Capítulo IXX: Días no tan comunes
La pérdida de Zul hizo caer al circo, sus visitas cayeron por los suelos y las funciones se posponían.
Era como si el circo hubiera caído en una depresión. Bastaron días para que las cosas cambiaran, poco a poco el circo volvía a recobrar la vida y el color.
Los habitantes sonrieron, empezaron a desayunar, comer y cenar. Las voces sonaban en el comedor, las áreas de práctica se usaron a la semana y la curiosidad me invadió.
¿Por qué el circo decaía tanto con la pérdida de un compañero?
Busqué por mi misma la respuesta, recorrí el circo mirando todo y hubo lugares que llamaron mi atención.
Uno de ellos fue ese lugar oscuro que desprendía un olor a hierro y una aura peligrosa.
Era tapado por una carpa sin luces, sin sol y salían gruñidos desde dentro. Quería entrar, estuve tentada a hacerlo por retrocedí recordadando ese lema.
"La curiosidad mató al gato"
Lo analice un poco, un gato tiene siete vidas o al menos eso se dice, y yo solo tengo una. Negué y seguí paseando por el circo.
No encontre mucho, de hecho descubri varias cosas como que a Lizzy le gusta cantar y que a Jude le agrada leer.
Paseando entre las habitaciones encontre una vacía, no se veía rastro alguno de ser habitada. Yo decidí entrar, observe libros, muchos libros y una cama.
Una cama con una sábana rosa pálido, en los alrededores había pequeños papeles, pero había una estantería y contenía libros de todo tipo; había ficción, fantasía, romance y mucha magia.
También había una pequeña mesa con una silla, encima de ésta había un diario de pasta azul. No leí lo que había dentro eso sería una falta de respeto, pero sí vi una foto y sabía que no debía de estar ahí.
Era Zul, sonreía, su sonrisa era bonita y estaba rodeada de todos aquellos que la quería había, muchos que no conocía y otros que si.
Caí en la cuenta de que su habitación a estado solá y qué definitivamente no debía de estar ahí y así fue salí sin decir nada. Caminé por un rato hasta que volví a lo que estaba haciendo, buscar la verdadera razón.
Decidí preguntar a Isa, la cual se convirtió en alguien cercana a mi, se podría decir que era una amiga y quizá mi mejor amiga.
Ella sólo se sentó y me miró directamente. -No tengo ni la menor idea- quede en silencio por su respuesta, me cruze de brazos frunciendo el seño.
-Eso no me ayuda, no creo que sea una respuesta- Isa sonrió con gracia, ya era costumbre mirar sus finos labios y esos dientes blancos.
-Vamos a conocer un lugar al que nunca has ido- esperaba ir a esa habitación oscura, tenía la esperanza de ver que había ahí.
-¡Vamos al baño!- nuevamente Isa sonrió con malicia -Isa, ese lugar ya lo conozco -le dije haciendo ver lo tonto que se escucho su idea.
-¿De verdad?- pareció decepcionada, su rostro expreso una mueca de tristeza y sus ojos parecieron suplicarme. -Bien, vamos, muestrame el Baño -
Salto de la felicidad, tomó mi mano y me llevo corriendo a ese lugar. Estaba un poco apartado del comedor, de hecho el baño de las chicas estaba separado unos buenos metros del de los chicos.
Estaba rodeado de una gran barda de madera, arriba de esa barda salía el vapor del agua caliente, parecía que había mucha actividad ahí.
Isa se adentró a ese lugar. Las chicas se encontraban desnudas y algunas en ropa interior. Mis mejillas se encendieron, aunque no tanto como la primera vez que entré a ese lugar.
-Isa y ¿para que querias venir aquí?- pregunté crédula, realmente no tenía ganas de pensar.
-¿No es obvio? Quiero una ducha- la mire de reojo, se sacó la blusa negra y despojo sus caderas de ese short azul oscuro. Su ropa interior era de color turquesa con rayas negras; podía ver cómo la cicatriz de su hombro terminaba en su ombligo.
La vista era demasiado curiosa, cuando me menos lo esperé Isa desabrochó su sostén y lo dejó con su otra ropa.
La sangre corrió a mis mejillas haciendome explotar en colores granate. Mire hacia abajo...
Isa quitó sus bragas lentamente y sólo me giré para no verla. Ahora me sentía avergonzada, desubicada y apunto de explotar por el calor.
Delante de mi paso el cuerpo de una chica, su cabello corto y olor a melocotón me hizo mirar su rostro. La imagen de Karo fue lo que me tope, una estatura media y un cuerpo común.
