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Juntos toda la vida

Historia basada en la idea de mi buen amigo HoopaN13
¡Espero que te guste el resultado 😃!

Esta pequeña historia comienza en el ya conocido por todos Reino Champiñón, en donde un grupo de niños se dedica a jugar pelota en el parque cerca de la escuela del reino. De repente, la pelota salió volando en dirección a los arbustos, rodando hacia el bosque que sirve de límite de la ciudad. Los pequeños se quedaron observando a los arbustos y comenzaron a darse codazos entre ellos, intentando que uno de ellos se animara a ir por la pelota.

Mientras, ellos eran observados por tres niñas que conversaban entre ellas, pero que les llamó la atención lo que estaba pasando. La primera, de nombre Daisy y con 8 años de edad, simplemente se dedicaba a reírse de como los niños se veían super asustados por entrar al bosque, considerando que no eran más que cobardes. La segunda, de nombre Peach y 9 años de edad, los veía bastante confundida, incapaz de comprender porque ninguno de ellos se animaba a entrar, pero esperando pacientemente a que ahora que ya no tenían la pelota, uno de ellos se acercara a hablarle. Y la última, llamada Rosalina y de 8 años de edad, los miraba con curiosidad mientras sostenía su peluche de conejo, pensando si ofrecerce a ir por la pelota, o no.

Finalmente, el grupo de chicos se fijó en las niñas, y notaron la expresión burlona de Daisy. Uno de ellos fue empujado por el resto para que fuera a hablarles, y una vez seleccionado no le quedó de otra que seguir caminando.

Niño : Em ... hola.

Las tres chicas devolvieron el saludo.

Niño : Um, veran, necesitamos ayuda para recuperar la pelota del bosque. Y bueno, ya que Daisy no le teme a nada, pues pensamos que tu podrías ayudarnos.

Daisy : ¡Ja! Así que acuden a la "temerosa niña" para ir por el balón ¿eh?

Niño (baja la vista) : Nadie dijo que fueras temerosa, de hecho ... das bastante miedo.

El resto de chicos avanzaron hacia las niñas y empujaron a quien estaba hablando, dando paso a otro más, quien iba vestido con una playera amarilla y llevaba una nariz bastante grande para su edad.

Wario : ¿Vas a ayudarnos ... o es que también tienes miedo?

Daisy (se levanta) : Yo no le temo a nada, jamón con piernas.

Rosalina y Peach se levantaron para sostener a Daisy, y el resto de chicos sostuvieron a Wario.

Daisy (se suelta y se cruza de brazos) : Iré por la pelota ... solo si dices "soy un cobarde y por eso tuve que recurrir a la valiente y fuerte Daisy."

Wario : ¡Eso jamás!

Daisy : Pues entonces me temo que deberan usarte a ti como balón.

Nuevamente, los demás se pusieron enmedio para evitar una pelea.

Peach : Y diganme ¿porque no van por el balón ustedes?

Wario : Porque ... el bosque esta ... embrujado.

Daisy (tono burlón) : ¿Embrujado ... en serio?

Wario : Todo el que entra ya no sale, y si sale ya no es el mismo. Al menos eso he oído.

Peach (poniendo cara tierna) : Pero ... ¿no se supone que ustedes deben ser los valientes? Digo, después de todo, cuando crezca necesitare a un valiente caballero que me acompañe a todos lados.

El grupo de niños comenzó a rascarse las cabezas pensando que contestar.

Peach : Ya se, al que recupere el balón le dare un beso en la mejilla ¿que les parece?

Daisy (viendo a todos lados) : Oigan ... ¿y Rosalina?

Hasta ese momento se percató el grupo que la chica del peluche se había escabullido silenciosamente en el bosque para recuperar el balón, dejando a su peluche en donde antes estaba sentada. El camino era cuesta abajo, por lo que se manchó su vestido blanco de tierra. Una vez que terminó la empinada bajada, avanzó unos cuantos pasos hasta dar con el balón, el cual estaba apoyado sobre un árbol. Lo levantó del suelo y dio media vuelta para irse, cuando escuchó ruido detrás de ella. Llevada por la curiosidad decidió voltear y comenzó a seguir el ruido, el cual la llevó hasta una cabaña abandonada. Esta era bastante grande, y algunas maderas ya se habían roto, dejando agujeros en la pared y el techo.

Rápidamente corrió en la otra dirección y lanzó la pelota hacia el parque, tras lo que regresó corriendo hacia la cabaña. Ahora que ya no tenía otra cosa que hacer, se dedicó a observar los alrededores, entrando finalmente a la vieja cabaña. Dentro notó que el piso de madera estaba bastante destruido, y la tierra que sobresalía estaba hecha un lodazal, lo cual era raro pues no había estado lloviendo. De repente, escuchó ruido detrás de ella, y al voltear notó que uno de los arbustos se estaba moviendo.

Rosalina : ¿Hola ... hay alguien allí?

De los arbustos emergió un niño de 9 años, pelo café, ojos azules y una nariz bastante grande. Lleva una pantaloneta café y una camisa del mismo color, además de un sombrero de explorador en su cabeza.

Niño : Veo que tomaste un atajo, lo cual no me agrada.

Rosalina (confundida) : ¿Disculpa ... nos conocemos?

Niño : Es probable, suelo olvidar los rostros de las personas que conozco en los puertos a donde voy (le tiende la mano) me llamo Mario, el más grande explorador del reino, descubridor de los secretos mejor guardados por antiguas civilizaciones.

Rosalina no pudo evitar sonreír y también le tendió la mano, estrechandola.

Rosalina : Es un gusto, Mario. Yo soy Rosalina, arqueologa entusiasta, y estoy muy interesada en este descubrimiento.

Mario : Bien, por ser tan inteligente y llegar aquí antes que yo, creo que podemos compartir la gloria de este descubrimiento.

Mario sacó una hoja de papel de su bolsillo, en el cual tenía un boceto de un mapa dibujado con crayones. Rosalina se acercó a él, colocandose a la par. Y así, lo que a los ojos de cualquier persona serían un pequeño dibujo y una cabaña vieja, a los ojos de estos niños eran un mapa difícil de descifrar y un enorme templo lleno de trampas.

Mario (señalando un camino en el mapa) : Si mis calculos no fallan, la reliquia oculta debe estar en el último piso de este templo.

Rosalina : El cual parece estar lleno de trampas.

Mario (enrolla el mapa y lo guarda) : Habra que ser precavidos.

Ambos entraron a la cabaña, en donde Mario detuvo a Rosalina antes de que avanzara.

Mario : ¡Ten cuidado! Este lugar fue construido cerca de un volcán, y parece que la lava se filtró en esta sala.

Automáticamente, a los ojos de Rosalina, las maderas se convirtieron en losas de piedra y el barro en letal lava caliente.

Rosalina : Lo siento, me tomó por sorpresa. Habra que ir con cuidado.

Mario : Pft, esto no es nada para mí ... solo observa.

Él comenzó a saltar de madera en madera, y Rosalina comenzó a ir detrás de él. Después de pasar por varias "trampas" más, ambos llegaron a donde estaba la "reliquia", la cual era en realidad una bolsa con unas cuantas monedas de oro. Mario la tomó en sus manos, tras lo que vio asustado a todos lados.

Mario : ¡Oh no, el templo va a colapsar!

Rosalina : ¡Hay que correr!

Ambos se tomaron de la mano y comenzaron a correr fuera de la cabaña, lanzandose al suelo después de salir. Mario se levantó mientras reía, tras lo que saltó mientras levantaba un puño al aire en señal de victoria.

Mario : ¡Yahoooo!

Luego de esta celebración, le ofreció ayuda a Rosalina para levantarla.

Mario (tono serio) : Es usted una excelente aventurera Rosalina, su ayuda me vendría bien en futuras aventuras.

Rosalina : Muchas gracias, nada me haría más feliz que realizar más increíbles descubrimientos junto a usted.

Ambos rieron, tras lo que Mario se quitó el sombrero y guardó la bolsa con las monedas en uno de sus bolsillos.

Rosalina : Así que ¿vienes a jugar aquí muy seguido?

Mario : Cada vez que puedo. Ya que nadie viene por aquí tengo todo el bosque solo para mí ... al menos hasta que mi hermano le pierda el miedo por las leyendas de que esta (haciendo comillas con sus manos) "embrujado."

Rosalina : Y ... ¿te importaría si vengo más seguido? Esto en verdad fue muy divertido.

Mario (levantando un pulgar) : ¡Claro! Eres muy buena en esto jeje, gracias por seguirme el juego.

Rosalina (sonriendo) : De nada, y ¿que seremos la próxima vez?

Mario (pensando) : Que te parece si ... tu eres una princesa pero vives en el espacio. Yo seré un valiente héroe, y un día llegara un poderoso enemigo que me hara llegar hasta el espacio exterior, en donde tu me salvaras y me guiaras en mi camino para derrotarlo ... ¿te parece?

Rosalina : Se oye interesante.

Mario : Bien, piensa en tu personaje y me cuentas mañana.

Ambos niños se despidieron, tras lo que cada uno tomó su propio camino...

8 años después:

Rosalina, quien ahora era una hermosa joven de 16 años, se encontraba sacando sus libros de su casillero, vaciandolo. Al momento de cerrarlo se dio cuenta de que Peach estaba cerca de allí. Ella estaba sonriendo, y parecía estar emocionada por algo.

Rosalina (extrañada) : Hola Peach.

Peach : Hola Rosa (voltea a ver a ambos lados) veras, he escuchado pequeños rumores de que irás al baile de fin de año con el príncipe Erick ¿es eso cierto?

Rosalina : Sí, él me invitó así que dije que sí.

Peach comenzó a hacer sonidos algo agudos mientras abrazaba a Rosalina, quien parecía estar confundida. Daisy comenzó a acercarse a ambas caminando lentamente y sin prisas, llevando sus dos manos detrás de su cabeza.

Daisy : Así que era cierto ¿eh?

Peach (suelta a Rosalina) : ¡Esto es increíble Rosa! El segundo chico más poular de toda la secundaria te invitó a ir al baile ¡deberías estar emocionada!

Rosalina : Em ... ¿yupi?

Daisy (suspira) : Mejor dejale la emoción a Peach ¿de acuerdo?

Rosalina : Claro ... y dime Peach ¿tu con quien iras?

Peach : Con el principe Dylan por supuesto, quien no tardó ni un segundo en pedirme que lo acompañara. Solo espero que cuando lo elijan rey del baile, a mi me nombren la reina, lo cual no esta nada lejos de pasar jejeje.

Rosalina : ¿Y tu Daisy?

Daisy : Yo ni voy a ir (suspira) como me gustaría que Luigi estudiara con nosotras. Estúpidas normas de escuelas solo para la realeza.

Peach : Bueno, pudo haber obtenido una beca, igual que Rosa.

Daisy (tono sarcástico) : Siiii, claro, porque esas las regalan. Vamos Peach, Rosa es de las pocas que ha conseguido eso porque necesitas ser un maldito genio para hacerlo.

Rosalina : No creo que sea para tanto.

Daisy : Si no fueras mi amiga, haría que te tragaras tus examenes perfectos para que no andaras de orgullosa.

Rosalina (se rasca la cabeza, avergonzada) : Bueno, tal vez sí ... soy algo más lista que el promedio jeje.

Peach : Y volviendo al tema del baile: vamos Dais, deberías ir. No sera lo mismo sin ti, amiga.

Daisy : Ustedes disfruten del baile, yo mientras "secuestrare" a mi Luigi y ya veremos que hacemos jijiji. Suerte, solteronas.

Daisy dio media vuelta y comenzó a caminar lejos de las dos rubias.

Mientras, en la casa de Mario y Luigi, ambos regresaron de su día de clases, dejaron sus cosas en sus cuartos y se sentaron a jugar un rato.

Mario (sosteniendo un juego de carreras) : ¿Sale una carrera?

Luigi : Claro que sí.

Ambos se dedicaron a jugar durante toda la tarde, y ya en la noche, Luigi se dirigió a su cuarto y comenzó a cambiarse, colocandose un esmoquin negro junto a una corbata verde. Mario se paró en el marco de la puerta, observando fijamente a su hermano.

Mario : Y ¿puedo saber a donde vas, galán?

Luigi (avergonzado) : Daisy vendra a recogerme pronto. No me ha dicho que haremos, pero me dijo que me vistiera formal.

Mario : Así que van a escaparse ¿eh?

Luigi : No lo creo ... ... ... al menos eso espero.

Mario rio suavemente, tras lo que se dirigió nuevamente a su cuarto. De repente, alguien toco a la puerta, y solo por fastidiar, Mario dijo que él iría a abrir, dejando a Luigi en su cuarto. Tal y como él esperaba, se encontró a Daisy del otro lado de la puerta, quien cambió su expresión de cariñosa a ácida y sarcástica, su expresión de siempre básicamente.

Mario (la mira de pies a cabeza) : ¿Sabes? Jamás pense que alguien como tú podría verse bonita, realmente me sorprendes.

Daisy : Gracias, es bueno ver que aún en tu torpeza tienes buenos gustos.

Mario : Eso, o me estoy quedando ciego.

Daisy (risa falsa) : Ja ja ja ... idiota.

Mario : Bruja pretenciosa.

Daisy : Albondiga.

Mario : Flor muerta.

Daisy : Umpa loompa.

Mario : Boca de desagüe.

Luigi (llegando) : ¡Chicos, por favor, no peleen!

Luigi llegó a la puerta y se quedó paralizado al ver a Daisy, pues nunca la había visto usando un vestido.

Luigi (nervioso) : Em ... am ... este ... yo
...

Mario : Bueno, creo que los dejare solos. Recuerda Luigi que debes regresar antes de las doce de la noche, de preferencia con ropa. Chao.

Mario se subió rápidamente a su cuarto, evitando así oír el rosario de insultos que soltó Daisy. Lo último que escuchó antes de que quedara todo en silencio fue un fuerte portonazo, lo que le causó un poco de risa. Él se recostó en su cama y se dedicó a cerrar un rato los ojos.

En algún punto de la noche, escuchó a alguien tocando a la puerta de su casa. Él se quedó un rato más recostado, tras lo que tocaron el timbre y volvieron a tocar la puerta. Mario se levantó de su cama y comenzó a bajar las gradas, preguntandose quien podía ser el que tocaba a la puerta a esas horas de la noche, pues tanto Luigi como sus papás tenían llaves de la casa. Una vez que llegó y abrió la puerta, se sorprendió al encontrarse a Rosalina frente a su casa, con un vestido de fiesta bastante peculiar.

(Supongan que la abertura del vestido no esta tan arriba XD)

Ella iba además maquillada y con el pelo arreglado con una diadema de estrellas, pero lucía triste, de hecho tenía los ojos llorosos.

Mario (sonrojado) : Ro ... Rosalina, em ... hola.

Rosalina (triste) : Hola ... Mario *snif* ¿puedo pasar?

Mario : Eh, claro ... claro.

Mario, aún bastante confundido, se hizo a un lado y dejó pasar a su mejor amiga. Cerró la puerta y comenzó a seguirla, sentandose ambos en la mesa del comedor.

Mario : Yo ... pense que estarías en tu fiesta de cierre.

Rosalina (comenzando a llorar) : Igual yo *snif*

Mario (hace el ademán de querer abrazarla pero se arrepiente) : Oye, no llores ... ¿que pasó?

Rosalina : Veras, *snif* yo llegue al auditorio bastante temprano, pues quien me invitó dijo que no podía pasar por mí *snif* así que me fui sola. Estuve un buen rato allí hablando con otros compañeros hasta que la fiesta comenzó *snif* y aún en ese momento no fui capaz de verlo. Hable unos momentos con Peach y me mantuve cerca de la entrada para poderlo ver cuando llegara *snif* y de repente ... lo vi con otra. Estaban besandose cerca de los casilleros *snif* y la verdad ... no me habria importado de ... de no ser porque ... porque me vieron cara de estúpida. Ese ingrato solo me uso para darle celos a su ex y poder volver con ella y *snif* Peach lo ayudó. Ella siempre lo supo, me vio dando vueltas como estúpida por toda la pista de baile y nunca me dijo nada *snif* todo por poder ser la "reina del baile."

Mario se quedó callado tras escuchar la historia.

Rosalina : Yo ... yo ... ¿sabes? No se ni porque vine. Creo que estare mejor llorando sola en mi casa.

Rosalina se levantó de la mesa y comenzó a caminar lejos de la mesa cuando se detuvo al escuchar a Mario.

Mario (serio) : ¿En serio vas a ir a llorar por ese imbécil y las dos brujas que te usaron?

Rosalina dio media vuelta, notando que Mario seguía sentado en la silla, tras lo que ella comenzó a caminar lentamente a donde él estaba, sentandose a la par de él.

Rosalina : Es más que eso.

Mario : Yo ... entiendo que te sientas traicionada, y que no puedas creer que quien considerabas cercana a ti te usara para conseguir algo que quería, pero ... el punto es que no todas las personas que conoces son así. Estoy seguro de que Daisy jamás te haría eso, o Luigi, o Yoshi ...

Rosalina (lo interrumpe) : ¿Y tu, Mario?

Ella volteo para verlo al rostro, y después de unos segundos de duda de parte de Mario, él la volteo a ver también con un leve sonrojo en sus mejillas.

Mario : Yo jamás haría algo que te lastimara.

Rosalina sonrió levemente y se dejó caer sobre el hombro de Mario, recostandose en su pecho. Pudo sentir como se le aceleró el pulso a Mario, quien jamás había tenido a Rosalina tan cerca de él desde que eran niños.

Rosalina : Yo ... decidí venir a tu casa porque ... quería algo de compañía. Mi papá no se encuentra en la ciudad, así que no hay nadie en mi casa, y pues ... realmente me gusta tu compañía.

Mario (traga saliva) : A ... a mi también ... me gusta tu compañía.

Ambos se quedaron donde estaban, en silencio, hasta que Mario decidió hablar.

Mario : Y por cierto ... te ves hermosa, bueno ... siempre estas hermosa, pero ahora es más todavía ... creo ...

Rosalina rio suavemente ante el intento de cumplido de Mario.

Rosalina (sonrojada) : Gracias. Este vestido me lo mandó mi papá para mi primer baile ... (risa sarcástica) y mira como terminó.

Ambos volvieron a quedarse en silencio, el cual no era para nada incómodo, y sin embargo no los dejaba en paz. Ambos querían hablar, querían decirse lo que sentían, pero no estaban seguros de como hacerlo. Habían sido amigos desde que se conocieron, y con el tiempo se hicieron muy cercanos, pero al crecer y madurar se dieron cuenta que sentían más que amistad por el otro. Rosalina era mucho más cariñosa con Mario que con el resto, y Mario se sentía incómodo cuando se quedaba solo con ella o cuando ella se acercaba mucho a él, y no era incomodidad solo porque ella era muy bonita, sino incomodidad por nervios de estar junto a quien consideraba la persona más importante de su vida.

De repente, Rosalina dejó salir el primer golpe.

Rosalina : Dime Mario, si hipotéticamente estudiaras en la misma secundaria que yo ¿me habrias invitado al baile?

Mario (sorprendido por la pregunta) : ¿Que?

Rosalina (se separa de él y se sienta normalmente) : ¿Me habrias invitado al baile?

Mario : ... ... ... ... sí, habrias sido mi primera opción sin dudarlo.

Rosalina se levantó de la mesa y le ofreció su mano.

Rosalina (ruborizada) : Entonces ... baila conmigo.

Mario se puso totalmente rojo al escuchar la pregunta.

Mario : Pe ... pero es que yo ... yo no se ba ... bailar y ...

Rosalina : No importa, puedo enseñarte.

Mario : Es que yo ... yo soy muy bajito y tu muy alta y ... no se si vaya a funcionar y ...

Rosalina (suspira) : Mira Mario, esta noche voy a bailar sí o sí, y si no quieres ... bailar conmigo entonces esperare a que Luigi aparezca y se lo pedire a él.

Mario lo meditó unos segundos más, tras lo que se bajó de la mesa y tomó la mano de Rosalina.

Mario : No me ... responsabilizo por accidentes.

Rosalina sonrio levemente, tras lo que ambos se dirigieron a la sala, en donde Mario prendió el reproductor de música y metió uno de los discos de música de sus papás.

Rosalina : Bien, ahora ... pon una de tus manos en mi cintura, y toma mi mano con la otra.

Mario : Cl ... claro.

Ambos se pegaron, tras lo que Mario colocó su mano derecha en la cintura de Rosalina y ella colocó su mano izquierda sobre su hombro derecho, tras lo que juntaron sus manos libres. La música comenzó y ambos se pusieron a moverse lentamente de lado a lado. De vez en cuando Mario medía mal un paso y casi machucaba a Rosalina, pero fuera de eso no hubo mayores incidentes. Eso sí, no se quitaban la vista de ensima.

Mario : La ... lamento no estar ... vestido para la ocasión.

Rosalina : Tranquilo ... bailar contigo es todo lo que quiero.

Mario : Ro ... Rosalina ... yo ... yo quiero ... decirte algo, pero ... no se si ... si puedo hacerlo.

Rosalina (acercando su rostro al de él) : Adelante ... solo ... dilo ... tenme ... confianza.

Mario (quedandose parado) : Yo ... yo te ... te a ... te aaaa ...

Mario no pudo terminar su confesión pues Rosalina le plantó un corto beso en los labios. Mario, quien se quedó con ganas de sentir los suaves labios de la rubia, se puso de puntillas y le plantó otro beso, esta vez más prolongado. Ambos cerraron sus ojos y dejaron que el momento los inundara. Años de no poder aceptar lo que sentían por el otro, y al fin estaban juntos, al fin lo habían dejado salir.

La música dejó de sonar, y lentamente se fueron separando del beso.

Rosalina : Creo que ... debería regresar a mi casa.

Mario la tomó de la cintura y la pegó a él, abrazandola, tras lo que recostó su cabeza de lado sobre su pecho, cerrando los ojos.

Mario : Yo quisiera ... bailar otra pieza.

Rosalina colocó sus manos sobre la cabeza de Mario, dandole un suave beso, tras lo que lo abrazó colocando una mano sobre su espalda y otra sobre su cabeza, para acariciarla. La siguiente pieza comenzó a sonar, y ambos comenzaron a mecerse lentamente al ritmo de la música.

Rosalina (en un tono dulce) : Bailaremos todas las que quieras ...

Dos años después:

Rosalina, ya con 18 años, se encontraba en la línea de espera de un aeropuerto, maleta en mano. Cada par de minutos volteaba a ver hacia la entrada, como si esperara a alguien, y luego de unos segundos volteaba nuevamente, luciendo decepcionada. Entregó su boleto y comenzó a caminar hacia donde debía entrar al avión, cuando de repente comenzó a escuchar a alguien gritando su nombre. Al voltear a ver se topó con Mario, quien venía corriendo hacia ella, saltando entre maletas y esquivando pasajeros.

Al llegar cerca de ella se detuvo y comenzó a recuperar el aire.

Rosalina (triste) : Así que viniste ¿eh?

Mario (tranquilo) : Sí, vine a ... despedirme.

Rosalina : No quiero ir Mario ... no quiero.

Mario (toma sus manos) : Debes ir Rosy, es ... una increíble oportunidad de estudios que no puedes desperdiciar.

Rosalina : Pero ya no te vere ... estare en el espacio exterior sin comunicación más que con mis familiares, y no se por cuanto sera eso ...

Mario : Pero ... debes hacerlo mi estrella. Yo ... jamás me perdonaría si por mi culpa perdieras esta gran oportunidad.

Rosalina : Y entonces ¿que sucede ahora ... es esto un hasta nunca?

Mario soltó las manos de Rosalina y llevo las suyas a su cuello, quitandose una cadena plateada que terminaba en un broche en forma de estrella.

Mario : No, ... esto es un hasta pronto.

Mario le colocó el collar a Rosalina, quien lo vio sorprendida.

Rosalina (deteniendolo) : No Mario, no puedo llevarme esto. Tu mamá te lo dio y ...

Mario (la interrumpe) : Sera un recordatorio de que mi corazón te pertenece solo a ti.

Rosalina se quedó sin palabras ante la respuesta, dejando que Mario le pusiera el collar.

Mario : Además de un recordatorio de la promesa de que volveremos a vernos. No importa donde, no importa cuando ... pero nos veremos de nuevo.

Mario se inclinó para besar a Rosalina en los labios, tras lo que ella tomó su rostro y lo besó también....

Seis años después:

Mario, portando el uniforme de su nuevo trabajo, se encuentra en una pequeña nave de transporte camino a la estación espacial del Reino Champiñón. Graduado en la facultad de medicina de la universidad del reino, fue contratado como parte del equipo médico de la estación.

Al llegar fue guiado inmediatamente a su puesto de trabajo para familiarizarse con el equipo que iba a usar. Se instaló en su nueva habitación y se dirigió nuevamente a su puesto de trabajo, en donde se quedó a esperar nuevas instrucciones. De repente su teléfono comenzó a sonar, y al contestar le dijero que un miembro del equipo de investigación quería hablar con él específicamente.

Extrañado por ello, indicó que lo dejaran pasar. A los pocos minutos alguien tocó a la puerta de su oficina, tras lo que él le indicó que entrara, y casi se cae de la silla al ver quien era aquella persona. Vestida con un pantalón de lona azul, una camisa celeste, una bata blanca y lentes blancos, Rosalina entró a su oficina con una sonrisa de oreja a oreja.

Ambos se quedaron en silencio y ella comenzó a caminar hacia su escritorio. Él se levantó de su silla y también comenzó a caminar hacia ella, tras lo que la rubia llevó las manos a su cuello y se quitó el collar que él le había obsequiado, colocandolo nuevamente en el cuello de Mario. Él tomó sus manos antes de que las retirara, viendose ambos a los ojos.

Mario : Te dije que volveriamos a vernos.

Rosalina (a punto de llorar) : Lo se ... lo se.

Mario se subió a su escritorio y se sentó en el mismo, quedando así a una altura similar a la de Rosalina, tras lo que ambos se abrazaron y comenzaron a besarse apasionadamente, dispuestos a recuperar todo el tiempo perdido...

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