Capítulo XIII: Causa de muerte
-Quiero saber sobre ti, ¿como eras antes de la ejecución de tu hermano? -
Ella sonrió con sarcasmo.
-Vaya ya te habías tardado Lanita. Pensé que me dejarías al último... ¿Que es lo que quieres saber? -
-Todo...
Respondí firme, tengo que saber todo sobre mi compañera, puede que Isa sea más diferente de lo que creó.
Pov narrador
La pequeña corría por los rincones de las calles y un chico de 15 años le seguía el paso.
-¡¡Isa!! ¡¡No corras ven para acá!!-
El chico se detuvo y jaló aire; sentía como si sus pulmones fueran a estallar.
-¡¡Daniel!! ¡¡Apurate ya va a empezar la función!!-
La castaña fue por su hermano y lo jaló para ir a la parte trasera de una carpa gigantesca.
-¡¡¡¡Luego respiras ya van a salir!!!! -
Isa levantó un poco la orilla de la carpa para entrar al igual que su hermano.
-Isa sabes que esto esta mal. ¿Verdad?-
La pequeña niña bufo y se cruzó de brazos habiendo un puchero.
-Lo se, lo se, sólo por esta vez... ¡¿Siiii?!-
Daniel sólo asintió y se dejó arrastrar por su hermana. Para tener 9 años de edad a Isa le encantaban las funciones de circo.
Los acróbatas por los aires, las chicas en la cuerda floja, los domadores de animales y sobre todo esos payasos que la hacen reír mucho.
Una idea le cruzó por la cabeza a Daniel, se levantó de donde estaba y corrió para adentrarse en el circo.
Isa se percató de esto pero sólo le esperó, al poco rato su hermano regreso con unos zapatos realmente grandes y una nariz roja.
Vestía un peto azul marino y su típica camisa.
Isa reconoció de frente a un auténtico payaso, un payaso de cerca...
-Isa, ¿te gusta? Lo encontré - este sonrió y suspiro. "Lo encontré" era su típica frase, eso le decía a Isa pero la traducción correcta era "Lo robe". Isa lo sabía, aún así prefería no decir nada y mantener la felicidad en los dos.
Daniel se quedó con el traje de payaso y de vez en cuando se lo ponía para hacer reír a su hermana pero con el tiempo lo utilizó para algo más que sólo su hermana. Era un buen negocio en las calles, la gente se reía mucho con él, le dejaban monedas de vez en cuando...
Aún así no fue suficiente para una comida diaria ese día.
La panadería había dado un subidon de precios, ahora no le alcanzaba ni con las monedas.
Decidió hacerlo como en los viejos tiempos, entró a hurtadillas en la panadería y tomó lo primero que vio.
El sonido que hizo la botella puso alerta al vendedor, era una botella que estaba en el mostrador y Daniel simplemente la tomó; hecho a correr con todas sus fuerzas no debía parar.
-Vuelve aquí mocoso! ¡Paga lo que robaste! - un señor perseguía a Daniel por las calles, el sólo corría y corría. Se tropezó pero protegió la botella que había en sus brazos.
-¡Te encontré! Regresa la botella...
Daniel se hizo un ovillo y agacho la cabeza; no dijo ni una palabra, el hombre le sacudió pero el no soltó la botella. Cansado de sacudirlo, golpeo su rostro con fuerza y se fue dejandolo en el suelo.
Daniel revisó la botella, estaba bien, sana y salva.
La leche que le llevaría a su hermana, estaba seguro de que le encantaría.
Con dificultad se levantó y camino hasta un callejón cerca de donde se encontraba.
-Isa... ¡Encontré esto! ¡Ven!- la felicidad desbordaba de el, el dolor de los golpes no se hacia presente y con sólo ver la sonrisa de Isa le ponía feliz.
-¡Dan!! ¿Que te paso?...
Isa estaba desconcertada, el rostro de su hermano tenía manchas rojas y su ropa parecía estar más sucia de lo normal.
-Eso no importa. Conseguí leche, para ti.- el rostro de Isa se iluminó, su hermano lo había hecho por ella, consiguió leche para ella y hacia tanto que no tomaba gota de leche.
-¡¿Enserio?!- no podía creerlo, el asintió y abrió la botella. Se la dios a su hermana y dejó que bebiera lo que quisiera. Una mueca se formó en sus labios.
-Dan...la leche sabe rara...
Isa sentía un sabor amargo y desagradable en la leche. Daniel tomó la botella, olió y tomó un trago.
