Cita en casa
Gracias a todos los que respondieron en el post anterior. Decidí tomar la opción más votada por ustedes, así que disfruten :P
A tan solo un día de que llegue el día del amor y la amistad al reino Champiñón, las tiendas de flores, chocolates y demás productos que suelen darse en dichas fechas se encuentran totalmente abarrotadas. Sin embargo, nuestra historia no empieza en la ciudad, ni si quiera en el planeta, sino a varios kilómetros de este, en el hogar de una mujer de vestido celeste y ojos tan puros como el cielo despejado.
Rosalina se encontraba en la cocina verificando que todo lo que había comprado para hacerle el almuerzo a su novio al día siguiente estaba intacto y en su lugar, pues no quería sorpresas de último minuto. Ya había revisado las cosas cuando las compró hace dos semanas, las revisó la semana anterior, y las volvió a revisar hace dos días; pero ella era así de precavida. Quería que todo saliera perfecto para poder ver una enorme sonrisa en el rostro de aquella persona dueña de su corazón y que la hacía sentir en las nubes cada vez que estaban juntos. Era su forma de agradecerle por todos esos bonitos sentimientos que le había enseñado.
Una vez que terminó de revisarlo todo procedió a continuar con su rutina normal, dando vueltas por su hogar en caso de que algún destello quisiera hablar o jugar con ella. De repente, su teléfono celular comenzó a sonar, por lo que lo hizo aparecer en su mano con su magia. Una sonrisa se dibujó en sus finos labios al ver que quién llamaba era Mario, por lo que dejó en pausa la casa que estaba construyendo con unos bloques de madera que él le había regalado a los destellos, y contestó rápidamente.
Rosalina (en un tono sereno pero amoroso) : Hola, mi pequeño héroe.
Mario : Hola, mi trocito de estrella ... ¿Qué tal estás?
Rosalina (haciéndole señas a un destello para que siga armando) : Pues muy bien, y algo ansiosa por mañana jijiji.
Mario (preocupado) : Oh, sí ... claro jejeje. Estás ... emocionada.
Rosalina : Sí, claro. Es de los pocos días que tenemos solo para nosotros ... aunque, te oyes preocupado ... ¿Qué pasa?
Mario : Ay, Rosy, lo siento mucho preciosa, pero ... no creo que podamos salir o ... hacer algo mañana.
Rosalina (confundida) : ¿Por qué?
Mario : Pues, porque ... no puedo salir de la casa.
Rosalina (preocupada) : ¿Estás enfermo?
Mario : Em, no ... pero sí lastimado.
Rosalina : Bueno, voy para allá.
Mario : No, Rosy, no es necesario que vengas, yo ...
Rosalina colgó la llamada de inmediato, tras lo que volteó a ver al destello con el que estaba jugando, quien estaba colocando un techo sobre la casita que estaba construyendo.
Rosalina : Debo ir a la casa de Mario, él está lastimado.
Destello amarillo (preocupado) : ¿Puedo acompañarte?
Rosalina : Lo siento, pero iré sola. Sino, tendría que llevarme a todos tus hermanos, y no quiero armar un barullo en su casa.
Destello amarillo : Oww ... bueno, entonces dile que deseo que se recupere pronto. Y cuéntanos cómo está cuando regreses.
Rosalina (acaricia al destello) : Claro pequeño, yo sé que se preocupan mucho por él.
La madre de los destellos se puso de pie y luego de sacudir su varita ligeramente sobre su cabeza se vio envuelta en una potente luz blanca, tras lo que desapareció. Acto seguido apareció frente a la puerta de la casa de los hermanos, y usando unas llaves que Mario le había regalado el año pasado para el día del cariño, abrió la puerta de la casa. Esto alertó a Luigi, quien bajó las escaleras y se topó con Rosalina a punto de subir al segundo nivel.
Luigi (suspira) : Oh, eres tú. Hola Rosa.
Rosalina : Hola Luigi. Mario me contó que está lastimado, así que vine a verlo.
Luigi : Supuse que vendrías tan pronto te lo contara. Ven, está en nuestra habitación.
El hermano de verde comenzó a subir las escaleras de nuevo, con Rosalina flotando a su derecha.
Rosalina : ¿Qué le pasó?
Luigi : Será mejor que él te cuente. Si por mí fuera, te habríamos llamado ayer, que fue el día del accidente, pero él dijo que no quería preocuparte.
Ambos continuaron caminando hasta llegar a la entrada de la habitación de los hermanos. Luigi abrió la puerta, y del otro lado se pudo observar a Mario sentado en su cama usando su pijama todavía, y con sus sábanas cubriéndole las piernas. Tenía una almohada detrás de su cintura y otra más detrás de su cabeza para que estuviera cómodo sentado, y al lado de su cama se encontraba una bandeja en donde se colocaba su comida. Él se sobresaltó al ver a Rosalina a la par de su hermano, y antes de que pudiera decir algo ella salió volando hacia él y se quedó parada a su lado, tomando su mano derecha con las suyas mientras lo veía preocupada.
Rosalina : ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Qué parte te golpeaste? ¿Tienes hambre o sed? ...
Mario : Hey, hey, tranquila preciosa, no tienes que preocuparte tanto.
Mario colocó su otra mano sobre las de Rosalina, acariciándolas suavemente.
Mario : Solo me lastimé las piernas, es todo.
Rosalina : ¿Cómo?
Mario : Bueno, tengo sospechas de que fue una mezcla de varias cosas.
Luigi (le pasa una silla a Rosalina) : Siéntate.
Rosalina : Gracias Luigi.
Luigi (toma otra silla y se sienta) : Digamos que Mario ha jugado mucho con la suerte últimamente y su cuerpo alcanzó su límite.
Rosalina (ya sentada) : ¿Esto es por ese monstruo, verdad? Porque si es así ...
