Lección especial (+18)
Mario, un chico de 19 años residente en la ciudad de Nueva Donk, se encontraba caminando por las calles de la ciudad mientras veía atento a las tiendas por las que pasaba, como si buscara algo especial. Vestido con una camisa de botones roja y unos pantalones azules, llevaba una mochila en su espalda y no paraba de pensar en la persona a la que iba a visitar. De repente, sus ojos se detuvieron en el mostrador de una joyería, en donde estaban exhibiendo un collar de plata con una gema celeste en forma de ovalo en el centro. Él se acercó lentamente y se quedó viendola fijamente.
Mario (en su mente) : 'Seguro que esto le encantaría ... pero ... ni de broma podría pagar algo así ...'
Mario dio media vuelta y continuó su camino. Pasó cerca de unas cuantas joyerías más, y uno que otro restaurante, hasta que llegó a una zona residencial. Luego de mostrar su identificación, comenzó a caminar por las diversas casas que habían hasta que llegó a una de las más apartadas. Estas eran blancas con un espacio para parquear vehículos justo a la par de la puerta de entrada. Cuadradas todas y calcadas en diseño, Mario a veces se preguntaba como alguien podía vivir en un lugar así sin volverse loco por la monotonía.
Caminó hasta la entrada de la casa que buscaba, la cual tenía un pequeño carro celeste parqueado en el lugar designado. Además, tenía una pequeña alfombra negra con puntitos blancos por todos lados simulando el cielo nocturno, con un mensaje escrito en letras plateadas: "Bienvenido". Mario no pudo evitar sonreír al ver la pequeña alfombra, pues le pareció un bonito detalle para diferenciar la casa del resto.
Con algo de timidez, se dispuso a tocar el timbre de la casa, el cual pudo escuchar sonar desde donde estaba. Una dulce pero firme voz femenina respondió del otro lado con un "¡Ya voy!" bastante alterado. Mario escuchó unos pasos acercandose a la puerta, y unos segundos después esta se abrió.
???? (Sonriendo) : ¡Hola Marito!
Mario (avergonzado) : Rosalina, ya te he dicho que no me llames así ... es vergonzoso.
Rosalina (soba su cabeza y habla con un tono entre tierno y burlón) : Pero si es un lindo nombre para un lindo chico jijiji.
Mario no pudo sostenerle la mirada y bajó la vista, totalmente sonrojado. La pudo escuchar reír suavemente, y unos segundos después retiró su mano de su pelo.
Rosalina : Lo siento, es que te ves tan lindo cuando te sonrojas jijiji.
Mario volvió a levantar la vista y le dio una ojeada a la mujer frente a él. Ella era de pelo rubio claro, casi dorado, y tenía unos ojos celestes preciosos, aunque solo podía ver su ojo izquierdo, pues el otro lo llevaba cubierto con un mechón de su pelo. Normalmente este le llega a la cintura, pero ahora lo llevaba recogido en una cola de caballo. Llevaba puesta una camisa de botones celeste y una falda negra que le llegaba a las rodillas, además de unas medias negras transparentes y unas zapatillas del mismo color. Ella solía vestir de manera formal casi todo el tiempo, lo que le daba un aire bastante serio, acompañado por su comportamiento más reservado y calmado. Lo curioso es que llevaba un guante de cocina celeste con pequeñas estrellas amarillas en una de sus manos.
Mario : Em ¿puedo saber para que es el guante de cocina?
Rosalina : ¡Ah! (se rasca la cabeza) es que estaba cocinando unas galletas, tenía antojos por algún motivo jeje.
Mario : Lamento haberte interrumpido.
Rosalina : Pft, no pasa nada, me dio tiempo de sacarlas del horno. Además, soy yo la que siente haberte hecho venir hasta mi casa.
Mario : Nn ... no pasa nada, en serio. Me gusta conocer nuevos lugares.
Rosalina : Pues entonces pasa adelante, pupilo mío, mi humilde morada es la tuya también.
Rosalina se hizo a un lado para dejar que Mario pasara adelante. Al dar unos pasos dentro de la casa, el holor a galletas con chispas de chocolates llegó a su nariz, conquistandolo por completo.
Mario : Mmmmm ... huele delicioso.
Rosalina : ¿De verdad? ... y dime ¿te gustaría probar mis galletas?
Mario : ¡Claro!
Rosalina : Genial (vuelve a sobar su cabeza) el pequeño Mario quiere galleta ¿verdad?
Mario (avergonzado) : Rosalinaaaaa
Rosalina (ríe suavemente) : Lo siento, es que no puedo evitarlo, pequeñín.
Mario : Solo soy tres años menor que tu, no es para tanto.
Rosalina : Pues por cada año te saco diez centímetros de altura al parecer.
Mario (mira hacia otro lado) : No soy tan pequeño ... soy de ... estatura normal.
Rosalina : Sí, claro.
La rubia comenzó a caminar hacia el interior de su casa, y Mario comenzó a andar detrás de ella. Y es que ella no solo tenía 22 años, sino que además le sacaba una cabeza de estatura, hecho que ella solía aprovechar para molestarlo. Ella es muy seria, pero desde que se hicieron amigos no ha dejado de fastidiarlo cada vez que tiene una oportunidad.
Mientras caminaba por los pasillos, Mario fue apreciando algunos cuadros que Rosalina tenía colgados. En uno aparecía recibiendo un premio a la excelencia académica, en otro aparecía junto a sus papás el día de su graduación de la secundaria, y en otro estaba ella con un pequeño vestido celeste, unas medias blancas, tenis y una raqueta de tenis, junto a un trofeo de dicho deporte. Rosalina era toda una estudiante ejemplar, además de muy buena deportista, y Mario ... bueno ... habia logrado entrar a la universidad.
Finalmente llegó a la cocina de la casa, en donde descansaba una bandeja llena de galletas sobre un aislador témico que descansaba sobre la mesa. Rosalina dejó el guante de cocina colgado cerca de la refrigeradora y se soltó el pelo. Mario se quedó donde estaba, viendola arreglarse el pelo, totalmente hipnotizado. Rosalina era una mujer muy atractiva, y lo habia sido desde que la conoció hace 4 años, aunque su cuerpo habia madurado desde ese entonces, pues sus caderas estaban más marcadas y su busto era más grande.
