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Um ... no sé como clasificar esta cosa. Digo, no hay nada explícito, pero muy para todas las edades tampoco es ... ... ... digamos que hay temas sugestivos, y ya tu ves si lo lees hasta el final o no ¿de acuerdo?


Un día como tantos otros en el hogar de Rosalina, el planetario del cometa, ella se encontraba en su habitación, sentada sobre su cama con la espalda recostada sobre la pared y sosteniendo un libro con sus manos mientras lo mantenía apoyado sobre sus muslos, con sus piernas flexionadas y algo pegadas a su cuerpo. Se encontraba leyendo dicho libro, pero con una intranquilidad poco característica de ella. De vez en cuando lanzaba miradas fugaces a su celular sobre su mesa de noche, como esperando ver algo distinto en la pantalla de dicho artefacto. Esto afectaba su lectura, pues era incapaz de entender lo que estaba leyendo, y a veces tenía que leer más de tres veces una sola parte porque su mente no registraba lo que sus ojos veían de pasada. Su mente estaba ocupada en algo más, algo que no la dejaba tranquila. Y de repente, su teléfono vibró sobre la mesa, mostrando una notificación de un nuevo mensaje en la pantalla. La madre de los destellos soltó el libro de inmediato y se estiró cuan grande es para alcanzar su teléfono, dejándose caer sobre la cama con tal de tomarlo. Rápidamente lo desbloqueó y entró a la aplicación de mensajes, viendo que Mario le había escrito. Sintiéndose un poco más aliviada vio el mensaje, el cual simplemente decía "Todo terminó, estoy bien." 

Luego de soltar un suspiro de alivio, Rosalina le preguntó a su pareja si necesitaba ayuda o si se sentía mal, y Mario, quien podía sentir la preocupación de su novia a pesar de no ver su expresión, le respondió que todo había salido bien como de costumbre, pero que podía ir a su casa si eso la hacía sentir mejor. Ella le respondió que si no era mucha molestia para él, que sí le gustaría verlo, por lo que él le dijo que lo encontrara en su casa. Por lo que ella salió de su habitación, y luego de decirle a los destellos que iría a la Tierra, se transportó a la casa de Mario y Luigi, apareciendo justo frente a la entrada. Allí se sentó en la pequeña gradita frente a la puerta mientras apoyaba su espalda en la puerta, para así poder ver hacia el camino de tierra. Y al cabo de un par de minutos, Mario apareció a la distancia en el camino de tierra, y no pasó mucho hasta que vio a Rosalina sentada frente a la puerta, por lo que decidió acelerar el paso. Al verlo de lejos, la rubia se puso de pie y comenzó a dar un par de pasos, quedándose de pie a unos metros de la entrada de la casa. Y cuando tenía al pequeño héroe a pocos pasos de ella, se abalanzó sobre él y tomó su rostro con ambas manos, moviéndolo con delicadeza pero algo de preocupación y apuro para observar cada rincón de su cabeza.

Rosalina (preocupada) : ¿Seguro que no te hiciste daño? ¿No me estás mintiendo solo para no preocuparme?

Mario (ríe) : Lo digo en serio, Rosy, estoy bien. He hecho esto cientos de veces.

Rosalina : ¿Pero que pasa si un día te confías de más? ¿Y si ese ... monstruo obtiene un poder que no conoces y no puedes anticipar? ¿O si ...

Mario tomó las manos de Rosalina con las suyas, parando sus balbuceos de golpe. La vio a los ojos y le sonrió, dando unos cuantos pasos para abrazarla.

Mario : Si eso llega a pasar confío en ti para que nos saques a mí y a Luigi de ese aprieto. Pero ahora estoy bien, en serio ... ya no tienes que preocuparte.