Mario (la interrumpe) : Tranquila Rosy, esto no tiene nada que ver con Bowser. Ya sabes que me gusta salir de casa y dar vueltas por el mundo por mi cuenta. Aunque, debo admitir que Luigi tiene razón. Hubo una época en la que por momentos mi cuerpo era más fuerte y resistente, permitiéndome caer de grandes alturas sin lastimarme, y otras donde sí me lastimaba el caer desde muy alto. Pero últimamente aguantaba muy bien las caídas, no me dolían sino que me dejaban paralizado por unos pocos segundos mientras mi cuerpo absorbía el golpe.
Luigi : Y de tanto absorber los impactos terminó cediendo, como de costumbre.
Mario (suspira) : Sí, supongo. Yo ... estaba buscando unas flores para ti ayer, de esas color cian que tanto te gustan, y las encontré en la cima de una montaña. Confiando en que podía bajar sin mayores problemas, di un buen salto y ... bueno ... digamos que en efecto no sentí el golpe ... ... ... y luego me di cuenta de que no sentía las piernas en absoluto.
Luigi : Se lastimó muy feo los músculos y casi se rompe los huesos. Tendrá que hacer reposo absoluto por una semana.
Rosalina (preocupada y molesta) : ¿Por qué no me dijiste ayer?
Mario : Porque no quería preocuparte. Pero luego recordé que entonces ya no voy a poder pasar el día de mañana contigo, así que no me quedó de otra que contártelo.
Mario soltó las manos de Rosalina y colocó las suyas sobre su regazo.
Mario (suspira) : Y ya lo tenía todo planeado. Solo me faltaban esas flores para terminar el ramo que estaba preparando, ya tenía planeado el restaurante al que te iba a llevar a almorzar, luego te iba a llevar al parque porque sé lo mucho que te gusta la naturaleza y alimentar a los pájaros, luego te iba a enseñar un bote que pasé construyendo el último mes y te iba a llevar en él por un río que pasa cerca del bosque a las afueras de la ciudad, pues el paisaje que se ve en sus calmadas aguas es precioso; y finalmente te iba a llevar a una montaña desde donde se pueden ver las estrellas mejor que en cualquier otro lugar de la Tierra, y el cielo es realmente precioso.
Mario se recostó en la almohada, sintiéndose triste y decaído.
Mario : En cambio ahora estaré aquí metido, sin poder moverme, y privando a mi hermano de estar con su novia.
Luigi : Vamos Mario, sabes que no me molesta estar aquí contigo cuando me necesitas. Por un día del cariño que no la pase con Daisy no se va a acabar el mundo.
Mario : Pero tú también tenías cosas ya planeadas y ...
Rosalina (interrumpe) : Yo te cuidaré mañana.
Mario y Luigi : ¿Qué?
Rosalina (a Luigi) : Dile a Daisy que tus planes para mañana no se cancelan. Estarás todo el día fuera y yo me quedaré aquí con Mario, atendiéndolo en todo lo que necesite. También estaré viniendo todos los días a verlo y a ayudarte a cuidarlo. Estoy segura de que los destellos entenderán, y más de alguno querrá venir a verlo también.
Mario : Rosy, no es necesario que hagas eso. No me hagas rogarte como tuve que hacerlo con Luigi, e incluso así no sirvió para convencerlo de irse.
Rosalina (toma la mano derecha de Mario) : Mario, mañana no es el día de llevar a tu pareja al restaurante, ni de regalar las cosas más caras, ni de pasarla todo el día fuera de casa. Mañana es el día del amor y el cariño y ... (cambia su tono a uno amoroso y comienza a acariciar su mano) el servicio y la ayuda son las maneras predilectas en las que se muestra el afecto por alguien. Yo quiero ayudarte porque me importas, porque te amo. Y por muy terco que te pongas, no me vas a convencer de lo contrario.
Mario (sonriendo) : Está bien, ven si quieres.
Rosalina : Muy bien, entonces vendré mañana en la mañana, luego del desayuno.
Luigi : Me parece bien. Te esperamos mañana entonces.
Rosalina : Claro.
Mario : Será mejor que regreses con los destellos por hoy, ya que mañana estarás ocupada.
Rosalina : Oh, tú no te preocupes, eso no será un problema. Aunque, creo que si regresaré, ya que mañana toda mi atención será para ti (se inclina y le da un beso a Mario en los labios) te amo.
Mario (sonriendo) : Yo también te amo, Rosy. Eres la mejor.
Rosalina soltó la mano de Mario y se levantó de la silla, para luego despedirse de Luigi. Acto seguido regresó a su hogar y le contó todo lo sucedido a los destellos, quienes tal y como ella pensaba, le preguntaron si podían acompañarla, a lo que ella accedió.
Al día siguiente, y luego del desayuno y de ayudar a su hermano a cambiarse, Luigi bajó al primer nivel para esperar a Rosalina. Mientras lo hacía, Mario se quedó sentado en su cama viendo directamente hacia la puerta, con sus manos sobre su regazo.
Mario (pensando) : 'Me pregunto que tendrá Rosy en mente para hoy ¿Irá a pedir algo para comer? ... mmmm, no puedo evitar pensar en lo último que tenía planeado para hoy en la noche ... ¿Aún podré hacerlo? ...'
Mario volteó a ver a su mesa de noche, y luego de quedarse pensativo por unos segundos, la estiró hacia esta. Sin embargo, se detuvo a pocos centímetros de sostener la perilla de la gaveta superior, pues escuchó a alguien tocando a la puerta. Rápidamente regresó su mano a su regazo en espera de que Rosalina subiera a dónde él estaba; sin embargo, pronto escuchó varias voces en el primer piso, y unas cuantas de estas se estaban acercando rápidamente a su habitación hasta que un grupo de cinco destellos (dos amarillos, uno azul y dos rojos) entró volando en esta. La repentina entrada lo tomó por sorpresa, y en cuestión de segundos ya tenía a los pequeños abrazándolo mientras lo saludaban.
Mario (sorprendido) : ¡Hey! A mí también me alegra verlos.
Destello azul : ¿Te sientes mejor, Mario?
Destello amarillo : ¿Te duele mucho?
