Drippin (2/2)
[Este capítulo contiene escena +18]
Mark no sabía porqué era tan difícil conquistar a un chico. Había intentado de todo y aún no se besaban, iba a cumplir un mes desde que había decidido olvidar a su ex y aún así no lograba avanzar con Jeno. Claro, ahora eran amigos y se veían casi a diario ya sea en la biblioteca, como antes, en los pasillos o decidían compartir la hora de la comida cuando sus horarios se cruzaban. Ya estaba cansado de los juegos de Jeno, era hora de hacer que empezarán a jugar al suyo.
O eso le decía Haechan mientras esperaban su orden en la cafetería de la universidad.
—Debes dejar de ser tan idiota— Rodó los ojos, recién conocía al chico y hace poco habían empezado a poder llamarse amigos. No pensaba arruinar una posible y hermosa amistad por estar en astinencia de un poco de sexo.
—¿Qué tal si no quiere nada conmigo?— No sería la primera vez que confundía las buenas intenciones con la idea de que intentaban conquistarlo.
—El chico te mira sin disimulo. Si no quiere nada contigo no te miraría como si quisiera romper toda tu ropa— Su mejor amigo extendió las manos para mostrar su punto con señas. Si nadie en el lugar se habían dado cuenta de que hablaban, las manos de Donghyuck no dejaban mucho a la imaginación.
—Deberias implementar el método "TSM"— Soltó Renjun mientras llevaba su mano derecha hacia su barbilla de forma pensativa. Los vio mirarse y asentir juntos, el los observó confuso. —Es fácil. Tocar, suspirar y mostrar— Hablo obviando sus palabras, como si lo que acabara de decir lo sabe todo el mundo. Pues Mark seguía sin entender.
—Eso siempre funciona y si Jeno quiere algo más. No tardará en caer—
—Exacto— el chico frente a él explicó punto por punto —"T" tocar, debes tocarlo como si fuera lo más natural del mundo, demuéstrale que quieres contacto físico. "S" Suspirar, háblale en susurros, como si temieras a que tus verdaderas intenciones puedan ser escuchadas por otros. Todo hombre se exita con los sonidos de placer salir de la boca. Y por último, "M"— Sus mejores amigos se miraron una vez más, sabía que cuando hacían eso estaban hablando con la mirada— Mostrar. Si muestras un poco de piel, muestra un poco más, nunca es suficiente para los chicos—
—Estas hablando en chino— Recibió un golpe de su amigo por el mal chiste, sabía que si Jeno se encontraba en el lugar estaría riéndose con él. Otra vez estaba pensando en el menor.
—Te voy a mostrar— Antes de poder abrir la boca, Jaemin aparecía en su campo de visión. Dejó sus preguntas y dudas en segundo plano para ver cómo su amigo recibía a la visita.
—Hola chicos— Saludo con una sonrisa el recién llegado. No tardó mucho en comprender esas tres siglas, Renjun tenía sus dos manos tocando desinhibido el cuerpo del otro. Observó cómo le hablaba sin dejar quietas sus manos—Hoy estás contento ¿Verdad?—
—Si— Soltó en un suspiro Renjun. Casi susurrando al hablar —Es que Mark tiene su turno en la biblioteca y Haechan no quiere hacerme compañía— El chico se pegó a un más al cuerpo de Jaemin, fue cuando Mark notó que la camisa de Renjun estaba un botón más abierto. Su cerebro se dijo que estaba "mostrando".
—¿Quieres ir a mi casa?—
La boca de Mark pareció quebrarse por la manera en la que se abrió, Renjun le guiñó un ojo y se fue con un asentamiento de cabeza. No sé lo podía creer, tan solo tres pasos y estaba seguro de lo que esa pregunta significaba.
Se sintió un estúpido por no poder hacer lo mismo, su amigo con esa ridícula información había conseguido que un chico se rindiera ante él y estaba en camino a tener un poco de acción. Se dejó caer en el asiento mientras una chica les entregaba por fin su orden, miró a su lado como Haechan se reía de él.
—TSM— Le mostró tres dedos mientras tomaba del jugo que había ordenado Renjun ¿O lo había hecho Donghyuck? Creía que el par ya tenía planeado algo como eso.
—¿Cómo — su pregunta quedó en el aire, esperando que el silencio la terminara.