Para resumir la historia, él nunca habia destacado en sus clases precisamente, y en esos momentos tenía algunas en peligro. Debido a la preocupación de sus papás, ellos decidieron contratar a un tutor para que le diera clases privadas y así pudiera al menos ganar las clases al final del año. Y Mario jamás en su vida esperó ver a la radiante rubia entrar a su habitación el día que le dijeron que llegaría su nuevo tutor. En ese entonces Rosalina tenía 18 años y estaba en el primer año de su carrera universitaria. Un amigo de los papás de Mario la habia recomendado, diciendo que era muy inteligente y dedicada, además de tener un excelente método de enseñanza. Al parecer, estaba buscando trabajo para poder pagar sus estudios.
En aquel entonces era una persona bastante seria y apenas intercambiaba palabras con Mario fuera de los estudios. Pero con el tiempo, ambos fueron conociendose mejor y se terminaron haciendo amigos. Mario se esforzó todo lo que pudo y obtuvo muy buenas notas a fin de año, alegando que todo habia sido gracias a las tutorías de Rosalina, con lo que logró convencer a sus papás de que la contrataran para el año siguiente.
Y así fue hasta que Mario terminó sus estudios de la escuela y fue momento de ingresar a la universidad. Para ese entonces ambos ya eran amigos, por lo que Rosalina se ofreció a ayudarlo en todo lo que necesitara, de gratis. Como era de esperarse, Mario no dudó ni un poco al momento de aceptar. Desde ese entonces, ella iba a su casa para enseñarle en las materias que más le costaran, por lo que le sorprendió cuando ella le pidó hace unos días que para el día de hoy él fuera a su casa.
Desde hace un año, Mario habia estado fantaseando con poder tener algo más que una amistad con Rosalina, pero sabía que eso era imposible. Ella era mayor que él, más lista que él, y ... bueno ... más exitosa que él en general. Además, era muy probable que ella lo viera solo como el pequeño tontito al que debía enseñar de vez en cuando. Ni siquiera podía comprarle un bonito collar para impresionarla.
Las palabras de Rosalina en el presente lo sacaron de su mente.
Rosalina (comiendo una galleta) : Maritoooo ... ¿estas bien?
Ella le dio unos suaves coscorrones en la cabeza, haciendolo reaccionar totalmente.
Mario : ¡Sí! ... ... ... ... solo me ... distraje un momento.
Rosalina : Pues, antes de proceder a estudiar ¿porque no tomas unas galletas?
Mario : Claro.
Él estiró su mano hasta la bandeja y tomó una galleta, tras lo que le dio una mordida. Esta era realmente dulce y deliciosa, y las chispas de chocolate le daban un toque especial.
Mario : Mmmm ... estan deliciosas.
Rosalina (sonrojada) : Gracias ... eres la primera persona a la que dejo probar mi comida.
Mario : ¿E ... en serio?
Rosalina : Sí ... que bueno que te gustaron.
Mario : Em ... ¿puedo tomar más?
Rosalina : Toma las que quieras.
Mario, con una sonrisa en su rostro, procedió a tomar varias galletas de la bandeja. Luego de haberse comido unas ocho galletas, se quedó satisfecho.
Mario : Ahhhhh ... realmente deliciosas.
Rosalina : Jijijiji, sigues siendo igual de glotón ... ... ... mmmm, tienes unas migas en el cachete.
Mario : ¿En serio?
Rosalina : Sí, yo te las quito.
La rubia se inclinó y limpió las migajas del rostro de Mario con sus dedos, lamiendolos una vez que terminó.
Rosalina : Listo.
Mario (sonrojado) : Gr ... gra ... graci ... gracias.
Rosalina (rie suavemente) : Oye, pero tampoco es para tanto. Bueno, creo que es momento de empezar a estudiar.
Ella salió de la cocina y comenzó a caminar hacia las gradas, por lo que Mario tomó su mochila y la siguió de cerca.
Mario : Oye ¿a donde vas?
Rosalina : Pues, a mi habitación. Allí es muy cómodo y nada nos interrumpirá ... te estare esperando.
Ella siguió subiendo mientras Mario sentía como se le calentaba el rostro.
Mario (en su mente) : '¿Su ... habitación? ¿En serio voy a ver la habitación de Rosalina? ¿Po ... porque me invita a su habitación tan de repente? ¿Será de mala educación decir que no? ... .... ... creo que ... no me queda más opción que subir.'
Mario comenzó a subir las gradas hasta el segundo nivel, desde donde pudo ver la habitación de Rosalina fácilmente. Una vez que entró, se quedó viendo todo lo que había. Las paredes eran celestes y el techo simulaba una noche estrellada. Tenía un armario al lado de su cama, y una mesa con una computadora del lado opuesto a su cama. Habian posters sobre astronomía pegados en las paredes, y la habitación estaba muy bien aseada. Finalmente, y sentada en una silla de rodos para computadora, Rosalina estaba frente al escritorio de la computadora. Tenía un libro abierto frente a ella, y llevaba un saco negro ensima de su camisa, así como unos aretes en forma de estrellas amarillas y unos pequeños lentes celestes. A la par de ella se encontraba una silla de madera, y ella le dio pequeños toquecitos para que él se acercara.
Rosalina (tono juguetón) : Ven Marito ... no muerdo.
Mario : ¡Co ... con permiso!
Mario entró rápidamente y se sentó muy nervioso en la silla a la par de su tutora y amiga, dejando su mochila en el suelo frente a él.
Rosalina : ¿Estas bien Mario? Luces ... tenso.
Mario : Es solo que ... me avergüenza el estar en tu habitación ... eso es todo.
Rosalina : Pues no te sientas así, yo te dejé pasar ¿verdad? Eres mi invitado.
Mario : Cl ... claro. Y bien ¿por donde empezamos?