Destello rojo : ¿Has podido ver televisión y comer helado todo el día?
Mario (riendo) : Oigan, uno a la vez o si no me cuesta entenderlos.
En ese momento entraron más destellos, los cuales se iban a lanzar hacia Mario cuando escucharon la voz de su mamá desde la entrada de la habitación.
Rosalina : Pequeños, recuerden que Mario está lastimado de las piernas, tengan cuidado cuando se acerquen a saludarlo.
Mario : Veo que trajiste a toda la familia ¿eh?
Rosalina : Bueno, no quería dejarlos solos todo un día, y además necesito ayuda para preparar el almuerzo. No te preocupes, ya lo tenía todo comprado, pues era algo que iba a hacer de todos modos.
La rubia comenzó a caminar lentamente hacia Mario, y los destellos que lo estaban abrazando se movieron a un lado cuando ella quedó a pocos pasos de la cama. Entonces se inclinó y le dio un corto beso en los labios a su pareja, quien la tomó de los hombros y pegó su frente a la de ella luego del beso.
Rosalina : Feliz día del amor, Mario.
Mario : Feliz día del amor, Rosy. Y tal y como prometí, tengo algo para ti ... y hasta me salió la rima.
Rosalina soltó una suave risilla mientras Mario tomaba un ramo de flores de su mesa de noche y se lo ofrecía a la madre de los destellos.
Mario : Busqué las más bonitas, así que se sentirán como en casa contigo.
Rosalina : Awww, gracias.
La rubia recibió las flores y se inclinó para darle otro beso en los labios a Mario, tras lo que los destellos aplaudieron ... por algún motivo. Ambos simplemente soltaron una risilla en respuesta, tras lo que unos destellos amarillos tomaron una silla y la arrastraron hasta donde estaba su mamá, quien se acomodó en esta. Entonces todos los destellos se fueron acercando a Mario por parejas para saludarlo, y al final el destello maestro se sentó suavemente en su regazo, donde se sentía cómodo.
Mario : Y ¿Qué planean hacer ahora?
Destello M. : ¡Podrías contarnos una de tus historias!
Rosalina : Eso suena entretenido.
Mario : Claro, solo que no podré recrear muchas cosas porque, bueno ... no me puedo mover.
Destello azul : ¡No importa! Tus historias siempre son muy entretenidas. Y ahora que no puedes jugar con nosotros es una buena alternativa.
Mario : Okey dokey.
Mario procedió a acomodarse en la cama y a aclararse la garganta, por lo que los destellos comenzaron a sentarse en donde podían: en el regazo de Rosalina, en la orilla de la cama, en la mesa de noche de Mario, e incluso en la cama de Luigi. Curiosamente, la historia de Mario terminó justo a tiempo para que Rosalina se levantara de su asiento y le pidiera a los destellos que fueran a la cocina, pues ya era hora de preparar el almuerzo. Todos los pequeños le hicieron caso, dirigiéndose a la cocina para sacar todo lo que ella se había traído de la casa, y Polari comenzó a buscar en las alacenas de la cocina por ollas y demás utensilios, para decirle a Rosalina qué era lo que había en la casa.
Mario : Tengo curiosidad por saber qué vas a preparar.
Rosalina (se voltea) : Es una sorpresa.
Ya estando los dos solos en la habitación, Rosalina flotó hacia Mario y lo tomó de los hombros antes de darle un apasionado beso en los labios. Él colocó sus manos sobre el rostro de la rubia mientras sus labios comenzaban a pelear con los de ella. Al separarse, ambos estaban jadeando, y Mario comenzó a acariciar las mejillas de Rosalina con sus dedos.
Rosalina : Para no ... quedarnos con las ganas.
Mario (sonríe) : Me parece bien.
Rosalina comenzó a descender al suelo lentamente, y una vez de pie dio media vuelta para dirigirse a la cocina. Al hacerlo, sintió que Mario le daba un juguetón empujoncito en el trasero al mismo tiempo que le daba un gentil apretón, por lo que ella lo volteó a ver.
Mario (en un tono juguetón) : Dijiste que para no quedarnos con las ganas.
Rosalina (sonríe ligeramente) : De un beso.
Mario : Eh, cómo sea.
Rosalina simplemente dio media vuelta mientras sonreía y comenzó a menear sus caderas mientras caminaba hacia la puerta, empujándola ligeramente con su trasero para terminarla de abrir. Mario soltó una suave risilla ante esta acción, tras lo que Rosalina lo volteó a ver y besó al aire, reanudando su caminata poco después.
Mario (pensando) : 'Mario, toda tu suerte te la gastaste con Rosalina.'
La madre de los destellos llegó a la cocina y comenzó a preparar el almuerzo, guiando a los destellos y pidiéndoles poco a poco todo lo que iba usando. Primero decidió preparar un pastel de trozos de estrella, pues no había problema de dejarlo en la mesa del comedor mientras preparaba el resto de la comida o mientras almorzaban. Ya con todo listo colocó los dos platos de comida en una pequeña bandeja y subió a la habitación de Mario, a quien el olor de la comida le llegó desde el otro lado de la puerta.
Mario (con los ojos cerrados) : Huele delicioso.
Rosalina (entra a la habitación) : Que bien que te guste, porque hice tu favorito.
Ella había preparado espagueti para ambos, y dejó la bandeja con el plato de Mario sobre sus piernas. Un destello azul entró llevando unos panes tostados y los dejó sobre la bandeja mientras otros destellos ayudaban a Rosalina a mover una mesa para colocar su plato.
Mario (sorprendido) : ¿Cuándo aprendiste a preparar esto?
Rosalina : Le pregunté a Luigi, quien fue muy amable al compartirme la receta. Solo espero que haya quedado bien ... hice uno de prueba hace unos meses, y al menos a mi me gustó.
Mario : Pues solo hay una forma de averiguarlo.
El pequeño héroe tomó una buena porción de su comida y la llevó hasta su boca. Cerró los ojos mientras masticaba, y Rosalina solo podía verlo, nerviosa y expectante. Una vez que tragó el bocado, ella se quedó quieta, casi conteniendo la respiración mientras él la volteaba a ver.
