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Capítulo 20

Marina

Amor, seguridad, confort, alivio...

Si tienes suerte, recibes todo eso desde que tus pequeños ojos se abren por primera vez en esta vida. De parte de tus padres, tus héroes sin capa.

Y ahora puede que todo en mi vida esté muy, pero que muy jodido, pero no olvido que existieron tiempos mejores, en los que la felicidad era más que una palabra vacía y esa combinación de elementos mencionada, era entregada a mí por mis buenos héroes.

Entre las muchas cosas que siempre amé de mi padre, se encuentran sus aires de soberbia sabiduría. Siempre fue un hombre inteligente y culto; asquerosamente rico como era, jamás ostentó de ello tanto como de su ingenio.

Recuerdo que de niña, solía recibir de él ciertos consejos transmitidos en forma de metáfora que no comprendía jamás.

Su forma favorita era, sin dudas, a través de algún mito que contuviera una reflexión que por mi corta edad, no cazaba del todo. De hecho, a la distancia aún me cuesta darle un sentido a sus transmisiones.

Cada tanto, cuando yo le presentaba alguna queja de algo que ya le había contado, me hablaba de Sísifo.

Los seres humanos hemos inventado los mitos para dar algo de sentido a la asquerosa realidad en la que estamos relegados a existir.

Sísifo fue condenado por los Dioses a subir una enorme roca hasta el punto más alto de una montaña, cuando está allí y se cree victorioso, se le escapa y debe volver a subirla una y otra vez, por toda la eternidad.

Esta secuencia, mi padre la relataba como una auténtica tragedia.

Sísifo estaba condenado al peor de los destinos: era consciente de que esa roca sería su repetición perpetua, su error, su carga inevitable.

Podríamos pensar que el pobre Sísifo ha recibido un castigo cruel e ingenuamente nos sentimos aliviados por no tener esa inútil tarea.
Si formas parte de los que creen eso, déjame decirte que ese mito es el reflejo de una auténtica constante en la vida humana.

Estamos destinados a encontrar algo, a lo que aferrarnos tanto como para quedarnos atrapados en una eterna repetición con ello.

Todos repetimos, la única diferencia es que lo que se reitera en cada uno es distinto.

Puede ser un objeto al que te haces adicto, una actitud que terminas adoptando, una decisión que siempre tomas ...un cúmulo de ello al que ingenuamente llamas destino.

Cuando te haces consciente, terminas siendo un Sísifo y da igual cuánto te arrepientas, cuántas decisiones quieras deshacer, cuántas veces desees poder viajar en el tiempo, encontrar a tu "yo anterior" y conducirlo al camino correcto; siempre terminas en el mismo punto. Al pie de la montaña.

Es así, no importa que te esfuerces día tras día tratando de borrar tus pasos errados, pensando que el futuro será comandado por la mejor versión de ti, intentando hacer lo correcto para los demás; no importa, porque el pasado se actualiza en tu presente, vuelve a ti y se hace tu carga.

En la vida somos títeres; existimos por y para algo.

Iluso aquel que considere tener el control sobre sus acciones, el que se cree dueño de su propio futuro; porque el discernimiento no es más que un espejismo, sea cual sea la elección que tomes, tu tonto camino ya está trazado.

Esa es la cruda realidad: antes de nacer somos como un pesado libro de páginas en blanco, que, con el tiempo, se va llenando de historias escritas por quien parece ser un señor aburrido, caprichoso y macabro al que suelen llamar destino.

La tragicomedia que ha escrito para mí este señor ahora me ilustra algo que se repite constantemente en mi jodida vida: de nuevo me topo una mentira, de nuevo descubro un mentiroso.

Y estoy aquí, sorprendida por lo que acabo de escuchar.

Luis me mira a los ojos y parpadea, casi puedo ver los engranajes de su cabeza poniéndose a funcionar y sopesar todas sus opciones: se enfrenta a la verdad, detiene la pesada roca en la montaña...o se inventa otra mentira y volvemos al inicio.

El silencio es suficiente respuesta para destrozar la pizca de confianza que aún podía llegar a tener en él.

No importa ya todo lo que vivimos juntos, un segundo basta para que el mundo se tambalee y pase a llevarlo a la lista de las mierdas que ya no quiero que se perpetúen.

No seré la jodida Sísifo por nadie, ya no.