Rosalina : Por donde tu quieras.
Mario sacó uno de sus libros y lo abrió en una página en específico.
Mario : Em ... empecemos por aquí.
Rosalina : Bien.
Ella acercó su silla a la de Mario, llegando a pegarse bastante a él, al punto en que sus piernas se toparon. Mario se puso muy nervioso y sintió como su rostro se calentaba. Rosalina jamás se había acercado tanto a él, y esto lo tomó por sorpresa. Repentinamente, ella comenzó a frotar su pierna contra la de él, acariciandola suavemente, y colocó su mano en su pierna, comenzando a sobarla. Mario sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo ¿era esto la realidad?
Rosalina, por su parte, también estaba sonrojada, y tomó la mano de Mario, colocandola sobre su pierna.
Rosalina (en un tono suave) : Mario ... ¿tu crees que soy bonita?
Mario solo alcanzó a lanzar un leve quejido, tras lo que volteo a ver a Rosalina, notando el sonrojo en su rostro, lo que la hacía ver aún más hermosa a sus ojos. Su mano seguía en su delicada pierna, y ella movió su mano hasta su rostro, sosteniendolo delicadamente.
Rosalina : Hice una pregunta simple, Mario ¿crees que soy bonita?
Mario (nervioso) : Ssss ... sí.
Rosalina : Y ¿que parte de mí te parece atractiva?
Mario : Em ... yo ...
Rosalina (acaricia su rostro) : Tranquilo, no hay respuesta equivocada.
Mario : Este ... es que ... no se por donde empezar.
Rosalina : Solo comienza a hablar.
Mario : Pues ... me encanta tu pelo, el cual es suave como la seda y su dorado color resplandece como la luz del sol.
Rosalina : Sigue ...
Mario : Tu ... tus hermosos ojos, que son como dos ventanas al cielo despejado.
Rosalina (feliz) : Aja ...
Mario : Er ... tus ... delicados labios, rojos y jugosos, una verdadera fruta prohibida para muchos.
Rosalina : Co ... continua ...
Mario : Yo ... pues ... em ...
Rosalina : ¿Seguro que no tienes nada más que decir? ... por ejemplo ... sobre mi cuerpo.
Mario : Yyy ... yo ...
Rosalina : No te hagas el tonto Mario, no creas que no me he dado cuenta como me miras.
Mario : Yo ... en verdad lo siento. No ... era mi intención el incomodarte.
Rosalina (sonrie) : Oh Mario, al contrario ... en verdad me agrada que no puedas dejar de verme ... porque así ... se nota que te gusto.
Mario (nervioso) : Ro ... Rosalina ...
Rosalina (acerca su rostro al de Mario) : Solo ... llamame ... Rosy ...
Ella cerró los ojos y besó apasionadamente a Mario en los labios, quien simplemente cerró también sus ojos y se entregó al momento. Los suaves labios de Rosalina acariciaban los suyos en un dulce movimiento que lo iba encendiendo poco a poco. Al cabo de unos minutos de ese hermoso beso, Rosalina se separó de él dejando un fino hilo de saliva entre sus bocas.
Rosalina : ¿Tu primer beso?
Mario : Sss ... sí.
Rosalina : Jijiji ... pues ... no estuvo nada mal. Me encantó.
Mario : Imaginate a mí. Pero ... ¿porque? ... ¿desde cuando yo ... te gusto?
Rosalina : Desde hace dos años. Hasta ese entonces habia tenido la mala suerte de solo haber conocido a idiotas que no querían nada serio conmigo y que solo querían "pasar el rato." Pero tu ... eres diferente. Contigo podía ser yo misma, y ... así es como me querías. No me pedías que me quedara callada, o que dejara de comportarme como lo hacía. Pero ... creí que la diferencia de edad te espantaría un poco, así que decidí esperar a que crecieras para poder declararte mis sentimientos. Y por eso ... es que te traje a mi casa ... Mario.
Mario : Ro ... Rosy ... ... ... tu también me gustas ... y mucho, y la diferencia de edades no me espanta para nada.
Rosalina : Tu ... ¿quisieras ser mi novio?
Mario : Por supuesto que sí.
Rosalina sonrió y volvió a besarlo, esta vez metiendo su lengua en su boca y comenzando a explorarla. Mario se dejó llevar y simplemente se dedicó a disfrutar de aquel beso. Al cabo de unos minutos, ambos volvieron a separarse, dejando nuevamente un hilo de saliva entre sus bocas. Ambos estaban jadeando, y seguían totalmente sonrojados. Rosalina cerró el libro que se encontraba sobre el escritorio, y apartó la mochila de Mario, tras lo que se sentó en sus piernas, quedando frente a frente. Ella pasó sus brazos por los lados de su cabeza, juntandolos detrás de la misma. Debido a la diferencia de tamaños, el rostro de Mario se encontraba directamente frente a su busto. Ella tomó su rostro y lo levantó para que la viera a los ojos.
Rosalina : Y también te traje porque ... si aceptabas ser mi novio, te daría una lección muy especial. Una sobre ... el cuerpo de la mujer.
Ella procedió a quitarse los lentes, dejandolos sobre la mesa detrás de ella. Hizo lo mismo con sus aretes, y se hizo un poco para atrás, quedando su rostro al nivel del de Mario.
Mario : Ro ... Rosy ... ¿que ... planeas ... hacer?
Rosalina : ¿Que no es obvio? ... voy a enseñarte mi cuerpo, el cual se que te encanta.
Mario : ¿¡Queeee!? ... ... ... ... pepepe ... pero es un ... poco atrevido y ... temprano.
Rosalina : No te atrevas a decir eso cuando tu cuerpo lo desea tanto como el mío. Me pude dar cuenta de tu erección muy fácilmente.
Mario : Yo ... es que ... todo esto ... em ... yo nu ... nunca habia ...
Rosalina : Tranquilo, yo tampoco he tenido un contacto íntimo con otra persona hasta ahora, pero como buena tutora me encargue de investigar y prepararme (tono sensual) para darte una lección completa.