Mario (levanta el pulgar de su mano derecha) : ¡Te quedó rico!
Rosalina sintió que le quitaban un peso de encima y volvió a sonreír mientras los destellos se iban acomodando cerca de ella. La madre de los destellos, que había venido preparada, comenzó a sacar trozos de estrella de la bolsa mágica en la que los traía, y fue dándole se comer a los destellos mientras almorzaba. Mario le ofreció su ayuda, por lo que ella le pasó unos cuantos para que él se los diera a unos cuantos destellos. Ya terminado el almuerzo, Rosalina se levantó y tomó el plato de Mario para llevarlo al lavaplatos, diciéndole que aún faltaba el postre. Él se quedó picado por esa declaración, por lo que se quedó algo inquieto mientras su pareja volvía. Al hacerlo, entró a la habitación con el pastel en las manos, el cual estaba rodeado por una capa blanca de crema batida.
Mario : Oh, Rosy, no era necesario que hicieras tanto.
Rosalina : Bueno, hoy es un día especial después de todo.
Ella colocó el pastel en la mesa donde había comido y lo acercó a Mario para que pudiera verlo de cerca. Este tenía un corazón dibujado en la parte de arriba, y adentro de este había escrito su nombre y el de Mario con diferentes colores. Alrededor del pastel había puesto pequeños puntos amarillos para simular estrellas. Entonces lo partió en varios pedazos, pues los destellos aún tenían algo de hambre y no querían quedarse sin su pedazo de pastel, por lo que no sobró ni una sola migaja de este.
Al terminar el almuerzo, Rosalina se llevó los platos al primer nivel para lavarlo todo con ayuda de unos destellos, mientras el resto se quedaba en la habitación de Mario hablando con él. Y una vez que Rosalina regresó se pusieron a jugar juegos de mesa todos juntos para pasar la tarde.
Ya entrada la noche, y con los destellos algo cansados, Rosalina se disponía ya a regresarse a su hogar. Sin embargo, Mario le pidió que regresara pues tenía algo importante que decirle. Ella aceptó sin problemas, por lo que solo regresó a su casa a acostar a los destellos. Mario se quedó sentado en su cama, como había estado todo el día, y se inclinó hacia su mesa de noche, abriendo la gaveta de hasta arriba para sacar algo de su interior. De repente escuchó pasos en el primer piso, y en cuestión de segundos Rosalina abrió la puerta de su habitación.
Rosalina : Ya todos mis pequeños están dormidos. Se la pasaron muy bien contigo, e incluso me preguntaron si podían volver a venir otro día.
Mario (ríe) : Sí, debo admitir que fue un buen día, y todo gracias a ti.
Rosalina : Bueno, era lo menos que podía hacer. Yo realmente quería pasar este día contigo.
La rubia cerró la puerta de la habitación y comenzó a caminar hacia Mario, quien dejó lo que había sacado de su mesa de noche detrás de su torso, para que ella no lo viera al acercarse. Rosalina tomó una silla y se sentó cerca de la cabecera de la cama de Mario.
Rosalina : Y ¿Qué tienes que decirme?
Mario : Bueno, yo ... ya tenía todo el día de hoy planeado, tal y como te dije, pero ... no te conté todo el plan. Omití la última parte porque era algo que sí iba a poder hacer independientemente de la situación en la que me encuentro y quería que fuera una sorpresa para ti.
Rosalina se inclinó ligeramente en la silla, pues ella también tenía planes para la noche, estando ellos dos solos. Sin embargo, no se esperaba que Mario sacara una pequeña cajita morada con bordados dorados de detrás de él y se la presentara, por lo que quedó sorprendida, justo lo que Mario quería.
Mario : Yo ... he estado pensando seriamente en esto, y hubo días en los que despertaba pensando en hacerlo y terminaba el día arrepentido, o al revés. Pero lo que pasó hoy ... me ayudó a confirmar de que esta es la decisión correcta, de que tú eres la indicada.
Mario abrió la pequeña cajita con su otra mano, revelando un anillo dorado con una gema celeste en el centro. Los ojos de Rosalina se abrieron por completo y sus pupilas se dilataron mientras se le aceleraba el pulso, todo por ver aquel anillo.
Mario : Tenía planeado que esto fuera mucho más romántico, estando bajo las estrellas y eso, pero hoy me enseñaste que el sentimiento es lo más importante, y es tan fuerte, o incluso más de lo que habría sido en mi plan original. (empieza a temblar de los nervios) Así que, Rosalina ... ¿te ... te ca ... te casarías con ... conmigo?
Rosalina se quedó viendo fijamente al anillo, y justo cuando Mario terminó de hacer su propuesta se llevó las dos manos a sus finos labios, tapando su boca por la emoción. Sentía que todo el cuerpo le temblaba y comenzó a sonreír sin darse cuenta.
Rosalina (aún en shock) : Sí ... sí, Mario, claro que me ... me casaría contigo.
La madre de los destellos se acercó a Mario de golpe y lo abrazó con fuerza. Este repentino abrazo los sacó a ambos del trance en el que estaban, por lo que Mario también la abrazó mientras ambos empezaban a reír. Poco a poco se fueron separando a medida que se calmaban, tras lo que Mario sacó el anillo de su cajita y tomó la mano izquierda de Rosalina, colocando el anillo cuidadosamente en su dedo anular. Ella inmediatamente levantó su mano y se quedó observando el anillo mientras seguía sonriendo.
Mario : ¿Te gusta?
Rosalina : Me encanta.
La rubia se prensó del cuello de Mario con sus brazos y lo besó apasionadamente en los labios, empujándolo ligeramente contra la pared. Cuando sintió sus manos sobre su rostro, ella las tomó y las colocó en su cintura mientras metía su lengua dentro de la boca de Mario. Ambos comenzaron a respirar agitadamente, batallando por no quedarse sin aire mientras sus lenguas se peleaban durante su beso. Todo mientras Rosalina iba preparando la sorpresa que ella tenía preparada para esa noche ...