—Empezo como una señal— Explicó—Ya sabes, cuando queríamos jugar un rato— Hizo una mueca. Conocía el secreto del par, ya habían hablado muchas veces sobre su disgusto referente a esa relación de "Amigos con derechos" que compartían. —Una vez lo usé para una conquista y resultó, ahora la usamos como arma secreta— Rió nervioso. Es cuando se dió cuenta que en el último año había pasado tanto tiempo con su novio y anterior mente con su "amiguito" que casi no pasaba tiempo con sus mejores amigos, agachó la cabeza apenado. Tantas cosas habían pasado y el se había quedado en una relación que no iba a ningún lado, no avanzaba, pero tampoco retrocedía.
De camino a la biblioteca repitió en su cabeza los pasos que debía hacer para darle una señal o algo que hiciera que Jeno se atreviera a tocarlo. Si el menor no pensaba hacer nada, el lo provocaría y jugaría con el fuego hasta quemarse. No conocía la personalidad de Jeno, pero de algo estaba seguro, ambos se morían por enredarse entre las sábanas y olvidar un poco todo ese asunto del amiguimismo.
La biblioteca estaba un poco vacía, con uno o dos alumnos entre los pasillos y la bibliotecaria lo había dejado a cargo por unos minutos mientras ella terminaba unos trámites. Era en esos momentos donde podía aflojar un poco de su corbata y desprender los primeros botones de su camisa, que según la señora a cargo, servía como identificación de "Auxiliar bibliotecario". No mentiría si dijera que en un principio le hacía ilusión, ahora quería apagar la calefacción que estaba hasta al tope y preferir sentir el frío de afuera.
Aburrido en el lugar se subió en uno de los escritos, su cabeza cayó hacia atrás buscando estirar todo su cuerpo, dejando que su peso se sostuviera con sus manos detrás de él sobre los libros que debía guardar en su lugar.
—Si tu idea era recibirme de forma sensual, lo conseguiste. Aunque un poco menos de ropa no vendría mal— No hacía falta volver su vista al frente, conocía esa voz. Sintió unos pasos y el cuerpo ajeno acomodarse entre sus piernas, las cuales abrió un poco más para dejarle paso. Acomodó su cabeza para encontrar a Jeno muy cerca de él —Hola—
—Hola— Ambos sonrieron acompañando el saludo.
Ninguno dijo otra cosa, sus ojos se encontraban atrapados entre sí. Mark entonces recordó las palabras de sus amigos y quiso probarlas un poco. Llevo sus manos hasta los hombros de Jeno, encontrándose con una grata sorpresa. Bajo el tacto un poco más, tanteando y explorando aquellos brazos, el menor frente a él tenía sus extremidades envidiables. Podía jurar que aquello se sentían como músculos, no grandes, pero si fuertes y respiro con fuerza mordiéndose un labio.
Quiso quitarle esas capas de ropas que cubría su cuerpo debido al frío, se deleitó aún más perdido en las sensaciones. ¿Estaba mal desear probar de primera mano esa piel oculta? No solo que sus dedos sintieran la carne, quería explorar aún más. Absorto en sus pensamientos fue directo a los pectorales, el chico debía hacer algún tipo de ejercicio, no era normal que se sintiera tan duro el pecho ajeno. Su boca se deshizo en un suspiro, o tal vez fue un jadeo, que aclamaba por deslizar sus labios por aquella anatomía.
—¿Te diviertes?— No supo en que momento se había pegado tanto al cuerpo de Jeno, hasta que esté le gruñó en su oído. En un rápido movimiento, el menor lo apretó aún más hacia el.
Mark sentía que estaba a punto de quemarse.
Un cosquilleo en su oreja le anticipo lo siguiente, sentía como esta era mordida suavemente y un recorrido que estaba a punto de llegar a su boca. Volvió a suspirar, recordando una vez más esas estupidas tres siglas.