Luis es más peligroso para mí que cualquier otro en la lista. Los demás pueden tragarse cualquier cosa que trame para despistarlos, pero él no; conoce todas mis debilidades y deslices, porque lo amo, y uno siempre se desarma ante quienes ama.

Harold se viene a mi mente y lo maldigo. Tiene una facilidad casi innata de leer a las personas y aún así yo he tenido el tupé de cuestionarlo, para ahora golpearme de frente contra un muro de concreto y que todo sea tal cual él había dicho ¿No?

Jamás sentí la necesidad de armarme ante Luis y ahora, es tiempo de construir muros con los escombros de nuestra rota amistad.

Una semana antes...

Los domingos en la noche siempre había sido una tradición para los Prescott tener una cena para degustar de las delicias que a mi madre le diese por preparar. Para sumarle perfección a mi madre diré que ella es una excelente cocinera y como no podía hacerlo todos los días por su trabajo, decidimos adoptar esa costumbre el último día de la semana.

Entre los platos que preparaba, no podían faltar los preferidos de su tierra: arroz congrí, tostones, plátanos fritos, yuca con mojo. Amelia siempre decía que si se podía rescatar algo bueno de Cuba eran sus exquisitos manjares.

Este domingo, por primera vez desde que mi padre se marchó, mamá decidió retomar las viejas costumbres bajo la excusa de que necesitábamos pasar más tiempo juntas y retomar nuestra relación de madre-hija.

Las cenas familiares ya no me resultaban nada divertidas, ya sabes, por el hecho de que se necesitan dos ingredientes para lograr una, y aunque estuviese la cena, ya no estaría jamás la familia.

Matt ya no podía hacer los tontos chistes que nadie entendía, ni enumerarnos las razones de por qué "The Amazing Spiderman" fue la mejor de las entregas.

Papá ya no elogiaría la gran mano de cocinera de su esposa ni hablaría del interesante libro que está leyendo.

Ese domingo sólo seríamos Amelia y yo, mirándonos a las caras, con mucho que decirnos, pero sin atrevernos a mover la sonrisa de condescendencia fingida de la boca para hacerlo.
A ninguna de las dos nos convenía hablar mucho.

—¿Qué tal van las sesiones con la psicóloga?— Me preguntó justo cuando me llevaba un trozo de asado a la boca.

—Supongo que bien, hacemos ejercicios para controlar la ansiedad...— "que tú misma me provocaste" añadí mentalmente, pero decidí mantener la paz.

—Me alegro de que lo estés sobrellevando bien. — Estoy comenzando a odiar estas dosis de cinismo.

—Sí, me ayuda a sobrellevar todo lo turbio. Ya sabes que Matt está muerto. — Hice un énfasis en la última palabra que la hizo ponerse muy rígida y palidecer. — Me dijo que la semana que viene estaré lista para visitar su tumba si así lo deseo. — Como si tuviese deseos de ir a llevarle flores a un extraño, Matt no estaba ahí.

La conversación acaba tal como empezó y volvemos a danzar en el vals del silencio, interrumpidas una que otra vez por los: "¿Me alcanzas la ensalada?" o "¿Puedes pasarme la sal?".

Había aceptado esa tortura porque me puse objetivos concretos para determinar, cual detective, las intenciones de todos. Mientras piensan que me trago sus mentiras, yo sacaré mis conclusiones. Y como a ello he ido, no pierdo más el tiempo antes de preguntar:

—Mamá, ¿Qué sabes de papá? — Se sorprende tanto que apoya los utensilios en el plato. Al parecer no se esperaba esa pregunta. — Desde que volvimos de Cuba no ha tratado de comunicarse conmigo ni una sola vez, entiendo que ustedes se hayan divorciado, pero yo sigo siendo su hija.— La vi limpiarse la comisura de los labios con una servilleta antes de responderme.

—Tu padre y yo acordamos que sería mejor que cortasen las comunicaciones por un tiempo, dado el estado en que estabas. — Evita mi mirada enfocándose en su copa, sorbe un poco de vino y sonríe tan confiada como siempre.

—¿Y no crees que esa es una decisión que deba tomar yo? Digo, para variar por una vez en mi puta vida.— Espeto con hosquedad.

