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Vacaciones espeluznantes

Idea propuesta por La_Dama_Azul.
¡Disfruten!

Con la intención de pasar un tiempo lejos de todo, y darse un buen descanso, Luigi y Daisy decidieron pasar unos días en el hotel Delfino de playa Paradiso, en la isla Delfino. Y para no pasarla solos todo el tiempo, decidieron invitar a Mario y Rosalina junto a los destellos, básicamente quedándose con todo el hotel solo para ellos. Luego de un día vagando por toda la isla, el grupo regresó a sus habitaciones. Los destellos se estaban quedando en una nueva sección que se había construido a la par del casino, pues allí Rosalina pudo poner un pequeño núcleo de energía estelar para recargar las energías de los pequeños cada noche y que su vida no corriera peligro.

Mario ya se encontraba en su habitación desabotonando su camisa cuando Rosalina entró, llevando un vestido celeste con estampados de maxiestrellas de tela delgada, y unas sandalias beige. Ella cerró la puerta y comenzó a caminar hacia la cama, sentándose detrás de Mario. En un humor seductor, tomó la camisa de su novio y la jaló hacia abajo, deslizándola por los brazos de Mario mientras acariciaba su espalda. Él se terminó de quitar la camisa y la dejó en el suelo, dejando también sus sandalias. Entonces se volteó y recostó a Rosalina en la cama, quien dejó caer sus sandalias al suelo.

Rosalina : Aún no puedo creer que el dueño del hotel nos dejara quedarnos solos. Los destellos no abarcan tanto espacio.

Mario : Supongo que es para evitar quejas de otros huéspedes por el ruido que hacen. Además, así se mantiene cerrado el casino y les evitamos tentaciones.

Rosalina : Si el casino estuviera abierto los habría mandado a los dos niveles superiores y nosotros estaríamos en la sección de abajo.

Mario : Vaya que eres precavida.

Rosalina (comienza a acariciar el cuerpo de Mario) : Sí ... lo soy. Me gusta explorar ... todas las opciones.

Mario comenzó a inclinarse sobre Rosalina, besando su cuello una vez que estuvo cerca de ella. La rubia simplemente cerró los ojos, haciendo su cabeza a un lado para que Mario tuviera un fácil acceso a su delicada piel, y colocó sus manos en la firme espalda de su pareja.

Rosalina : Ahora ... relajémonos un rato. Mmmmm, babe ... adoro tus besos ... sigue, por favor ... por favor.

Mario continuo besando el cuello y el hombro de Rosalina, dándole un leve chupón a su cuello, lo que hizo que ella soltara una suave risilla. De repente, la luz de su habitación se apagó, causando que la varita de Rosalina comenzara a brillar levemente sobre la mesa de noche.

Mario (en un tono seductor) : Mmmm, traviesa estrella ¿tan rápido quieres que te haga sentir fuera de este mundo?

Rosalina (abre los ojos, confundida) : Yo no apagué las luces.

Mario : ¿En serio?

Rosalina : Lo prometo, no lo hice.

Mario : Bueno, en ese caso solo queda esperar a que lo arreglen. Iré a bajar el interruptor por si regresa hasta media noche.

Mario se bajó de la cama y con ayuda de la varita de Rosalina se dirigió al interruptor de luz, cambiándolo de posición. Con eso hecho, regresó a la cama junto a su novia y continuó besando su cuello, bajando su vestido un poco para besar su hombro de frente. Rosalina pronto olvidó lo de la luz y empujó a Mario hacia atrás, sentándolo en la cama. Ella también se sentó y tomó las correas de su vestido, las cuales estaban en su cuello, y comenzó a desamarrarlas mientras miraba de forma seductora a Mario, con los ojos entrecerrados. Una vez que terminó, soltó las correas y su vestido cayó, revelando su bikini celeste. Ella le lanzó un beso a Mario, sonriéndole mientras le presentaba su busto. Él se disponía a quitarle más ropa cuando alguien tocó a la puerta.

