Capítulo 2: Los príncipes piratas
Pasaron seis años en aquella casa de campo, seis años llenos de alegría y felicidad en los que la familia se había vuelto más unida que nunca.
Los gemelos habían madurado bastante, ya no eran tan traviesos como antes y sus cambios fueron tanto físicos como emocionales: Benny había pasado de ser el gemelo más tímido y asustadizo a ser sólo Ben, un joven guapo de diecisiete años más fuerte, valiente, inteligente, caballeroso, algo serio a veces, pero que seguía conservando la capacidad de sonreír. Además ser un experto en el manejo de la espada al igual que su hermana mayor, era todo un artista y sus habilidades con la pintura mejoraban con cada año que pasaba. Muchas de sus obras habían pasado a formar parte de la decoración de la casa.
Por otro lado, Bella era una jovencita de diecisiete años dulce y encantadora. Al igual que su hermano, descubrió con el tiempo que el arte también era una de sus pasiones, pero mientras que él se inclinaba hacia las artes plásticas ella tomó el camino del canto y la música. Tenía una voz maravillosa y un gran talento con el piano.
Pero su cambio más grande llegó a los once años. El asunto de la regla la había asustado un poco al principio, pero aquello solo duró un par de segundos gracias a la charla que ella y Mangle habían tenido anticipadamente. Su conversación con la capitana la había ayudado a prepararse.
La albina también se aseguró de hablar con su hermano (al menos, lo más que pudo) sobre aquel acontecimiento pues temía que, cuando el momento llegara, todo fuera muy confuso y extraño para él.
Mangle sabía que era su deber como madre adoptiva hablarles de ese tema en algún momento, en especial a Bella, ya que su madre no estaba ahí para hacerlo...Y los entendía muy bien, ya que ella también se sintió confundida y algo asustada la primera vez: su madre no estuvo allí para hablarle de ello...y su padre, por desgracia, no sabía mucho al respecto. Aún así, ese día él hizo un gran trabajo ayudándola a calmarse y a entender que aquello era algo muy normal y que abriría una nueva etapa en su vida como mujer.
Los primeros días después de aquel acontecimiento fueron también algo complicados para los gemelos debido a todos los cambios que llegaron: pasaron de dormir juntos en la misma habitación a empezar dormir en habitaciones separadas, ya no tenían permitido cambiarse ni bañarse juntos como lo hacían cuando eran pequeños. Les llevó un tiempo acostumbrarse a esa nueva vida de independecia y entender que debían respetar entre ambos su privacidad, pero a pesar de todo su relación como hermanos seguía intacta. Eso dejó a sus padres más tranquilos y orgullosos.
Su entrenamiento como piratas también los ayudó a mejorarse: su resistencia y velocidad habían aumentado y ahora sabían manejar sus espadas a la perfección, habían aprendido a disparar, escalar superficies altas, saltar a grandes distancias, el arte del sigilo e a incluso combatir cuerpo a cuerpo.
Pero si alguien no había cambiado en lo absoluto durante esos seis años era Jade, quien recientemente había cumplido sus ocho años de edad.
–¡AHHHHHH! ¿¡QUIÉN DEJÓ ENTRAR ESTAS RANAS?!—gritó un día la cocinera al encontrar a una familia de al menos diez ranas saltando por toda la cocina. Supo al instante que la culpable de ello fue la hija menor desus señores pues la descubrió apenas vio el desastre entrando por la puerta totalmente empapada y con una pequeña cubeta llena de ranas—.
La mayor parte del día, la pequeña se la pasaba haciendo travesuras y volviendo locos a los sirvientes.
Pero cuando no estaba haciendo bromas, se ponía a leer libros de aventuras y a imaginar su futuro como pirata. Su mayor sueño era volverse una gran capitana, tener su propia tripulación, viajar por el mundo, descubrir lugares nuevos, desenterrar tesoros y luchar contra las temibles sirenas y monstruos marinos que acechaban las aguas.
Foxy y Mangle habían tomado las precauciones necesarias con los sirvientes para que sus identidades no fueran descubiertas (y también para que no tuvieran que soportar las bromas de su hija todos los días): venían a trabajar sólo los dos primeros días de la semana y únicamente hasta el mediodía y el resto de la semana los miembros de la tripulación venían a visitarlos y pasar el tiempo con ellos y los niños. Ese arreglo les permitió vivir más tranquilos y también era un beneficio para los gemelos pues tenían tiempo de sobra para entrenar y más teniendo la orientación de los tripulantes. Mientras tanto, Jade solo podía observarlos mientras lo hacían...