Bueno, aquí termina el one-shot para todo público, por así decirlo XD.
A partir de aquí viene contenido explícito +18, así que ... bueno ... están advertidos. Si no te interesa este tipo de contenido es momento de irse.
Ahora sí, continuemos con esto ...
Ya cuando ambos sentían que se iban a ahogar decidieron separarse, tomando una profunda bocanada de aire mientras jadeaban intentando recuperar el aliento. Rosalina se lamió los labios de manera sensual mientras miraba a Mario, quien simplemente se limpió la saliva de los labios con la manga de su camisa. Y una vez que se calmaron, Rosalina recostó su cabeza sobre el pecho de Mario, suspirando lentamente sobre este.
Rosalina : ¿Sabes? ... Este día no pudo terminar de mejor manera. Aunque ... yo también tenía planeada una sorpresa para ti.
Mario (con curiosidad) : ¿De verdad?
Rosalina (se levanta y lo mira a los ojos) : De verdad. Pero primero, creo que sería bueno que te pusieras tu pijama.
Mario miró a Rosalina bastante confundido, pero decidió hacer lo que ella sugería. Así que de quitó la camisa y la arrojó al canasto de la ropa sucia, y acto seguido se colocó y abotonó la camisa de su pijama. Entonces movió las sábanas de su cama hacia adelante, y Rosalina las terminó de mover, revelando los inmovilizadores que llevaba en las piernas para evitar que flexionara las rodillas, pues estos llegaban a medio muslo. Llevaba puesto unos shorts, y en estos Rosalina pudo ver un bulto, sonriendo ligeramente.
Mario : Supongo que ... planeas ayudarme con las piernas ¿verdad?
Rosalina : Claro.
La madre de los destellos le quitó los inmovilizadores a Mario con cuidado para no lastimarlo. Luego le quitó la pantaloneta y la ropa interior, dejando su erecto pene a la vista. Sin embargo, y para la sorpresa (y un poco de decepción) de Mario, Rosalina le colocó el pants de su pijama, levantando sus piernas con sumo cuidado, y luego le volvió a colocar lo que llevaba en las piernas.
Rosalina : ¿Cómodo?
Mario : Sí.
Rosalina (le sonríe) : Perfecto. Bien, la sorpresa que te tengo preparada es una cena muy especial.
Mario (confundido) : ¿Una ... cena?
Rosalina : Sí, solo par mi nov ... bueno, para mi prometido jijiji.
Rosalina llevó sus manos al broche en forma de estrella de su vestido y lo desabrochó, causando que su vestido dejara de apretarle el busto y se aflojara un poco.
Rosalina (en un tono sensual) : Primero, la entrada.
Ella soltó su vestido, el cual cayó hasta la mitad de su busto, revelando que no traía ropa interior debajo del mismo. Luego sacó sus brazos del mismo, tras lo que terminó de caer hasta su regazo, revelando sus pechos y su abdomen. Y sin darle tiempo a Mario para que reaccionara, tomó su cabeza con su mano derecha y la estampó contra su pecho derecho, presionándola contra este.
Rosalina : Disfruta.
Al tener el suave pecho de su ahora prometida presionando su boca y sentir su pezón rozando sus labios, Mario simplemente cerró los ojos y separó sus labios, rodeando el seno de Rosalina con estos. Luego hizo una ligera presión con sus labios tras lo que empezó a chupar su pecho, tal y como ella quería. Con una de sus manos tomó su seno libre y comenzó a masajearlo, dándole juguetones apretones de vez en cuando mientras lo rodeaba con su mano, moviéndola alrededor de aquella suave piel. Rosalina se mordió el labio inferior y entrecerró los ojos mientras comenzaba a respirar más rápido de lo usual. Mientras tanto, colocó su mano derecha sobre el pants de Mario y lo movió hacia abajo, sacando su erecto pene del interior del mismo.
Rosalina (viendo a Mario al rostro) : Oh sí ... mmmmm ... me encanta cuando chupas mis pechos ... oh, sí ... usa tu lengua también, cariño.
Esta no era la primera vez que tenían un encuentro íntimo sexual, por lo que ambos ya tenían experiencia. Mario no dudó en hacer lo que su amada quería y comenzó a lamer su ahora erecto pezón, causando que Rosalina comenzara a jadear. Con su mano derecha comenzó a desordenar el pelo de Mario mientras lo mantenía pegado a su pecho, y con su otra mano rodeó su miembro y comenzó a moverla de arriba a abajo, masturbándolo. Esto causó que él apretara más sus labios y jadeara sobre la piel de Rosalina, dejando su cálido aliento sobre esta mientras sus labios vibraban ligeramente y su lengua daba vueltas en círculos alrededor de su pezón, sonidos de succión llenando el ambiente. Rosalina no pudo mantener su boca cerrada por más tiempo y soltó un suave gemido, cerrando los ojos mientras se encorvaba ligeramente hacia atrás, tras lo que apretó los dientes mientras sonreía.
Rosalina : Uuuufff ... eso es, Mario ... oooohhhhh, esa lengua tuya me vuelve loca ... mmmmm, como te gustan mis pechos ¿eh? (abre los ojos y mira a Mario al rostro) Veo que sabes "degustar" muy bien la "comida especial" que te preparé.
La rubia separó a Mario de su pecho derecho, dejando escuchar un audible *plop* mientras los labios del pequeño héroe dejaban finas tiras de saliva sobre su pezón. Entonces, y sin tiempo que perder, lo pegó a su otro pecho para que lo chupara también. Dicho y echo, Mario comenzó a chupar su otro seno y a lamer su pezón, esta vez más rápido que antes mientras con su otra mano movía rápidamente su dedo índice sobre su otro pezón mientras apretaba gentilmente su pecho. Esto causó que Rosalina se sonrojara y comenzara a jadear más rápido que antes, aún con los ojos cerrados y algo encorvada.