Rosalina abrazó a Mario con fuerza, quien simplemente se quedó en silencio. Él sabía que Rosalina confiaba en él y en sus habilidades, pero que aún así no podía evitar preocuparse cuando él se iba de aventuras, y pero aún cuando le tocaba ir solo. Una de las cosas que casi hace que ella no aceptara que estaba enamorada de él es el miedo que tiene a volver a perder a alguien que ama, a volver a sentir ese dolor de ver con impotencia y sin poder hacer nada como alguien tan importante para ella simplemente se va para jamás volver. Él le había prometido que jamás dejaría que ella pasara por eso de nuevo, pero esa pequeña espina siempre estaba allí. Y para ser honestos, él también se preocuparía mucho por ella si tuviera que enfrentarse a peligros sola y no supiera de su paradero en unos cuantos días.

Poco a poco comenzaron a separarse del abrazo, y Rosalina se inclinó para besar a Mario en los labios. Fue un beso prolongado y apasionado, tras lo que ella separó sus labios apenas unos pocos centímetros de los de Mario, y sin abrir los ojos le habló en un tono suave y dulce, uno reservado solo para sus oídos y los de los destellos.

Rosalina : En verdad te extrañé ... odio cuando tienes que irte y yo no puedo acompañarte.

Acto seguido volvió a besarlo, pero esta vez lo sostuvo de la cintura y lo levantó del suelo sin muchos problemas, sosteniéndolo con sus brazos como si fuera un juguete. Él simplemente colocó sus brazos alrededor del cuello de Rosalina y juntó sus manos detrás de su cabeza, sosteniéndose como pudo de ella mientras la besaba. En ese envión se le cayó la gorra al suelo, y ambos se quedaron en esa posición hasta que se quedaron sin aliento, momento en que se separaron mientras jadeaban. Ambos se quedaron viendo a los ojos del otro y se sonrojaron ligeramente. Mario comenzó a reír de forma nerviosa, aún algo ido por el beso que Rosalina le había dado, y ella simplemente le sonrió ligeramente, feliz de tener a su amado de nuevo entre sus brazos.

Mario (algo avergonzado) : Dos años de novios y aún consigues dejarme medio tonto con el cariño que me das jejeje. Si sigues dándome estas bienvenidas, tal vez me vaya de aventuras más seguido.

Rosalina le dio a Mario un beso en la frente, bajándolo al suelo nuevamente. Con su magia levantó su gorra y se la colocó de nuevo, tras lo que lo tomó de la mano.

Rosalina : Si te vas de aventura sin mí más seguido, entonces dejaré de darte estas pequeñas recompensas cuando regreses, porque ya no será algo excepcional.

Mario (ríe) : Bien, bien, me atrapaste. (Hace una pequeña pausa) Te amo, Rosy.

Rosalina (ríe suavemente) : Yo también te amo, Mario. Y bueno, no soy la única preocupada por ti.

Mario : ¡Claro, los destellos! ... bueno ¿Qué esperamos? Llévame a tu casa.

Rosalina : No tienes que decirlo.

La madre de los destellos usó entonces su magia para llevarlos a ambos de vuelta al planetario, en donde los destellos no tardaron casi nada en dirigirse hacia Mario para saludarlo, inmediatamente llenándolo de preguntas sobre qué cosas nuevas había visto y a qué enemigos se había enfrentado.

Mario : ¡Hey, tranquilos! A mí también me alegra verlos de nuevo, pero para poder contarles toda la historia debemos ponernos cómodos ¿Qué les parece si vamos a la biblioteca?

Todos los destellos estuvieron de acuerdo, pues esa parte del planetario se había convertido en el lugar por excelencia para contar todo tipo de historias, ya sea de memoria (en el caso de Mario) o a través de un libro (en el caso de Rosalina). De repente, el destello maestro comenzó a reír, lo que llamó la atención de Mario.

Mario : ¿Qué te parece tan gracioso, compañero?

Destello M. : Que parece que mamá se nos adelantó para saludarte.

Mario (confundido) : ¿Y tú cómo ...