-¡Mierda! No puedo hacer nada bien. ¡Maldicion!- Daniel arrojó la botella de leche, se rompió en mil pedazos, la leche se derramaba por el pavimento y un olor agrio emanó de ella.
-De todos las botellas tuve que tomar esa!! Carajo...
Sus rodillas cayeron al suelo no sabía que hacer, su hermana no comía desde hace tres días, esa botella era su única salvación.
-Mierda...¿porque? ¿Que hice?...-
Se lamentaba, lágrimas resbalaron por sus mejillas, lágrimas de dolor, enojo y tristeza.
-Todo estará bien, no tengo hambre - Isa le sonrió con alegría y abrazo a su hermano.
Este lloró más fuerte y respondió el abrazo; su hermana parecía cada vez más madura.
El debía ser igual de fuerte que su hermana, debía de buscar lo mejor y así lo haría. De tanto pensarlo al mes decidió irse, se iría a un viaje para ver a la reina.
Pediría una mejor vida, quizá un lugar donde vivir, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por conseguir un lugar en el teatro.
Todo por su pequeña hermana.
"No hables con extraños"
"No me tardare"
" Sólo será un par de días "
"El vendrá y te ayudará"
Las frases que le dijo su hermano antes de irse, le retumbaban por la cabeza, le decía que no una a ser mucho tiempo, peor eso no fue así.
Daniel dejó a un chico que conocía al cuidado de ella, pero este chico sólo le dijo si por compromiso, ya que le debía un favor.
Nunca fue a ver como se encontraba, no hacia el esfuerzo por darle algo de comer, ni siquiera se apareció...nunca le fue a decir la gran noticia.
Ya era un mes entero del cual no tenía rastro de su hermano, ella se alimentaba de lo que robaba en la panadería, nunca algo entero pero con suerte le pagaba una pieza de pan.
Esa noche la lluvia arrasó en las calles, llevaba con ella el lodo y aguas negras.
-Estas pérdida pequeña?- un chico le preguntó a Isa, esta estaba empapada de la lluvia, sus piernas temblaban de frío y sus pies estaban cubiertos de lodo y suciedad.
-...
Isa no dijo nada, ella no hablaba con extraños, pero algo había en su voz que le parecía familiar.
-Vamos no tengas miedo, no te haré daño -
Los ojos de Isa se abrieron completamente y reconoció esa voz.
-El presentador...
Un hilillo de voz salió de su garganta.
Este sonrió y asintió. Sacudió su sacó rojo con adornos dorados y le protegió con el paraguas que cargaba.
-Por supuesto, dime ¿que te parece la idea de ir al circo?-
no lo creía, ¿era de verdad la pregunta? Quizá ya comenzaba a delirar con el frío.
-Ven acompañame... Todo estará bien ahora- El muchacho extendió su brazo hacia ella y simplemente lo miro como si fuera una alucinación. Aún así al final tomó esa mano enguantada y se levantó temblorosa.
La guió por la lluvia, la llevó lejos de donde se encontraba y la trasladó a una carpa enorme, llamada circo.
Al principio desconfió de todo a su alrededor, su gran sueño era estar ahí y ahora lo tenía.
Le faltaba algo...un gran hueco sentía su corazón, era como si ese vacío la consumiera; sentía el dolor desbordar de sus ojos.
Lloró de nuevo, quizá nunca sería suficiente esas lágrimas para superar la desaparición de su hermano pero era lo que podía hacer ahora.
Ese chico le otorgo una carpa pequeña, en donde con el tiempo fue juntando ropa, libros y un regalo muy especial de ese chico.
Una hermosa botella blanca con un líquido espeso color verde...
"Es un tinte para el cabello" le dijo el chico, quizá cambiar el color de su cabello no estaría mal pero decidió guardarlo para más tarde.
Un mes entero en ese lugar le fue suficiente para adaptarse y conocer las áreas. Hasta que reconoció a esa persona, caminaba por el área de payasos y entonces lo vio, la persona que se supone que la cuidaría, estaba muy quitado de la pena, estaba sonriendo y lo peor de todo es que estaba en el circo. Quería una explicación y la tendría
Un payaso de cabello corto un poco más abajo del cuello, castaño y unos ojos miel traicioneros. Sabía quien era...
-Esa rata...
Estaba acompañado de una chiquilla muy alegre de hecho el era bastante alto a comparación de la pequeña.
Camino furica hacia el chico pero se lo llevaron antes de que ella pudiera hablarle.
-Naker!!! Vámonos...
Uno de sus amigos observó a la pequeña y sonrió, -Luego sigues ligando- este soltó una carcajada y se puso a caminar.
