A Jungkook siempre le gustó el silencio y la soledad, no le agradaba tanto estar en ruido ni en el alboroto, tampoco era de andar en grupo. No es que él fuera un asocial porque sí tenía amigos; Yoongi y Jimin, por ejemplo. Sin embargo, prefería aislarse de los demás, yendo al jardín trasero del colegio, donde nadie iba, en busca de tranquilidad para poder dibujar y escribir sin molestia alguna.

Siempre se hallaba completamente solo en el jardín, hasta que cierto chico de cabellos castaños claros y contextura pequeña, comenzó a rondar por ahí. Jungkook jamás lo había visto, quizás sí algunas veces, pero no se había interesado por él, no hasta después de ese accidente que tuvieron. Desde entonces, Jungkook lo veía pasar por el jardín, cuando él se situaba trepado en el árbol, también se lo topaba en las escaleras, baños y pasillos, y en cada una de esas ocasiones, le miraba de reojo y su interés crecía incontrolable.

Cuando fingía estar dormido en el césped debajo del árbol, el castaño se le acercaba a mirarlo de cerca, en esas veces Jungkook pudo percibir su aroma, era tan adictivo que lo calmaba y dejaba encantado. Cuando el castaño se aproximadamente de más, teniéndolo tan cerca, sentía su corazón latir desenfrenado, muchas de esas veces, tuvo que contenerse e intentar calmar su respirar, porque sentía que podía morir de un ataque al corazón.

Jungkook jamás se había interesado por alguien, pero Taehyung había logrado cautivarlo profundamente, tanto que ya no podía dejar de pensar en él ni cuando su mente estaba ocupada. No podía evitar buscarlo con la mirada entre los demás estudiantes, ni dejar de verlo desde los arbustos.

No podía evitar dibujarlo ni escribirle canciones cada que tomaba lápiz y papel, en su libreta de canciones estaba llena de bonitas letras dedicadas a Taehyung, letras que reflejaban todo lo que el castaño le hacía sentir. Su cuaderno de dibujos estaba repleto de dibujos hechos a mano con sus más sinceros sentimientos. Taehyung se había vuelto su fuente de inspiración, su musa, su razón para sonreír y sus ganas de vivir.

Jamás esperó que sentiría todo eso que estaba sintiendo por Taehyung, no lo esperaba para nada, pero amaba tanto sentirlo.

Taehyung de verdad le gustaba mucho y él le gustaba a Taehyung, porque Jungkook podía ser algo distante, más no estúpido. Jungkook sabía con claridad sobre los sentimientos del castaño por él, lo descubrió en los momentos en los que lo encontró mirándolo a escondidas y luego fingía ver hacia otro lado, en las ocasiones que coincidían en el mismo lugar por "casualidad", incluso en las veces que habían tropezado accidentalmente en los pasillos.

No hablaban como le gustaría, pero se había propuesto tomar la iniciativa y acercarse el próximo lunes, quizás Taehyung le aceptaría o quizás le evitaría, no lo sabía con certeza. Sin embargo, él tomaría valor y haría el intento de aproximarse a Taehyung, insistiría sin descansar, porque lo que había empezado a sentir por Taehyung era especial. Jungkook sentía que su amor por Taehyung era sobrenatural.