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Capítulo 4: El Viaje (Segunda Parte)

...¿Q-Qué sucede?preguntó Mangle sobresaltada por el extraño sueño que había tenido, aunque ella lo sintió más como una pesadilla—.

Ya llegamos—anunció su esposo regalandole una sonrisa. Foxy se veía tranquilo pero su expresión cambió ligeramente al ver a su esposa despertarse de esa manera—...¿Estás bien?.

En realidad, Mangle estaba confundida. Aquel sueño fue tan raro que no sabía si debía estar asustada o no.

Algo era seguro, no quería que su esposo se preocupara tanto por eso, después de todo para ella sólo fue un simple sueño y nada más.

S-Sí, sí estoy bienrespondió ella tratando de sonar lo más segura posible buscando convencerlo de alguna forma—. Sólo estaba soñando y...creí escucharte, ¿acaso me estuviste llamando?.

Bueno, sí, te quedaste dormida unos minutos después de Jade—le explicó Foxy—. No quise despertarlas hasta que llegáramos.

–...¿Hace cuánto llegamos?

–Hace un minuto.

–Oh...ya veo—murmuró ella desviando ligeramente la mirada—.

De repente, Mangle sintió que algo frío y duro se ubicaba bajo su mentón haciendo girar su rostro. Era el garfio de su esposo, quien al parecer seguía teniendo dudas sobre su estado. Conociendo su pasado, el pelirrojo siempre se preocupaba al verla despertarse de un sueño de esa forma.

–¿Segura de que estás bien cariño?. Te veías algo incómoda mientras dormías.

–Foxy, estoy bien—insistió ella sonriendo mientras apartaba su garfio—. Sólo...soñé que estaba nadando. Eso es todo.

–...¿Nadando?

–Sí, sólo eso. Tranquilo cielo, estoy bien.

Foxy iba a decir algo más pero fue obligado a callarse por un beso que le robó su esposa. Para él era imposible resistirse a los besos de la albina, su belleza lo tenía hipnotizado desde el primer día en que la conoció.

En ese momento deseaba llevar aquel beso mucho más lejos y pasar sus labios por cada uno de los rincones del cuerpo de su amada así como ella deseaba lo mismo...Pero tendrían que esperar a la noche para eso ya que Jade empezó a despertarse de su siesta y si no se separaban pronto de aquel beso terminarían zarpando después de la hora planeada, lo cual no era la idea.

–¿Listos para salir?—les preguntó Freddy abriendo la puerta del carruaje. Se sorprendió al encontrar a la menor de los Fox dormida sobre las piernas de su madre, pensaba que estaría despierta y que saldría disparada como una bala de cañón apenas abriera la puerta—

Los gemelos miraron a sus padres en busca del permiso para salir pues ya no aguantaban estar tan cerca uno del otro.

–Adelántense si quieren—les dijo la capitana sonriendo—, nosotros iremos enseguida.

Ben y Bella sólo asintieron con la cabeza para luego salir del carruaje sin mirarse, pues todavía seguían molestos entre ellos.

Con los dos mayores ya en camino al Red String, a Mangle sólo le quedaba despertar a la menor de la familia.

–¿Jade?—susurró suavemente sobre una de sus orejitas—...Despierta marinera, ya llegamos.

Jade parpadeó un poco antes de despertarse completamente. Sus ojos se abrieron del asombro al ver a lo lejos el enorme barco de sus padres.

En ese instante, la pelirroja salió corriendo y gritando a tal velocidad del carruaje que hizo que a Freddy se le volara el sombrero.

–Cielos—dijo el castaño luego de volver a colocar la prenda sobre su cabeza—...veo que alguien se despertó con energía de su siesta.

–Nada fuera de lo normal Freddy—bromeó Foxy saliendo del carruaje junto con Mangle—.

–¿Dejarás aquí sólos a los caballos Freddy?—preguntó la albina preocupada por los animales—.

–No se preocupe capitana, ya tengo todo arreglado—les aseguró el primer oficial sonriendo con confianza—.

–¿Estás seguro?—preguntó Foxy mirándolo serio—. No podemos revelar esta ubicación a cualquiera, Freddy. Si alguien vendrá por ellos debe ser alguien de confianza y que nosotros conozcamos bien.

–Lo sé, no se preocupen. Le dije a Jim que se los llevara y cuidara de ellos una vez que nos vayamos.

Jim, un joven mitad oso de cabello castaño y ojos turquesa, era el hijo adoptivo de Freddy y Bonnie, había llegado a las vidas de ambos el mismo año en que los capitanes decidieron irse a vivir a las afueras de Nueva Orleans. En aquel entonces, ellos habían conseguido trabajos propios y un lugar cómodo  para vivir en la ciudad. Jim tenía sólo diez años cuando se les apareció por primera vez en la puerta de su casa. Al abrirla, Freddy y Bonnie descubrieron al menor muy herido y tirado en el suelo. Lo llevaron adentro de su casa para atenderlo y cuando despertó notaron que se encontraba perdido y asustado. Jim afirmaba no recordar nada de lo que le sucedió antes de llegar a su casa. No tenía recuerdos de quienes eran sus padres o de donde había venido, sólo recordaba su nombre y su edad.

Al no tener alguien que cuidara de él, Freddy y Bonnie decidieron adoptarlo. Desde ese día, el joven vivía felizmente con ellos y de vez en cuando los ayudaba a ambos en sus trabajos. Sus padres adoptivos también lo presentaron ante los capitanes a esa edad para que lo conocieran y supieran que estaba con ellos.