Mario : Bbb ... bien, pero con una condi...
Rosalina colocó su dedo índice sobre su boca, silenciandolo. Lentamente lo comenzó a deslizar por sus labios, acariciando su rostro suavemente hasta volver a unir sus brazos detrás de su cabeza. Se acercó lentamente a él y comenzó a besar su rostro, rozando de manera provocativa sus labios de vez en cuando.
Rosalina (con un leve y sensual susurro) : No estas en posición de poner condiciones ... tomalo o dejalo.
Mario : Esta bien ... sigue.
Rosalina se incorporó y comenzó a desabotonarse el saco mientras le dedicaba a Mario una sensual mirada. Una vez que lo desabotonó, comenzó a quitarselo lentamente, dejando que se deslizara por sus delicados brazos hasta el suelo.
Rosalina : Ahora dime, Mario ¿que otra parte de mí consideras atractiva?
Mario : Todo tu divino cuerpo.
Rosalina (desabotona un botón de su camisa) : Y ... ¿te gustaría ... verlo desnudo?
Mario : Sí.
Rosalina comenzó a desabotonar su camisa lentamente, quitando un botón a la vez por cada respuesta de Mario.
Rosalina (quita otro botón) : Se más específico con respecto a mi cuerpo ... por favor.
Mario : Em ... bueno ... creo que ... tienes unos lindos y ... er ... grandes pechos (otro botón, comienza a verse su sostén negro), y unas caderas muy finas y tentadoras (otro botón, se ve el frente de su sostén y Mario se pone totalmente rojo) y tus ... pechos se ven tan ... suaves y firmes (otro botón, se ve su estómago) y me ... gustaría mucho ... tocarlos.
Rosalina terminó de desabotonar su camisa, separandola lentamente, tras lo que la dejó caer detrás de ella. Llevaba un sostén negro con bordados en forma de rosas en las orillas, y Mario tragó saliva al ver sus encantadores pechos cubiertos solo por su sostén.
Rosalina : Ahora dejame ayudarte ...
Ella colocó sus manos en las caderas de Mario, comenzando a subir lentamente por su pecho mientras lo acariciaba. Entonces tomó uno de los botones de su camisa y comenzó a separarlos, uno por uno, hasta que separó su camisa. Mario la ayudó a terminar de quitarle la camisa.
Rosalina : Jijijiji ... eres tan apuesto Mario.
Mario : Y tu ... eres realmente hermosa. Veo que esos torneos de tenis te dieron una figura increíble. Me encanta tu cuerpo.
Rosalina (sonríe de manera pícara) : Y creo que esto te va a encantar aún más.
Ella colocó sus manos detrás de su espalda, y Mario pudo escuchar un leve click, tras lo que Rosalina dejó que su sostén se deslizara solo, dejando a la vista sus senos.
Rosalina : Así lucen los pechos de una mujer.
Mario (embobado) : Me ... encantan ...
Rosalina (sonrie) : Que bueno ... porque son solo para ti ... no solo para que los veas ... sino también ... para que los toques.
Rosalina tomó las manos de Mario y las colocó sobre sus enormes pechos, una para cada uno. La piel de ambos ya estaba caliente, y Mario se sorprendió al sentir que los pechos de Rosalina eran suaves pero firmes. Él comenzó a jugar con ellos, moviendolos de un lado a otro.
Rosalina (comienza a gemir) : ¡Ahhh, ahhhh! No ... no los agarres tan duro ... me lastimas un poco ¡ahhh! Se gentil con ellos, así como son de suaves, así también debes tratarlos.
Mario : E ... entiendo, perdón, es que ... estoy muy nervioso.
Rosalina : Tranquilo ... esto es entre tu y yo, y no importa lo que pase ... me va a encantar, porque serás tu quien me lo haga.
Mario comenzó a masajear los pechos de Rosalina de manera más gentil, moviendo sus manos suavemente.
Mario : Mmmm Rosy, tus pechos son muy suaves ... en verdad me gusta tocarlos.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhh! Que bueno que te guste ¡ahhhh, ahhhhh! Lo haces muy bien ... así esta mejor ¡ahhhh, ahhhh! Me gusta ... sigue así ¡ahhhh, ahhhhh!
Mario : Realmente me encantan tus gemidos Rosy ... son dulces y tiernos ... como tu ...
Rosalina : ¡Ahhh, ahhh! No ... no digas cosas tan bonitas ¡ahhhh, ahhhh! Haces que me avergüence un poco ¡ahhhh, ahhhhhh!
Mario continuo masajeando sus pechos y disfrutando de sus dulces gemidos por un par de minutos más, hasta que Rosalina colocó sus manos sobre las de él.
Rosalina : Dime Mario ... ¿te gustaría besar mi cuerpo?
Mario : Por supuesto.
Rosalina : ¿Incluidos mis pechos?
Mario : Sobre todo tus hermosos pechos.
Rosalina : Bien.
Rosalina se acercó a él y colocó sus pechos frente a su rostro, sacudiendolos frente al mismo. Luego tomó su cabeza y comenzó a mover sus pechos de arriba hacia abajo, restregandolos sobre el rostro de Mario.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhh, ahhh! ¿Dime Mario, te gusta estar allí?
Rosalina pudo escuchar como Mario trataba de hablar, pero era silenciado por sus suaves pechos.
Rosalina : Jijijiji, lo haces muy bien mi pequeño amorcito ... hora de avanzar.
Ella se hizo un poco hacia atrás, dandole espacio a Mario.
Rosalina : Adelante ... haz lo que quieras con ellos.
Mario se acercó lentamente a uno de sus pechos y comenzó a besarlo, tras lo que tomó a Rosalina de la cintura y comenzó a lamer uno de sus pechos. Ella comenzó a gemir, y pronto sintió a Mario acariciando su delicada espalda con sus manos.
Mario : Mmmm ... tu cuerpo huele muy rico ... y tus suaves pechos son en realidad deliciosos.