-hey!!! Lo siento Jude pero me tengo que ir... Nos vemos-
Se disculpó con ella y se fue de camino a otra área.
Antes de irse completamente el giro su mirada a Isa, sus ojos se abrieron de sorpresa y su corazón se detuvo por un nanosegundo.
Sabía quien era la chica, sabía que ahora debía enfrentarse a la verdad...
Al hecho de porque no apareció, la razón de porque no fue a cuidarle.
Un tiempo después Isa lo encontró de nuevo, se veía decaído pero eso no le importaba, sólo deseaba saber que es lo que a pasado y porque nunca apareció. Porque nunca apareció el y su hermano
Creía haber superado la noticia pero el no es el que debía superarla.
-¡Hey tu!- Isa le grito sin vergüenza.
-Primero un rechazó y ahora esto...no puede ponerse peor- el chico se quejó para el mismo y suspiro.
-¿Cuando volverá Daniel?- su corazón se paro por un minuto exacto y volvió a latir cuando vio a Isa. Su estómago se contrajo y un vacío único desde su pecho.
Su respiración se hizo pesada, garganta se seco y sus manos empezaron a sudar.
-L-lo siento...el no volverá. El ya no vendrá más... esta muerto - sus palabras se clavaron en Isa, debía ser duró enterarse que su hermano había muerto...y por su causa.
La crueldad de sus palabras era notable, pero tenía que decirlo sin más rodeos, fuerte y claro. Así lo hizo.
-Pero...¿como?- los ojos de Isa se cristalizaron, su vista se hizo borrosa y el ardor comenzó.
Lágrimas saladas y calientes bajaban por sus mejillas.
Nunca más volvería a ver esa piel morena, esos ojos castaño claro, su cabello desarreglado y esa sonrisa que la sacaba de problemas. Daniel no volvería, jamas.
-Yo...lo siento, de verdad...
-¡Callate! No sabes nada... No lo digas si en realidad no lo sientes. - la voz de Isa se ahogaba con los sollozos, sus manos limpiaban las lágrimas, las cuales caían con más intensidad.
-Estoy dispuesto a ayudarte en lo que sea... Lo juro- Isa le miro, sollozó más fuerte y se lanzó a su pecho. Naker sólo la abrazo, se sentía culpable, la culpa le hormigeaba el cuerpo con fervor y le comía el corazón a mordiscos grandes.
Isa le pidió un favor, "es algo muy sencillo, sólo ve a mi carpa en la noche". Este aceptó sin más, lo había prometido y lo haría.
Isa camino lejos de todo, sumida en sus pensamientos, fuera de la gravedad que tenía el planeta. Sus piernas se sentían pesadas, las lágrimas pararon antes de llegar a su carpa.
Pero una niña le tapaba el paso.
-¿Porque lloras?- Isa le habló a la chica que se encontraba sentada llorando en frente de su puerta.
Esta le miro y bajo la vista al suelo.
-No habló con extraños- Isa fruncio el ceño y se cruzó de brazos.
-Yo tampoco pero me estas tapando la entrada a mi cuarto- dijo señalando su carpa.
-Lo siento.- la chica se iba a levantar pero Isa sin pensarlo dos veces se sentó a su lado. Algo le hacia querer saber porque lloraba. Quizá era porque sabía el sentimiento de la tristeza.
-Me llamó Isa... ¿Tu eres?- Le preguntó pero esta pareció muy perpleja ante su pregunta.
-Elemen- dijo ella con la voz baja.
-porque llorabas?- sin duda Isa no quería ese sentimiento para nadie y la mejor forma de olvidarlo es distraerse. ¿No creen?
Duraron un tiempo hablando, una amistad se formó en ese momento, un cariño, un vínculo que tendría muchos percances.
La noche llegó y Elemen se tenía que ir, al igual que Isa, en un rato más llegaría Naker a hacer ese favor que le pidió.
-Bien ¿que es lo que necesitas?- Naker llegó caminando desde la oscuridad, iba casual, no parecía un payaso y nada amable. Parecía otra persona.
Isa le contó su idea y este quedó perplejo.
-Quiero un cambio...sólo eso.- Naker dijo que le ayudaría pero a algo así. Nunca se imaginó eso.
-Piensalo bien- Isa estaba segura de su decisión, quería cambiar, dejar atrás a la antigua niña de las calles. Se convertiría en un auténtico payaso.
-Atsab, lo tengo claro - algo en la cabeza de Isa se movió, decir la palabra al revés le pareció divertido. Se distraía pensando en como sonarían y le alejaban el dolor de su pecho.