Rosalina (susurrando) : ¿Quién crees que podrá ser?

Mario (susurrando) : No lo sé, tal vez sea Daisy tratando de jugarnos una broma debido a la oscuridad.

Mario se acercó a Rosalina y se puso de rodillas sobre la cama, estirándose todo lo que pudo para besarla en los labios. Ella le siguió el juego, colocando sus manos sobre su pecho mientras sentía sus manos comenzando a tantear su espalda, buscando las correas de su bikini. Sin embargo, volvieron a tocar la puerta, esta vez con más fuerza.

Rosalina (se separa de Mario) : ¿Y si es un destello que está asustado? ¿O un empleado que quiere saber cómo estamos debido al corte de luz?

Mario (suspira) : ¿¡Quién toca!?

Ambos se quedaron en silencio por un par de minutos, en los que nadie contestó, y nuevamente, tocaron a la puerta.

Mario (molesto) : Argh, seguro es Daisy fastidiando.

Rosalina : Pues si es así no quiero que esté tocando la puerta todo el rato ... o escuchándonos.

Mario : Lo sé. No tardo mucho tesoro.

El pequeño héroe se levantó de la cama, se colocó sus sandalias y su camisa y se dirigió a la puerta. Al abrirla fue recibido por la oscuridad del pasillo, y volteó a ver a ambos lados.

Mario : Lo juro Daisy, si estás por allí escondida te voy a encontrar y te voy a sacar a patadas. Esto no es gracioso.

De repente, Mario y Rosalina escucharon el grito de la princesa de Sarasaland. Esto los alertó a ambos, y sin previo aviso, algo levantó a Mario de la camisa, haciéndolo levitar sobre el suelo. Rosalina se levantó rápidamente de la cama, pero Mario le gritó desde fuera mientras parecía forcejear con la fuerza misteriosa que lo estaba levantando.

Mario : ¡¡La luz Rosy, usa la luz!!

La puerta de la habitación se cerró de golpe, quedando en la absoluta oscuridad. Ella se volvió a subir a la cama y tomó su varita de la mesa de noche mientras los cuadros comenzaban a desprenderse de las paredes y a flotar, la habitación volviéndose más fría, al punto que ella tuvo que ponerse su vestido de nuevo, amarrándolo rápidamente mientras sus manos le temblaban. Estaba algo nerviosa y asustada, pero recordó las palabras de Mario y apuntó con su varita hacia el frente, lanzando un potente destello de luz. Esto causó que los cuadros cayeran al suelo, dejando ver a un par de boos frente a ella que estaban restregando sus ojos desesperadamente, sacudiéndose en el aire. Rosalina aprovechó que estaban distraídos para salir de su habitación usando su varita como linterna. Ya afuera cerró la puerta, y al levantar su varita y extender su rango de luz, pudo ver que el hotel estaba infestado de boos, los cuales flotaban tranquilamente por el lugar. El ambiente seguía sintiéndose frío y pesado, y Rosalina sintió un escalofrío en su espalda. Al voltear se topó con los dos boos que había paralizado, los cuales atravesaron la puerta sin mucho problema y lucían enojados, sus ojos aún rojos por el repentino destello de luz. Ella les apuntó con su varita, consiguiendo que se taparan los ojos y se alejaran de ella, pero más boos comenzaron a acercársele desde todos lados. Nerviosa, lanzó otro destello de luz y salió volando de allí, esquivando a los boos cuando podía verlos por estar cerca de la luz de si varita. Bajó al lobby del hotel y se dirigió al baño, cerrando la puerta. Sabía que los fantasmas podían atravesar puertas y paredes, pero necesitaba un momento para ordenar sus ideas y pensar.