Rosalina : Es que ¡ahhhhh! Me bañe y heche perfume pensando precisamente en esto ¡ahhhhhh! Como veras, prepare muy bien la clase de hoy jijiji.
Mario : Jejeje, eres tan dedicada.
Mario comenzó a ir más rápido, alternando rápidamente entre ambos pechos.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhhh, ahhhhh, siiii, siiiiiii, ahhhhh, ahhhhhh, esto es más placentero de lo que imaginé, ahhhhh, ahhhhhh!
Mario : Mmmmm ... jamás pense ver un lado tan pervertido de ti, Rosy.
Rosalina : Lo mismo digo de ti ¡ahhhh, ahhhh, ahhhhh! No me mientas diciendo que no disfrutas lamiendo mis pechos ¡ahhhh, ahhhhh!
Mario : Creo que tienes razón ... pero es porque no puedo evitarlo Rosy ... en definitiva no podría obtener esto de ninguna otra chica.
Mario se pegó totalmente a los pechos de Rosalina y comenzó a chuparlos, lamiendo sus duros pezones en el proceso. Rosalina comenzó a chillar de placer mientras sostenía la cabeza de Mario en el mismo lugar.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, lo haces de maravilla, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, veo que usas muy bien tu boca, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh!
Rosalina dejó a Mario en el mismo lugar durante unos cuantos minutos más, momento en que se separó de él y se bajó de la silla. Se arrodilló enmedio de las piernas de Mario y movió sus manos hasta el bulto en sus pantalones, sosteniendolo entre sus manos.
Rosalina (sonrojada) : Mmmmm ... creo que es hora de ver que traes para mí jijijiji.
Mario (sonrojado) : Creí que ... que simplemente me dejarías verte desnuda.
Rosalina : Sería una mala tutora si no te diera el ejemplo ¿sabes?
Mario : Bien ... adelante, solo ... no te decepciones si no es lo que esperabas.
Rosalina : Mario ... deja de actuar así ¿de acuerdo? Me haces sentir como una fácil, recuerda que ... también es la primera vez que hago esto.
Ella procedió a bajar el ziper del pantalón de Mario y desabrocharle el cinturón, dejando su calzoncillo a la vista, el cual estaba manchado en la punta del bulto en el mismo.
Rosalina (sonrojada) : No puede ser ... ¿ya te corriste?
Mario (avergonzado) : Nnn ... no ... no creo. Jamás he ... medido mi aguante, la verdad.
Rosalina : Bueno, aún sigues bastante duro, así que tal vez solo sea líquido preseminal ... ya vere una vez que lo saque.
Ella tomó la orilla del calzoncillo de Mario y lo retiró un poco, exponiendo la virilidad de Mario ante sus ojos.
Rosalina (sonrojada y nerviosa) : ¡Guau! ... es ... bastante grande ... jijiji, no se porque estabas preocupado.
Mario : Pues porque ... nunca le preste atención, la verdad.
Rosalina estiró su mano y tomó el pene de Mario, causando que él se estremeciera.
Rosalina : Vaya ... se siente caliente y duro ... (pone su pulgar en la punta) y parece que hay algo saliendo de la punta ... es tu líquido preseminal, creo que estas más listo de lo que esperaba.
Mario : Tu mano se siente bien ... es suave y pequeña ... al menos comparada con la mía.
Rosalina (lo mira a los ojos) : Bien, aquí voy ...
Ella comenzó a mecer su mano de arriba hacia abajo, comenzando a masturbar a Mario a un ritmo lento pero placentero. Mario cerró los ojos y se aferró a las orillas de la silla, mientras que Rosalina iba ganando cada vez más confianza.
Rosalina : Mmmm ... me agrada que no tiene un olor desagradable ... se nota que te bañaste también jijiji.
De repente, Mario abrió los ojos de golpe al sentir algo inesperado. Bajó la vista y se dio cuenta de que Rosalina habia empezado a lamer su escroto mientras lo seguía masturbando lentamente. Con los ojos entrecerrados y totalmente roja, Rosalina lamía y chupaba gentilmente el escroto de Mario. Sus suaves labios inyectaban cada vez más placer en Mario, quien decidió quedarse viendola actuar.
Mario : Ahhhhh, ahhhhh, Rosyyyyyy ... me encanta que tus suaves labios esten besandome allí ... se siente demasiado bien ... ¡Ahhhhh!
Rosalina comenzó a subir, lamiendo lentamente el pene de Mario desde la base hasta la punta. Luego comenzó a lamerlo suavemente mientras seguía masturbandolo con su mano derecha y con su mano izquierda jugaba con su escroto. Rosalina dejó su mirada puesta en Mario mientras se dedicaba a lamer y besar su pene de la forma más sensual posible, lanzando pequeños gemidos de vez en cuando. Besaba poco a poco su miembro hasta llegar a la punta, la cual metía entre sus suaves labios mientras enrollaba su lengua alrededor de la misma, lamiendola varias veces para limpiar todo el líquido preseminal que salía de la misma.
Mario (gimiendo) : ¡Ahhhh, ahhhhh! Es increíble ... lo haces de maravilla ... ¿segura que es tu primera vez?
Rosalina alejó su rostro un poco del miembro de Mario.
Rosalina : Sí Mario, es mi primera vez. Pero como dije, me estuve preparando para esto, viendo videos y ... usando ... otras cosas para practicar.
Mario : Vaya ... no se ... que decir.
Rosalina : No digas nada jijiji ... y por cierto ... me gusta tu sabor.
Antes de que Mario pudiera responder, Rosalina tomó su pene y comenzó a deslizarlo dentro de su cálida boca. Mario lanzó un quejido al sentir como sus suaves labios se deslizaban por su miembro y lo aprisionaban.
Rosalina (en su mente) : '¡Gha! Es más grande lo que esperaba, no creo poder ... meterlo todo ... o voy a ahogarme ...'
Rosalina retiró su cabeza rápidamente, comenzando a toser.
Mario : ¡Suficiente! Esto es más de lo que deberías hacer Rosy, ahora levántate y dejame seguir con tu cuerpo.
Rosalina : *cough* no ... no pasa nada. Fue un mal cálculo.