Foxy y Mangle nunca lo vieron como un problema, de hecho les parecía un buen chico. Además, ambos estaban felices por Freddy y Bonnie pues, al igual que ellos, siempre habían querido tener la oportunidad de formar su propia familia.

–¿Y dónde está él ahora?—preguntó Mangle, aliviada de que su primer oficial no hubiera cometido el error de revelar la ubicación de su puerto a algún desconocido—

–Está en el barco,—respondió Freddy señalando al Red String por encima de su hombro con su pulgar—quiso venir a ayudarnos a preparar todo. Lo dejé aquí antes de ir por ustedes. Bien, ¿les parece si vamos?.

La pareja de zorros asintió y los tres se dirigieron tranquilamente hacia el hermoso navío de velas negras. Mientras seguían conversando, Freddy les informó que había una sorpresa esperando por ellos en el barco pero no podía decirles qué era hasta que llegaran.

Llenos de intriga y curiosidad, los capitanes se apresuraron a subir por la rampa hasta la cubierta...

Y vaya sorpresa se encontraron.

–¡Mamá, mira quienes están aquí!—gritó Jade señalando emocionada a los dos adultos que se encontraban detrás de ella—

Una bella expresión de felicidad iluminó el rostro de la capitana cuando vio sobre la cubierta a su mejor amiga esperandola sonriente y lista para abrazarla.

–¡Toy Chica!

–¡Mangle!

Las dos mujeres se saludaron afectuosamente después de pasar un año sin verse. Toy Chica y el capitán Shadow se habían casado un año después de que todos llegarán a América. Desde entonces vivían junto a Sophie en la bella Ciudad de Nueva York y venían a visitar a la familia de los capitanes siempre que podían.

–¡Creí que no podrían venir!—dijo la albina al separarse de ella sin borrar su sonrisa de felicidad—

–Oh sólo estaba bromeando—confesó la rubia riéndose un poco a la vez que la tomaba de las manos—, teníamos que ganar tiempo para llegar aquí sin que se enteraran. Querida amiga te extrañé tanto...

–También yo...—dijo Mangle—

–Es un gusto volver a verlos, capitana—saludó Shadow haciendo una leve reverencia ante ellos en señal de respeto—. Queríamos venir a desearles un buen viaje y...también a hablar sobre el asunto importante del que discutimos la última vez...

El pelinegro señaló con la mirada al hijo adoptivo de los capitanes y a su hermana menor quienes estaban conversando tranquilamente en el castillo de proa. En ese momento, Foxy y Mangle entendieron a qué se refería.

–...Muy bien, vayamos a un lugar más tranquilo—los invitó la capitana a lo que ellos aceptaron—

Luego de saludar brevemente al resto de la tripulación, los capitanes se reunieron con Toy Chica y Shadow en su camarote. Así, mientras ellos conversaban, Freddy y Bonnie se encargaban de vigilar que la pequeña hija de los dos no se metiera en problemas...

–Tío Freddy...¿por qué me estás atando al mástil?

–Oh es sólo para mantenerte a salvo, princesita—respondió el castaño mientras ajustaba un poco el nudo de la soga que había puesto en su cintura—. Tus padres me ordenaron que por ningún motivo deje que te alejes de nuestra vista.

–Pero no te preocupes, pequeña—dijo Bonnie acariciando su cabeza con cariño y revolviendo algo de su pelo en el proceso—. Nosotros nos quedaremos aquí contigo y te haremos compañía.

A Jade no le pareció muy divertida la idea de quedarse quieta de nuevo y estaba a punto de protestar en contra de ésta. Sin embargo, recordó que durante el desayuno les había prometido a sus padres hacer todo lo que ellos ordenaran una vez llegaran al barco...Y eso incluía obedecer a Freddy juanto al resto de la tripulación.

Sin tener otra opción, se resignó a quedarse allí sentada y con las rodillas cruzadas mientras escuchaba el relajante sonido del agua bajo sus botas.

...

Una vez que entraron al camarote de los capitanes, Shadow decidió ir directo al punto.

–¿Ha tomado Ben su decisión?

–Hemos hablado con él hace un par de meses respecto a eso—respondió Foxy—. Está al tanto y sabe que es importante... pero aún no ha podido decidir nada.

Shadow se molestó un poco ante su respuesta. Él sabía que no era nadie para prohibirle al joven mantener una relación con su hermana, más siendo un chico tan amable y respetuoso. Pero conocía muy bien la vida de los capitanes y le preocupaba mucho que Ben eligiera ir por ese camino tan peligroso ya que no sólo se arriesgaría a él sino también a Shady...y a sus hijos (si decidían tenerlos).

–Hmph...Debo recordarle a usted y a su esposa, capitán...que no me permitiré ver a mi hermana sumergida en la tristeza si un día su hijo no regresa de alguno de sus viajes, sea por la razón que sea, y si es que elige el camino de la piratería. Espero que entiendan que esa no es la vida que deseo para ella.

Toy Chica pudo percibir la tensión en su voz y trató de calmarlo al abrazarse a uno de sus brazos.

–Shadow, querido, creo que ellos lo entienden...

–En efecto—habló esta vez Mangle mirándolo de forma seria y con los brazos cruzados—. Pero no podemos obligar a Ben a que tome una decisión ahora, mucho menos cuando ni siquiera le ha confesado sus sentimientos...Además, ellos aún son jóvenes, tienen tiempo de sobra para decidir.