—¡Marina! Controla ese vocabulario — Su voz se eleva y sabiendo lo que se venía a continuación, lanzo mis cubiertos sobre el plato casi vacío y me paro de mi lugar.

—Quiero el nuevo número de teléfono de papá. He intentado comunicarme y sé que lo cambio, si quieres facilitarme las cosas me lo darás, mamá.— He llamado tantas veces que puedo recordar la voz robótica diciéndome que el número está dado de baja mientras me enervo.

—¿Tengo que recordarte que en esta casa no alzamos la voz? Terminó esta discusión, señorita. Hasta que yo lo decida no puedes comunicarte con él. — Se levanta tomando la vajilla para llevarla al lavaplatos.

Me quedé viendo su lugar vacío por unos segundos hasta disminuir el enojo y me dirigí hacia mi habitación para perderla de vista.

Amelia: 1

Marina: 0

***

Eran las dos de la madrugada cuando sentí vibrar el celular, estaba despierta intentando leer un libro porque no había logrado conciliar el sueño después de la "cena" con mi madre.

Luego de unos minutos terminando un lacrimógeno episodio de It End With Us, decido darle atención a la notificación que me llegó.

La pantalla se ilumina revelando un mensaje de Harold:

[02:05] Idiota: ¿Ya descubriste qué te esconde el psicoñoño? ;)

[02:25] Marina: ¿Y tú para cuando aprendes a ver la hora? Son las 2:00 am, imbécil.

[02:25] Idiota: No finjas que no disfrutas mis mensajes gatita.

[02:25] Idiota: solo agradece lo afortunada que eres. Cualquier otra rezaría por un mensaje mío, especialmente en la madrugada. -emoji de gatito guiñando-

[02:25] Idiota (citando su primer mensaje): Responde la pregunta.

[02:26] Marina: No y No. Luis no me esconde nada.
[02:26] Marina: Si quiere enrollarse con Ade es su PUTO problema.

[02:26] Idiota: Tienes razón, la verdad es que Ade está muy buena.
[02:28] Idiota: ¿Estás ahí? -emoji de ojos-
[02:30] Idiota: Tú también tienes un buen culo, no estés celosa.

[02:30] Marina: A S Q U E R O S O -emoji vomitando-

[02:31] Idiota: Soy un encanto.
[02:33] Idiota: Por cierto, ¿Qué haces despierta?

[02:34] Marina: No podía dormir. ¿Y tú?

[02:34] Idiota: Trabajo -emoji de cuchillo + emoji de angelito-

[02:34] Marina: ¿Quiero saber? -emoji pensando-

[02:34] Idiota: No.

[02:36] Marina: Ok

[02:36] Idiota: Ok.

[02:40] Marina: Necesito verlo...

[02:40] Idiota: Ya hablamos de eso y no debemos hacerlo por aquí.

[02:40] Marina: Lo sé. Sólo quiero saber la verdad

[02:40] Harold: Empieza por descubrir qué se trae Lucas.

[02:41] Marina: Luis*
[02:41] Marina: Solo se me ocurre enfrentarlo, tal vez así me cuente la verdad y todo se arregle.

[02:41] Idiota: Hay una forma más divertida -emoji de diablito sonriendo-

[02:42] Marina: ¿Cómo podría ser cualquier cosa relacionada a esto divertido?

[02:42] Idiota: Si quieres atrapar a un mentiroso, sólo tienes que meterte en su juego. Miente con él.
[02:42] Idiota: Aprende a mentir mejor que él.

[02:43] Marina: Eso no tiene lógica alguna.

[02:43] Idiota: La única forma de apagar un gran fuego, es encendiendo uno aún más grande -emoji de fuego-
 [02:43] Idiota: Miente acerca de verdades que ya sepas, si lo ves siguiéndote la corriente, lo atraparás y yo tendré razón en que el psicoñoño esconde algo más que sus manos entre las minifaldas de Ade.

[02:44] Marina: Nop, nada de lógica
[02:44] Marina: Me iré a dormir, no eres nada coherente a estas horas, Brown.

[02:44] Idiota: No me sueñes sin playera.

[02:45] Marina: Nunca lo haría, desagradable.

[02:45] Idiota: Ya te gustaría ;)

Actualidad

Esos cuatro o cinco segundos en los que Luis pensaba y yo maldecía a Harold resultaron eternos, pareció pasar una eternidad antes de que él al fin abriera la boca:

—¿A qué verdad te refieres? Solo estaba en el baño. — Sonríe y sacude su cabello con despreocupación.