Ella volvió a meter el miembro de Mario en su boca, tras lo que comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo, chupandolo a un ritmo lento. Sus manos seguían haciendo su trabajo de antes, y clavó su vista en el rostro de Mario, quien jadeaba constantemente. Rosalina lamía la parte que quedaba dentro de su boca, y su saliva comenzaba a regarse por todo el pene de Mario, cayendo incluso hasta sus pechos.
Mario : ¡Ahhhhh! Tu boca es bastante húmeda ... se siente ... raro ¡ahhhh! pero muy placentero...
Rosalina comenzó a mecer su cabeza más rápido al agarrar un poco de práctica y hacerse a la sensación. De repente, Mario posó su mano en su melena rubia y tomó un buen mechón, pero no hizo nada más.
Mario : Siiiii ... sigue ... sigue así (Rosalina va más rápido) ¡ahhhhhh, eso es! ... ¡ya no puedo aguantar más ... voy a correrme pronto!
Una vez que esas palabras salieron de su boca, Rosalina sacó su pene de su boca y lo soltó por completo, dejando a Mario sorprendido y algo decepcionado.
Rosalina : No voy a dejar que te corras aún.
Mario (jadeando) : ¿Que? ... ¿porque ... no?
Rosalina : Ya veras.
Ella se levantó y tomó a Mario de los hombros, haciendo que se levantara de la silla, tras lo que lo sentó en su cama. Le terminó de quitar el pantalón y el calzoncillo, y le quitó los zapatos y los calcetines.
Luego se volvió a meter entre sus piernas, pero esta vez tomó el pene de Mario y lo colocó enmedio de sus enormes pechos.
Rosalina (sonrojada) : Jijiji ... se siente caliente.
Mario (agarra las sábanas) : Tus pechos se siguen sintiendo suaves ... ¿que vas a hacer?
Rosalina : Ahora sí hare que te corras. No te contengas y ... sueltalo todo para mí.
Rosalina comenzó a mover sus pechos de arriba a abajo, usandolos para masturbar a Mario. Ambos se quedaron viendose uno al otro, y Rosalina continuó complaciendo a Mario hasta que un líquido comenzó a salir de su pene y regarse en sus pechos.
Rosalina : Algo esta saliendo ... eso significa que ya casi estas listo ... tranquilo ... yo limpio.
Ella sacó su lengua y comenzó a lamer la punta del pene de Mario, la cual sobresalía entre sus pechos. Mario gemía mientras Rosalina se encargaba de tratar muy bien a su miembro, tanto que metió la punta entre sus labios, comenzando a chuparla también.
Mario : ¡Ahhhh, preparate ... ya voy a correrme!
Rosalina (retira su boca y levanta la vista para verlo) : ¡Adelante, damelo todo por favor!
Ella abrió su boca y justo en ese momento, y con un quejido de parte de Mario, él se corrió. Parte de lo expulsado entró a la boca abierta de Rosalina, otro poco cayó en su rostro y lo último cayó sobre sus pechos. Una vez que todo terminó, cerró su boca y se tragó lo que había dentro, tras lo que retiró sus pechos y comenzó a lamer el pene de Mario, limpiando lo que quedó sobre el mismo.
Mario : ¡Argh! ... lo ... lo siento. Vaya desastre el que causé ... estas toda manchada.
Rosalina : No pasa nada, aunque debo decir que te corriste bastante. Pero como ya habras imaginado, estaba preparada par esto.
Ella se levantó y se dirigió a su mesa de noche, de donde sacó un rollo de papelo higiénico con el cual se limpió.
Rosalina : Bien, ya te di el ejemplo ... ahora te toca ponerlo en práctica.
Ella se dio la vuelta, enseñandole la espalda, y tomó su falda con sus manos. Comenzó a menear sus caderas y lentamente fue bajando su falda, revelando su calzón morado. Una vez que estaba a medio trasero retiró sus manos y se sentó sobre Mario, sobando sus piernas con su trasero.
Rosalina : Ahora sigue ...
Mario tomó su falda y ella se detuvo, levantando sus caderas para que Mario pudiera terminar de quitarle la falda.
Rosalina : Dime ¿te gusta mi trasero?
Mario (sosteniendolo) : Sí ... todo tu me gusta.
Rosalina : Jijijiji ... pues, adelante ... juega con él.
Mario comenzó a masajear el fino trasero de Rosalina, dandole besos de vez en cuando, causando que ella comenzara a gemir.
Mario : Oye Rosy ... tu ropa interior esta mojada.
Al escucharlo, ella se movió de donde estaba y se dio la vuelta, quedando parada frente a él. Tomó su calzón con sus manos y comenzó a quitarselo, revelando su parte íntima.
Rosalina : Y esta es la razón. Última lección ... así es como luce una vagina. Y como podrás ver ... ya estoy húmeda, lo que significa que has hecho bien las otras lecciones.
Ella terminó de quitarse la ropa interior, y levantó a Mario, para después recostarse en la cama.
Rosalina : Aún debes quitarme las medias y las zapatillas.
Mario : Por supuesto.
Él se subió a la cama y le quitó suavemente los zapatos. Luego comenzó a subir por sus piernas, acariciandolas, hasta que llegó a la orilla de las medias. Tomó una y comenzó a retirarla, besando la pierna desnuda de Rosalina mientras la descubría. Hizo lo mismo con la otra pierna, tras lo que Rosalina las separó y colocó sus dos manos a los lados de su vagina, abriendola para Mario.
Rosalina : Ya no puedo más Mario ... adelante ... comeme entera, por favor.
Mario : Yo ... yo no ... no se como ...
Rosalina : Esta bien ... haz lo mejor que puedas.
Mario se inclinó en la cama, quedando su rostro cerca de la húmeda vagina de Rosalina. Lo primero que hizo fue comenzar a besarla, asegurandose de cubrirla por completo, lo que causó que Rosalina comenzara a gemir. Una vez que terminó, tímidamente sacó su lengua y comenzó a lamerla, aumentando los gemidos de la rubia.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, siiiii, siiiiiii, sigue, sigue así, ahhhhh, ahhhh, lo haces de maravilla, mete ... mete tu lengua!