Estaba ahí, tan cerca. El beso que tanto había estado esperando se acercaba a él, solo debían unir un poco más sus bocas y se podrían fundir en un beso. Pero la puerta de la biblioteca fue abierta, se separó asustado de que fuese la encargada. Se alivio al ver que solo era otro alumno, aunque nunca estaba seguro si eso era peor a que fuese la bibliotecaria. Ambos se separaron a regañadientes.
|∆|∆|∆|
—Y después empezó a hablar en inglés— Soltó Jeno histérico en la línea. Después de una tarde con Mark donde habían quedado en verse esa noche, llegó a su casa para inmediatamente recurrir a sus dos manos para frenar el calor que sentía. Estaba avergonzado con sí mismo, era la primera vez que se sentía sexualmente frustrado, debían ser dos manos canadienses las que tendrían que estar tocando de aquella manera — Me voy a morir—
—¿Todavía no entiendo que tiene que ver en qué idioma hable?— Sintió su rostro arder. Renjun era Chino ¿No? Jaemin debería entender a que se refería.
—Imaginate que empezara a gemir en inglés o que diga frases obsenas— Confesó lo que su mente había imaginado horas atrás cuando escucho la primera frase. Sentía que si Mark dijera cualquier estupides en aquel idioma, el llegaría al orgasmo de solo escucharlo.
—Eres un fetichistas— Escucho la risa de Jaemin perforando sus tímpanos, apartó el aparato de si y espero a que cesara un poco. —No sé que esperas que te diga— Soltó al final.
—No voy a aguantar más si sigue haciendo esta clase de cosas— Volvió a tirarse en su cama, con el pelo mojado debido a la reciente ducha.
Maldijo nuevamente, no podía dejar de pensar en la manera en la que había encontrado a Mark. Arriba de la mesa, con su cuello expuesto, su pecho entregándose y sus piernas levemente separadas. Sus manos aún sentían la tela del pantalón debajo de ellas, los muslos de Mark apretados en esos jaens, gritaban ser liberados. O tal vez era el libido de Jeno jugando con su mente.
—Ya sabes cuál es la solución— Escuchó la risa malvada de Jaemin y espero —Dripping—
Y corto.
Frunció el ceño sin entender. El imbécil sabía que era malo en inglés y venía a decirle una palabra en ese idioma ¿O era chino? No, no sonaba como aquello. Tampoco era un tonto. Abrió el navegador de su celular y busco el traductor, no era de lo más confiable pero se acercaba. No sé arriesgaría a preguntarle a Mark.
Tecleo la palabra y siguió sin entender ¿A qué se refería Jaemin con Gotear?
La risa de Mark podía ser escuchada por encima de la música. Cómo hacían cada viernes desde la última vez, salían a algún bar o discoteca; bebían, bailaban un poco y pasaban una salida de "amigos". Jeno negó con la cabeza, se estaba riendo de un estúpido chiste con el chico que le gustaba, no podía pensar en algo como aquello. "Al menos son amigos" se dijo a si mismo, aunque ambos sabían que eso era solo una excusa para salir. Los dos deseaban tener más intimidad, pero ninguno de los dos daba el primer paso para ello.
Mark lo miró con media sonrisa.
—No me estás escuchando— Abrió la boca para después volver a cerrarla —No me vengas con esa excusa de que es culpa de la música. No soy tan idiota— Mark se acercó para hablarle más cerca. Suspirando al final de la frase. Al diablo con ser discreto. Lo volvía loco.
—No puedo pensar en otra cosa que no sea tu postura sensual de esta mañana— Mark se atragantó con su bebida. Lo había dicho medio en broma, medio en serio. Era su única verdad.
—Seguramente me veía como un estúpido— Las mejillas de Mark se sonrojaron. Jeno rió, el chico que lo provocaba y después retrocedía estaba avergonzado.
—Si te viera en esa posición, pero en mi cama— Se relamio de solo pensarlo— Ahora no podrías caminar— Se hecho a reír por la cara de Mark. Era todo un poema.
—¡Jeno!— El silencio los envolvió, irónicamente. La música fuerte y las personas llendo y viniendo, todo eso parecía anulado en ese momento. —¿Quieres bailar?— Rompió el silencio entre los dos.
Y así como cada vez, se acomodaron entre la multitud que bailaba toda pegada para mover sus cuerpos al son de una canción que no conocían, o no reconocían. Jeno supo que esa vez sería diferente cuando Mark lo miró de esa manera.