–El tiempo desgraciadamente vuela muy rápido, capitana, y creo que los cuatro sabemos que no falta mucho para que Ben sea un adulto...Lamento tener que insistirles sobre esto, pero necesito una respuesta de su hijo antes de que decida tener cualquier compromiso con mi hermana.

La voz del ex capitán francés era firme pero decidida en su postura. Foxy y Mangle no se molestaron tanto por su insistencia pero si por el hecho de que Shadow estaba poniendo sus deseos por encima de los de su hijo y los de su hermana menor. Ciertamente ni ellos sabían lo que decidirán al final ambos jóvenes pero estaban dispuestos a aceptar lo que sea siempre y cuando ambos fueran felices.

–Ben y su hermana han sido entrenados para vivir tanto en mar como en tierra—les aseguró el pelirrojo—. Él es un gran artista y es posible que también elija ir por ese camino. Pero no lo sabremos hasta que tome una decisión por su cuenta.

–Conocemos a nuestro hijo, Shadow, el forzarlo a decidirse sólo lo pondría más nervioso. Al igual que ustedes, nosotros también esperamos que tome la decisión correcta junto con Sophie y que así ambos puedan vivir con tranquilidad. Espero que entiendan que ya no insistiremos hasta saber si entre ellos habrá o no algún compromiso.

Shadow estaba a punto de decir algo en objeción a las palabras de la capitana, pero se contuvo enseguida gracias a la dulce mirada de su esposa, no quería iniciar una discusión con ellos y más en frente de ella. La línea de respeto entre él y los capitanes era larga pero algo frágil debido a su pasado como guardia y a pesar de que había aceptado abiertamente formar parte de su círculo íntimo al enamorarse de Toy Chica no quería que ella se molestara con él por discutir con su mejor amiga y capitana.

–...Muy bien—suspiró—. Quedamos así entonces, esperaremos. Pero sigo firme en lo que dije antes, si Ben decide seguir el mismo camino que ustedes...lo lamento, pero no podré aceptar una unión entre él y mi hermana.

Y con esas últimas palabras, Shadow se retiró sólo del camarote. Toy Chica se quedó mirando la puerta unos segundos, estaba decepcionada y algo molesta por la reacción de su esposo pero no quiso que los capitanes se dieran cuenta así que sólo suspiró profundamente, tratando de calmarse pues se había sentido muy nerviosa durante toda la conversación. 

–Realmente lo lamento, espero que esto no haya sido muy incómodo para ustedes...

–Está bien, no te preocupes Toy Chica—dijo su amiga acercándose a ella para luego tomarla de las manos y sonreírle con confianza—.

–Sí, hemos pasado por situaciones más incómodas que estas—bromeó el pelirrojo. Las dos mujeres se rieron, dejando de lado la poca tensión que quedaba en el ambiente—.

–Hablaré con Shadow sobre ésto, pero se que al final todo saldrá bien. Esperemos que podamos celebrar su boda juntos muy pronto.

Foxy y Mangle asintieron y se quedaron hablando con ella durante un rato pues querían saber cómo habían estado las cosas para ellos en Nueva York.

...

–¿No estás nervioso por el viaje, Ben? —le preguntó a su amigo la joven mitad oso de quince años—

–¿Nervioso? ¿Yo?. ¡Pff, claro que no!—le aseguró el gemelo menor algo nervioso mientras hacía un ademán con su mano como restándole importancia al asunto—. ¡Yo y Bella hemos entrenado mucho y ya no le tenemos miedo a nada!

–Lo sé, Ben—afirmó Shady riéndose—tu y tu hermana son muy valientes.

El joven se sonrojó al instante al escucharla decir aquella frase, ignorando por completo la mención de su hermana mayor en la misma.

–¿D-De verdad lo crees?—le preguntó rascándose la cabeza avergonzado—

–Sí,—respondió Shady sonriendo con dulzura hacia él—lo digo enserio. Pero debo decir que voy a extrañarlos mucho...en especial a ti.

La joven lo sorprendió al abrazarlo repentinamente haciéndolo sonrojarse aún más.

–Ben, prometeme que se cuidaran mucho...por favor...

Al sentir la angustia y el miedo en su voz, Ben empezó a sentirse muy nervioso. Hasta ese momento estaba seguro de que nada malo sucedería en el viaje pero la inseguridad volvió a adueñarse de su corazón.

Muchas preguntas pasaban por su mente, ¿Y si algo malo pasaba? ¿Y si los atacaban soldados u otros piratas en medio de la noche o durante el día? ¿Y si los atrapaba una de esas feroces tormentas?...¿Qué pasaría si no regresaban?...

El gemelo sacudió su cabeza, alejando esos pensamientos. En ese momento solo quería tranquilizar a su amiga y la mujer que amaba pues se sintió muy mal al verla tan preocupada por él y su familia.

–Estaremos bien Sophie,...te lo prometo—dijo él correspondiendo a su abrazo aunque en el fondo deseaba no haberlo hecho pues en el momento en que sus brazos rodearon la cintura de la pelinegra no quiso dejarla ir—.

Al final los dos terminaron separándose ya que escucharon el grito de Shadow a lo lejos anunciando que debían marcharse.

–Les deseo mucha suerte, Ben...—dijo Sophie despidiéndose de él por última vez—. Hasta pronto.