-Esta bien, que color?-
Naker sólo se dejó llevar, es lo mejor que podía hacer después de tanto que había pasado.
-Verde.- el abrió los ojos completamente.
-Hooo vaya es... Un color muy llamativo - este río nervioso, que podía hacer Isa, fue el color que le regalo el presentador.
-Pues me lo dio el rodatneserp -
-¡¿que?!- el chico razonó un poco la cosa que acaba de escuchar, fue fácil la primera pero la última.
- Retrasado, dije el presentador de rojo - Isa le dijo ya que vio su expresión de "¿que?".
-Okey entonces empecemos. - Naker tuvo que salir un momento por unas cosas que necesitaba. Un peine, agua, decolorante, brocha y tijeras.
Todo esto llevó un largo tiempo, dos o tres horas. La decoloración, después el tinte y por último el agua para enjuagar.
Un verde destellante brillaba en su melena media. De puntas a raíz el verde se veía en sus cabellos y no fue suficiente para Isa.
Miro las tijeras que trajo Naker y las tomó.
-Corta mi cabello- le dijo firme.
-Pero...¿cómo?- Naker no quería cortar su cabello, se veía bien con ese tamaño, estaba conforme con el resultado.
-Tu sólo cortalo- la voz de Isa era demandante y no pudo resistir. Término cortando el cabello de Isa, los cabellos verdes caían unos tras otro.
Lo dejó hasta los hombros pero ella exigió más y eso le dio, lo corto hasta el cuello, dejó su flequillo largo y eso la dejó satisfecha.
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La sorpresa que se llevo al enterarse que era una marioneta, que había cortado sus hilos y que se recuperaría en poco tiempo.
Isa encontró el paradero de su nueva amiga y iba a visitar durante horas, platicaban de todo tipo de cosas pero a su compañera parecía costarle saber que no era su única amiga.
Esto desencadenó una rivalidad entre la peliverde y la azabache, una rivalidad que crecía dentro de las dos y era conocido como "celos".
A Elemen le asombro el cambio de su cabello, su color, corte y estilo. Hablaron de eso durante mucho tiempo hasta que llegó la hora en que Isa tenía que volver a su carpa.
Isa salió despreocupada y con una sonrisa, cosa que a Marce no le agradaba.
-No entiendo...¿Porque simplemente no desapareces?- la niña pensó en voz alta, siempre se callaba sus sentimientos pero no lo haría más, estaba decidido, todo acabaría ese día y recuperaría a Elemen.
-¿Que quieres decir?- Isa no era una chica muy paciente y se podría decir que la azabache no le caía del todo bien. Un ambiente pesado se formó entre ellas, personalidades distintas que chocaban una y otra vez.
-Que todo estaría mejor...si no hubieras aparecido- aun que la edad pegaba con fuerza sobre la azabache, eso no era escusa para lo que estaba sintiendo...
La pequeña tenía unos severos problemas para controlar cualquier tipo de emoción, era realmente excesiva con sus reacciones y acciones.
Un paso en falso y todo podría estallar.
-Hay veces en que las personas necesitan hablar con otras...y eso lo necesita Elemen-
Dicen que las personas son crueles y en estos casos no hay excepción.
-No sabes nada de ella. ¡No me digas lo que necesita!- la voz de la niña salió fuerte y clara.
-¿y tu? ¿sabes que es lo que necesita?- Isa con 10 años sabía controlar muy bien el sarcasmo, lo hacia de una manera muy peculiar que desquiciaba a la compañera de Elemen.
-¡¡Si!!
-Entonces dime lo que es mocosa...
La niña le miro con desafío y se abalanzó a Isa, colgó sus manos en su cabello verde y apresó sus piernas a la cintura de la mayor.
La azabache estiraba el cabello de Isa con fuerza y velocidad, esta sólo se dejaba hacer mientras gritaba una y otra ves.
-alejate!!!
Isa empujó a la niña haciéndola caer al suelo, respiro con dificultad y se alejó.
-¡¡¡No te metas en lo que no te incumbe!!! ¿Entendiste?-
Lágrimas amargas salían de los ojos de la menor, Isa se dio cuenta de que era mejor salirse de problemas, no quería volver a pelear con la azabache.
Pero eso no sucedió.
Un encuentro mucho peor arrasó con Isa, algo que realmente no esperaba, llegar a tal grado es estar enfermo. Eso creía ella.
Un día cualquiera, una visita a Elemen y de regreso la oscuridad caía en el cielo; la iluminación era por parte de las carpas, pero Isa se sentía observada.