Rosalina : Oohhhh si, mi amor, ahhhhh, por las estrellas .... eres asombroso ... eres el mejoooooor ... mmmm.
Ella se volvió a morder el labio mientras dejaba escapar una risilla, demostrándole a Mario lo mucho que lo estaba disfrutando. Pero esa no era la única manera en que lo demostraba, pues comenzó a mover su mano más rápido de arriba a abajo sobre el pene de Mario, apretando su agarre y cerrando su mano sobre este para ejercer un poco de presión y que él sintiera su suave piel rozándolo. Esto hizo que Mario moviera su mano libre hacia la espalda desnuda de Rosalina y la pegara a él, lo que hizo que ella soltara un suave chillido y abriera los ojos, soltando una boba risilla mientras su prometido comenzaba a acariciar su espalda, moviendo sus dedos ligeramente por su curvatura, haciéndola estremecerse cuando llegaba a su espalda baja.
Rosalina : Mmmmm, te amo Mario ... ahhhhh, esto es tan rico ... mmmmm, mi cuerpo esta tan sensible ... argh ... pero todavía falta.
La madre de los destellos separó a Mario de su pecho, dejándolo marcado con saliva de la misma forma, y soltó su pene. Él se quedó en silencio y viendo fijamente a su prometida, esperando su siguiente movimiento.
Rosalina : Ahora recuéstate, porque voy a darte el plato principal.
Ella estaba jadeando un poco, y mientras Mario se recostaba en la cama se puso de pie y dejó caer el resto de su vestido al suelo. Él no la volteó a ver, pero pronto tuvo la vagina de Rosalina a pocos centímetros de su rostro, con los firmes muslos de su prometida elevándose a los lados de su cabeza. Completamente desnuda, Rosalina se había puesto de rodillas sobre la cabeza de Mario, apoyando sus manos en la pared. Él pudo ver que la vagina de su prometida estaba húmeda, y sus fluidos habían comenzado a deslizarse por la parte interior de sus muslos. Ella entonces lo volteó a ver con los ojos entrecerrados, y colocó su mano izquierda sobre los labios de su vagina, usando dos de sus dedos para separarlos.
Rosalina : Adelante, puedes empezar cuando quieras. Espero que ... te guste.
Ella descendió lentamente sobre Mario, teniendo cuidado de que su vagina terminara sobre sus labios. De repente, él agarró sus muslos con ambas manos, lo que causó que Rosalina se sobresaltara y dejara escapar un pequeño quejido, tras lo que él le dio un gentil apretón a sus carnes. Sabiendo lo que tenía que hacer, Mario comenzó a acariciar sus muslos con sus manos mientras besaba la parte más cerca de estos a la pelvis de su prometida, dándole lamidas de vez en cuando y alternando entre ambos muslos. Rosalina levantó la vista y cerró los ojos mientras se apoyaba en la pared, dejando escapar un profundo suspiro. Mario empezó a chupar sus muslos, moviendo sus manos hacia su acolchado y voluminoso trasero, apretando sus nalgas con cuidado, lo que se ganó una juguetona risilla de parte de su prometida, quien también se mordió el labio. El pequeño héroe le dio un chupón a su muslo derecho, haciéndola gemir suavemente, tras lo que separó sus dos nalgas con sus manos y levantó su rostro, dándole una sorpresiva pero lenta y prolongada lamida a sus húmedos labios inferiores. Esta sorpresa causó que Rosalina abriera los ojos de golpe y dejara escapar un gemido más prolongado que el resto, apretando los puños contra la pared.
Rosalina : Ooohhhhh, mi amor, esa lenguaaaaa ...
Mario le dio una juguetona nalgada con sus dos manos, haciendo que se sobresaltara y soltara un suave chillido, tras lo que comenzó a lamer su vagina. Ella se apoyó por completo sobre Mario, "sentándose" sobre su rostro mientras él movía su lengua por toda la orilla de sus labios inferiores mientras le daba ligeros besos, mezclando su saliva con sus fluidos. Ella comenzó a gemir suavemente, dejando de apoyarse en la pared para sostener la cabeza de Mario con sus dos manos, levantando la cabeza y cerrando los ojos, su espalda ligeramente encorvada. Mario continuó masajeando su retaguardia y sus muslos, apretándolas ligeramente con sus manos y dejando que sus dedos se hundieran en la piel de su prometida, sacudiendo sus carnes con las palmas de sus manos y separando sus nalgas de vez en cuando, para seguir estimulando esa parte de su cuerpo. Pronto, la habitación comenzó a inundarse con los gemidos de Rosalina y los sonidos de succión y de lengüetazos húmedos de parte de Mario, quien movía su boca rápidamente sobre la vagina de Rosalina, cubriendo cada centímetro de esta con su lengua.
Rosalina : Oh, sí ... jijiji ... mmmm, no pares ... ahhhh, se siente tan ricooo ... no pares, no pareeeees.
Pronto, Mario se puso más "agresivo" con la vagina de su prometida y comenzó a meter su lengua en esta, lo que hizo a Rosalina gemir más fuerte y apretar el agarre de sus manos, mientras que él también la sostuvo con más firmeza de sus muslos. Su lengua se movía rápidamente de adentro hacia afuera mientras movía sus labios con agilidad, a veces mordiendo suavemente su vagina con sus labios mientras su lengua daba vueltas dentro de esta, rozando cada doblez de su interior hasta que él se separaba y sacaba su lengua, estirando sus labios inferiores antes de soltarlos con sus labios. La vagina de Rosalina se había humedecido aún más y ya estaba goteando un poco, sus fluidos humedeciendo aún más los labios de Mario.
Rosalina (más excitada) : Ahhhh, ahhhh, mmmmmnnnhhhh .... sí, sí, sí, siiiiiii ... ah, tu lengua es tan cálidaaaa ... mmmm, me encanta cuando me saboreas, cariño ... ahhhhh, puedo sentir ... lo mucho que me ¡deseaaaaas!