Au revoir, petit ours...

El gemelo se despidió de ella depositando un corto beso en su mano, provocando un leve sonrojo en sus mejillas. Shadow vio como su hermana se alejaba de él para reunirse con él y su esposa. Realmente estaba preocupado por el futuro de ambos jóvenes, lo único que deseaba era que aquel viaje saliera bien y que todos, pero en especial los gemelos, regresaran a salvo.

Bella también había visto la despedida entre Sophie y su hermano desde la cesta de vigía. Le costaba aceptarlo pero en el fondo se sentía algo celosa. Desde que Ben descubrió que estaba enamorado de la hermana de Shadow su relación comenzó a decaer. ¿Cómo podía él, siendo su hermano menor, tener la suerte de enamorarse de alguien antes que ella? ¿Y por qué Sophie?...

–"Que tonto es..."—pensó con molestia—

–¿Bella?

La gemela mayor se dio la vuelta asustada por de aquella voz. El instinto la llevó a apuntar con su espada al joven detrás de ella quien se vio obligado a retroceder.

–¿Jim?...¡Diablos, me asustaste!—gruñó al tiempo que bajaba la hoja de su espada, dejando el arma tras la tela que llevaba atada a su cintura—

–Perdóname, no era mi intención—se disculpó él quitándose con algo de nervios el pequeño gorro que llevaba en su cabeza—. Sólo quería despedirme de ti, pero no sabía dónde estabas...

–Oh...entiendo.

–Les deseo un buen viaje, Bella—le dijo Jim sonriendo amablemente—. Espero que todo salga bien.

–Gracias...Jim. También espero lo mismo...

–Y...tu...¿no estás nerviosa?—preguntó el joven acercándose un poco a ella—

–...No, sé que estaremos bien—respondió Bella con seguridad—. Mamá y papá han estado planeando esto por mucho tiempo, dudo que algo salga mal.

–Oh...Bien, en tal caso-

La gemela de ojos morados se sorprendió al ver que el castaño tomaba su mano derecha y depositaba un pequeño beso sobre ésta.

Au revoir, modemoiselle—se despidió él adoptando un tono de voz galante. Bella rodó los ojos fastidiada. Desde que eran pequeños, había aceptado enseñarle francés a Jim cuando viniera a visitarla. Lo malo era que, al poner en práctica sus lecciones, a su estudiante muchas veces le gustaba hacérse el tonto—

–Se pronuncia "mademoiselle"—lo corrigió ella—, ours idiot.

–¿Y eso último que significa?—preguntó Jim con curiosidad—

–Significa "oso tonto"—respondió la gemela de forma fría alejándose de él—.

–Oh jeje...que bueno saberlo.

Bella decidió bajar a la cubierta para ver si sus padres tenían alguna orden nueva para ella y su hermano (y también para alejarse de Jim, pues el intento de despedida romántica de su amigo la había puesto muy incómoda).

Jim bajó por la escalerilla de cuerda reprochándose lo torpe que había sido al actuar de esa forma frente a la hija de los capitanes.

–"Al menos pude desearle suerte..."—pensó tratando de ser positivo en el momento en que sus pies pisaron la cubierta—

–¡Hola Jim!

–¡Ahh!—gritó asustado al escuchar esa voz aguda detrás de él. Al darse vuelta y al bajar la mirada, descubrió que a la hija menor de los capitanes, quien se había parado a saludarlo—...Oh, hola Jade...¿Por qué tienes una soga en la cintura?

–El tío Freddy me la puso para que no me escape...—contestó la pelirroja mientras inflaba los cachetes molesta—

Y para que no te hagas daño—agregó el mayor al ponerse a su altura para poder desatar el nudo que la unía al mástil—. Pero como ya vamos a zarpar te la quitaré ahora para que puedas ir con tus padres Jade.

–¡Siii, gracias tío Freddy!

–De nada pequeña, sólo ten cuidado al andar por el barco, ¿si?.

–¡Sí lo tendré!

Una vez que el primer oficial la soltó, la menor salió corriendo hacia sus padres, quienes habían salido de su camarote para ocupar sus puestos tras el timón.

–Ay esa niña...

–¿Creés que haya sido una buena idea de los capitanes traerla aquí?—le preguntó Jim—

–Pues supongo que en algún momento la pequeña vendría con nosotros, hijo. Además los gemelos ya viajaban con la capitana a su edad, si vivir como pirata es su decisión es bueno que empiece a acostumbrarse a viajar así.

–Sí, supongo que tienes razón...Bueno,  debo irme—anunció a su padre para luego abrazarlo—.

–Cuidate mucho hijo—le dijo Freddy sonriendo mientras lo abrazaba—. Volveremos pronto...

–Y no te metas en problemas mientras no estamos, ¿está claro?.

–Sí papá Bonnie—bromeó Jim rodando los ojos—, lo prometo. Estaré bien...Los voy a extrañar.

Luego de darles un último abrazo a sus dos padres, el joven se retiró tranquilamente de allí, no sin antes saludar a los capitanes y desearles un buen viaje también a ellos.

Jade subió con sus padres al puesto de mando, estaba muy emocionada por iniciar el viaje.

–¿Te gustaría dar las órdenes Jade?—le preguntó su padre a lo que la pelirroja asintió mientras movía su cola con gran felicidad—

–¡Leven anclas, marineros!—exclamó Jade alzando su pequeña espada de madera hacia el cielo—

–¡A la orden, capitana!—gritó entusiasmada la tripulación de sus padres—

La pareja de capitanes sonrió con ternura al escuchar a su hija decir aquellas palabras, se sentían profundamente orgullosos de ella.

