprendido por las habilidades del chico. Mark entendió porqué era el capitán del grupo.
El evento terminó y el equipo de Jeno termino en segundo lugar, él no entendía mucho, creía que lo habían hecho realmente genial. Aunque no era juez y no terminaba de entender lo que había pasado. Se acercó donde los porristas estaban, algunos felices de estar en el podio de los tres mejores y otros un tanto tristes y decepcionados de la posición, uno de ellos era Jeno. Sus ojos se cruzaron y lo vio volver a sonreír.
—Felicidades— Su tono sonó un poco vacilante. Jeno se rasco la nuca sin saber que responder y acepto las felicitaciones.
—Dime capitán ¿Le gustó nuestra presentación?— Mark reconoció al muchacho que le hablaba como Jaemin, uno de los pocos porristas hombres, el mejor amigo del peli blanco o eso creía.
—Cállate Nana—
—Estuvo genial— Le sonrió a los chicos. A él le había gustado, aunque su atención había estado en otro lado.
—¿De verdad?— Mark se perdió en esos ojos desconfiados, que le rogaban le dijera la verdad. El chico le mostró la sonrisa más sincera que tenía en su repertorio y fue recibido por una sonrisa de ojos.
Ambos perdidos en su propio mundo, en los ojos del otro, un universo donde eran solo ellos dos. Mark se sintió expuesto, como si Jeno pudiera ver en su interior y el podría descubrir los secretos de este con tan solo verlo a los ojos, podría adorarlo de esa manera.
—Debemos irnos Romeo— Jaemin rompió el trance y lograron salir de su estado hipnótico, avergonzados de ser atrapados.
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Una vez en el hotel, Mark quedó pensando en la manera en la que los ojos de Jeno lo habían estado mirando. Ya no sólo era fuego, era algo tranquilo y sereno, lo hacía sentir suave y aliviado, como si pudiera volar con tan solo verlo sonreír y sentirse hasta incluso amado. Volvió a gemir girando en lo que sería su cama en esos días, se sentía tan confundido. ¿Por qué simplemente no podría ir hasta donde Jeno y decirle 'oye me gustas'? Sería más sencillo. Volvió a quejarse, pero una almohada llegó hasta su cara y se levantó para mirar donde estaba la cama compañera de la habitación, se suponía que su compañero de cuarto era Jungwoo, pero se estaba duchando.
En su lugar estaban Donghyuck y Renjun o más específicamente, Donghyuck lo miraba con cara de cansancio mientras Renjun dormía sobre el pecho de este. Ambos abrazados, el quería hacer lo mismo con Jeno. El pensamiento lo hizo volver a quejarse.
—¡Basta Mark!— Le gritó Haechan y Renjun se quejó por el grito. —Perdón cariño, el idiota de Mark no cierra la boca—
—Me siento tan inútil. Creo que mi cerebro falla cuando estoy cerca de él— Aseguró Mark. Era la única explicación para lo que le sucedía.
—Entonces te sientes normal— Se burló de él su mejor amigo. Comenzando a reír por la desgracia que sentía en ese momento. Tan solo quería pasar tiempo con el muchacho joven, o tal vez un poco más que eso.
—¿Ves esa bolsa en el suelo?— Donghyuck señaló donde estaba una bolsa que el mismo había traído cuando entraron a la habitación de Mark. Mark asintió con su cabeza —Dentro hay ropa, la vas a usar esta noche— el chico se levantó de su lugar y con pasos lentos camino hasta ahí.
Los porristas tenían la tradición de hacer fiesta en los hoteles en los que se quedaban, y estaban invitados a participar, así que ahora tenía una gran oportunidad para atraer si era posible, más a Jeno. Y obviamente su mejor amigo no quería perder esa tonta apuesta, tenía un truco bajo la manga y estaba dentro de esa bolsa.