No tenían la obligación de bailar tan pegados, aún así sentía que el contacto no era suficiente. Movió sus caderas como en las clases de hace un año, su profesor de danza le había dicho que debía bailar como si estuviera haciendo el amor y hacer el amor como si estuviera bailando. En aquel momento había tenido vergüenza de presentar una coreografía como aquella, en la actualidad agradecía haber elegido esa clase y aprender esos movimientos. Sus manos firmes en la cintura de Mark, pegandolo con más fuerza y posesividad, el mayor no parecía molesto cuando pego su nariz en el cuello de este. Aspiro el aroma natural del canadiense, sumergido en sus sentidos y el calor que empezaba a gobernarlo cada vez más. Las caderas de Mark moviéndose sobre las suyas era una sensación placentera, lo miró a los ojos unas milésimas de segundo antes de ser tapado por una mano de Mark.
—No me mires así. Este no es un lugar para hacer lo que estás pensando— Poco a poco lo soltó, sorprendido de ser atrapado en sus intenciones o más bien, lo que su cuerpo estaba haciendo.
Mark se dió media vuelta, sin dejar que Jeno lo soltara. Girando entre sus manos, sin dejar de moverse, dejando que su espalda chocará con su pecho. Jeno estaba seguro que Mark sentía como su miembro iba creciendo en sus pantalones, sabía que se estaba frotando contra su erección a propósito sin pudor. Estaba perdiendo el control y en cualquier momento iba a explotar, sentía como su paciencia iba goteando poco a poco hasta quedar vacía. Recordó lo que le había dicho Jaemin, maldijo, su mejor amigo sabía que algo así podría suceder.
—Mark— gruñó en su cuello, enterrando sus dientes en este tirando de la piel cruelmente. Escucho una risa ronca venir de su acompañante, bajo despacio sus dedos por la cintura hasta llegar al abdomen de Mark, de ahí bajo lentamente hasta verificar sus sospechas. El mayor entre sus brazos está igual que él, al límite. Apretó el bulto que se formaba bajo sus manos, recibiendo un bajo gemido como recompensa. Mark acababa de marcar su sentencia.
|∆|∆|∆|
Jeno lo empujó con fuerza en la pared, sus bocas mezcladas en un beso desprolijo, lleno de saliva, dientes y la ávida lengua. Sus labios eran torturados por los dientes que tiraban de él ¿Cómo habían terminado así? No sabía, lo último que pudo razonar fue la manera en la que Jeno lo había arrastrado hasta lo que imaginaba era la casa del menor. Para terminar con su torso desnudo, su espalda pegada a la pared y sus manos tratando de tocar lo más posible que podía. Se sentía descarado, desenfrenado y salvaje. Aún recordaba la primera vez con su ex novio, hasta ese entonces se había sentido como en una novela donde todo había sido color de rosas, como cada vez que lo hacían. Besos suaves y caricias sutiles, aquello era simplemente todo lo contrario y era tan perfecto que se estaba desvaneciendo.
—Vamos a mi habitación— ordenó Jeno, se sintió tan sumiso que asintió totalmente entregado.
Sus bocas aún unidas, sus brazos enredados en el cuello contrario mientras era guiado hasta el cuarto. Por un momento había tenido la ilusión de hacerlo sometido contra la pared, para otra oportunidad será. Sonrió en el beso por su pensamiento, aún no terminaba la primera y ya estaba pensando en otras.
Fue arrojado a la cama con fuerza, viendo cómo Jeno se despojaba de su camiseta, dejando su piel expuesta. Mark sonrió, tenía razón, aquel cuerpo era perfecto y quería enterrarse en él o mejor dicho, que este se enterrara en el. Volvió a recibir a esa condenada boca que lo estaba volviendo un caos, sintiendo como su cavidad bucal era explorada sin pedir permiso, brusca y demandante. No pensaba darle el lujo de a nadie de saber cómo Jeno lo hacía sentir tan malditamente sumiso. Sintió las manos bajar por su cuerpo hasta llegar a la línea que separaba su torso del pantalón, Jeno volvió a separarse para mirarlo desde arriba y sonreírle diferente a como lo hacía siempre. No había rastro de dulzura en él.
