Enfretamiento
Y mucho antes de que pudiera siquiera comprender la situación, ya estaba corriendo agarrados de las manos. Dipper atrás y Bill adelante. El fresco viento que emanaba del bosque golpeaba contra sus cuerpos. Oían el característico sonido de este al correr. No habían abandonado las bolsas de compra. Las piernas del rubio se movían ágilmente entre los árboles del bosque mientras casi que arrastraban a un castaño que jamás se habían acostumbrado al rápido ritmo de la persecución.
De repente sintieron como el suelo empezaba a temblar a un ritmo extraño. El representante de signo Pino se volvió a mirar en dirección contraria y lo vio. La gran criatura con la que se había peleado junto con Mabel cuando llegaron a Gravity Falls. Los Gnomos en formación. La que en su tiempo fue llamada "La Criatura más atemorizante del Bosque".
Pasaron por ramas y árboles, rocas y escombros, pero "El gran Gnomo" les pisaba los talones. Entraron a una cueva de puro instinto. Sus ropas rasgadas y su cansancio no impidieron que siguieran adelante. Dipper estaba horriblemente cansado y no podía seguir el paso. Sin embargo Bill no le daba tregua, y probablemente la abominación que tenían atrás tampoco.
Y cuando voltearon de nuevo para salir se encontraron con una roca que bloqueaba su camino. Una gran y maldita roca que los bloqueaba el camino. Estaban fritos.
—Oh no...—murmuró Dipper algo tembloroso de voz. Rápidamente dejo las bolsas en el suelo y saco el diario de su chaqueta. Busco rápidamente en sus páginas. Y allí lo encontró, la sección de los Gnomos. Con algo de temblor en sus manos y el estrés de tener mini terremotos a cada momento avisando que la bestia se acercaba cada vez más.
Bingo, la encontró. La pequeña lámpara especial que tenía para ver los mensajes ocultos del diario. Sin embargo, su mano temblante y estrés creciente no lo dejaron hacer gran cosa. Cada vez que trataba de prender la lámpara fallaba. Fallaba olímpicamente. Y para reaccionar, se pegó a sí mismo. Su mano pegó fuertemente contra el suelo. Solo así pudo actuar. Pero antes de que pudiera hacer algo. Sintió como lo alzaban por los aires y lo llevaban frente a la bestia. Justo en paralelo a su "boca".
—¡Dipper!—Gritó Bill con desespero. Sin embargo, ese no fue el único de la escena. El fuerte gruñido del monstruo y la agobiante agonía del representante del signo Pino acompañaban el panorama como anillo al dedo. Antes de que se dieran cuenta, el castaño era masivamente acercado a la formación de Gnomos. Se quedó completamente pasmado al ver a los ojos de los integrantes. Grandes, muy grandes y más redondos de lo normal. Parecían... Parecían poseídos.—¡No! ¡Déjalo en paz!—dijo mientras corría hacia la gran formación sin importarle nada más aparte del joven Pines.
Y algo increíble sucedió. Algunos Gnomos al ver al rubio acercarse con tanta brusquedad y rabia, salieron corriendo. Literalmente, sin importar que ellos eran la base del extraño monstruo. Se alejaron despavoridos. Y, por acción y contracción, todo se desmoronó.
—¡Woah!—gritó Dipper al sentir el vacío en el estómago durante la caída.
Quizás, si la lámpara hubiera funcionado, hubiera visto las dos debilidades de los Gnomos: Ellos mismos y... ¿Bill Cipher?
-.-.-.-.-.-.-
—En nombre de los Wafles Belgas calientes, ¿qué les ha pasado?—preguntó el tío Stan sorprendido apenas abrió la puerta descubriendo a los dos jóvenes que se alojaban temporalmente en la Cabaña del Misterio.
Pues, ¿cómo no estar sorprendido cuando las dos personas en frente tuyo están hechas un desastre? Dipper por un lado estaba lleno de ramas y hojas de árboles en su cabello. Pero en la piel tenía varios raspones un poco ensangrentados y manchones de tierra en todas las partes habidas y por haber. Sus ropas rasgadas y manchadas también. Sus zapatos ya casi no tenían suela. Su gorra milagrosamente no había sufrido casi rasguños.