Rosalina (pensando mientras jadea) : 'Muy bien, logré escapar, eso está bien ... ... Mario está secuestrado, pero él siempre haya la forma de escapar ... mis pequeños, debo ... debo encontrarlos antes que los boos los asusten, no puedo permitir que estén en peligro. Ay, escuché el grito de Daisy, seguro los atacaron a ellos primero, no sé dónde pueda estar Luigi. Mario ha dicho que él se ha enfrentado a los boos varias veces, pero eso es cuando tiene la Pultergust, no sé si lo habrán atrapado también, en cuyo caso sería la única que logró escapar. Debo ... salvarlos a todos y ... y no sé cómo ... hacerlo. Vamos Rosa, cálmate. cálmate ... Mario te ha dicho todo lo que debes saber sobre los boos, solo ... tómatelo con calma.'

Rosalina respiró profundamente y se dirigió a la puerta del baño, abriéndola lentamente mientras mantenía su varita frente a su rostro. No se veían boos cerca, así que comenzó a flotar lentamente hacia afuera. Su principal objetivo era encontrar a sus hijos, así que con cuidado comenzó a caminar hacia la entrada al sótano, en donde estaba el casino y las habitaciones de los destellos. Al caminar podía escuchar las risas burlonas de los boos cerca de ella, probablemente del piso superior, por lo que incluso iba respirando lo más pausado que podía para no llamar su atención. No era capaz de iluminar todo el hotel de golpe, así que quería mantener a todos los boos lo más alejado posible de ella.

Una vez que llegó a la puerta del sótano la abrió ligeramente, apretando los dientes mientras la escuchaba rechinar. Descendió unos cuantos escalones, y cuando se disponía a cerrar la puerta, vio una sombra acercándose. Al ver que tenía piernas, se abalanzó por la puerta y tomó a quien venía hacia ella, metiéndolo a la fuerza. Con su mano derecha le tapó la boca rápidamente para que no gritara y procedió a cerrar la puerta lentamente. Ya más calmada iluminó la sección de las gradas donde estaba, llevándose una agradable sorpresa cuando vio que Luigi estaba pegado a la pared, pálido del miedo y con su mano sobre su boca. Él también se alivió al ver que la mano que lo había arrastrado al oscuro sótano era de Rosalina, quien colocó su dedo índice sobre sus labios para indicarle que se quedara callado. Ambos se calmaron y el hermano de verde dejó de temblar, recuperando el color de su piel, por lo que Rosalina comenzó a retirar su mano lentamente. Ya más tranquilos, la madre de los destellos notó que el hermano de su novio llevaba una linterna en su mano derecha, con lo que parecía ser la boquilla de una aspiradora en su otra mano. Sorprendida de haber notado la mochila roja con un tanque transparente en la espalda de Luigi hasta ese momento, Rosalina comenzó a hablar.

Rosalina : No tienes idea de lo alegre que estoy de no ser la única que no fue secuestrada.

Luigi : ¿M~mario ta~también desapareció?

Rosalina : Sí. Cuando las luces se fueron él salió a investigar y ... se lo llevaron los boos. Por suerte pudo darme la idea de usar la luz para aturdir a los boos que querían tomarme, y pude escapar.

Luigi : Ya veo. Con Daisy estábamos saliendo de la piscina cuando las luces se fueron. Yo estaba asustado, así que me pegué a ella y la seguí hasta nuestra habitación, pero al llegar la tomaron a ella y se la llevaron. Yo ... entré en pánico y corrí hacia mi maleta ... p~pude sacar esta li~linterna antes de que me tomaran, y los aturdí. Saqué este viejo modelo de Pultergust que el profesor me regaló y ... salí a buscar a Mario ... o a ti, para que me ayudaran.

Rosalina : Claro ... ¿llevas eso siempre contigo?

Luigi : Desde que Mario bromeó sobre que al rey boo se le estaban acabando las ideas sobre lugares que crear para intentar atraparnos, y que una de las opciones que le quedaban era usar un lugar que ya existía. 

Rosalina : Oh, claro ... entonces habrá que prepararnos para pelear con él ... ¿tienes un plan?

Luigi : Ver si puedo devolverle la luz al hotel, por eso me dirigía al sótano ... ¿tú a qué venías?