–¿Lo hice bien?—preguntó la menor susurrando en espera de la aprobación de sus padres—

–Lo hiciste increíble, princesa...—la elogió Foxy acariciando su cabeza—

Jade se alegró al saber que su padre estaba orgulloso de ella y esperaba lo mismo de su madre. La albina sonrió al ver la felicidad que irradiaban sus grandes ojos dorados, deseaba con todas sus fuerzas que aquella luz en su vida nunca se apagara...

–Lo hiciste muy bien Jade,—le dijo y acto seguido le colocó sobre la cabeza su amado sombrero pirata riéndose internamente al ver lo grande que le quedaba— igual que toda una capitana.

Mientras el Red String se alejaba cada vez más, las cuatro personas que quedaban sobre el muelle rezaban internamente por su bienestar y buena suerte durante el largo viaje...

Un viaje que, sin dudas, cambiaría sus vidas para siempre.

...

Tras pasar varios meses atravesando las frías aguas del Océano Atlántico, la familia de piratas y su tripulación finalmente estaba cerca de llegar muy pronto a su destino.

Los capitanes estaban felices y satisfechos de no haber tenido problemas graves durante el viaje, aparte de las fuertes tormentas. Se sentían aliviados de haber llegado a salvo junto a su familia a aguas más tranquilas y conocidas para ellos. Sin embargo, sabían bien que por más conocidas que fueran esas aguas no dejaban de ser peligrosas por lo cual ambos se mantenían firmes y alertas, con sus pistolas cargadas y sus espadas bien afiladas.

Mientras tanto, sus hijos y los miembros de la tripulación disfrutaban de la tranquilidad que había en esa bella mañana. Ben y Bella se habían olvidado del enojo que sentían hace tiempo (al menos, temporalmente) y ahora sólo se concentraban en trabajar juntos para ayudar al resto a mantener el barco a flote.

Por su parte, su hermanita menor seguía sin poder creer donde estaba a pesar del tiempo que llevaba allí. Sentada sobre uno de los barriles que se encontraban sobre la cubierta, Jade observaba lo hermoso que era el paisaje frente a ella: nunca había visto un cielo tan azul y amplio durante el día y tan lleno de estrellas en la noche, la relajaba mucho el sonido de las olas, los graznidos de las gaviotas que volaban entre las velas, el chasquido de los delfines que de vez en cuando aparecían nadando cerca del barco...Todo era incluso mejor de lo que había soñado por tanto tiempo.

Fue difícil para ella acostumbrarse al movimiento del barco los primeros días, aún recordaba las náuseas y los mareos así como la expresión preocupada en el rostro de su madre cada vez que su cara se ponía verde. Por suerte, aquellos problemas sólo duraron algunos días y en cuanto se recuperó empezó a ayudar más en las tareas del barco además de aprender a moverse por el mismo sin preocupar mucho a sus padres.

Todos estaban asombrados al ver lo bien que la pequeña se había adaptado tan bien a las reglas de vivir en el océano.

–..."¿Huh? ¿Qué es eso?"—se preguntó Jade de pronto en su mente con curiosidad al ver a lo lejos una extraña luz blanca que venía con rapidez hacia el barco. A medida que se acercaba, la pelirroja descubrió que se trataba de un pájaro de plumas blancas y con un pico de color gris oscuro—

–¡AHOY CAPITANA MANGLEEE!—exclamó el ave al volar alegremente entre las velas del barco haciendo sonreír a los marineros con su llegada. La albina se alegró enseguida al reconocer a su viejo compañero alado—

–¡Endo,—lo llamó ella devolviendo el saludo extendiendo un poco su brazo para que pudiera posarse sobre el mismo— no puedo creerlo! ¿¡De verdad eres tú?!

–¡Por supuesto que soy yo, capitana! —respondió su fiel amigo mientras volaba hacia ella hasta aterrizar sobre su brazo izquierdo—¿¡Creyó que no la reconocería?!

–Después de tanto tiempo, por un momento pensé que me habías olvidado...Perdóname Endo...—dijo Mangle sonriendo apenada a la vez que bajaba un poco sus orejas—

–¡Bah, no se preocupe capitana! ¡Estoy más que feliz de volver a verlos!—expresó él batiendo sus alas con alegría—...Y por cierto, ¿en donde están los gemelos? ¿Y la pequeña Jade?

–De hecho, están ahí—dijo la capitana señalando hacia el frente con la mirada a sus tres hijos, quienes habían subido al puesto de mando para saludar al inesperado visitante—

–¡Pero por Neptuno, cómo han crecido!—exclamó la cacatúa observando en primer lugar a los gemelos—¡Ya no son el par de monos cilindreros que eran cuando los conocí, me siento tan viejo!...¡Y tú pequeña zorrita—fijó esta vez su atención sobre Jade quien antes se hallaba algo escondida detrás de su hermano mayor y había tomado valor para salir a conocerlo—, veo que también te estiraste! ¡Cómo vuela el tiempo, la última vez que te vi eras una bebé!

–¿De verdad?—preguntó la menor abriendo sus ojos con curiosidad—

–Fue Endo quien nos avisó de tu nacimiento, Jade—le comentó su padre mientras manejaba el barco—. Gusto en verte de nuevo, pajarraco.