En contraste Bill estaba lleno de tierras y se veía desgastado. Su camiseta estaba manchada de una pequeña cantidad de sangre en sus costados. Sus pantalones estaban rasgados en la parte de las rodillas y ni hablar de sus mangas. Estaban destrozadas casi en su totalidad.
—Resulta que nos atacó...—empezó Bill.
—Una manada de Osos—interrumpió Dipper no queriendo saber del tema.
—¿El multi-oso?—Preguntó Ford que había estado oyendo la conversación. En cuanto vio a Bill, subió la guardia, quizás por las similitudes que tenía con alguien del pasado.
—Eh... Si—dijo el castaño para disimular. Bill estaba muy confundido. Pero mucho antes de siquiera poder contestar o hacer algo, ya estaban corriendo los dos agarrados de las manos y subiendo las escaleras. Definitivamente los dos se llevaban muy bien... Y solo había pasado un día.
¿Y las bolsas de compras? Muy buen acomodadas en la entrada, gracias por preguntar.
Una vez llegaron a sus habitaciones, el castaño se tiró exhausto a su cama. Bill por alguna razón estaba en perfectas condiciones, tal y como si nada hubiera pasado.
—¿Sabes? Pino ahora tiene más sentido en ti—bromeó con la intención de romper con el ambiente de silencio que se había creado. Pero el aludido no dijo nada, apenas si reaccionó a... Nada, no reaccionó a nada. —¿Dipper?
—No lo entiendo...—murmuró apenas. Bill no lo escuchó siquiera solo se le cercaba de a poco a la cama donde estaba.—¿Por qué me atacaron? Digo... No es como si les hubiera robado a su próxima reina... O como si fuera mujer, ¿verdad?
—¿Pino?—preguntó. Sin embargo el aludido seguía en sus pensamientos. El rubio resopló. A veces le molestaba un poco que el castaño no le prestara atención, a veces quería que su atención fuera únicamente dirigida hacia él. Sin embargo, su atención se vio afectada por la aparición del cabello sucio y lleno de ramas del joven Pines en su campo de visión. Instintivamente acercó sus manos allí y le empezó a acariciar el pelo de manera muy confianzuda.
Esto, tensó un poco al aludido.
—B-Bill...—murmuró apenas.
—Estas sucio... —dijo suavemente de manera distraída. Dipper se sorprendió un poco y abrió los ojos un poco más por un momento—En el buen sentido.—Dipper negó rápidamente completamente rojo. En sí, dio a entender que ese no era su pensamiento. Bill rio, el castaño era definitivamente adorable—Me pregunto porque esos Gnomos te atacaron...
—Y-Y yo por qué se desmoronaron de repente...—murmuró apenas. De hecho, no había visto como Bill se les había enfrentado y mucho menos el rubio iba a contarle algo que no entendía del todo.—Pero cuando vi sus ojos... Los vi muy grandes, demasiado, y... No tenían brillo siquiera... Era muy raro y extraño. Parecían...
—¿Poseídos?—completó el más alto casi como si le leyera la mente.
—Poseídos... —confirmó el contrario.
—Mmm—Bill dejó su labor y se puso una mano en la barbilla mientras empezaba a caminar de un lado a otro en la habitación.—Ojos grandes y sin brillo...—repitió—Creo... Que he oído eso antes...—dijo en un tono tan hecho para sí, que nadie más lo escuchó.
—¿Bill?—preguntó levantándose de su cama y dirigiéndose hacia él.
—No es nada Pino—le brindó una sonrisa. El aludido se quedó algo extrañado. Pero, su picazón en la cabeza le hizo pensar en otra cosa. Lo sucio que estaba.
—Um... Bueno, será mejor que me bañe, será un poco incómodo quitarse las ramas después de un tiempo jeje—rió nerviosamente mientras buscaba su toalla y se alistaba para salir—creo que tú también deberías bañarte, Bill—Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro. Se volteó hacia la puerta y se dispuso a irse, sin embargo, el rubio y su voz lo hicieron detenerse.
—Oye Dipper, ¿y si nos bañamos juntos?
-.-.-.-.-.-.-
Pues... No sé qué decir ewe so... Yolo :3
Espero que les haya gustado, nos leemos!
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