En ese momento Mario se pasó la mano por la frente, y al ver su guante notó una marca rosada claro en este, deduciendo que se le había quedado marcado el beso que Rosalina le había dado en la frente. Sin ver a Rosalina, simplemente comenzó a reír, dándole un par de palmaditas al destello.

Mario : Tienes razón, pero ya sabes cómo es ella de cariñosa.

Todos los destellos asintieron casi al unísono, tras lo que dijeron "¡Y por eso la amamos!". Mario asintió también mientras reía hasta que su mirada se topó con los ojos de Rosalina, quien se había puesto algo roja y estaba tapándose el rostro ligeramente con las manos. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue cuando ella pasó su mano por sus labios mientras lo veía fijamente, por lo que Mario le comentó a los destellos que debía ir al baño primero, y que lo esperaran en la biblioteca. Todos ellos aceptaron y fueron hacia el mencionado lugar mientras él iba al baño, en donde pudo verse en un espejo y notar que tenía los labios ligeramente más rosados de lo usual, y algo brillantes, además de tener manchas del mismo color cerca de los labios. Fue entonces que entendió que lo que el destello maestro había notado en realidad era la marca del beso en sus labios, y él no pudo evitar sonreír.

Mario : Supongo que después de tanto tiempo iban a terminar asociando marcas del pintalabios de Rosy sobre mis labios como una marca de la forma en que ella me expresa su amor. (Suspira y murmura para sí mismo) Con que no vean esas marcas en otros lados ...

Acto seguido se quitó los guantes y procedió a lavarse los labios y la frente, tras lo que salió rumbo a la biblioteca. Una vez allí le contó a todos la aventura más reciente que había vivido junto a Luigi y Yoshi, dejando a los destellos maravillados como de costumbre. El resto del día lo pasó en el planetario, incluso almorzando allí, y ya en la noche se dirigió a la habitación de Rosalina para despedirse de ella. Al entrar la vio sentada sobre la cama con la espalda recostada en la pared, en la misma posición en la que había estado al esperar un mensaje de él hace algunas horas, pero esta vez estaba totalmente concentrada en el libro que tenía y lo estaba leyendo en voz alta. Tenía a uno de los destellos más jóvenes sentado en medio de sus piernas y recostado en su estómago, y a otros dos destellos mas sentados a sus costados y recostados en sus muslos, viendo fijamente al libro. Ella ya no tenía puestos sus aretes y tenía remangadas las mangas de su vestido e iba descalza; se notaba que estaba cómoda en esa posición. Y estaba tan concentrada en su lectura que no se dio cuenta de la presencia de Mario.

Rosalina (leyendo) : Entonces, el valeroso héroe regresó con una estrella más en sus manos, entregándosela a la joven directamente en sus manos. Ella lo miró con curiosidad, y le preguntó "¿Por qué?"; él le respondió "¿Por qué, qué?"; a lo que ella continuó "¿Por qué me ayudas más de lo necesario? No ganas nada haciéndolo, y solo te demoras en tu verdadera misión." Entonces, él le regaló una de esas sonrisas que a ella tanto le gustaban, y simplemente respondió "porque no pienso dejarte a tu suerte si puedo ayudarte a recuperar todo lo que te arrebataron. Lo hago por ti y por tus hijos, porque sé lo mucho que significan para ti, y comprendo lo angustiante que es ver a tu familia en peligro y sentir que no puedes hacer nada al respecto. No estas sola, porque yo estoy contigo." La joven se quedó sin palabras y ...

En ese momento Rosalina alcanzó a ver a Mario apoyado en el marco de la entrada de su habitación, pues desvió su mirada ligeramente al cambiar de página. Los destellos notaron que se quedó callada, por lo que tiraron ligeramente de su vestido para llamar su atención hasta que el que estaba en su regazo vio a Mario en la entrada.

Mario (sonriendo) : Oye, no pares Rosy, yo solo venía de pasada. Puedes hacer de cuenta que no estoy.