Rosalina (gruñe) : Es cierto, es un buen plan. Yo vine a buscar a mis hijos, con todo lo que está pasando ... bueno, fue lo primero en lo que pensé.

Luigi : Ellos emiten luz ¿no?

Rosalina (pega su frente a la pared) : Tienes razón, eso hará muy difícil que los boos se les acerquen ... ¿en qué estaba pensando?

Luigi : Tranquila, como madre lo primero que pensaste fue en proteger a tus hijos. Lo bueno es que nos encontramos, ahora me siento menos asustado.

Rosalina (sonríe) : Yo también. Bueno, intentemos restaurar la luz entonces, y veamos si en el camino nos topamos con alguien más.

Mientras tanto, en algún lugar del sótano:

Mario comenzó a abrir los ojos lentamente, dándose cuenta de que estaba en una habitación oscura, sentado contra una pared. Sus manos estaban engrilletadas a la pared, manteniéndolo inmóvil. De repente, unas antorchas comenzaron a encenderse alrededor del cuarto, iluminándolo por completo. No había nada más allí, sin embargo, Mario escuchó una risa que conocía de sobra, e inmediatamente después el rey boo se materializó frente a él, sonriendo.

Mario : Vaya sorpresa.

Rey boo (ríe) : No te lo viste venir ¿eh?

Mario : La verdad ... un poco sí. Se que estás usando un lugar que ya existe, pero ... ¿un hotel? ¿de nuevo? ... se te están acabando las ideas.

Rey boo : Lo dice mi prisionero.

Mario (desvía la mirada) : Sí, como sea ... oye ¿por qué no estoy en una pintura? Creo que sería más agradable que estar oliéndote el aliento.

Rey boo (gruñe) : Ahora estás muy hablador ¿eh?

Mario : Bueno, Luigi y Rosy probablemente están en camino, y tomando en cuenta cómo han acabado todos tus planes hasta ahora ... creo que estarás dentro de una pintura nuevamente antes de que amanezca. Por cierto ¿cómo encontraste este lugar?

Rey boo : Un pariente mío me habló de este lugar.

Mario : Ah, ya lo recuerdo, no le agradaba mucho el picante ... y por algún motivo se trajo boos que se solidifican al tocar el agua ... a una isla. Creo que la inteligencia no es muy buena en la familia.

El rey boo se acercó a Mario con intenciones de golpearlo, pero luego de gruñir de frustración regresó a su posición de antes.

Rey boo : Adelante, búrlate mientras puedas, porque esta vez todo será diferente. Tu hermano ha demostrado ser un dolor de cabeza más grande del que tenía previsto, y por eso, he ideado un nuevo plan. Y por eso es que no te he metido en una pintura, Mario, porque planeo usarte para que tu hermano y la mujer que te acompaña se rindan ... si es que valoran tu vida tanto como espero.

Mario (serio) : No te atreverías.

Rey boo : A diferencia de Bowser, no me importa lo que deba hacer para conseguir lo que quiero. No te extrañaré después de eliminarte de este mundo ... para siempre.

Mario bajó el rostro y se quedó en silencio, por lo que el rey boo comenzó a reír. Sin embargo, esto solo era una distracción, pues Mario se levantó rápidamente, arrancando un pedazo de la pared a la que estaba sujeto. Esto tomó al rey por sorpresa, quien solo pudo recibir un puñetazo de Mario con los grilletes puestos en todo el rostro, para después salir corriendo.

Rey boo (sosteniéndose el rostro) : ¡¡Atrápenlooooooo!!

Mario continuó corriendo por un pasillo que parecía eterno, en una sección del hotel que jamás había visto. El piso incluso estaba hecho de tierra, y de este comenzaron a salir manos esqueléticas de dry bones que intentaban sostenerle las piernas y cortarle el paso.

Mario (pensando) : '¡En serio, hasta los dry bones le obedecen!'

