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Capítulo 33.

La vida es como un tablero de ajedrez,

mueves una pieza, puedes ganar o perder.

Solo mis pensamientos, Cuaderno de letras de Mark Zugadi.

Mark Zugadi.

Observo el pecho de Vanessa subir y bajar rítmicamente mientras duerme. Sé que no es el momento pero tomo el último cuaderno que estoy utilizando para escribir y empiezo a anotar palabras al azar, así empezaba mi proceso creativo.

-Labios rosados.

-Respiración pausada.

-Tu cabello sobre la almohada.

-Eres hermosa.

-Quiero protegerte.

-No permitiré que nadie te haga daño.

-Eres mía, yo soy tuyo.

-Te protegeré con mi vida, Vanessa.

Cierro despacio el cuaderno, no escribiría nada por los momentos pero de seguro utilizaría algunas frases para después.

Noto como la puerta de mi habitación es abierta, Luca me hace unas señas pidiéndome que salga de la habitación. Deposito un beso sobre el cabello de Vanessa susurrando un ya vuelvo antes de partir.

—¿Qué sucede?

—Ya tienen a Becca—me notifica el haciendo que me relaje un poco. Ya tienen a esa lunática. Sin embargo Luca no está para nada relajado.

—¿Qué?

—No es ella Mark, tiene una coartada.

¿Cómo es posible que no sea ella? Entonces tenía que ser Taloula, pero ella no era rubia.

—Iré a la comisaria, cuida de Vanessa.

—Mark...

Lo ignoro y salgo del apartamento, tengo que llegar al detective Conrad, necesito averiguar bien lo que está pasando.

Cuando estoy fuera de la estación de policía da la sorpresa de que el detective Conrad está en la entrada como si estuviera esperando a alguien. A mí, supuse al ver como no se sorprendía al verme, supongo que Jean Luca lo había llamado para notificarle que iba en camino.

—Sígueme, Mark.

Sin mediar más palabras lo sigo, pasamos a varias personas hasta que nos encontramos frente a un vidrio que se nota es unidireccional. Becca estaba sentada ahí, relajada, como si no estuviera esposada en una estación de policía.

—Dijo que estaba en casa de sus padres, ellos lo confirmaron, pero sé que hay algo que está ocultando.

Entonces si hay posibilidades de que si sea ella, entonces, ¿Por qué no logran sacárselo? Se lo pregunto.

—Dijo que no diría nada más si no estaba su abogado con ella. Su padre me dijo que el abogado venia en camino, por eso llamé a tu casa, sabía que vendrías aquí. Si ella te admira tanto como creemos entonces te dirá todo en un santiamén.

—¿Eso es legal?

—Lo haremos en presencia de su abogado. Le diré que estás aquí y que pediste hablar con ella, más bien lo exigiste. Esa será la historia oficial, ¿de acuerdo?

—Si.

—Trata de ser la estrella Mark Zugadi por un momento, se su ídolo, trátala como si fuera otra fan que te estuviera pidiendo un autógrafo.

Me costaría tratarla de esa manera ya que pensaba que era Trébol. Si era así Trébol no solo había lastimado a Vanessa sino que también había matado a Janivka solo por acercarse demasiado a nosotros.

Cuando el abogado de Becca hace presencia el detective Conrad se encierra con ellos detrás del cristal. El detective Conrad logra llegar a un acuerdo para que se me permita estar en el interrogatorio, sin embargo aunque el abogado de Becca me lo permite también exige que debo estar en silencio, a la primera falta me sacarían de ahí y también presentaría una queja formal ante un juez. El detective Conrad estaba arriesgando su trabajo pero sabía que el hombre quería encarcelar por fin al culpable de la muerte de Janicka. Debía aguantarme las ganas de decir algo, no iba a arriesgar el trabajo del detective aún más.

Becca cuando me ve pasar al pequeño cuarto suelta un respingo y sus ojos se empiezan a cristalizar. Sin embargo ya no se ve confiada, tampoco parece culpable, está asustada.

—Yo no hice nada, Mark, te lo juro—balbucea mientras empieza a sollozar sin parar.

No puedo verla de esa manera, mi estómago se retuerce un poco al ver las gruesas lágrimas de la chica deslizarse por sus mejillas

—Rebecca, debes calmarte o pediré que el señor Zugadi se retire de la sala.

—No, quiero que se quede—Respira profundo varias veces limpiándose con el dorso de sus manos las lágrimas—. Mark si va a creerme, después de todo me conoce.

Eso no es cierto, todos evitábamos como la peste a Becca, por lo que sabía muy poco de la chica.

—Bien, empecemos. Señorita Sanders, ¿en dónde se encontraba a las nueve de la noche de la noche de hoy?