En otros tiempos, Endo se hubiera molestado con él por llamarlo de esa forma pero al escuchar su tono de voz y ver la sonrisa que formaron sus labios entendió que el esposo de la capitana sólo estaba usando aquella palabra como parte de un saludo amistoso por lo que no se enfadó y decidió devolverle el saludo con respeto.

–Igualmente, capitán. ¡He venido a darles la bienvenida a La Isla de las Marionetas!—anunció alzándose en el aire frente a todos—

Los capitanes y su familia sonrieron emocionados al ver no muy lejos de donde estaban la gran isla en donde pasarían juntos todo el verano. Finalmente todos podrían descansar después del largo viaje.

...

Los piratas del Red String dejaron anclado su barco cerca del muelle que había en la isla. Endo les contó que las marionetas lo habían construido en honor a ellos y por si algún día regresaban a visitarlos. Los capitanes no esperaban aquel gesto por parte de la tribu pero se sintieron agradecidos de tener un lugar seguro al cual volver.

Jade fue la primera en bajar a tierra una vez la rampa de madera fue desplegada sobre el muelle, después de todo estaba muy emocionada. En cuanto sus pequeñas botas pisaron la arena, la menor se quedó contemplando asombrada la selva.

–¡Jade, no entres allí sin nosotros!—ordenó su madre—

–¿Huh? ¡Sí mamá!

Desde el aire, Endo los condujo a todos tranquilamente hacia su hogar, vigilando que no hubiera problemas en su camino. Luego de caminar por un buen rato, la capitana y su esposo divisaron las dos estatuas gigantes que custodiaban la gran entrada a la aldea. Endo fue quien anunció su llegada a la tribu, todas las marionetas se emocionaron al reconocer a la familia y empezaron a darles la bienvenida entre gritos y música. Foxy y Mangle sonrieron tomados de las manos, sintiendo la paz que les brindaba ese bello lugar.

Mientras caminaba hacia el templo en donde residían Puppet y su familia y a excepción del resto de los mayores que la acompañaban, Jade se sorprendía por cada cosa que veía a su alrededor, las flores, los árboles, las peculiares marcas en los rostros de las marionetas. Sentía que estaba adentrándose a un mundo nuevo, como en los cientos de libros de aventuras que había leído en su casa.

Desde la entrada del Templo de los Hilos, Puppet, Mari y Nightmarionette esperaban ansiosos el reencuentro con la familia de piratas. El pelinegro estaba feliz de volver a ver a Mangle luego de tantos años, la había extrañado mucho desde que se fue.

Fue un largo camino cuesta arriba pero todos llegaron felices aunque también cansados. Al ser el Rey de la isla, Nightmarionette fue quien se acercó primero para recibirlos.

–¡Ah, queridos amigos, sean bienvenidos!

–¡Mangle, pequeña, me alegro tanto de verlos a todos otra vez!—la saludó Puppet mientras se acercaba a ella para después envolverla en un cálido abrazo de bienvenida, uno que la albina recibió con gusto—

–Bienvenidos, capitanes—los saludó Mari con la misma alegría de siempre—. Esperamos que hayan tenido un buen viaje.

–Fue un viaje agradable, mejor de lo que esperábamos—dijo Foxy sonriendo para luego dirigir una mirada de cariño a su esposa—.

–Nos alegra mucho escuchar eso—dijo Puppet para después posar su atención sobre los gemelos—. ¡Y mírense ustedes dos! ¡Han crecido mucho niños!

–Sí, pero Ben sigue siendo un tonto y un cobarde—bromeó Bella con los brazos cruzados mientras miraba de reojo a su hermano menor—.

–Y tú sigues siendo una metiche insoportable, hermanita—respondió su hermano en la misma pose sintiéndose algo molesto después de oír sus palabras—.

–Niños, no empiecen otra vez—les advirtió su madre—.

A Puppet y Mari les causó gracia su comportamiento, era lindo ver que el par de hermanos seguían siendo ellos mismos después de tantos años.

–¿Y dónde está la pequeña J-...Oh-

Puppet no pudo terminar de formular su pregunta pues supo la respuesta en cuanto vio a la menor mirarlo tímidamente detrás de la cola de su madre. La albina se dio cuenta de esto y decidió alentarla a que saliera a saludarlo.

–Jade, cariño, no tengas miedo—dijo suavemente mientras sonreía con amabilidad al tomar su mano—. ¿Recuerdas que te hablé de Puppet antes de venir?

La pelirroja asintió sin dejar de mirar a Puppet con cierta desconfianza. Mangle bajó un poco su cola para que ella pudiera observarlo bien. Jade se sorprendió al ver lo alto que era y en cuanto se arrodilló para estar más a su altura, ella volvió a retroceder apretando con algo de fuerza la mano de su madre.

–Tranquila princesa—le dijo su padre sonriendo hacia ella mientras intentaba ayudarla a sentirse menos asustada—, Puppet es un amigo. No te hará daño.

Sintiéndose más segura gracias a sus padres, la menor decidió acercarse de forma lenta hacia la marioneta. Empezó a observarlo mejor una vez que tuvo su rostro en frente de ella, el color de sus ojos y las marcas moradas bajo los mismos le llamaban mucho la atención.

–Hola pequeña...—la saludó el mayor suavemente observando asombrado lo parecida que era Jade a su madre cuando ella era pequeña—

–Hola...Tío Puppet.