Aunque, en el fondo, la pelirroja deseaba mucho poder entrenar con ellos.
...
Una noche, mientras la pareja de zorros dormía, las orejas de ambos se levantaron de repente al escuchar sonidos de risas, gritos y cosas que se caían al suelo fuera de su habitación.
Mangle comenzó a despertarse y pensó que había solo un motivo para aquellos ruidos.
–Cariño...—llamó la albina suavemente a su esposo recibiendo como respuesta un fuerte ronquido de su parte, lo cual la hizo molestarse un poco. Entonces, decidió susurrarle al oído lo que estaba pasando.—tu hija está despierta...
–En la madrugada es tú hija...—respondió el pelirrojo mientras seguía durmiendo—.
Mangle empezó a perder la paciencia pero se mantuvo tranquila y siguió intentando.
–Yo también estoy cansada Foxy, pero si no vamos los dos Jade va a seguir despierta toda la noche...
–Ve tú, tú la hiciste...
Y esa respuesta fue suficiente para que su esposa lo golpeara fuerte en la cabeza con la almohada, forzándolo a despertarse.
–Querrás decir la hicimos, ¿verdad?.
–¡Diablos mujer, eso me dolió!—se quejó Foxy masajeándose la zona donde había recibido el impacto—.
–¡Deja de quejarte y sígueme!—ordenó la capitana al levantarse de la cama—.
El pelirrojo no tuvo más opción que hacer lo que decía o de lo contrario la albina se molestaría aún más...
Y conociendo a Mangle, eso no sería una buena idea.
...
Mientras tanto, su hija estaba en su propio mundo de aventuras.
Y no estaba sola.
–¡VAS A CAER CAPITANA!—exclamó Ben con tono retador y amenazante parado junto a su hermana mayor sobre la cama de Jade a la vez que apuntaba a la menor con una espada de madera con la que él solía entrenar a sus nueve años—.
–¡Y NOS QUEDAREMOS CON TU BARCO!—dijo Bella siguiéndole el juego usando ella su propia espada de madera—.
La más pequeña de la familia se paró sin miedo alguno frente a ellos y alzó también su espada de madera (la cual era más pequeña que las de los gemelos) dispuesta a enfrentarse a sus hermanos, quienes estaban fingiendo ser los capitanes de un bando enemigo.
–¡JAMÁS!—los retó ella empuñando su arma, aunque en su imaginación siempre imaginaba que era la espada de su madre—.
Fue así que se libró un ruidoso combate entre los hermanos por toda la habitación.
Siempre que se ponía a jugar con ellos, la pelirroja dejaba volar a su imaginación. Para ella, el suelo de la habitación era la cubierta del barco de sus padres y su cama el puesto de mando donde se hallaba el timón. Podía escuchar el sonido del océano, ver los mástiles alzarse frente a ella, las velas totalmente desplegadas y hasta su propia bandera pirata ondeando en lo más alto del palo mayor. Ya hasta había pensado un diseño para la misma: la cabeza de un zorro en el centro atravesada por dos espadas cruzadas hacia arriba con dos rosas de color rojo cuyas espinas doradas se enredaban en la empuñadura de cada una.
Y no sólo se imaginaba el escenario del combate, en su mente varias veces se había proyectado una imagen de ella misma siendo mayor, vistiendo ropas como las que usaba su madre además del sombrero con plumas que decoraba su cabeza.
Sus hermanos sabían cuan entusiasta podía llegar a ser cuando se trataba de jugar a los piratas y, aunque ya estabsn algo mayores para juegos y llegaba a ser un poco molesta a veces, se divertían mucho con ella. El único problema eran los horarios que la menor elegía para jugar como en este caso una noche, de madrugada y con sus padres durmiendo en el piso superior.
En medio del "combate" la puerta de la habitación se abrió y la pareja de zorros se quedó sin palabras al ver la escena. Los gemelos notaron su presencia unos segundos después y congelaron en su lugar mirando con temor a sus padres.
Jade aprovechó esa distracción y los apuñaló en el estómago con su arma de madera haciéndolos gritar para luego caer al suelo abrazándose a ellos mismos.
–¡JA, GANEEE!—festejó la menor alzando los brazos victoriosa—¡AHORA LOS HARÉ CAMINAR POR LA PLANCHA!
Por supuesto, su felicidad y el hecho de que todavía seguía en su propio mundo le impidió darse cuenta de que sus padres estaban allí.