Rebecca no mira al detective Conrad, sus ojos están fijos en mí antes de responder.

—Como dije antes estaba en casa, mis padres pueden confirmarlo. Yo no he hecho nada, Mark, te lo juro, yo no mataría ni a una mosca.

—Por favor, limítese solo a responder mis preguntas. ¿Conoce o conoció alguna vez a la señorita Janicka O'Reilly?—Interroga el detective, Becca por su parte se tensa en su asiento—. ¿Señorita Sanders?

—¿Esto es sobre Janicka?

—¿Conoció a la señorita O'Reilly o no?

—Rebecca, contesta—le exige su abogado—. Puedes decirlo.

Becca juega con sus manos esposadas encima de la mesa en donde se encontraban reposando.

—Janicka no se suicidó como Kippling decía—susurra en un hilo de voz—. La mataron, lo sé. Tenía que decir esto antes de responder a su pregunta detective. Si, conocí a Janicka. Compartíamos gustos musicales sobre Four Chips, pero me alejé de ella una vez me ofreció drogas. No éramos amigas íntimas, solo conocidas y parte del mismo club de fans. Por eso nunca fui interrogada por la policía, grave error debo decirlo.

—¿Disculpe?

—Recibí una nota antes de que Janicka fuera asesinada. Decía que yo sería una pieza muy importante para esa persona si alguna vez estuviera a punto de ser atrapada. No entendía, solo rompí la nota y la eché a la basura. Estaba firmada como las cartas que Janicka les enviaba a los chicos, como Trébol. Pensé que había sido ella tratando de hacer una broma o algo. Horas después me enteré de que había muerto.

—¿Por qué no fue a la policía y contó todo esto?

—Porque tenía miedo de meterme en esos asuntos. Un asesinato es algo delicado, pensé en la carta y decidí esperar a ver cuál era el próximo movimiento de esa persona. Nunca llegó hasta hoy, ahora entiendo que quería decir su carta.

Becca era su boleto de salida, pero...

—¿Por qué te eligió a ti, Becca? —No puedo evitar preguntar.

—Señor Zugadi, habíamos llegado a un acuerdo—advierte el abogado, pero Becca lo interrumpe respondiéndome.

—¿No es obvio? Soy como Janicka, soy una fan, una que se relaciona con ustedes. ¿Qué mejor que yo para ser lanzada a los tiburones?

Tenía razón. Los ojos de Becca hablaban con la verdad, no estaba mintiendo, todo lo que salía de su boca era cierto. Eso me asustaba como el demonio porque eso significaba entonces que Trébol seguía suelta.

—Mencionó que Kippling Peltz decía que Janicka O'Reilly se había suicidado.

—Fue lo que le contó a todos. Kippling es muy chismosa y tiende a tergiversar la información siempre. Además, la prensa nunca habló sobre Janicka y la policía fue hermética con la información, por eso era fácil engañar a los demás. No me extraña que Kippling dijera eso, pero...

Becca hace una pausa, el detective la insta a seguir.

—Kippling me dijo algo una vez que su prima y Janicka eran amigas, lo cual es falso. Janicka odiaba a Taloula, la prima de Kippling, porque ambas estaban en una constante guerra por quien se quedaría con la presidencia del club de fans. No eran para nada amigas, se odiaban.

No entendía muy bien el jaleo de los cargos en los clubs de fans pero, en el de Four Chips Canadá al ser nuestro país de residencia era el más cercano a nosotros. Austin había llegado un acuerdo con las chicas que administraban el club y cada cierto tiempo tenían objetos exclusivos de la banda, entradas gratis y accesos al backstage en nuestros conciertos.

Pero, ¿matar a alguien solo por eso? Me daba escalofríos pensar hasta donde podía parar una obsesión hacia un ídolo.

—¿Podría firmar una declaración especificando todo lo que usted ha dicho esta noche?

—Sí, por supuesto—Becca después mira hacia mí con sus ojos cristalizados—. Sé lo que pasó con Vanessa, te juro que aunque no me agrade que tengas una novia jamás podría hacerte algo como eso, Mark.

—Te creo, Becca.

—Gracias... Mereces ser feliz Mark, después de lo que pasaste con esa modelo, mereces por fin tener a alguien a quien amar y que te amé también.

Tenía razón, lo merecía,pero antes debíamos encontrar a Trébol.

¡Se viene un mega maratón! Empezamos con un 1/4

¿Será hoy que descubriremos quién es la verdadera Trébol? Dejenme decirles algo, quedan tan solo 6 capítulos de la historia, más el epílogo así que... abronchense bien los cinturones.

Capítulo dedicado a Pam <3 Espero que te guste :)

En unas horas iré subiendo los demás capítulos <3

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