Las horas restantes pasaron con lentitud, parecía una tortura, pero al final acabaron las clases. Para la hora de salida, la lluvia seguía y seguía cayendo fuertemente, no cesaba y ni parecía tener la intención de parar.

La última clase de Jeongin terminó temprano, por lo que Jeongin fue a buscar a Chan a su salón. Cuando llegó aún seguían en clases; así que, se quedó afuera esperando. Luego de unos cuantos minutos observó cómo el profesor salió del salón y detrás de él comenzaban a salir los estudiantes.

Jeongin continuó espero, sin embargo, al ver que Chan no salía y que ya no nadie más lo iba a hacer, decidió adentrarse al salón.

Pero fue una pésima decisión.

Cuando se asomó por la puerta, vio a Chan de espaldas, recogiendo sus cosas, pero también vio a una chica a su lado, estaban los dos solos. Jeongin tenía buena memoria, por eso pudo recordar que esa chica era la misma que se le pegaba a Chan en la clase de educación física. Su nombre era Chaewon.

Chaewon estaba hablándole sobre algo que Chan no prestaba mucha atención, pues en su mente únicamente estaba la sensación de besar los labios de Jeongin, las ganas de querer verlo y en la curiosidad de saber eso que Jeongin quería decirle, estaba nervioso y ansioso de verlo.

La muchacha le tocaba el hombro, bajaba su mano por su brazo, tocándolo con otras intenciones, aprovechando lo ido que se encontraba Chan. En eso, Chaewon se percató de la presencia de Jeongin, lo había visto de reojo. Y con una sonrisa maliciosa, tomó el rostro de Chan y lo besó.

Chan se descolocó por varios segundos, tratando de procesar lo que estaba ocurriendo, hasta que reaccionó y se separó bruscamente de su compañera de clases.

—¿Por qué hiciste eso? —le preguntó, más la chica en silencio se quedó.

Chan se sintió asqueado por ser besado por unos labios que no eran de su agrado, por ser besado por unos labios que no eran los de Jeongin.

¡Jeongin!

Su mente hizo clic y por mero instinto se giró, encontrándose con lo que jamás desearía haber visto; Jeongin con su rostro desilusionado, con sus ojos brillantes y llenos de tristeza, diminutas lagrimitas se resbalaban por las mejillas de Jeongin. Chan sintió cómo su corazón empezaba a destrozarte ante esa imagen.

—Jeongin... —susurró con dolor.

Jeongin únicamente se volteó, corriendo muy deprisa sin mirar atrás, huyendo con su corazón muy adolorido. Chan de inmediato agarró sus cosas con la intención de seguirlo, sin embargo, la chica lo detuvo.

—¡Me gustas! —exclamó con voz fuerte. Chan solo pudo sentir pena por ella, porque no sentía lo mismo que ella sentía.

—Agradezco que sientas eso por mí, pero lamento mucho, yo ya le pertenezco a alguien más.

—¿Te gusta Jeongin? ¿En serio te gusta el friki nerd? —preguntó la chica con una mueca en su rostro, recibiendo un asentimiento de cabeza de parte de Chan—. No puedo creerlo...

—Sí, y no solo me gusta, estoy enamorado de él, muy enamorado. Y justo ahora... justo ahora está sufriendo y no puedo quedarme aquí; así que, lo lamento, pero debo irme.

Sin importarle nada más, Chan apartó a la chica y salió corriendo del salón en busca de Jeongin.