Luego de correr por unos minutos decidió finalmente entrar en una de las puertas de metal para esconderse. Luego de cerrar la puerta se apoyó en esta y comenzó a respirar agitadamente, resbalándose por esta hasta que cayó sentado al suelo, jadeando.

Mario (pensando) : 'Debo encontrar a Luigi y Rosy lo antes posible. Y debo comenzar a moverme, las paredes y puertas no van a detener a los boos. Y también debo hallar una forma de quitarme los grilletes y el pedazo de pared que va pegado a ellos.'

De vuelta con Rosalina y Luigi:

Ambos estaban terminando de bajar las escaleras, llegando finalmente al pasillo del sótano. Todo parecía en silencio, por lo que continuaron avanzando lentamente, con Rosalina atenta por si escuchaba a algún destello pidiendo ayuda.

Rosalina (susurrando) : ¿Dónde crees que esté el control eléctrico del hotel?

Luigi (susurrando) : No tengo idea.

Rosalina estaba a punto de regañar a Luigi cuando escucharon un fuerte grito cerca de ellos, el cual venía desde abajo. Luigi saltó del miedo y se prenzó del cuello de Rosalina con sus brazos, quien lo atrapó en el aire y lo cargó entre sus brazos.

Luigi (temblando) : ¿Q~qué fu~fue eeee~eso?

Rosalina : N~no sé, pero parece venir de abajo ... ¿hay otro sótano?

Antes de que Luigi pudiera comenzar a ordenar sus ideas para responder, las risas de los boos inundaron todo el pasillo. Rosalina puso a Luigi en el suelo de nuevo y levantó su varita. En el momento en que el asustadizo héroe la vio hacerlo, decidió taparse los ojos, y acto seguido Rosalina iluminó buena parte del pasillo frente a ellos. Los juguetones fantasmas se hicieron visibles, y la madre de los destellos tomó a Luigi de los hombros y se lo llevó flotando, pasando en medio de los boos. A medio camino comenzó a escuchar otro tipo de risas, las cuales reconoció al instante: eran de los destellos. Rápidamente decidió seguirla, con los boos pisándole los talones mientras salían de todos lados, incluido el techo. Luigi aún estaba recuperándose del shock de estar volando sin su voluntad entre cientos de boos cuando Rosalina entró por una de las puertas del sótano. Ambos fueron recibidos por una fuerte luz, la cual paró en seco a los boos que los venían persiguiendo, quienes se fueron rápidamente de allí.

Al incorporarse, Rosalina sonrió de oreja a oreja al ver a todos los destellos alrededor de la fuente de energía estelar, la cual iluminaba toda la habitación. Los destellos se alegraron de ver a su mamá y salieron volando hacia ella para abrazarla. Ellos no parecían asustados para nada, lo que la tranquilizó.

Rosalina : Mmmm, mis pequeños ... estoy tan feliz de verlos.

Destello rojo : Nosotros también estamos felices de verte, mamá.

Destello azul : ¡Sí! Aunque ¿por qué venías corriendo?

Rosalina : Porque me persegían los boos.

Destello azul : ¿Los ... boos?

Destello amarillo : ¿Te refieres a los globos con ojos y grandes lenguas?

Destello rojo : ¡Pero si son super graciosos!

Rosalina : ¿Qué?

En ese momento, Polari se acercó a Rosalina mientras Luigi se ponía de pie y se sacudía el polvo del cuerpo

Polari : Los boos trataron de entrar aquí, pero al haber tanta luz no podían volverse transparentes con facilidad. Y bueno, al acercarse a los destellos perdían esa habilidad, quedando como pequeños marshmallos flotantes, así que decidieron irse y dejarnos en paz.

Rosalina (sonriendo) : Ya veo ... (a Luigi) y creo que esto me da una idea ...

De vuelta con Mario:

Ya más descansado, el héroe de rojo salió de la habitación en donde se había escondido y comenzó a correr.

Mario (pensando) : 'Debo estar atento a lo que sucede a mi alrededor. Tengo cinco sentidos, no puedo depender solo de uno ... debo ... concentrarme.'