Mark la abrió y pudo ver en su interior que se trataba de un conjunto, un croptop negro con letras blancas, unos jeans rotos y ajustados, para terminar, unas medias de red que llegaban hasta su cadera. No era un estilo que estaba acostumbrado a usar, pero le daría la confianza suficiente para obtener lo que quería.
Tomo una rápida ducha mientras sus amigos terminaban de vestirse y prepararse para la fiesta que empezaría en pocos minutos. Se miró al espejo y se sintió atrevido, sexi y capaz de hacer caer a cualquier persona a su placer. Salió del baño y sus amigos lo miraron con una sonrisa, de arriba abajo, solo faltaba un poco de maquillaje y estaría listo.
—¿Crees que se ve apuesto?— Donghyuck le pregunto a Renjun, después de terminar su trabajo.
—Se ve increíble— El chino se acercó hasta la silla de Donghyuck y apoyo su barbilla en el hombro —No tanto como tú— Y le dejó un pequeño beso en la mejilla al contrario.
—¿Que fue eso?— Mark rió nervioso, estaba acostumbrado a esas pequeñas muestras de afecto, pero esa se sintió tan íntima y especial.
Tenían una promesa entre los tres. Nada de relaciones que arruinen su amistad.
—Lo sentimos Mark. Fue duro para nosotros— No sabía que más hacer. Solo los miró a ambos, antes de escuchar lo que tenían que decirle.
—Estamos saliendo—
—¿Y pensaban guardarlo en secreto?—
—No— Detuvo cualquier movimiento agresivo que podría alterar a Mark. Estaba esperando a que le explicarán la situación, no había notado nada extraño, creía que tenía toda la confianza de sus amigos. —Nuestros padres lo saben y algunos conocidos—
—Y yo no. Porque soy un idiota que no puede ver la felicidad en los demás — Habló con ironía, dolido por dentro. Se sentía traicionado por las personas en las que más confiaba —Me hablan cuando crean que merezco saber sobre ustedes—
Mark se levantó de su silla, saliendo de su propia habitación de hotel. No quería pensar en todos los secretos que pudieran tener entre ellos y quedaba afuera de su círculo, se sentía extraño. Estaba feliz por ellos, sabía que ambos podían ser las personas más dulces en una relación, pero tenían una promesa. No quería quedar en medio de algo incómodo cuando ellos terminen en algún momento.
Paso por los pasillos del hotel y a unos pasos una puerta se abrió. Jeno salía de su habitación, sus ojos se encontraron unos segundos y Mark no lo pensó dos veces antes que buscar esos brazos que podrían darme tranquilidad. Sus emociones estaban mezcladas y sabía que no debía actuar así, pero nunca fue bueno con estas cosas. Necesitaba pensar o tal vez, no hacerlo.
Abrazo con fuerza a Jeno, él no preguntó nada sobre su estado.
—¿Quieres ir con nosotros?— Se apartó unos milímetros para ver qué Jeno estaba con sus compañeros de equipo. Asintió despacio, luego sintió una cálida mano que lo condujo hasta donde el peliblanco quisiera llevarlo.
Vio su ropa y se preguntó si Jeno lo habría notado o si todos sus esfuerzos habían sido en vano. Si la apuesta aún seguía en pie, se maldijo por actuar tan egoísta. Su mente siempre volvía a sus mejores amigos, miró a la distancia y los vio seguir sus pasos.
Levantó una mano y los saludo, esperando que entendieran lo que su complicada mente pensaba. Donghyuck sonrió y levantó su dedo pulgar, aprobando su condición. Miró a Jeno una vez más y decidió jugar con fuego.
—Te ves sexi— Le comentó al oído al joven. Jeno sonrió y supo que cualquier chispa encendería el fuego que habitaba en el muchacho, estaba dispuesto a dejarse quemar entero.
Me quedo medio raro y largo. Aún faltan cosas así que, tendrá una tercera parte. Esta vez más concentrada en Mark y Jeno, Gracias por leer!
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