₊˚꒰🪼꒱ ⸝⸝ Capitulo final
Desde que Jungkook tuvo la suficiente edad para valerse por sí mismo entendió que su vida no iba a ser tan fácil o divertida como creía. Cuando estuvo con su madre y sus hermanos siempre pensó que las cosas serían igual de buenas cómo al estar con ellos.
Pero al irse por caminos separados supo que las cosas serían más solitarias de las que creyó. Había muy poco de su especie, su madre tuvo suerte en conseguir una pareja, y cada vez que llegaba la temporada de apareamiento la pasaba muy solo.
Incluso trató de hacerse pareja de unas cuantas sirenas, pero no les pareció lo suficiente atractivo y se fueron con otros tritones. Entonces trató de probar suerte yendo a territorios no explorados, quizás había otro de su especie lejos de ese lugar.
Llegó una mañana a un lindo arrecife de coral, aunque los habitantes de allí se escabulleron para esconderse, seguro que nunca habían visto a alguien como él, eso le decía que no iba a encontrar una pareja potencial allí. Eso creyó hasta que lo vió, se escondió detrás de unas rocas para verlo mejor, no quería alejarlo tan pronto con su presencia.
Tenía unas cosas en el rostro, pero un cabello rubio se podía distinguir, sus aletas eran raras, pues no era una sino dos, burbujas salían de su boca cada vez que respiraba y su piel era oscura y con algunas rayas naranjas. Se acercó a esa criatura de manera lenta y no pudo evitar estirar sus manos para tocarlo.
"No es piel, solo se cubre con algo"
Razonó al ver como la capa oscura llegaba hasta su cuello, también pasó sus manos por allí, aún tocando por encima podía sentir la suavidad de esa carne bajo sus dedos.
Cuando vió esos ojos azules supo que estaba perdido, nunca había visto tales ojos y ninguno se les asemejaba, le miraban con sorpresa y curiosidad. Izuku bajó un poco su vista notando el pecho de la criatura. Un par de bultos generosos aún se podían notar con la oscura capa que tenía encima.
¡Qué suerte tenía!, ¡Debía de cortejarla pronto!
Rápidamente se deslizó hacia los corales buscando el más lindo para tomarlo, ¡Debió de haber traído consigo aquella hermosa piedra cristalina de la otra vez!
Aún así tomó el más bonito que encontró y lo arrancó con ayuda de sus garras.
Se acercó a la rubia de nuevo y se llevó, no era mucho, solo era una roca negra que le pareció linda entre el arrecife. El rubio parpadeó un par de veces y tomó su regalo, Jungkook sintió que su corazón iba a estallar de alegría, sonrió y chilló con felicidad.
—¿Entonces si aceptas mi cortejo? —preguntó haciendo que unas cuantas burbujas se escaparon de de su boca, sin embargo, la rubia se alejó de él un poco y Jungkook sintió como su pecho dolía.
¿Se iría, solo había aceptado su regalo por amabilidad?
Tenía que hacer algo pronto, ¿O será que ella no quería ser cortejada por él?
Antes de que pudiera pensar en algo más, una caricia en su cabeza le hizo mirar a la rubia con los ojos aún más abiertos.
¡Seguro que le estaba diciendo que aún tenía oportunidad!
Solo debía de encontrar algo más bonito y llamativo que le gustara para poder ser aceptado. Ah, ya se imaginaba entregando su amor por completo a esa bella criatura de ojos azules, ¿Sus crías serían iguales de bonitas?,
Esperaba que sí.
Después de un momento Jungkook vio como la rubia nadaba hacia la superficie del mar, eso le sorprendió, pues no sabía si el rubio vivía allá arriba y no bajo el agua.¿Será que sus aletas divididas en dos le ayudaban a vivir lejos del agua?
Jungkook solo pudo observar como su futura pareja se iba, no hizo más que eso, después de que se fue nadó rápidamente entre el arrecife buscando algo entre las paredes de aquella isla. Y después de unas cuantas horas encontró justo lo que buscaba.