Mario (en su mente) : 'Bueno, al menos le esta gustando.'
Mario proecedió a meter su lengua dentro de la vagina de Rosalina, moviendola por todo el interior mientras pasaba sus labios por el exterior. Rosalina comenzó a gemir más fuerte, y colocó una de sus manos sobre la cabeza de Mario, usando la otra para agarrar sus sábanas con fuerza.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, eres increíble Mario, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, lo haces muy bien, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, siento que me derrito, ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, esto es mejor de lo que me imagine, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, y es mucho mejor que cuando me masturbe para probar e irme acostumbrando, ahhhhh, ahhhhhhh!
Mario (en su mente) : 'Supongo que ella expulsará más de este líquido cuando llegue a su clímax, así que debo estar listo.'
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhh, Mario, preparate, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, ya voy a correrme, ya ... ya voy a corrermeeeeeee!
Con ese último grito, Rosalina llegó a su clímax y se corrió. Mario intentó quedarse donde estaba, pero terminó retirando su rostro del lugar, por lo que Rosalina terminó de correrse sobre las sábanas de su cama. Mario tosió un poco después de tragarse lo que quedó en su boca, tras lo que observó a Rosalina, quien seguía jadeando.
Mario : Lo ... lo siento. Manchaste tu cama por mi culpa.
Rosalina (jadeando) : No ... no pasa nada. Se pueden lavar.
Mario (sonrie) : En verdad disfrute esta lección ... Rosy.
Rosalina : ¿De que hablas Mario? ... aún falta la mejor parte.
Mario : ¿Que?
Rosalina : El exámen final.
Rosalina se incorporó en la cama y recostó a Mario, tras lo que se subió en él, sentandose en sus piernas.
Rosalina : No peso mucho ¿verdad?
Mario : No. Eres ligera como una pluma, bebé.
Rosalina sonrió ante esta respuesta y tomó el pene de Mario, el cual ya estaba erecto nuevamente, y comenzó a frotarlo con su vagina.
Rosalina : ¡Ahhhh! Dime Mario ... ¡ahhhhh! ... ¿quieres ... quieres hacer el amor conmigo?
Mario : ¡Ahhh! ... sí ... sí quiero Rosy.
Rosalina : Bien ... aquí voy.
Ella levantó un poco sus caderas y colocó su vagina ensima del pene de Mario, comenzando a insertarlo en su húmedo núcleo.
Mario : ¡Ahhhh! Esta ... apretado ...
Rosalina : ¡Gha! ... lo se ... ya te dije que es mi primera vez ¡ahhhh! Duele ... me ... me arde ¡ahhhhhhhhhh!
Finalmente terminó de entrar, causando que Rosalina se desplomara sobre el pecho de Mario, aún jadeando.
Mario (preocupado) : ¿E ... estas bien? ... te oí quejarte.
Rosalina : Sí ... estoy bien. Me arde un poco todavía, pero es porque acabo de perder mi virginidad contigo ... pero ya se me pasara.
Mario : No quiero hacer esto si te va a doler.
Rosalina (besa a Mario en la frente) : Tranquilo, ya se me pasará ... lo prometo. Es solo que ... bueno ... no solo es mi primera vez, sino que realmente llegaste profundo dentro de mí ... y eso me gusta jijijiji.
Mario : Jejeje ... gracias, creo que me siento menos nervioso.
Rosalina : Y dime ¿como se siente?
Mario : Pues, es muy parecido a tu boca ... pero más apretado jeje.
Rosalina (toma el rostro de Mario) : Empezare a moverme.
Mario : Bien.
Rosalina se incorporó un poco, dejando sus manos sobre la cama y sus piernas a los lados del cuerpo de Mario. Comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, metiendo y sacando parte del pene de Mario de dentro de ella. Sus gemidos no se hicieron esperar, y apretó las sábanas mientras se movía. Mario también comenzó a gemir, y colocó sus manos sobre las piernas de Rosalina, viendo como sus hermosos pechos rebotaban cada vez que se dejaba caer sobre su pene y como su desordenada melena rubia ondeaba en el aire.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhhh, increíble, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhhhh, me estoy volviendo locaaaaaa!
Mario : ¡Ahhh, ahhhh, lo haces de maravilla Rosy, no pares, no quiero que pares! ¡Esto es increíble, el hacer el amor contigo, ya no me siento nervioso y solo quiero seguir!
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhhh, que bueno que te este gustando, ahhhh, ahhhh, ahhhhh, pero por favor tocame, llename de tus sensuales caricias mientras me uno a ti, ahhhhhh!
Mario movió sus manos de las piernas de Rosalina y las colocó sobre sus pechos, comenzando a masajearlos. Rosalina comenzó a gemir más fuerte y a moverse más rápido.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhh, ahhhh, ves, ya no me duele, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, solo siento un enorme placer, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh!
Ambos siguieron en esa posición hasta que Rosalina se dejó caer sobre Mario, colocando sus pechos sobre su cara. Él comenzó a chuparlos, y movió sus manos para acariciar su espalda.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh, ahhhh, ahhhhh, ya deja mi espalda Mario y concentrate en mi trasero, ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, que también es tuyo, ahhhhh, ahhhhh!
Mario movió sus manos y tomó el firme y voluminoso trasero de Rosalina entre sus manos, comenzando a acariciarlo. Rosalina comenzó a moverse más rápido, y el golpe seco de sus cuerpos comenzó a escucharse mezclado con sus tiernos gemidos.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, me derrito, esto es increíble, ahhhhh, ahhhh, ahhhh, no quiero dejar de hacerlo, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh!
Mario (se zafa de los pechos de Rosalina) : ¡Gha, Rosy, ya voy a correrme!
Rosalina : ¿¡Ya!? ¡Ahhhh, ahhhh! ¿¡Porque tan pronto!?