Rosalina comenzó a mecer sus caderas de adelante hacia atrás, moviendo su vagina sobre los labios de Mario. Le encantaba sentirlo explorando sus interiores con tanta pasión, sentir su lengua rozando sus interiores, probando cada doblez ... y a él le gustaba sentirla de esa forma también. Ahora Rosalina ya no podía tener la boca cerrada, y la mantenía constantemente abierta aún cuando no estaba gimiendo. Mario empezó a mover su lengua aún más rápido dentro de ella, de adentro a afuera y en círculos en su interior, estirando sus paredes y aumentando la sensación de penetración que ella estaba sintiendo. Con la espalda ligeramente encorvada hacia atrás, los ojos cerrados y la boca siempre abierta, Rosalina comenzó a gemir más seguido, y los fluidos que salían de su vagina comenzaron a deslizarse por el mentón y las mejillas de Mario mientras ella movía sus caderas cada vez más rápido.
Entonces, Mario decidió dar el último paso. Le dio una juguetona nalgada con sus dos manos y sacó su lengua del interior de su vagina, dejando finas tiras de sus fluidos que iban de su lengua al interior de su vagina. Ella se sorprendió de ya no sentirlo aún a pesar de mover sus caderas, por lo que abrió un poco los ojos e iba a voltear a verlo para preguntarle que estaba pasando cuando se estremeció, abrió los ojos como platos y soltó un grito de placer. Mario había comenzado a lamer rápidamente su clítoris, su punto más sensible. Ella comenzó a sacudirse ligeramente ante esta nueva ola de placer, y Mario la sostuvo con firmeza con una mano en su trasero y la otra en uno de sus muslos. Se podían escuchar los húmedos sonidos de lo rápido que Mario la estaba lamiendo, moviendo su lengua de arriba a abajo, de lado a lado y en círculos, dándole besos de vez en cuando. Rosalina lo soltó para no lastimarlo y apoyó sus dos manos contra la pared, apoyando también su frente mientras gemía más fuerte que nunca. Sus piernas comenzaron a sacudirse más rápido y su vagina estaba casi babeando sobre el mentón de Mario mientras él la seguía estimulando, metiendo y sacando su lengua de su boca rápidamente para también rozar su clítoris de esa forma.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, por las estrellaaaaaaas ... n~no ... no pu ... puede ser cieeeeertooooooooo ... ooohhhhhh, sí, sí, sí, sí ... no pares ... no pares ... no te atrevas a paraaaaaaar!
Rosalina estaba comenzando a perder esa parte de ella que la hacía ser calmada y tímida y había empezado a gritar de placer. Con su mano derecha apretó su pecho derecho y comenzó a acariciar su propio cuerpo, moviéndola de arriba a abajo sobre su costado derecho, apretando su pecho al sostenerlo mientras jugaba con su pezón usando sus dedos. Pero pronto, el placer se hizo demasiado grande y soltó un auténtico aullido de placer, cruzando los ojos y sacando la lengua, mientras veía hacia el techo y encorvaba su espalda, pues Mario había metido uno de sus dedos dentro de su vagina y comenzó a moverlo de adentro hacia afuera y en círculos dentro de ella mientras seguía estimulando su clítoris con su lengua. Esto causó que Rosalina se estremeciera aún más, apretando sus puños con fuerza al igual que sus dientes en un intento por calmarse, un poco de saliva saliendo de sus labios. Incluso se estiró rápidamente y tomó una almohada de la cama de Mario, presionándola contra la pared mientras hundía su rostro en esta, callando grito tras grito de placer mientras la apretaba con fuerza con sus manos. Mario aún podía oír sus gritos ahogados, e incluso juraría que la escuchó proferir algunos insultos contra la almohada, así de "loca" la estaba volviendo el inmenso placer que sentía.
Él continuó su trabajo y pronto metió otro más de sus dedos. Ahora comenzó a moverlos rápidamente de arriba a abajo y de lado a lado rápidamente, los fluidos de Rosalina deslizándose por sus manos. Entonces sintió como las piernas de la rubia se tensaban para luego sacudirse con más violencia que antes, temblando como si estuviera sufriendo de algún espasmo. Rosalina entonces sacó su rostro de la almohada, la cual se había quedado manchada con su saliva, y con los ojos totalmente abiertos y la mirada perdida comenzó a gritar.
Rosalina : ¡AHHHHH, me voy a correr, me voy a correr ... no aguanto ... me corro, me CORROOOOOOAHHHHHHH!
Con ese último grito Rosalina tuvo un orgasmo y se corrió, gritando de placer mientras sacaba la lengua y esbozaba una boba sonrisa de satisfacción y placer. Sus piernas se sacudieron mientras su vagina pulsaba, haciendo que Mario sacara sus dedos rápidamente, casi siendo expulsados por el interior de Rosalina, segundos antes de que su vagina empezara a chorrear sus fluidos. Ella continuó jadeando y gimiendo con fuerza mientras Mario la sostenía para que no se cayera al suelo, su vagina expulsando sus fluidos con fuerza sobre él debido al intenso orgasmo que ella había tenido, el más fuerte hasta ese momento. Una lástima que Mario no pudiera ver su expresión de placer.
Ya cuando ella empezó a calmarse, Mario la volvió a sostener y empezó a lamer su clítoris de nuevo, metiendo uno de sus dedos dentro de ella para moverlo rápidamente. Debido a lo sensible que estaba su cuerpo, Rosalina se volvió a estremecer y continuó gimiendo con fuerza, casi a gritos, y su vagina continuó expulsando sus fluidos, los cuales Mario comenzó a lamer cada vez que sacaba su dedo para dejarlos salir. Rosalina seguía con los ojos abiertos y como mirando hacia su frente con la lengua de fuera, babeando ligeramente.
Rosalina (balbuceando entre gemidos) : Nn ... no ma ... maaaas ... po~por fa ... favoooor ... es ... es de ... demasiado.
Mario hizo caso a su prometida y le dio una última lamida a toda su vagina, lenta y prolongada, y le dio una última nalgada con sus dos manos. Luego de eso se lamió los labios.