Con vista a reafirmar mi papel de chica estúpida que ya tengo bien montado, decido intentar llegar al fondo de esto de la forma divertida, tal y como propuso alguien a quien no quiero dar la razón.

Aborto toda misión de confrontarlo y adopto la postura mentirosa de seguirle la corriente.

— Vamos no me mientas más, estás callándote cosas y se supone que los mejores amigos se cuentan todo.— Sonrío como él lo hizo y me acerco escaneándolo de cerca. Por un momento destila nervios, pero antes de que se muestre acorralado agregué:— Misteriosas llamadas por la madrugada sólo pueden significar una cosa, ¿Con quién estás saliendo ahora que no quieres decirme?

Los ojos oscuros de Luis se iluminan. Sé que ahora lo atrapé y piensa que realmente no he escuchado nada. Es la oportunidad perfecta para ver si miente, deseo ver que encienda un fuego más grande.

Aguardo por ver cómo arrastra su roca o deja que su roca lo arrastre a él.

—Me pillaste, es una chica que conocí en la fiesta.— Miente mientras cambia de una mano a otra su celular. — No la conoces. Es demasiado intensa, ya le dejé claro que fue cosa de una noche pero aún me llama, ya sabes, soy adictivo.— Niego sonriendo como si me creyera sus mierdas y me dieran gracia sus bromas.

—Debes dejar de romper corazones.

—Nunca, es mi venganza porque tú rompiste el mío. — Bromea antes de matar el tema:— ¿A qué viniste, por cierto? ¿A verme dormir? Eso es algo creepy incluso para ti, Mar.— Finge una mirada temerosa.

—¡No digas tonterías!— Se acerca más a mi tomando un mechón de mi pelo para dejarlo tras mi oreja. Sé que está haciendo de todo para que olvide la llamada.

— ¿O acaso volviste para dormir conmigo? — Acaricia mi rostro de forma tan cariñosa que me odio por seguir viendo sinceridad en él. — Lamento lo de antes. — Supongo que se refiere a cuando casi nos besamos, no se disculpará por estar enviando información mía a quien sabe qué siniestra persona. — Culpa al alcohol, hizo que las dos neuronas que me quedan no hagan sinapsis.

— Sólo vine a buscar el móvil, me lo había dejado aquí. — Interrumpo su ataque de sentimentalismo. — Volveré a dormir con Noelia.— Señalo hacia la salida y comienzo a moverme.

— Mar. — Me llama antes de marcharme, hay algo vacilante en su voz.—¿Realmente...realmente no escuchaste lo que le decía?

— Gracias a Dios no. Prefiero no estar al tanto de tu sexo telefónico o de cómo rechazas a pobres chicas. — Miento, al parecer no es tan difícil después de todo. Abandono el ring.

Marina: 1
Luis 0 (Y mentiroso diagnosticado)

***

Tras desayunar acompañada de Noe, decido marcharme con la excusa de que tengo que hacer la colada en casa.

— ¿La colada? ¿Tú? — Tal vez me creo ya toda una profesional en el arte de mentir, pero ni yo me trago lo de ir a realizar alguna tarea hogareña.
Ni siquiera intento responderle, le di un beso en la mejilla y me marché a toda prisa.

Objetivo: Ir a contarle todo a Harold y armar un plan para conquistar el mundo.

Obstáculo: No contesta el puto teléfono.

Nuevo objetivo: Llenarme de valor e ir a su casa.

Obstáculo: Ir a su casa.

Finalmente me repito a mi misma que mi destino no lo escribirá nadie más que yo, mientras dudo y pierdo el tiempo no sé a qué estoy expuesta realmente. No seré el maldito Sísifo, arrojaré la puta piedra a un lado.

"El que tenga miedo a morir que no nazca", dije para mis adentros.

Inspeccionando la zona me percato de que los autos de sus padres no están, así que tengo vía libre. Luego de 30 segundos de toques descontrolados producto de mi nerviosismo, Taylor Brown abre la puerta, parece tan sorprendido de verme en su portal que no dice nada hasta que carraspeo.

Al parecer mi análisis táctico no contempló que obviamente Ty estaría en casa.