Al resto de los presentes, incluyendo al mismo Puppet, les pareció muy tierno el sobrenombre que la menor había elegido para dirigirse a él.

–No puedo creer cuánto creciste Jade, ya eres toda una señorita...Oye, ¿qué es eso que tienes en la oreja?

Puppet acercó su mano hacia la oreja derecha de Jade y cuando la alejó los ojos de la pequeña se abrieron con asombro al ver lo que la marioneta sostenía entre sus dedos

–¿¡Una moneda de oro?! ¿¡Para mí?!—preguntó ella con ojos radiantes de felicidad al ver objeto dorado y brillante que Puppet le había entregado—

–Así es, es toda tuya—respondió el pelinegro sonriente a la vez que acariciaba su cabello—.

–¿Jade?—la llamó su madre haciéndola voltearse—¿Qué le decimos al tío Puppet por el regalo?

–¡Gracias tío Puppet!—dijo Jade al dirigirse nuevamente a la marioneta—

–Jeje de nada Jade...—respondió su tío conmovido por su ternura—

–¿Puedes hacer otro truco? ¿Siii?—preguntó ella con ojos grandes y suplicantes—

–Jovencita, no está bien aprovecharse de la magia de Puppet—advirtió su padre llamándole la atención—.

–Oh descuida Foxy, no me molesta darle otro regalo por su visita. Después de todo, es parte de mi trabajo hacer felices a los niños.

Puppet hizo un ademán con su mano sobre la cabeza de Jade y en ese instante la menor fue rodeada por un montón de hilos blancos y brillantes. Cuando éstos desaparecieron, todos quedaron asombrados al ver en lo que la pequeña pelirroja se había convertido.

Hasta ese momento Jade mantuvo sus ojos cerrados y cuando los abrió quedó muy sorprendida ante su nueva aparecia.

–¡Mamá, papá, mírenme soy un zorro!—gritó emocionada para luego empezar a corretear alrededor de ellos, haciendo uso de sus pequeñas patitas peludas—

–Sí cielo, ya lo veo—dijo su madre risueña mientras la miraba correr y saltar. Sin embargo, empezó a asustarse un poco pues no sabía cuánto tiempo iba a durar su transformación así que decidió consultarlo con la marioneta de forma discreta—...Puppet, ¿este hechizo dura mucho tiempo?

–Oh no—respondió él pelinegro sonriendo despreocupado—, sólo un minuto como máximo.

En ese momento, todos se sobresaltaron al escuchar un fuerte golpe contra una de las columnas del templo seguido de un agudo quejido de Jade.

–...¡Estoy bien!—les aseguró la menor apenada sacudiendo la cabeza después del golpe—

De pronto, Jade escuchó un sonido detrás de una de las puertas del templo, las cuales estaban abiertas. Allí fue cuando empezó a sentir un aroma extraño, muy parecido al de Puppet. Haciendo uso de su nueva nariz empezó a seguir el rastro hasta que se chocó con algo.

–...¿Huh?

Al alzar su cabeza un poco la zorrita vio a un niño de cabello oscuro vestido con un traje parecido al de Puppet con la diferencia de que este no era negro, sino morado. Reconoció también las marcas moradas en su cara así como el color de su piel y de sus ojos, gracias a estos rasgos adivinó que se trataba de una marioneta.

El niño la miraba con terror, como si ella fuera una especie de bestia aterradora.

–¿Jade? ¿Qué estás haciendo ahí? ¡Ven acá!—la llamó su madre—

Jade obedeció a la orden pero ella no fue la única que salió detrás de las puertas del templo...

Al menos, no por cuenta propia.

–¡AHHHHHHH! ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME!—gritaba el niño a quien la zorrita estaba arrastrando del tobillo de su pantalón hacia afuera. La menor gruñía y sonreía feliz pensando que había atrapado a un polizón sinvergüenza que los estaba escuchando, y según su familia ser polizón no era algo bueno. Su familia no tenía idea de quien era ese niño hasta que recordaron el hecho que Puppet y Mari tenían un hijo —Orión —, y que posiblemente se tratara de él—

–¡PAPÁ DILE A ESTA BOLA DE PELOS QUE ME SUELTE!

–¿¡A quién llamas "bola de pelos", polizonte?!—gruñó Jade sin detenerse en su tarea de jalarlo hacia afuera—

–¡JADE!

Aunque el grito de su madre sonó como un ladrido en sus orejas, la pequeña zorrita obedeció de todas formas pues reconocía ese tono de voz y sabía que estaba en graves problemas. Una vez soltó al príncipe, caminó rápidamente hacia ella con sus orejas agachadas y su pequeña colita escondida entre las patas traseras para luego sentarse en el suelo a su lado. Fue en ese momento en el que regresó a su forma normal.

Orión se quedó mirándola por unos segundos, nunca imaginó que ella era una humana.

–Orión, hijo, ¿estás bien?—preguntó su madre ayudándolo a levantarse. El menor afirmó que estaba bien y se sacudió el polvo del traje una vez que estuve de pie—

–¿Qué estabas haciendo ahí escondido hijo?—lo interrogó su padre—¿No te avisé que tendríamos visitas?

–Lo siento papá...—murmuró Orión bajando la cabeza—

Puppet no estaba enojado pero lo extrañaba el hecho de que Orión no se uniera a ellos para recibir a Mangle y su familia cuando les había hablado incontables veces de ellos, afirmándole que eran amigos de su familia y que no tenía razón por qué temerles.