-¿Que acaso no te dije que la dejaras?- la voz de la niña se escuchó grave y lenta. Isa se paralizó al oírla, se giro con rapidez y al verla directamente retrocedió unos pasos.
Sus ojos habían perdido el brillo, su boca formaba una línea inexpresiva y en sus manos había un trozo de un material dudoso pero afilado.
Se quedó muda, no sabía que hacer, no había nadie a quien acudir...
Lo peor paso, la azabache se abalanzó a Isa, la tiro al suelo y ese algo afilado rasgo de su piel.
-Aprende... A no meterte entre ella y yo.- la niña paso el objeto lentamente, haciendo presión en la tela y atravesando su piel. La sangre comenzaba a correr y su hombro derecho dolía.
Un recorrido una y otra vez desde su hombro hasta su ombligo. Isa gritaba de dolor, lloraba por la sensación; un dolor agudo y fuerte. Realmente fuerte...
-Contemos juntas...uno- su voz ahora sonaba como el de una niña, una niña que se divertía y su sonrisa...
Era lo que más le daba miedo a Isa y sin más cerro los ojos aguantando el dolor.
-No te oigo contar~ ¡dos!- y volvió a pasar el objeto por la herida. La hizo contar, una, dos, tres o cinco veces. Desgarro su garganta con cada grito y número.
Después de la quinta ves se aburrió, se levantó de ella y le dijo sin vergüenza alguna.
-No te acerques más a ella...
Y sin más se fue.
Isa respiraba lentamente, jalando aire en cada una de sus bocanadas, lágrimas salían de sus ojos y su boca sólo emitía sollozos de dolor.
Su vista nublada, su cuerpo sin fuerzas y las ganas de querer dormir. Muy a lo lejos escuchó una voz suave y antes de cerrar los ojos vio a una chica, con una bonita nariz de payaso.
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Isa recuperó la consciencia, la chiquilla que había estado con Naker, se encontraba sentada en una silla al lado de la cama.
Cuando se quizo levantar un chico de cabello castaño oscuro le tomó el hombro. Negó con la cabeza y la volvió a recostar.
Isa no sabía que pasaba, se miro y una venda cubría su torso. Los recuerdos la golpearon con fuerza, como un huracán revolvió su estómago.
-Esa niña...esta mal- su voz tembló pero la pequeña payasita le calmo.
Durante un tiempo la cuidaron, hasta que se puso mejor. Isa no volvió a tener contacto cercano con Elemen, le saludaba de lejos pero ya de dos no pasaba a más.
Le tenía miedo a su compañera, estaba enferma era una posesiva y obsesiva.
Dos mese de estar en recuperación por la herida, una cicatriz enorme quedó marcada en ella.
El odio hacia esa azabache creció y seguía creciendo.
Le deseaba lo peor, quería que sufriera pero no tenia la intención de hacerle nada, el tiempo y esa persona que que tanto cuida le harán daño. Su carácter y forma de ser serían su perdición.
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-¡¡¡¡Les haré reir!!!!- dijo con una sonrisa grande, su cuerpo cubierto por unos pantalones cortos y bombachos; una blusa de manga tres cuartos con una I enorme enfrente. Unas mayas con puntos de colores y los típicos zapatos grandes de cualquier payaso.
Su cabello verde intenso, corto arriba de los hombros y unos pasadores sostenían su flequillo; su rostro era diferente sus ojos brillaban con alegría, una capa de delineador se encontraba sobre el contorno de sus ojos y unas sombras plateadas en sus párpados.
Una auténtica maestra de la comedia. Un payaso de verdad. Así como su hermano la hacia reir.
-Lo siento Dan pero seré mejor payaso que tú...
Se dijo así misma mirando al público, preparada para dar su primer acto.
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Pov Lana
Un sentimiento me golpeó con fuerza, Isa no lloraba pero sabía que le dolía hablar del tema.
-lo siento- le dije y tome aire exageradamente, sólo quedaba uno en mi lista, ese mudó que trató de enseñarme mímica.
-¿No me vas a preguntar por el mimo?- y como si leyera mi mente su nombre salió de mi.
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Chispitas!! Honey esta muy feliz XD podremos observar que RaAleNot ha reseñado la novela!!! Así por fis vayan y denle una leída a su libro "hablemos de..." y de pasada lean sus libros, es muy amable y esta iniciando.
Es hermoso y que más les digo me siento muy bien y Kawaii con el apoyo a la historia.
Seee bueno ya saben por favor dejen su voto en esa hermosa estrella y un globito bonito para Honey que esta necesitada de amorsh XD
Chao chaooo chocó chips >3<
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