Un hogar metido entre las rocas, una gran cueva con bastante espacio y unas cuantas piscinas pequeñas dentro, había la suficiente iluminación que llegaba desde el techo, dentro de la cueva habían muchos tipos de musgos en la paredes o suelo, algunas plantas pequeñas y otras cosas.
—Es perfecto. — se dijo feliz, aún necesitaba arreglarle un par de cosas y decorar, pero no había encontrado nada mejor que eso.
Pasó sus días entre ver a la rubia y arreglar la cueva cuando ésta se iba.
Hizo que las pequeñas piscinas, en donde nadarían por primera vez sus pequeños, fuera cómodo y sin ningún tipo de roca filosa que le pudiera molestar a su pareja, también sería el lugar en donde ella iba a vivir, así que tenía que ser lo mejor de lo mejor.
Siempre trató de regalarle cosas al rubio, conchas, corales y perlas que encontraba, también se lució a su alrededor, se mostraba completamente ante ella para que pudiera admirarlo e hiciera su movimiento de aceptarlo como pareja.
Eso pasó más rápido de lo que esperó en realidad, estaba buscando otro regalo para la rubia cuando lo sintió. Algo suave se deslizó por sus cicatrices, Jungkook volteó hacia el rubio y lo vio contemplando, que se podría decir admiración.
¡Ya había sido aceptado!
Su madre le había dicho que cuando una hembra aceptaba los regalos y hacía contacto físico era porque lo quería como pareja. ¡Estaba emocionado y quería llevar la etapa del apareamiento pronto antes de que pasara la temporada!
Cuando sus ojos se encontraron con los de la rubia sonrió en grande, no pudo evitar que que sus colmillos crecieran llenos de veneno. Eso pareció haber hecho que su pareja nadara rápidamente a la superficie. Bueno, una "persecución" antes del apareamiento no estaba nada mal.
La siguió de inmediato y observó que se quitaba esa cosa de la cara revelando su bello rostro, de verdad que era hermosa. Sus manos picaban por querer quitarle esa cosa del cuerpo rápidamente, quería tocarlo sin que nada se interpusiera en su camino. Así que lo hizo.
Utilizó sus filosa garras para quitar ese traje oscuro que cubría esa piel pálida de su pareja, y al hacerlo no pudo evitar soltar un chillido de alegría, sus pechos eran lo más hermoso que jamás había visto, grandes y rosados seguro que de ahí se iba alimentar bien su camada antes de que aprendieran a cazar por su cuenta. Aunque también les tenía que dar peces molidos una vez que les salieran sus pequeños dientes.
Jungkook sonrió mientras su pareja luchadora le gritaba cosas que no entendía, abrió su boca y mordió el cuello pálido y suave, dejando que su veneno entrara en su sistema y preparase su vientre para la pronta unión que tendrían. Los escuchó quejarse y gemir débilmente antes de caer rendida en sus brazos.
—Te llevaré a casa para que cuando despiertes puedas disfrutar mejor conmigo. — murmuró abrazándolo contra su cuerpo, dejó un pequeño beso en su frente y después se dispuso a terminar de sacar esa cosa pegada a su piel.
Quería admirarlo más pero lo mejor era llevarlo a su cueva para que pudiera descansar tranquilo. Dejando todo eso que estorbaba atrás, Jungkook nadó rápidamente hacia la grieta entre las rocas, sumergiendo con cuidado a la rubia bajo el agua por poco tiempo, sabía que necesitaba aire así que no duró más de tres segundos bajo el agua.
Al estar dentro lo llevó a una de las piscinas y lo acostó con cuidado allí. Quería tanto adentrarse en ella, sus instintos se lo pedían a gritos, pero quería que estuviera despierta, era lo correcto a la hora de aparearse, aún así podía echar un vistazo.
Con sus manos tocó por la parte baja de su pareja, esas aletas eran muy pequeñas, ¿Por eso usaba aquella cosa? Después lo iba averiguar, aunque, ahora que lo pensaba mejor, ¿Su pareja no sería aquello a lo que muchas especies en el agua llamaban humanos?