Suspiró mientras acariciaba el cabello de su hijo suavemente, sonrió hacia él entendiendo que tal vez sólo estaba nervioso por conocerlos.

–...Está bien hijo, no importa. Ahora,  ya que estás aquí, ¿por qué no saludas a nuestros invitados?.

El príncipe miró al grupo de piratas de forma insegura pero no quería ser descortés y mucho menos hacer enojar a sus padres (lo cual cual jamás había pasado hasta ahora pero, de cualquier forma, prefería no arriesgarse) así que se inclinó ante ellos con respeto. Estaba a punto de salir corriendo de ahí hasta que Puppet y Mari le cortaron el paso.

–¿No te olvidas de algo Orión? —preguntó su padre alzando una ceja mientras miraba de reojo a Jade—

Orión sabía perfectamente a lo que se refería y el solo pensar que debía hacerlo lo incomodaba. Nervioso, el menor trató de inventar cualquier excusa para evitar tener que besarle la mano a Jade.

–¡P-Pero ella me mordió!—protestó entonces señalando a la pelirroja—

–Eso es verdad —dijo la capitana. Seguidamente, ella y su esposo miraron a su hija con gesto amenzador—...Jade, discúlpate con él. Ahora.

La menor se sintió presionada por las miradas de sus padres. Sin embargo, tuvo algo de tiempo para darse cuenta de que lo que había hecho estuvo mal y que debía disculparse.

–...Perdona Orión—dijo al príncipe mientras bajaba sus orejas—, no debí morderte así.

Orión no respondió nada ante su disculpa pues desconfiaba de ella y no estaba muy seguro de si debía perdonarla. Se cruzó de brazos y miró hacia el lado contrario con una expresión de molestia en sus ojos.

–¿Ves hijo?...Jade se disculpó, ya todo está arreglado. Ahora salúdala como un caballero.

El príncipe se asustó al sentir que su padre lo empujaba suavemente hacia la pelirroja. Cuando se detuvo frente a ella miró por encima del hombro a sus padres, preguntándoles con ojos suplicantes:

–...¿De verdad tengo que hacerlo?

La pareja de marionetas respondió de modo afirmativo mientras sonreían con los ojos cerrados. Orión no tuvo más opción que tomar la mano de Jade y llevarla lentamente hacia él. Jade, por otro lado, no entendía nada de lo que estaba pasando y no sabía que hacer más que permanecer quieta en su lugar.

–"¿Qué está haciendo?"—pensó ella alzando una ceja—

Su respuesta llegó un par de segundos después cuando el príncipe se inclinó hacia ella y le besó la mano dejando sorprendido a la mayoría de los presentes.

...

Podríamos decir que después de aquel saludo real, los dos niños regresaron al lado de sus padres en silencio para luego reunirse a jugar juntos mientras el resto de los adultos conversaban, dando un lento comienzo a una dulce y tierna amistad.

–¡JADE ROXANNE FOX, SUELTA A ORIÓN INMEDIATAMENTE!

Pero eso sería mentir...

–¡JADE, OBEDECE! ¡SUÉLTALO AHORA O QUEDARÁS CASTIGADA!

Luego de que Orión soltara la mano de Jade lo primero que hizo fue expresar su desagrado por aquel beso limpiándose la boca con su antebrazo, ganándose una buena mirada de puro enojo no solamente de Jade sino de su padre, Foxy, los gemelos y casi toda la tripulación.

Aquel acto de su parte desencadenó una intensa lucha entre él y la princesa pirata en la que ahora los padres de ambos intentaban interferir mientras el resto de los presentes sólo observaba la situación sin saber que hacer.

–Oye Bella...—habló Ben a su hermana entre susurros—¿Por quién apostamos?

–¡Ben, no digas eso!—lo reprendió ella en voz baja—...aunque Jade parece estar ganando.

–¡Niños, por favor dejen de pelear!—les suplicó Mari tratando de separar a su hijo de Jade mientras éste le tiraba de las orejas—

–¡Orión! ¡Jade! ¡Deténganse ahora mismo!—ordenó Puppet empezando tristemente a perder la paciencia—

–¡ÉL/ELLA EMPEZÓ!—gritaron los dos niños enojados apuntándose mutuamente para luego continuar su pelea—

Sin duda ese sería un largo verano para todos...

Continuará

AVISO IMPORTANTE: El lineart de este dibujo NO ES MÍO, una amiga de Insta tuvo la amabilidad de hacerlo para mí como un pequeño favorcito a cambio de un dibujo de uno de sus personajes así que todos los créditos de esta base son exclusivamente para ella uwu.

( JunoFoxx, thank you so so much for this beautiful base 💕💖 😭 I  love it! You did an amazing job!)

OTRA COSA: ESTÁ TERMINANTEMENTE PROHIBIDO EDITAR ESTE DIBUJO AL IGUALQUE PUBLICARLO DENTRO O FUERA DE WATTPAD SIN MI PERMISO.

Lamento mucho la demora, Wattpad empezó a andar mucho mejor así que tuve que aprovechar jeje ?). Les gustan los capítulos largos?

Paso a advertirles que, luego de este capítulo, las cosas se pondrán bastante tensas en la historia...Así que prepárense (recomiendo tener cerca una caja de pañuelos en caso de que tengan ganas de llorar, ya sea por tristeza o frustración :v )

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