—¿Mar? ¿Qué estás haciendo...?— Pregunta cuando encuentra la voz tras la sorpresa.

—Busco a Harold. — Así, directo al pecho, sin emociones, ignorando de lleno que la última vez que lo vi lo besé con ganas. Ignorando que mis latidos han aumentado a 160 pulsaciones por minuto sólo, por su presencia frente a mí.

—¿A Harold?— Su semblante se endurece y aprieta la puerta que sostiene con la mano derecha. — Dime que me estás tomando el pelo.

Como mandado a llamar, el mismísimo Harold Brown aparece, bajando las escaleras, en pantalón de pijama, sin camiseta y sin guantes.
Despeinado y despabilándose, se detiene al pie de las escaleras mirándonos.

—Déjala pasar. — Le dice con la voz ronca producto de que acaba de despertar.

Taylor no sale de su ensimismamiento. Mira de su hermano hacia mí y frunce el ceño.

Cuando pienso que va a oponerse, abre completamente la puerta.
Puedo sentir su mirada fría atravesándome cuando paso a su lado y camino hasta su hermano.
El ambiente se pone tan pesado que me quedo de piedra entre ambos.
No veo a Ty, pero siento que su mirada detrás de mí, que se suma a la intriga y diversión en los ojos de Harold.

Solamente este tonto sociópata puede divertirse en un contexto así.

Harold apoya su codo en el barandal de la escalera y me mira expectante antes de hablar:

—¿Qué te ha hecho madrugar un domingo?— Pregunta.

—Yo...esta madrugada. — Comencé a hablar bajo, si Ty agudiza el oído podrá escucharme, claro está. Pero lo hago para que Harold comprenda el carácter secreto del asunto. Como él no me detiene, sigo: —Escuché a Luis. Estaba hablando con alguien y mencionó a un tal Samuel. Le pasaba una especie de informe sobre mí e hice como que no escuché nada cuando lo enfrenté. Él cree que no lo escuché, hice lo que me dijiste y....—Me cortó y no seguí mi vómito de palabras.

—Hey hey; detente, ¿Qué nombre dijiste? — Menos mal que me interrumpió, sentí que me iba a dar un ataque cardíaco por la velocidad con la que estaba hablando.

—¿Luis?— Fruncí el ceño harta de que incluso en momentos serios, siga con su chiste de olvidadizo.

—Claro que no. El nombre que mencionó.

— ¿Samuel?

— ¡Hijo de puta! — Maldice. Ahora estoy confundida. — Vamos a mi habitación. Debemos estudiar cada palabra, no puedo creer que se me pasara este bastardo.— Ni siquiera espera una respuesta y comienza a subir la escalera casi de dos en dos.

Miro a Ty, que ya ha cerrado la puerta pero no se marchó del sitio. Él sigue visiblemente molesto con la situación y no dice nada antes de pasar por mi lado y perderse en dirección al sótano.


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Hey LIAAAAAARS🧡
I missed u🤧
A lot🥺

Primero: ¿Vieron que hermosa la nueva portada?🥺🥺🥺🥺
Gracias a MirFdz por ella. Wapa <3

Ahora sí...

Marina miente como si de tomar agua se tratara, ¿Qué pasará ahora que cuenta mentiras dentro de las mentiras?

Un poco enredado hasta escribirlo la verdad.

Y pensar que cuando somos chicos todo es más fácil.

Por cierto😏 Ya saben quién es el Spidy favorito de Matt no?

Cambiando de tema, decepcionada de su mejor amigo😪sad. ¿En qué andara metido Luis?

Por último:

Comenta acá si te gustaría recibir mensajes de Harold por la madrugada JAJAJA

Acá, ¿Cómo se imaginaron la cara de Taylor cuando Marina le dijo que buscaba al hermano, o cuando este le dijo que iban para su habitación? *guiño guiño*

Y bueno...

¿Quién más matara por escuchar la voz ronca de Harold en pijama un domingo? 🙋‍♀️

Por último, quería anunciarles que dejaré los jueves como día fijo para subir actualizaciones <3

Eso es todo...por ahora...

Siempre traeré más sorpresitas.

Hasta la otra mentira, digo capítulo🤭

Losamo
XOXO🧡

PD: Nunca aceptéis ser el Sísifo de nadie más.

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