Seres con piernas, sin escamas ni cola o branquias. Bueno, una pareja era una pareja e Jungkook no era quisquilloso. Además era hermosa, tan fiera y luchadora. El peli-negro alzó las "piernas" de la rubia con cuidado, y se encontró con una pequeña polla descansando entre ellas.
—Qué suerte la mía. — se sentía muy feliz, si fuera macho tendría dos polla como los demás de su especie, porque eran parecidos ¿No? Los tritones tenían dos, sin embargo también sabía que los delfines solo tenían uno y las hembras no.
Pero los humanos no eran nada parecidos a los delfines, eran más parecidos a las sirenas, tritones y nagas, excepto por la mitad de la parte inferior por lo visto.
Así que no había duda, ella sería la madre de sus crías y cada temporada se iba a encargar de dejarla llena de ellas hasta que su cuerpo no pudieren generar más huevos.
Que por cierto pesaban en su interior esperando por salir, pero aún tenía que esperar un poco más.
Jungkook siguió explorando y encontró una pequeña, pero linda, entrada en la parte de atrás de la pequeña polla.La punta de su cola no paraba de moverse ansiosamente, bien ya debía dejar de hurgar sino quería que las cosas se salieran de control.
El peli-negro dejó a su pareja descansando allí tranquilamente mientras salía por algo de comida, su primera misión como futuro padre y pareja sería hacerle saber a ella que podía ser una gran fuente de alimentos, así no tendría más preocupaciones que cuidar de su, muy pronto, vientre hinchado y lleno.
Sonrió cuando después de buscar un rato vio a no muy lejos un tiburón de gran tamaño tratar de cazar en un cardumen de sardinas, el cazado sería él, pobre, pero necesitaba comer y su pareja también.
No perdió tiempo, nadó rápidamente hacia el tiburón haciendo que las sardinas salieran huyendo cuando lo vieron ir hacia ellas. El tiburón también trató de huir, obviamente tendría que hacerlo al ver un depredador mucho más grande nadando hacia él.
Jungkook era más rápido y con sus garras dió un certero zarpazo sobre el animal matándolo casi al instante, la sangre rápidamente manchó el agua salada y el pecoso sabía que debía irse de prisa si no quería que otros depredadores carroñeros vinieran por su presa.Tomó de la cola al muerto y lo arrastró consigo a su cueva, Jungkook sonreía feliz de la vida imaginando cientos de escenarios que podrían pasar en su gran futuro.
La emoción llenó al peli-negro cuando vio que su pareja estaba despierta, echó el tiburón al lado de ella para que pudiera observarlo y admirarlo. Se llenó de orgullo al ver su rostro lleno de asombro, no les faltaría nada e Izuku se iba a encargar de eso por completo.
Se acercó a la rubia mirando como trataba de correr, pero se lo impidió al sujetarla por una de sus piernas y atraerla hacia él, lo rodeó con su cola para que fuera más fácil de sujetarlo y que no estuviera incómodo, quería tocar más.
Primero tocó una de sus mejillas con suavidad, se sentía tan afortunado de haber encontrado a una criatura tan hermosa cómo esa, después pasó sus manos por su parte baja, su pequeña cintura y llegó hasta sus pechos, no los quiso tocar antes porque sabía que después no se iba a detener, los apretó con algo de fuera mirando como temblaban ante su toque. Eran de piel tan suave, firmes y a la vez blandos, aunque no entendía nada de lo que decía su pareja no le importaba, sabía que después se podía hallar una solución para eso.
— Eres tan espléndida. — Jungkook dijo por lo bajo mientras tomó entre sus dedos uno de esos botoncitos rosas y lo apretó con fuerza.
Jungkook se congeló cuando escuchó un gemido salir de la rubia, tenía su rostro sonrojado y una linda expresión que hizo saber que también lo estaba disfrutando.
Ya no podía soportarlo más.
— Necesito. — quería llenarla con sus huevos, y disfrutar del placer que tanto había anhelado, hacerle disfrutar también.
Todo su cuerpo gritaba que reclamara e hiciera suya a esa maravilla, y eso era lo que haría en ese instante.
Aquí concluye la adaptación, espero que les haya gustado esta historia !! 🫶🏻🌱
Se despide, Carol.
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