Sus piernas largas y morenas deslumbraban al vapor, su ombligo dejaba ver esa perforación escondida por su blusa y seguido de sus pechos al aire libre...
Sentí como un balde de agua fría caía sobre mi, literalmente el agua cayó sobre mi ropa. fue solamente cuando me di cuenta, estaba mirando una chica ¡una chica desnuda!
Negué rotundamente y mire a mi salvadora, Isa tenía su seño fruncido y su boca formaba una mueca de disgusto. -Deja de tirar baba y desnudate.- volvió a tirar un balde de agua encima de mi.
-¡Esta fría!- me quejé, Isa sonrió y habló. -Tal vez así se te baja lo caliente - su sarcasmo se estrello en mi como una bofetada con guante blanco.
-No es lo que piensas, pervertida- evite mirarla, sabía que no era bueno verla en ese estado.
-Eres como un ocihc, predecible- ¿un ocich? Ocich, reflexione cada letra y me di cuenta de que era "chico" al revés.
-Isa...soy una chica, me falta mucho para ser un chico- le dije mientras señalaba mi entrepierna. -no me importa - Isa gritó y se abalanzó contra mi. Caimos por el agua del suelo, ella me miró y sonrió cálidamente. Ese sentimiento me abrigo en su calidez, me tomo con delicadeza, reí con ella y decidí tomar ese baño a su lado.
Después de todo eso, supimos que mi ropa estaba mojada y no podría salir así. Isa sólo me dijo. -Dejala al sol- fruncí el ceño y la arremede -Déjala al sol- no tuvimos opción, eso hicimos, duranos una hora esperando a que se secara.
Por mientras nos sentamos a esperar, ella llevaba su blusa negra y una falda de color verde. Me quedé mirando la y maldeciendola ya que yo llevaba sólo la toalla que ella me había pretasdo.
Pero ese enojo no duró mucho, observé su cabellera verde, ahora sus raíces castañas se veían más de lo normal, su color original estaba apareciendo nuevamente.
Sus ojos miraban el cielo azul, cada facción de su rostro se mantenía relajada y sus labios formaban una curva ligera, sólo una pequeña sonrisa era suficiente para deslumbrar hasta el mismo cielo.
Pude darme cuenta de que esa chica era importante para mí, muy importante, era mi compañera, mi amiga y mi guía.
-¿Pasa algo? - su sonrisa se borró al enterarse que la miraba desde hace un buen rato -Eres linda- le dije inconscientemente, ella sonrió mostrando sus perlas, se acomodó el cabello detrás de su oreja y bromeó con mi comentario.
-Primero invitame a salir- negué, desvíe la mirada al cielo y por primera vez me sentí cómoda en el circo. Al lado de cada persona, era genial tener una vida y saber quién era.
Cuando estuvo seca mi ropa pudimos irnos, me puse y nos fuinos. Al llegar a nuestra carpa Isa me dio un cambió, dijo que era la mejor que podía hacer mientras conseguía mi propia ropa.
La acepte, una blusa blanca con estampado negro y un pantalón gris. Hasta ahora era cierto lo que sabía de Isa, su color favoera el negro.
Casi toda su ropa no pasaba de colores oscuros, lo único que le he visto de color llamativo a sido esa falda verde que portaba en ese momento.
La noche había caído demasiado rápido y me estaba aburriendo dentro de la carpa; no había casi nada que hacer e Isa se la pasaba leyendo.
Leía y leía el mismo libro, juraría que ya lo había leído como tres veces y aburrida ante todo sali de la carpa sin decir nada, ella estaba tan metida en su lectura que quizá no se dio cuenta.
Retome la idea de investigar la zona y recordé ese lugar que tanto me llamaba la atención.
Me cerciore de que nadie me viera y fui discreta en mi camino.
-¿Que haces? - mire a mi lado y sus orbes negras me apuñalaron. -Marce, yo solo...- su sonrisa se deformó en una curva terrorífica, sus dientes blancos se veian y destacaban en su piel blanca.
-Sabes quiero pedir una disculpa, yo no me he portado muy bien contigo- sus orbes me miraban fijamente, me tomé la molestia de verla.
Su color negro dejaba ver cómo un planeta se desarrollaba en su espacio. Sus ojos eran como dos corazones fuertes, unidos y dispuesto a no dejarse caer.
-Yo queria investigar algo, puedes acompañarme si deseas- está me sonrió y asintió. Por un momento en mi mente cruzo la posibilidad de que ella no era tan mala o que no daba tanto miedo.