Mario : ¡No se, pero esto es demasiado placentero, ahhhh, tu vagina se siente asombrosa y va a hacer que me corra muy pronto!
En ese momento, Rosalina levantó sus caderas de manera que el pene de Mario quedara fuera de su vagina, tras lo que se levantó y se sentó detrás del mismo. Luego, y antes de que Mario se enfriara, tomó su pene con su mano derecha y comenzó a masturbarlo rápidamente, hasta que terminó corriendose. Su semen salpicó las sábanas, su cuerpo, el estómago de Rosalina y su mano. Una vez que todo salió, Rosalina se detuvo, pero dejó su mano donde estaba.
Rosalina (jadeando) : Vaya ... desorden el que hicimos jijiji ... aún después de haberte corrido una vez ... volviste a correrte bastante.
Mario (jadeando) : Increíble ... eso fue ... increíble.
Rosalina (sonrojada) : Estoy ... feliz de haber ... perdido mi virginidad contigo.
Mario : Igual ... yo. Em ... ¿puedes pasarme el papel para limpiar?
Rosalina (tono sensual) : ¿Para que? ... yo puedo hacerlo sin el papel.
Mario : ¡Espera, aun estoy algo sensibleeeeeeeeee!
Rosalina habia comenzado a lamer el semen que se quedó en el pene de Mario, y luego lamió el que cayó en su cuerpo. Finalmente lamió el que cayó en su mano y usó el papel para limpiarse el estómago. Una vez que terminó, se dio cuenta de que el pene de Mario seguía estando erecto, por lo que lo tomó con su mano, sorprendiendo a Mario.
Rosalina : Parece que aún quieres más ... ¿quieres? ... esta vez dejare que tu te muevas.
Mario : Por mi esta bien. Pero quisiera ... poder ver tu lindo trasero.
Rosalina (sonriendo) : Claro.
Ella se dio la vuelta y se colocó en cuatro, mostrandole su trasero a Mario. Él se levantó de la cama y se colocó detrás de ella, tomando su delicada cintura con sus manos.
Mario : ¿Lista?
Rosalina (lo mira de reojo) : Sí ... solo se gentil ... aún no me acostumbro del todo.
Mario : Por supuesto.
Mario comenzó a insertar su pene en la vagina de Rosalina nuevamente, llegando hasta el fondo y causando que la rubia lanzara un pequeño chillido de placer. Una vez aque entró, tomó firmemente la cintura de Rosalina y comenzó a mover sus caderas de atras hacia adelante, penetrandola a un ritmo suave.
Mario (jadeando) : ¿Y ... que tal ... Rosy ... te gusta ... te sientes cómoda?
Rosalina (gimiendo) : Ahhhhh, ahhhhh, sí ... me gusta ... ahhh, ahhhh, y no duele ... así que tranquilo, ahhhh, ahhhhh, pero ... quisiera que fueras más rápido, ahhh, ahhhh, que me hagas gritar de placer, ahhh, ahhhh.
Mario : Lo intentare.
Mario comenzó a moverse más rápido, consiguiendo sorprender a Rosalina, quien comenzó a gritar de placer.
Mario : ¡Ahhhh! ¿¡Y que tal ahora Rosy, esta velocidad te gusta!?
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, esta velocidad es perfecta, ahhhh, ahhhh, ahhhhhh, ahhhhh, ahhhhh, sigue así y no te detengas, ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh!
Rosalina apretó fuertemente las sábanas de su desordenada cama, y Mario movió sus manos para agarrar sus suaves pechos y comenzar a jugar con ellos.
Mario : ¿¡Esto te gusta Rosy, te complace, lo estoy haciendo bien!?
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhh, ahhhh, lo haces de maravilla, ahhhh, ahhhh, ahhhhhh, es mucho mejor que la primera vez, ahhhh, ahhhh, ahhhhh, me encanta como me haces el amor, no pareeeeees, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, me entrego a ti, soy toda tuya para que hagas lo que quieras, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, siiiiiiiii, es tan intenso ahora que también agarraste mis pechos, ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhh, llevame hasta mi clímax, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhhh!
Ambos continuaron en esta posición hasta que Mario sintió que iba a correrse de nuevo, por lo que sacó su pene del interior de Rosalina. Luego con una de sus manos comenzó a masturbar a Rosalina y con su otra mano comenzó a masturbarse.
Rosalina : ¡Ahhhhhh, ya voy a corrermeeeeeee!
Mario : ¡Igual yo!
Rosalina : ¡Ahhhhh, Marioooooo!
Mario : ¡Rosyyyyyyyy!
Y con ese último grito, ambos se corrieron. Rosalina volvió a manchar sus sábanas, y Mario lo expulsó todo sobre el trasero de Rosalina. Ella se desplomó sobre la cama, y Mario se dejó caer de espaldas. Ambos estaban jadeando, cansados ... y felices. Rosalina volvió a tomar el papel higienico y se limpió el trasero, para después moverse y quedar a la par de Mario.
Mario (jadeando) : Y dime ... ¿pase el exámen?
Rosalina (lo besa en la mejilla) : Con un 100 perfecto jijiji.
Mario (sostiene el rostro de Rosalina) : Te amo ...
Rosalina (sonriendo) : Yo también te amo. Y espero que sigas viniendo a mi casa.
Mario : Por supuesto que seguiré viniendo. No podría dejar abandonada a mi hermosa novia.
Rosalina : Y de vez en cuando, podríamos ... tener más de estas lecciones especiales. La práctica constante es vital para poder mejorar.
Mario : Jejejeje ... ay Rosy, eres tan pervertida.
Rosalina (sonrojada) : Solo por y para ti.
Mario (besa su frente) : Lo se. Y me agrada tu idea. Mejorare, y te haré gemir muy fuerte ... lo prometo.
Rosalina : Y yo te sorprendere con nuevas ideas ... ya veras.
Mario (la abraza) : Pero sobre todo ... prometo no dejarte ni lastimarte. Mi corazón te pertenece, mi Rosy.
Rosalina (se acurruca sobre su pecho) : Y yo prometo lo mismo, amorcito jijiji.
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