Mario respiró profundamente, concentrándose en todos los sonidos del ambiente. Cualquier cosa que le indicara un camino le serviría. Y por suerte, sus acciones rindieron fruto a los pocos minutos, pues comenzó a escuchar gritos que en otra ocasión le habrían frustrado, pero en su situación actual eran un verdadero alivio. Continuó corriendo hacia los gritos, los cuales se hacían cada vez más fuerte, y podía distinguir lo que se estaba diciendo.

Daisy : ¡¡Vamos, no se desaparezcan desgraciados!!

A los gritos se le sumaron sonidos de golpes fuertes, y la risa de los boos. Mario aceleró el paso, siempre cuidando de no perder el equilibrio, y finalmente llegó a la habitación donde tenían captiva a Daisy. Al pasar por la puerta no pudo evitar quedarse parado en la entrada, admirando el vergonzoso panorama frente a él. Un grupo de boos reía mientras unos cuantos de ellos se materializaban cerca de Daisy, sacándole la lengua y haciéndole muecas. Furiosa, la castaña corría hacia ellos para patearlos o golpearlos, pero estos se volvían intangibles, por lo que ella los atravesaba e iba a enterrar el rostro en la pared o el suelo. Los boos estaban tan entretenidos fastidiándola que ni se dieron cuenta de que Mario estaba en la entrada. Él, por su parte, no pudo evitar comenzar a reirse, alertando a todos de su presencia.

Daisy (sosteniéndose la nariz) : ¡Mario! ¡No tienes idea del gusto que me da verte! ... ... ¡¡Ahora deja de reírte y ayúdame!!

Algunos boos salieron disparados hacia Mario, quien saltó sobre el primero y se deslizó debajo de los siguientes dos. Luego saltó hacia la pared derecha y de esta se impulsó hacia el techo usando sus pies, para luego impulsarse del techo nuevamente y caer de pie junto a Daisy.

Daisy : Presumido.

Mario : Solo salgamos de aquí antes de que ...

En ese momento Mario escuchó la risa del rey boo, apretando los dientes en señal de impotencia. El monarca de los fantasmas entró a la pequeña habitación en la que estaban, tenuemente iluminándola con un par de antorchas.

Rey boo : Mis dos trofeos, juntos en un mismo lugar *inserte risa del rey boo*, parece que se te acabó la suerte, Mario.

Daisy : Por favor dime que tienes un plan, bigotes.

Mario : ¿Te sirve creer en Luigi y Rosy?

Daisy (se pone de pie) : Sí.

Rey boo : Probablemente esos dos ya estén capturados y en camino.

De repente, se pudo escuchar una voz que venía gritando hacia ellos, haciéndose cada vez más fuerte. El rey boo salió momentáneamente de la habitación hacia el pasillo, justo a tiempo para ver a un boo con la lengua más larga que de costumbre volando a toda velocidad hacia él. Al llegar se postró en el suelo, su lengua aún arrastrándose por todos lados.

Boo : ¡Lo lamento, majestad, no tuve opción, me torturaron, tuve que decirles, tuve queeee!

Mario (sonríe) : Bueno, al menos tenías razón en que vienen en camino.

Otro boo se vislumbró en el pasillo, pero este se detuvo en el aire, solo para comenzar a ser succionado hacia atrás. El rey boo se quedó paralizado, momento que Mario y Daisy aprovecharon para pasar por debajo de él, justo antes de que una potente luz iluminara todo el pasillo. Los boos retrocedieron, y para cuando el rey boo pudo abrir los ojos de nuevo, se topó con todo el grupo reunido. La fuente de energía estelar se encontraba en el centro del pasillo, y Luigi estaba terminando de somatar a un boo en el piso para terminar de absorberlo con su aspiradora. Los destellos estaban rodeando a los adultos, y Rosalina estaba ocupada rompiendo los grilletes de Mario.