Caminamos en silencio y cuando llegamos Marce me miró -Asi que este es el lugar que querías investigar- pareció que ella sabía dónde estábamos pero no dijo nada más, guardo silencio y me empujo ligeramente.
-¡La traes!- después de eso ella corrió adentrándose en el lugar. Sonrei, sabía de qué trataba el juego y un recuerdo me llegó.
Eran dos niños corriendo por un jardín y gritando. Era eso el juego, "la trae", me divertía tanto la idea que no le tome atención a mi mente.
Cuando la alcance dije firme y demandante -La traes- me rei de ella y seguí corriendo. Nuestros gritos hacían eco en el lugar y los país se escuchaban el doble.
Reíamos y corríamos por la oscuridad. -Eres una tramposa- está cerró la puerta de la jaula y se dio la vuelta.
-Hey ya dejame salir- le dije y me acerqué a la reja, empuje la puerta pero esta no habría.
La empuje un par de veces pero no cedia, el sonido causó que otro apareciera. Un gruñido se escucho a lo lejos, en lo más oscuro de la jaula un león se acerco y mostro sus enormes dientes al bostezar.
-Marce... quiero salir - mi voz se quebró al verla. -Por favor - supliqué que abriera la puerta, parecía no darse cuenta hasta que miro atrás.
Sus ojos reflejaron pánico y corrió a intentar abrir la puerta. Era inútil la puerta no habría
y el sonido de las rejas había despertado a más de sus habitantes.
Estos me gruñeron, grité llena de pánico, desgarre mi garganta al hacerlo, las bestias se acercaban cada vez más a mí y me acechaba; cerré los ojos esperando algo, una salvación, una magia sólo algo que me dejara salir.
Un sonido sordo causó que aquellos animales se hicieran para atrás. Karo se acercó a nosotros y fue su látigo el que hizo a los animales retroceder; los dominó como si fuera la cosa más fácil del mundo.
Abrió la puerta, tuvo que introducir una llave, una llave de color plata y yo sólo corrí pero no fue mucho ya que caí al tropezar con mis propios pies.
Solloze con pesar, hipaba con cada bocanada de aire y no despejaba las manos de mi rostro. Estaba llorando como nunca antes lo había hecho pero unos brazos me calmaron.
Jonathan se acercó a mí y me abrazó fuerte; su cuerpo irradió calor en el mío, calentó mis manos y su olor me consoló.
Repentinamente el miedo me Abandonó, corrió de mi ser como alma que lleva el diablo y mi histeria se dejó caer ante los pies de una paz intensa.
Respire un par de veces, mis pulmones dolían pero la sensación iba parando quizá era su sola presencia la que podía calmarme.
-Lo siento tanto ¿estás bien?- Marce, ella se disculpó ante mí nuevamente, me sorprendió su comportamiento, parecía preocupada y de sus ojos caían lágrimas.
-Yo no quería... esto de verdad, yo no lo quería, no pensé que fuera a pasar algo así- la voz quebrada de Marce me hizo saber que realmente estaba arrepentida.
Ella alejo a Jonathan de mi, enredó sus brazos en mi cuello y hundió su rostro en mi pecho; ese típico olor a flores me invadió, era como una combinación de lilas y un que otro lirio.
Sus lágrimas mojaron mi blusa y sollozo al igual que yo, no sabía dónde había quedado esa Marce y de dónde había salido ella. Esa chica preocupada, triste, de dónde salía todo esa importancia.
Definitivamente no lo comprendía, no le entendía y creo que nunca lo haría.
Un impulso me hizo abrazarla, correspondí esos brazos, a a esa frialdad, era completamente diferente a Jonathan pero no dejaría que las cosas que yo pensaba fueran verdad quería conocerle mejor...si eso quería tal vez por eso lo hice.
Marce se alejó de mí y me miró -De verdad lo siento- volvió disculparse, yo sólo asentí, no sabía qué hacer ni qué pensar, era como si de repente todo hubiera cambiado, como si fuera otra.
Y lo deje pasar, creia que podríamos ser buenas amigas, le sonreí y susurre su nombre. -Marce, tranquila, tal vez ya deberíamos irnos-
Ella limpió sus lágrimas y estuvo de acuerdo, me giré hacia Karo y le agradecí -Gracias por haber llegado, no sé qué hubiera pasado si no...-
-Tranquila,no pasa nada, a veces la curiosidad nos puede a todos pero deben de tener mas cuidado por dónde andan- ella era amable, su voz sonó aterciopelada y aún cuando este sentimiento me recorría el cuerpo; pensé que ella también era amable y linda.
-De igual manera gracias- tomé la mano de Marce y dimos un paso pero Jonathan nos detuvo, al parecer quería acompañarnos.