Al menos, hasta que la voz de la capitana la hizo volver a tierra.
–Creo que la que caminará por la plancha será otra, capitana.
La menor dejó caer su espada al voltear hacia la puerta, sus padres la observaban desde el umbral muy seriamente y con los brazos cruzados. Fue por eso que lentamente bajó los brazos para luego esconder a los mismos detrás de su espalda.
–Jeje...hola mami—saludó avergonzada y con algo de miedo a la albina manteniendo sus orejitas hacia abajo pues la mirada penetrante de su madre decía que, otra vez, estaba en problemas—.
Cuando los gemelos lograron incorporarse, la capitana por fin decidió hablarles a los tres.
–¿Se puede saber por qué todavía están despiertos?...
–Tratábamos de hacer que Jade se durmiera...—empezó a explicar Bella—.
–Pero aún no pudimos...—dijo su hermano finalizando la explicación—.
–¡Yo no tengo sueño!—protestó la menor—.
–Jade, sabes muy bien que deben dormirse temprano—le recordó su madre—.
–¡Pero-
–Jovencita, obedece a tu madre—la frenó su padre mirándola serio pero con cariño—. Todos tenemos que dormir, en especial tú.
–Ben, Bella, regresen a sus camas. Ahora.
Luego de despedirse de su traviesa hermanita menor, los gemelos se retiraron obedeciendo a la orden de su madre, sin protestar.
Jade se puso triste porque el juego se terminara y todavía no estaba lista para volver a la cama.
–Jade, a la cama—ordenó Foxy suavemente—.
–¡Pero yo-
Ambos zorros aplicaron sobre ella la típicas miradas de amenaza que siempre utilizaban cuando la menor hacía rabietas y se negaba a obedecer.
Y tal como lo pensaron, el truco funcionó.
–...Está bien—dijo Jade subiéndose derrotada a su cama—.
Sus padres sonrieron con algo de alivio ya que por lo general tardaban casi diez minutos en hacer que la pequeña volviera a su cama. Se acercaron para tratar de animarla y que no se fuera a dormir pensando que estaban enojados con ella.
–Cariño, no puedes seguir despierta a esta hora. Sabes que la regla de dormirse a las ocho es para todos.
–Tu madre tiene razón, Jade. Incluso los piratas como nosotros se duermen temprano.
–Lo se...—respondió la pequeña cabizbaja—.
Foxy y Mangle se miraron entre ellos preocupados, ninguno de los dos soportaba ver desanimada a su hija.
–Cielo, debes dormir bien si quieres ser aprender a ser una buena pirata. ¿Cómo vas a manejar tu barco y a tu tripulación si te levantas cansada?—preguntó la albina buscando que aquel ejemplo le sirviera para que la menor lograra entenderla—.
–...Lo siento mami, es que de verdad no tengo sueño.
–¿Intentaste contar peces?—preguntó su padre a lo que ella asintió—.
–No funcionó...¡Ya sé!
–¿Qué cielo?.
–¡Cántame mami!
La capitana se sonrojó pues la petición de su hija la tomó por sorpresa.
–¿No...estás algo grande ya para eso Jade?...
–Es que tu cantas muy bonito...—dijo la menor sonriendo con timidez—.
–Tiene razón.
Mangle sonrió al voltear su mirada hacia su esposo, sonrojándose aún más en el proceso.
–Muy bien—dijo ella volviendo a posar su atención sobre su hija—, hagamos un trato: Si yo te canto, nos vas a prometer a mí y a papi que te irás a dormir una vez que nos vayamos.
–¡Sí, lo prometo!—respondió Jade emocionada por oírla cantar—.
–Recuerda cielo que cuando una capitana promete algo a alguien, debe cumplir esa promesa, ¿lo entiendes?–
—agregó la capitana mirándola con cariño a los ojos—.
Jade se tomó unos segundos para pensar en las palabras de su madre, las promesas significaban mucho para ella y no quería decepcionarlos por no cumplir una. Si dormirse temprano la ayudaría a ser una mejor pirata en el futuro, entonces lo haría.
–...¡Lo prometo!.
Sus padres se sintieron orgullosos de ella y viéndola dispuesta a cumplir su parte del trato Mangle también cumplió la suya esa noche.
Continuará
Sé que dije que lo subiría después pero no pude resistirme a terminarlo uwu
Atentos porque en el siguiente capítulo Jade y Orión van a volver a verse 😉
Bye 💖
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