Rey boo : No, no, NO ¡No! ¡¡NOOOOO!! ¡Esto no va a acabar así!

Mario (rompe los grilletes) : Justo a tiempo.

Luigi : Es un alivio verte, hermano. ¿Ves como no soy un paranoico?

Mario (sonríe) : Sí, sí, tienes razón, siemore hay que estar preparados. Pero ¿cómo nos encontraron?

Rosalina : Usé la luz que emiten los destellos y la que emite la fuente de energía para poder atacar a los boos, y uno de ellos nos dijo que el rey boo había creado un segundo sótano para contener a sus prisioneros. Solo tuvimos que encontrar la entrada.

Mario : Sabía que hallarían la forma de encontrarnos. Eres la mejor Rosy.

Luigi : Ehem ...

Mario (voltea) : Ya te iba a agradecer ¿sabes?

Rey boo : ¡Hey! ¡No me ignoren!

Rosalina (da un paso al frente) : Yo me encargo.

Mario : ¿Segura?

Luigi : Yo puedo hacerlo sin ... problemas.

Rosalina : Primero tendrías que debilitarlo, y eso tomaría mucho tiempo. Además ... tengo que desahogarme.

Rosalina comenzó a caminar lentamente hacia el rey boo, quien se abalanzó sobre ella. Estando cerca de la fuente de energía, vio como Rosalina le disparaba a esta, soltando un poderoso estallido de luz. Los demás fueron capaces de reaccionar a tiempo y se taparon los ojos, pero el rey de los fantasmas quedó cegado por completo. Acto seguido, Rosalina metió su mano derecha en su boca y sacó su lengua, tomándola con su otra mano. Sin tiempo que perder, lo levantó y lo estrelló con fuerza contra el suelo, levantándolo para volver a estrellarlo contra el suelo, repitiendo el ciclo varias veces.

Rosalina (entre golpes) : ¡No ... te ... metas ... con ... mi ... familiaaaaaa!

Tras un último y fuerte golpe, Luigi se acercó al inconsciente rey boo y lo absorbió. Los destellos comenzaron a aplaudirle a Rosalina, quien se quitó el polvo de su vestido y se acomodó el mechón de pelo, sonrojándose un poco.

Rosalina : Lamento que me hayan tenido que ver así.

Daisy : ¿¡Bromeas!?

Destellos : ¡Eso fue asombroso!

Mario : ¡Esa es mi Rosy! ... (murmurando) Es tan sexy ...

Rosalina (avergonzada) : Vamos ... tampoco es para tanto.

Ya con la principal amenaza neutralizada, el grupo liberó a los trabajadores del hotel de las pinturas en que los había metido el rey boo. Luego de restaurar la energía al hotel, Luigi le mandó un mensaje al profesor E. Gadd para comentarle que al día siguiente iría a dejar un cargamento pesado de fantasmas ... aunque tal vez el profesor esté en problemas y no pueda contestar. Mario y Rosalina regresaron a su habitación, y luego de cerrar la puerta, Mario abrazó a Rosalina.

Mario : Eres tan valiente ... gracias por salvarme.

Rosalina : No tienes que mencionarlo, amor. Además, tuve ayuda de tu hermano.

Mario (se separa) : Lo sé, pero a él ya le agradeceré mañana ... por ahora ... te daré las gracias a ti.

Mario comenzó a retroceder lentamente, desabotonándose la camisa mientras meneaba las caderas. Rosalina no pudo evitar comenzar a reír, tras lo que Mario se quitó la camisa y se la lanzó a ella antes de quitarse las sandalias y subir a la cama.

Mario : ¿Quieres un masaje de piernas? ¿O de espalda? ... ¿O algo más ... íntimo?

Rosalina (se muerde el labio) : Sorpréndeme.

Ella se quitó el vestido celeste y caminó hacia la cama, lista para disfrutar de su "recompensa" luego de una noche bastante ajetreada en la que conoció la tradición de la familia de Mario de no poder disfrutar de unas vacaciones tranquilas...

FIN

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