-Lo mejor Será que te quedes con ella- le dije y sonreí creo que entendió mi punto, sus mejillas se encendieron en un ligero rojo; aún así algo no estaba bien, algo me molestaba pero no había una razón.
Ignoré ese sentimiento y seguí mi camino; en este Marce hablo bastante, sonreía mucho, su risa era algo ruidosa y aguda pero se notaba que se divertía contando todo eso.
Me límite a escucharla, hablaba sobre el Elemen, contada sobre aquella vez en dónde ellas le hicieron una broma Lizzy y cómo las regañó después de saber que fueron ellas.
No pasó mucho para que pudiéramos llegar a nuestras respectivas habitaciones, primero fuimos a la mía y ella me dejó. Sorpresa que se llevó Isa al verla, compartieron una mirada de odio y mascullo alto la de cabello verde.
-Llegas tarde- Isa parecia enojada pero más que nada molesta. -Lo sé pero estaba por ahí con Marce- ella Sólo afiló su mirada hacia la Azabache, recibió una sonrisa divertida y una risa.
-No le he hecho nada, así que no me mires así, sólo quiero una nueva amiga y creo que podría llevarme bien con lana- el cinismo en su voz hizo explotar a Isa o al menos eso creo.
-Hay veces en que las personas necesitan hablar con otras...y eso lo necesita Lana- con esa frase, sólo con esas palabras fue suficiente para que Isa hirviera en irá.
-¿No es así, Lana?- Marce me abrazo y beso mi mejilla. Se despidio de Isa con un gesto de mano y sin más se fue a su respectiva habitación.
Isa entró enojada a la carpa, me preocupe, más bien tenía curiosidad -Isa, ¿estas bien?- se giró a verme y grito con furia, sus mejillas se pusieron rojas -Claro que no lo estoy- fruncio el seño y se alejó para mirar su lámpara especial.
Guarde silencio, el cual no duró mucho ya que Isa volvió a hablar.-Ella está loca, es una psicópata y lo sabes- el ambiente entre las dos se hizo pesado tanto que juraria podría cortarse.
-No lo es, quizá sólo hay que conocerla - me escuse, teníamos un estereotipo de ella y tal vez no era lo que pensábamos.
-¿Conocerla?- Isa mostraba indignación, de verdad se notaba molesta -No me digas que ese miedo que le tenías era sólo por su apariencia, algo te dijo o hizo y lo volverá a hacer- la mire, tenía razón pero ella se había preocupo ni, hace unos momentos ella lloraba por mi.
-No, ella es diferente, ella es como cualquiera, se preocupa y...- fui interrumpida abruptamente -Esas personas no son capaces de sentir nada por algo ni nadie- su tono golpeado me hizo sentir un vacío.
-Te equivocas- mi voz se comenzó a quebrar, las lágrimas amenazaban con salir de nuevo.
-No lo hago y cuando vengas llorando y quejandote de que algo paso...te diré "te lo dije"- aprete los dientes sintiendome enojada y frustarda.
-Pues ese día nunca llegará - antes de volver a llorar me alejé de ella y salí de la carpa.
Camine lejos de todo, no hice nada más que caminar, pensé que escucharía alguna frase de parte de mi compañera pero no fue así.
Deje que todo saliera a flote, las lágrimas llenaron mis mejillas pero no emití ningún sonido sólo lloré en silencio.
Me senté al lado de la hoguera, creo que se había vuelto mi lugar favorito; me abrace a mis piernas y mire las llamas.
Las chispas me acompañaron esa noche fría y oscura. Un brazo me atrajo a un cuerpo cálido, y ese olor me inundó... Jonathan me mantenia pegada a su cuerpo mientras veía las llamas de la hoguera.
El me dio su libreta y recargo su cabeza cerca de la mía. Leí lo que decía su libreta, parecía que me daba su voz en sólo esas letras.
"Aquí estoy"
Me giré completamente a él y deje mi rostro en su pecho, lloré nuevamente y pensé en el circo. Por más que digera que me sentía bien y que estaba cómoda en el circo.
Como podía llamar hogar a ese que te juzga y hace llorar cada que puede.
El próximo acto me sentiré mejor.
o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~o~
Hola chispitas, Honey les escribió un capítulo muy chulo 😗 okey ni tanto pero me dio la inspiración y salió sólo el capítulo.
Espero y le haya gustado la lectura. Ya sabes dale un toque a la estrellita 😏 y dejame un comentario que no les cuesta nada.
Sin mas les dejo, chao chao chocochips >3<
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