Mario : Delicioso ... mis felicitaciones para la cocinera.
Rosalina sonrió de oreja a oreja y soltó una boba risilla mezclada con un gemido. Su cuerpo seguía temblando ligeramente, pero ella se sentía más que satisfecha y muy, muy feliz. La almohada que estaba sosteniendo cayó hacia la cama luego de que su cuerpo se relajara y la soltara. Mario la ayudó a levantar su pierna derecha y dejarla del lado izquierdo de Mario, tras lo que Rosalina comenzó a deslizarse poco a poco hasta quedar tendida sobre la cama de Mario. Su vagina seguía goteando y pulsando luego de su orgasmo, y ella continuaba sonriendo mientras jadeaba, pero ahora tenía los ojos entrecerrados y miraba fijamente a Mario. Él le devolvió la sonrisa y comenzó a acariciarle su mejilla izquierda de forma amorosa, causando que ella se sonrojara aún más y soltara un suave gemido acompañado de otra risilla.
Mario : Eres tan linda y tierna cuando estás muy excitada. Me gusta verte sonreír y saber que te complací y te hice sentir bien.
Rosalina soltó otra risilla y usó su magia para limpiar el rostro de Mario, tras lo que se acercó a él y le dio un beso en la mejilla, susurrándole un suave "gracias" con su voz aún temblorosa.
Mario : No tienes que mencionarlo ... prometida.
Rosalina volvió a reír, pues aún no se recuperaba del todo del placer que había experimentado.
Rosalina : Prometo ... pagártelo todo en nuestra luna de miel. Pero de momento ... no voy a dejarte ... con las ganas.
La rubia se movió con algo de dificultad hasta colocarse delante del erecto pene de Mario, el cual estaba pulsando ligeramente y tenía un poco de líquido preseminal goteando de la punta, pues los gemidos y reacciones de Rosalina habían mantenido a Mario excitado todo el tiempo. Ella se colocó sobre sus cuatro extremidades y se inclinó sobre el miembro de su prometido, dejando su trasero levantado y a la vista para él. Entonces le dio una suave lamida desde la basa hasta la punta, dándole una vuelta con su lengua para limpiar el líquido que estaba goteando. Mario se estremeció y apretó sus sábanas, tras lo que Rosalina le dio un gentil beso a la punta de su pene. Acto seguido le sonrió y comenzó a masturbarlo con su mano izquierda, usando su derecha para masajear gentilmente su escroto.
Rosalina : No pararé hasta que te corras, puedo sentir lo mucho que lo deseas.
Ella abrió la boca y sacó la lengua, colocando su rostro justo sobre la punta de su pene y comenzó a gemir suavemente mientras lo miraba de forma sensual. Mario no pudo aguantar mucho tiempo verla así y sentir como lo estimulaba luego de acumular toda esa excitación, y en menos de un minuto apretó los dientes y las sábanas de su cama con fuerza mientras eyaculaba sobre el rostro de Rosalina. Ella empezó a mover su mano más despacio pero continuó masturbándolo mientras se corría, su semen cayendo sobre sus labios, su lengua, su nariz y sus mejillas. Mario comenzó a respirar agitadamente mientras se relajaba, aún gimiendo después de haber eyaculado, y una vez que Rosalina se aseguró de que había terminado metió su lengua en su boca y se tragó lo que había caído allí mientras él la veía.
Rosalina : Rico ...
Ella, con su rostro manchado de semen, se acercó a su miembro y besó la punta, lamiéndola suavemente para limpiar lo que hubiera quedado, haciendo que Mario se estremeciera. Entonces ella se puso de rodillas y limpió su rostro con el dedo índice de su mano derecha, llevándolo luego a su boca para chuparlo hasta que limpió su rostro por completo. Luego se dejó caer en la cama, justo al lado de Mario, y se acurrucó junto a él, metiendo su miembro en el pants de su pijama nuevamente mientras se relajaba.
Mario : Wow ... eso fue ... asombroso. No tienes idea ... de lo increíblemente sensual que te ves así ... no pude resistirme.
Rosalina (sonríe) : Lo sé.
Mario : Y ... ¿planeas regresar a tu casa?
Rosalina : Tal vez mañana en la mañana. Le dije a Luigi que podía quedarse en casa de Daisy, y bueno, en el día del amor y conociendo a esos dos, creo que se van a estar levantando hasta mediodía de mañana.
Mario (ríe) : Sí, Luigi tendrá suerte si logra dormir algo esta noche.
Rosalina : Bueno ... a mí no me molestaría no dormir en toda la noche, pero creo que necesitas descansar para mejorarte.
Mario : Tu tranquila, (en un tono seductor) que para nuestra luna de miel me encargaré de no dejarte dormir toda la noche.
Rosalina soltó una suave risilla mientras sonreía, tras lo que abrazó a Mario, rodeando su cuello con sus brazos.
Rosalina : ¿Te importa si me cubro con tus sábanas? Hace algo de frío ahora que el calor de la excitación se me pasó.
Mario no le respondió a su prometida, sino que simplemente levantó sus sábanas para que ella también se metiera, por lo que Rosalina lo ayudó, cubriéndolos a ambos con estas.
Mario : No tienes que pedir ese tipo de cosas, solo hacerlas. Y ... bueno, lamento que no quepas en mi cama.
Los pies de Rosalina quedaban fuera de la cama de Mario, por lo que ella se acurrucó sobre él en posición fetal, flexionando sus rodillas para meter todo su cuerpo dentro de la cama.
Rosalina : Tranquilo, eso se arregla fácil.
Mario simplemente sonrió y se desabotonó la camisa, abriéndola para que Rosalina quedara recostada sobre su pecho desnudo, para así compartir mejor el calor.
Rosalina : Buenas noches ... prometido.
Mario (ríe) : Buenas noches, prometida.
Ambos cerraron los ojos y Rosalina usó su magia para apagar la luz de la habitación, tras lo que se quedaron dormidos.
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