[...]
-¿Que dicen?
-Nada importante. —Responde Sana revisando los mensajes, mientras una cansada Tzuyu la abrazaba por la espalda, repartiendo besos en su nuca.
Luego de la fuerte cachetada propinada por Joohyun, siguieron en lo suyo después de que Tzuyu haya consolado a Sana porque le dolía mucho el golpe, la azabache tenía una conversación pendiente con la novia de su amiga.
Aunque debe admitir que da bastante miedo. Mucho más del que le daban las hermanas Im.
-¿Y no han hablado tus amigas? -Pregunta la japonesa volteándose a darle un tierno beso en la nariz.
Tzuyu mueve su nariz, pareciendo un lindo gatito al arrugarla.
-Creo que sí, mi teléfono ha estado sonando desde hace rato.
Se estira hasta la mesita de noche para tomarlo.
Efectivamente tiene muchos mensajes, parece que las chicas están afuera.
Eso explica el alboroto que lleva escuchando desde hace rato, por poco deja a Sana por ir a jugar con sus amigas.
-¿No te interesa ir para allá?
-Un poco. -Tzuyu aprieta su agarre en la cintura de Sana, recargando su cabeza en la espalda contraria.
Seguían desnudas disfrutando de aquel momento de intimidad.
Sana aparentaba estar tranquila cuando a duras penas podía controlar la emoción de su desbocado corazón, aunque siempre fantaseaba con ello, sinceramente nunca creyó volver a vivir un momento así de íntimo.
La primera vez que lo hizo con Chris fue terrible, el prácticamente la manipulo para que accediera a hacerlo, alegando que si en verdad lo amara no tendría por qué oponerse a hacerlo.
Y las siguientes veces no fueron mejores, solo eran Christopher acabando a los pocos minutos, sin preocuparse por qué Sana sintiera placer o estuviera lo suficientemente húmeda para no lastimarla, demasiadas fueron las veces en que las sábanas terminaban manchadas con sangre.
Hubo veces en las que incluso la dejaba sola después de hacerlo, dejándola adolorida y triste.
En ese tiempo se culpaba de no ser lo suficientemente buena para él. Por eso estar viviendo este momento tan tierno con Tzuyu la tenía rebosante de alegría, desde el principio supo que la azabache no era del tipo tierno, a duras penas la vio siendo cariñosa con su hermana.
Así que consideraba un gran logro que después de todos los desacuerdos que tuvieron, Tzuyu la estuvieran mimando, el simple hecho de que no la abandonó luego de hacer el amor era suficiente.
-¡A la madre! -Gritó Tzuyu de la nada asustando a Sana, y a la vez, empujándola.
[...]
[...]
Al igual que Tzuyu, todo el grupo salió corriendo al llamado de Seulgi, yendo directamente al corral de las gallinas dónde está las esperaba.
Con algo de cal dibujaron lo que sería el circuito de la carrera y empezaron a apostar.
-Yo doy cien a Josefina. -Dijo Momo sacando el dinero de su cartera.
-¡Cincuenta a María Isabel! -Tzuyu y Seulgi gritan mientras terminaban de darle los últimos toques al circuito.
-Quinientos a Hernesta. -Todos jadearon sorprendidos por la propuesta de Jeongyeon, quien sonreía segura.
-Estás re wey.
-Cállate, papá pitufo -Jeongyeon le da un zape a Chaeyoung para darle el dinero a Jihyo.
-¡Que no me llamen así!
A Jihyo no le interesaban esas tonterías, pero debía admitir que prefiere el ambiente que se arma con estás que con las niñas ricas.
Además de que nunca les entiende nada.
-¿Alguien más? -Pregunta Jihyo, recibiendo inmediatamente otros cincuenta de Chaeyoung en favor de la gallina Claudia.
Con todo listo, Jeongyeon fue por las gallinas, colocándoles un pequeño listón alrededor del cuello, cada uno enumerando.
Entre todos colocaron a las gallinas detrás de la línea de salida, y las dejaron ir.
Gritaban eufóricos el nombre de sus gallinas favoritas, ansiando la victoria.
Jihyo se limitaba a suspirar, porque las gallinas estaban estáticas en su lugar, picando el suelo.
-¡Corran estúpidas gallinas!
[...]
•
•
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro