Déjame ayudarte
"Una pequeña guía antes de empezar: letra normal -> narrador; letra negrita -> pensamientos de Mario; letra cursiva -> pensamientos de Rosalina"
Un peculiar silencio se había apoderado del planetario del cometa, mientras que Mario se encontraba en la cocina terminando de lavar los platos que había usado para cenar. Un destello amarillo estaba a la par de él ayudándolo a acomodar los platos en su lugar, pues Mario era algo bajito como para llegar por su cuenta.
El silencio aquí es raro, generalmente siempre se escucha a uno que otro destello riendo, o el sonido que hacen cuando se mueven. Pero ahora solo hay silencio sin más, pero lejos de ser aterrador y desolador, como se podría imaginar por ser el espacio exterior, es en realidad pacífico de cierta forma. Realmente útil para pensar, que es justo lo que necesito en estos momentos.
Una vez que el pequeño ayudante de Mario guardó el último plato, este se acercó hasta él para ver si necesitaba una última cosa, dando un pequeño bostezo antes de hablar.
Destello : ¿Necesitas algo más, Mario?
Mario : No gracias, ya puedes irte pequeño y gracias por la ayuda. Se nota que estas cansado.
Destello : Mamá dice que es porque estoy creciendo y debo descansar para que mi energía estelar se concentre en lo que debe.
El pequeño se restregó sus entreabiertos ojos en un intento por no cerrarlos, causando que el fontanero de rojo sonriera levemente.
Aún me cuesta creer que estos pequeños, que son como niños, algún día se convertirán en galaxias, planetas y estrellas. Es su destino, y sin embargo, al verlos en esta forma solo piensas en abrazarlos para ver que tan suaves son ... y creo que esa manera de engañar a los sentidos y esa sorpresa de que todo ese poder estelar se encierre en una creatura tan inocente, es lo que hace a los destellos tan especiales y únicos.
Mario : Entonces ve a dormir, no quiero que crezcas más lento que tus hermanos, sino mirame a mí.
El pequeño soltó una suave risilla ante el comentario de Mario, tras lo que se acercó a él y lo abrazó.
Destello : Hasta pronto.
Mario (corresponde al abrazo) : Hasta pronto.
El destello abandonó la cocina, dejando a un solitario Mario de pie en el interior de la cúpula, viendo fijamente hacia la salida. Se quedó de pie, disfrutando el silencio, perdido en sus pensamientos. La última semana había sido extraña para él, pues jamás se había detenido a pensar en su futuro o en su presente siquiera. Siempre había sido de lanzarse y esperar lo mejor, pero su última aventura había sido un balde de agua fría que había puesto su vida en perspectiva por primera vez en quien sabe cuantos años.
De repente, sin embargo, él también comenzó a rendirse al sueño y bostezó. No tenía idea de que horas serían en la Tierra, pero seguro ya era muy de noche, así que ya debía regresar. Salió de la cocina y dio un salto hasta el suelo del planetario, pues no tenía ganas de usar las escaleras. Las líneas que conectaban las cúpulas con el módulo central de energía del observatorio brillaban tenuemente, y algunos destellos estaban amontonados cerca de algunas cúpulas, durmiendo. Mario sonrió al ver todo el lugar, el cual aún en aquel silencio y con poca luz iluminando el lugar aún seguía siendo igual de majestuoso y mágico ... tal vez incluso más.
Mario comenzó a caminar por todo el lugar, buscando a Rosalina para que ella lo ayudara a regresar a su casa, tal y como lo había hecho el día anterior. Él se movía lo más lento que podía para no despertar a los destellos, observando fijamente a todos lados y entrando a todas las cúpulas.
Ojalá no se halla dormido ya, o tendré que buscar donde dormir hasta que algún destello se despierte y me ayude a regresar a casa.
Buscó incluso en la biblioteca, donde era común encontrar a la princesa del vestido celestial en su silla de mecer, leyendo un libro mientras observaba fijamente a la chimenea de vez en cuando, sumida en sus pensamientos.
Ella luce siempre tan calmada ... me pregunto si su mente será igual.
Al no encontrarla en ningún lado del primer nivel decidió usar una de las plataformas de transporte para subir al piso del cuarto de máquinas, y luego a la punta del planetario, donde estaba el jardín. Era su última esperanza de encontrarla despierta en algún lado, por lo que pasó la entrada de la cúpula y ... allí la encontró, parada en el centro de espaldas a él. Sus manos estaban a los lados de su cuerpo, y parecía aún no haber notado al presencia del pequeño héroe en el lugar.
Toda esta ayuda ... se que algún día desaparecerá. Jamás pedí esto, y ahora no quiero perderlo ... ¿Por qué tenía que dejarme sorprender por ese monstruo? ... ahora, temo a la soledad de nuevo...
Mario comenzó a caminar lentamente hacia el centro, y el sonido de sus pisadas en la suave grama del jardín sacaron a Rosalina de sus pensamientos. Ella volteó lentamente, dejando que Mario viera su ojo descubierto, lo que lo paralizó en el acto, causando que parara de golpe.
Esa mirada ... es diferente a la usual. En vez de imponente y serena, se ve triste y meditativa ... sus ojos siempre han sido la ventana a su corazón, delatándola aún cuando el resto de su rostro intenta ocultar sus sentimientos.
Él parece sorprendido ... ¿Cómo lo estaré viendo? ... como sea, seguro viene a pedirme que lo regrese a casa. Curioso que hoy se tardara más que ayer, ya es algo tarde.
Rosalina terminó de voltear, quedando frente a frente con Mario. Ella estaba parada sobre el suelo en vez de estar flotando como lo hacía usualmente, lo que Mario usó como un inicio de conversación.
Mario : Veo que no estas flotando.
Rosalina : Ah, bueno, es que estoy algo cansada ya. Estaba esperando a que quisieras irte, no sería justo si te quedas aquí en contra de tu voluntad porque me quedé dormida.
Su voz suele ser más aguda cuando estamos solos, y su actitud más relajada y abierta a conversar. Es como si fuera otra persona cuando estamos solos ... ¿será por la confianza que nos tenemos? ¿Será porque percibe que nuestra amistad es diferente al resto, es más ... madura?
Mario : Oye, no era necesario. Pude haber encontrado otro lugar donde dormir, tal vez incluso entre los destellos, se ve que es cómodo y calentito entre ellos.
Mario rio suavemente, causando que Rosalina esbozara una pequeña sonrisa.
Rosalina : No solo se ve.
Las miradas de ambos se encontraron, y fue como si un hechizo las hubiera enlazado. Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, hasta que no pudieron mantenerse la mirada y Rosalina vio hacia el suelo.
Él es diferente cuando estamos solos, es más abierto y serio hasta cierto punto ¿será por la confianza que nos tenemos? ... pero ¿Por qué me tiene tanta confianza? ¿Por qué conmigo de todas las personas que conoce? ¿Por qué valoro más su amistad que el resto? y ¿Por qué parece que él hace lo mismo?
Rosalina : Bueno, creo que ya deberías regresar a casa, seguro Luigi está preocupado de que aún no has llegado. Gracias por la ayuda que me has dado en los últimos dos días ... en verdad aprecio la compañía.
Rosalina alzó la vista hacia Mario y sonrió, pero sus ojos delataron que era una sonrisa melancólica, pues con cada momento que pasaba le era más difícil separarse de la compañía de Mario. Era como una relación tóxica, mientras más tiempo pasaban juntos más se acostumbraba a su compañía y más le dolía recordar que cuando esa compañía desapareciera, ella seguiría con vida por mucho tiempo más, sola de nuevo. Era cada vez más difícil decir no, aunque decir sí la lastimara más a largo plazo.
Mario : De nada, y no tienes ni que mencionarlo. Yo también disfruto tu compañía, y de Luigi no te preocupes, él sabe que suelo quedarme más tiempo del esperado en los lugares que me gustan.
Rosalina : ¿De ... de verdad te ... te gusta estar aquí?
Mario : S~sí, es como una segunda casa para mí. Me ... me gustaría venir mañana también, si no te molesta.
Di que no ... di que no ... di que no ... di que no ...
Rosalina : C~claro, puedes venir. A los destellos les encantará verte de nuevo.
Y a mí ...
Mario : Genial ... será divertido. No puedo esperar a ver en que extraños lugares se esconden los pequeños cuando regrese, siempre hay más de uno que me sorprende.
Mario hizo una pequeña pausa, tras lo que vio a Rosalina a los ojos, esforzándose por no desviar la mirada.
Mario : Y hablando de todo un poco ¿te encuentras bien? Te noto algo más pensativa que de costumbre, y tu mirada me dice que algo te preocupa.
Rosalina : N~no es nada, en serio.
Mario : ¿Segura? ...
Rosalina (en un tono más fuerte) : ¡Segura!
Mario dio unos pasos hacia atrás algo asustado y sorprendido, casi tropezándose con sus pies. Rosalina procedió a calmarse, sonrojándose debido a la pena de haberle gritado a Mario. Colocó su mano izquierda sobre sus finos labios y bajó la vista, hablando suavemente.
Rosalina : Lo ... lo lamento, no era mi intención gritarte, es solo que ...
¿Le digo lo que siento? ... no quiero preocuparlo con mis asuntos personales, pero necesito desahogarme con alguien y ... creo que él entenderá.
Rosalina : ... toda mi vida desde que salí de mi hogar he estado sola con los destellos. Jamás eché de menos otro tipo de compañía, más allá de las eventuales visitas a la Tierra para visitar a mi mamá y hablar un rato con ella, para desahogarme un poco. Pero desde que los conozco a ustedes, yo pude recordar lo que es estar entre otras personas, de tener a alguien en quien puedes confiar y que ... esta vivo. Pero dentro de mí sé que solo haces esto para disculparte, a pesar de que te dije que no era necesario, y no quiero acostumbrarme a tu ayuda y a tu presencia porque ... no quiero perder esa sensación ... no de nuevo.
Así que eso es lo que la atormenta.
Mario : Yo ... no sabía que te sintieras así.
Rosalina : Intento ocultarlo todo lo que puedo. No quiero molestar a otros con la vida que yo elegí.
Mario : Pues, a mí no me molestas, y quiero ayudarte todo lo que pueda.
Rosalina (sonríe levemente) : Mario, yo ...
Mario (la interrumpe) : Yo ... me di cuenta muy tarde de lo mal que estaba haciendo las cosas. Hice a todas las personas que me importaban a un lado, teniendo como única prioridad el conquistar a Peach. Herí a Luigi, haciéndolo a un lado en múltiples ocasiones, llegando incluso a dejarlo tirado al cerrarle la puerta del globo aerostático en el que regresaríamos, y dejé de comunicarme con mis demás amigos. Y cuando todo pareció ser en vano, fue como si la vida me hubiera golpeado en el rostro al darme cuenta, y todo empeoró cuando nadie me reclamó o se enojó conmigo. Cuando ni Luigi, ni tu ni nadie más me guardó rencor yo solo ... me sentí miserable. Pude haber perdido a tantas personas que me importaban por una sola, y era una realidad que estaba dispuesto a aceptar porque en el fondo de mi corazón estaba convencido de que era lo que merecía. Y puede que al inicio pasara más tiempo contigo como compensación, pero ahora ... ahora es por algo más.
Rosalina estaba viendo a Mario fijamente, sus manos estaban empuñadas y sus labios estaban temblando un poco.
Rosalina : ¿Por qué?
Mario : Porque quiero estar aquí, quiero pasar más tiempo contigo y los destellos.
Rosalina (se le ponen los ojos llorosos) : ¿Por qué?
Mario : Porque no tienes que hacer esto sola, Rosalina. No tienes que empujar a los demás lejos o intentar aislarte del resto de personas. Déjame ayudarte, porque tu significas mucho para mí. Y lamento ... haber tardado tanto en darme cuenta.
Los labios de Rosalina comenzaron a temblar ligeramente, y unas lágrimas salieron de sus ojos y rodaron por sus mejillas hasta encontrarse en su barbilla.
Mario : Creo que ... mi misión principal a partir de ahora será ayudarte, porque no quiero que estes sola.
Él le sonrió, preocupado por la reacción que ella estaba teniendo. Por su parte, todos esos sentimientos que Rosalina se había guardado se amontonaron en su cabeza, y en cuestión de segundos, explotaron. Ella se lanzó sobre Mario, abrazándolo fuertemente del cuello y casi botándolo al suelo. Apoyó su rostro en el hombro derecho del héroe y dejó salir unas cuantas lágrimas.
Rosalina (susurrando) : Gracias ... gracias ...
No pude resistir más, debía desahogarme, debía ... abrazarlo. Ya había olvidado lo que se sentía abrazar a otro ser humano, reposar mi cabeza en el hombro de alguien más y llorar ... dejar salir todo lo que llevo dentro.
Mario se sonrojó debido a la repentina acción de la princesa, y poco a poco comenzó a mover sus manos hacia ella, dudando de si debía abrazarla. Pero cuando sus manos finalmente la tocaron, la tomó de la espalda y colocó su mano derecha en su cabeza, acariciando su pelo. Cerró los ojos y se quedó de pie, abrazándola como si la estuviera consolando.
Y había olvidado como se sentía ser abrazada, sentirme envuelta en los brazos de alguien más, sentir ese calor, ese sentimiento de seguridad y alivio ... es algo especial sin duda.
Porque una carga es más ligera ... cuando se comparte.
Fin
"Bien, creo que estare fuera todo el mes de agosto (clases más otras cosas de la vida real), y pues para no dejar tan vacío todo decidí publicar esta pequeña idea que se me ocurrió de repente, antes de que se me olvidara. Espero que todo vuelva a la normalidad en septiembre."
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