Rosalina (cierra el libro) : No, tranquilo, ya casi terminaba con el capítulo de todos modos. Además, creo que ya va siendo hora de dormir.

Los tres destellos comenzaron a quejarse, pues querían seguir escuchando la historia, pero Rosalina se mantuvo firme.

Rosalina : Nada de peros, ya es tarde. Van a ir a dormir junto a todos sus hermanos, y ya mañana si quieren continuamos con la historia ¿de acuerdo?

Mario (en un tono juguetón) : Escuchen a su mamá, o tendré que entrar en modo papá gruñón.

Los destellos soltaron una suave risilla al escuchar el comentario de Mario y se dirigieron a él para desearle buenas noches. Tras ello, Rosalina pasó a la par de él y le susurró "ya regreso, ponte cómodo." Él simplemente se volteó para verla salir, tras lo que caminó hacia la cama y se sentó en la orilla. Se quitó la gorra y la colocó en la mesa de noche que usaba cuando se quedaba a dormir allí, y se dejó caer de espaldas en la cama, viendo hacia el techo.

Mario (suspira) : Vaya día.

Él comenzó a cerrar los ojos poco a poco, pues todo el cansancio acumulado de la aventura que acababa de vivir le entró de golpe, como ya era costumbre. Sintió las piernas pesadas, al igual que los brazos, y poco a poco le fue ganando el sueño hasta que se quedó dormido. En algún punto de su profundo sueño comenzó a sentir algo suave acariciando su rostro, casi como si se hubiera recostado en una nube. Poco a poco fue recobrando el sentido, y al abrir un poco los ojos se dio cuenta de que se le había movido el techo, y aún con los ojos entrecerrados volteó a ver a su derecha, topándose con el rostro de Rosalina recostado sobre una almohada, observándolo con amor mientras sonreía ligeramente, con sus ojos también entrecerrados. Mario sintió algo de vergüenza, y ya más consiente se dio cuenta de que lo que sentía era la mano de Rosalina acariciando su rostro, además de notar que estaba recostado sobre una almohada también. Al mirar hacia su cuerpo se dio cuenta de que ya no tenía puestos ni los guantes ni los zapatos, y se encontraba bien acomodado sobre la cama. 

Mario (voltea a ver a Rosalina ) : ¿Cuánto tiempo estuve ... dormido?

Rosalina (en un tono calmado pero amoroso) : No mucho. Han pasado un par de minutos desde que terminé de acostar a los destellos, y cuando entré te encontré profundamente dormido. Sé lo cansado que debes estar, así que no te quise despertar. Por el contrario, te puse cómodo.

Mario : Lo siento, yo no debí quedarme dormido.

Rosalina : ¿Por qué? ... después de todo, esta (se sonroja) también es tu cama.

Mario se quedó en silencio mientras Rosalina seguía acariciando su rostro. Hace seis meses habían tenido su primera vez, y desde entonces Mario solía quedarse a dormir con Rosalina de vez en cuando; sin embargo, él jamás había considerado lo mucho que eso significaba para ella realmente.

Mario : Lo sé, pero ... esta vez no estaba planeado que me quedara a dormir y ...

Rosalina (lo interrumpe) : ¿Y? ... ¿Acaso debemos planearlo todo? ¿Tan malo es que repentinamente quiera que te quedes a dormir conmigo?

Mario (nervioso) : N~no, no, para nada, es solo que ... yo no sabía que te sentías de esa forma. Yo siempre pensé que te estabas adaptando poco a poco.

Rosalina : Y lo estaba haciendo, pero últimamente me he dado cuenta de que ... me siento triste cuando despierto y no te veo allí. Mi cama se ha sentido muy grande para mí sola recientemente, y hay noches en las que te extraño luego de que te vas. Así que, por favor, aunque no lo hayamos planeado ... quédate, quédate conmigo. 

