Aquella noche había acabado siendo genial, y se alegraba de haber ido a la acampada, sin duda alguna.
Jimin le había dicho que le gustaba así, sin vestido y siendo un chico, y nada ni nadie podría robarle jamás ma alegría que sintió en el momento en el que oyó eso.
Ni siquiera Ryuu podía.
Estaban en el autobús, de vuelta a sus casas. Ahora Jimin se sentaba junto a Jungkook, quien apoyaba su cabeza retorcida debido a los asientos en el hombro derecho del mayor y tenía sus ojos cerrados. Se había quedado dormido.
Jimin aprovechó para sacar su libreta y comenzar a dibujarle en una nueva hoja.
Un bache en la carretera hizo que el gran vehículo botase, y la libreta de Jimin cayó sobre la cara del dormido de Jungkook.
-Mhmm...-se restregó los ojos y miró a Jimin.- Oh! ¿Estabas dibujando de nuevo esa nueva especie que no me dejas ver?
Jimin solo asintió nervioso mientras guardaba su libreta en la mochila.
-Debe ser muy bonita y especial si te la quieres guardar para ti solo, ¿verdad?
Jimin tomó la cabeza de Jungkook y volvió a posarla sobre su hombro.
-Calla y sigue durmiendo.
Jungkook obedeció feliz y sin pensarlo dos veces abrazó de medio lado, aunque fuese incómodo, al mayor por la cintura.
Jimin acarició su cabellera con la mano y recostó su cabeza sobre la suya para dormir tambien un poco antes de llegar a casa.
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