—Dime Mark— La voz de su amante sonaba tan ronca que pensó que podría ser sometido por ella, cerro los ojos al sentir un suave Vaivén en la parte sur de su cuerpo. Gimió despacio al sentir las pequeñas embestidas aún cubiertos por la ropa, hasta que una de ellas fue más fuerte y precisa, abrió sus ojos pensando que había traspasado la tela de sus pantalones. Jeno lo miró con lujuria —¿Te gusta?— Volvió a repetir aquello. Mark asintió—Responde— Una más fuerte llegó, el canadiense quería gritar que dejara de jugar y lo embistiera de verdad.
—Si— Susurro casi inaudible.
—¿Sí que?— Mentiría si dijera que aquella orden no lo había exitado.
—Yes sir— Aquella frase pareció presionar algún botón en Jeno pues empezó a gruñir bajo y a desvestirlo sin cuidado.
Ahí se encontraba, respirando profundamente intentando calmar su libido. Mientras Jeno, con una mano lo preparaba con tres hábiles dígitos y con la otra lo acariciaba despacio, desde su abdomen hasta su miembro subiendo y bajando despacio. Quería gritarle que dejara de ser suave y volviera a su estado desenfrenado de minutos antes, cuando lo había obligado a responderle. Diablos, Jeno siendo autoritario sobrepasaba los límites de su conciencia. Sintió un vacío cuando Jeno retiro sus dedos del interior, para luego sentir un cuerpo en medio de sus piernas y el peso del menor encima.
—Dime nene ¿Que quieres?— Ahí estaba otra vez esa voz.
—Please— Suplicó rozando sus labios, su aliento mezclándose con el otro.—Please, fuck me—
—Asi me gusta—
Sus manos buscaban donde sostenerse, su cuerpo siendo bombardeado de sensaciones. Jeno gruñía con sus manos clavadas a la cintura, penetrando con ritmo, como si estuviera bailando dentro de él. Los jadeos como música de fondo, sus pieles chocando como tambor y el sonido de su corazón acelerado hacia el coro. Jeno entraba y salía de Mark sin control, lo dominaba y obligaba a retorcerse. Le decía cuando gemir, cuando moverse, cuando morder y cuando suplicar, se sentía un soldado siendo guiado por su capitán.
Su boca no se cansaba de degustar los hombros ajenos y sus manos se enganchaban en la espalda ancha que tanto había fantaseado con dejar sus marcas en ella, dejando que sus uñas se clavaran en ella. Su cuello era torturado y sabía que dejaría una marca, la cual si no fuera por el frío, no le daría miedo de mostrar. Debía agradecerle a sus amigos por aconsejarlo.
—Asi nene, así me gusta— El chico entre sus piernas llevo sus piernas hasta los hombros, haciendo que la posición le permita entrar más profundo. Mark chillo, sus ojos llorando de placer, siguió soltando palabras sin sentido en una mezcla de inglés y coreano.
Su espalda se curvo hasta dar por fin con el orgasmo, sintiendo un último movimiento dentro de él, luego más lento y sintió salir a Jeno de él.
Contrario a sus frenéticos movimientos anteriores, el siguiente beso fue lento y tranquilo. Dulces caricias entre sí, su labio inferior siendo lamido pidiendo perdón por ser mordido tantas veces. Rió cuando se separaron, encantado por todo.
—Perdon— abrió los ojos, para volver a ver esos ojos dulces que lo miraban apenado.
—¿Por qué te disculpas?—
—Perdi los estribos. Es tu culpa— Mark jadeó.
—¿Por qué? No hice nada— Rápidamente se sonrojo. Sabía bien que había hecho.
—Me provocaste— volteo su cuerpo, pegando su cuerpo a un sudado Jeno y lo beso de regreso.
Si, lo había provocado. Había seguido las estupidas siglas, lo toco durante toda la noche, le había susurrado y por primer vez, había dejado que su ropa mostrará toda la piel posible. Su pecho aún sentía la brisa del viento, había olvidado donde quedó la prenda. Su llegada había sido desenfrenada.
—Un poco— Jeno alzó una ceja. Hecho a reír volviendo a besarlo, dejando que su lengua sea acariciada por el chico que empezaba a acariciarlo nuevamente, bajando por su espalda.
—¿Quieres otra ronda?— Volvió a reír. Si Jeno sería así cada vez, repetiría aquello hasta que su cuerpo no lo soporte más.
—Yes sir—
Y dejo que la última gota de placer se derramara en él, dejándose llenar por todo eso que Jeno estaba dispuesto a entregar y el era gustoso de recibir.
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