Mario (sonríe) : Por supuesto, Rosy. Pero, um ... no traigo pijama, y creo que Luigi se va a preocupar si no regreso. Solo le dije que te iba a visitar.

Rosalina : Por lo de la ropa para dormir no te preocupes, puedes dormir solo con tu camisa y tu ropa interior, o solo con tu ropa interior, no me molesta. Y sobre Luigi, solo llámalo.

Mario : Claro, claro.

El pequeño héroe sacó su celular de su bolsillo y buscó el número de su hermano mientras Rosalina seguía acariciando su rostro. Sin embargo, ella se sentía muy feliz ahora que Mario había aceptado quedarse a dormir con ella, por lo que tomó las correas de su overol y las desabotonó, dejando que dichas correas cayeran detrás de sus hombros. Y mientras el se colocaba el teléfono a la oreja y esperaba a que Luigi contestara, ella tomó su rostro con su mano y comenzó a besar su mejilla suavemente y de forma sensual, suspirando de vez en cuando para marcar su piel con su cálido aliento. 

Rosalina : No creas que tu recompensa fue solo lo de la tarde ... mi valiente héroe merece más que eso.

Luigi (contesta) : ¡Hola Mario! ¿Qué tal todo? ¿Ya vienes para acá?

Mario (nervioso) : Hola Luigi, pues por acá todo bien, ya sabes, un día entretenido. Y tú ¿Cómo has estado? Perdón por irme tan de repente y dejarte a ti solo con Peach a medio camino del castillo.

Mientras Luigi le respondía a Mario, Rosalina pasó una de sus manos por el torso de Mario hasta tomar la orilla de su camisa, subiéndola ligeramente para poder meter su mano dentro. Esto causó que el pequeño héroe se estremeciera al sentir la cálida y suave mano de la rubia paseándose por su cuerpo, acariciándolo suavemente con las yemas de sus delicados dedos mientras ella se movía a su cuello, el cual comenzó a besar. Esto causó que él comenzara a jadear de forma lenta, poniéndose rojo.

Rosalina (susurrando) : Amor, solo es de decirle a Luigi que te vas a quedar con tu trocito de estrella ... no tienes que tardarte tanto. (le muerde la oreja con sus labios) Me gusta que toda tu atención sea para mí cuando nos damos (con un tono sensual) cariño ...

Mario volvió a estremecerse, y para cuando le tocó volver a hablar, lo hizo con la voz temblorosa y bastante excitado.

Mario : Oye he~hermano, solo te quería contar que ... que me voy a quedar a dormir con Rosy. No ... no me esperes, tal vez regrese mañana luego del desayuno ...

Rosalina movió sus manos hacia los muslos de Mario, los cuales comenzó a acariciar suavemente, moviendo sus overoles hacia abajo ligeramente con cada pasada de sus manos, dejando ver la orilla de sus calzoncillos.

Rosalina (susurrando al oído de Mario) : ¿Tan temprano, mi amor?

Mario : Ehhh ... mejor a eso del medio día (Rosalina se desabrocha el vestido y se muerde ligeramente el labio inferior mientras mira a Mario de forma sensual) ¿sabes qué? No me esperes mañana, ni tampoco al día siguiente ¿ok? Bueno, bye bye.

Mario colgó de inmediato sin dejar que Luigi pudiera despedirse y dejó el teléfono sobre la mesa de noche sin ver, casi dejándolo caer al suelo; pero bueno, su atención estaba en otro lado. Entonces tomó a Rosalina de la cintura y la besó en los labios de forma apasionada. 

Luigi, quien sabía que solo hay un motivo por el que Mario cortaría una conversación con él de forma tan abrupta sin estar en peligro, solo dejó su teléfono en la mesa de noche y soltó un leve suspiro. Ya mañana llamaría a su hermano en la tarde.

¿Y sobre Mario y Rosalina? Bueno ... digamos que no solo durmieron esa noche jejeje.



FIN

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