014
Tzuyu saca un cigarro de la cajetilla, colocándolo entre sus labios para encenderlo, inhala el amargo humo deleitándose con el.
Tenía bastante esperando que Seulgi se dignara a hacer acto de presencia, la desconcertó un poco el mensaje que le mandó, pidiéndole desesperadamente verse, al final de cuentas son buenas amigas, por lo que naturalmente se preocupó.
Mira por los alrededores, está en una colonia bastante fina si se lo preguntan, hay una escuela elegante dónde salen varios morros que al verla se asustan.
Otras babean al verla.
Tzuyu sonríe de lado, parecer delincuente aparentemente es algo bastante atractivos para las morras millonarias.
¿Sería solo por eso la insistencia de Sana en su relación?
Lo duda, no importa que tanto quisieras coger con alguien, nadie soportaría ser tratada así solo por eso.
-Que imbécil soy... -Murmura tapándose los ojos, avergonzada.
Por eso mismo se había propuesto algo, sería una buena novia, aunque todavía no lo terminaba de asimilar.
Ver la reacción de la japonesa luego de haberla dejado plantada, le dejó claro que esto no era un simple capricho, y que no la quería solo para fines sexuales, genuinamente la quería como para dejar todo lo malo de su persona de lado.
Y debía ser merecedora de ese cariño.
Aún le costaba ser cariñosa o actuar así, pero lo intentaría, mínimo ya no la deja en visto.
-¡Tzuyu!
Un par de brazos apresan su cuello, asfixiándola.
-¡Quítate wey! -Grita tratándose de quitarse los brazos de Seulgi de encima.
Mira quién se dignó a aparecer.
-Ay, perdón me emocioné. -Se separa del abrazo sonriente.
Sus ojitos se ocultan al hacerlo, viéndose de lo más adorable.
-¿Y por qué tanta emoción? Pregunta Tzuyu volviendo a encender otro cigarro, por el golpe Seulgi tiró el anterior.
-¡Adivina qué! -Aplaude emocionada.
-¿Que?
-¡Conseguí vieja!
El nuevo cigarrillo al igual que el otro, se le cae de las manos por la sorpresa, su boca es una perfecta "O", que se encamina a convertirse en una gigantesca sonrisa.
Seulgi está con las manos hechas puños a la espera de la reacción de su amiga impaciente.
-¡Eso es todo wey! -La pelinegra se lanza a abrazarla, dando brincos mientras se abrazan.
Bailan y cantan festejando el logro de la pelinegra, para ellas resultaba muy gratificante el más mínimo logro de la otra, celebrando siempre para demostrar lo mucho que se enorgullecían.
Detienen el festejo luego de unos segundos, dándose cuenta que mucha gente las ha estado viendo, avergonzadas toman asiento en la banqueta.
-¿Y dónde la conociste? -Pregunta Tzuyu.
-¿Recuerdas cuando fuiste a tu cita con la rubiesita esa?-Tzuyu hace un mueca incómoda al recordar lo que ocurrió antes de reunirse con Sana, empezaba a arrepentirse por ello.
-Ajá.
-Pues ese día me encontré a Chaeyoung luego, estaba robando como de costumbre y me dijo si no la acompañaba. Entonces nos metimos a una fiesta de riquillos por aquí, y ahí... -La castaña suspira tocándose el pecho.- La conocí...
-¿Es riquilla?
-¡Simón! Es como tu morrita, nomás que más chula. -Tzuyu frunce el ceño no muy de acuerdo con eso.- Se llama Bae Joohyun, a ver cuándo te la presento.
-Estoy muy contenta por ti, pero, ¿Para querías que viniera con tanta urgencia?
-Ah... -Exclama Tzuyu recordando algo.- Más bien era para decirte que ya no vamos a poder coger, tú entiendes.
Algo de peso parece desvanecerse de los hombros de Tzuyu, aumentando su estado de euforia.
¡Ya no tendría que pedírselo ella!
Realmente creía que a Seulgi le afectaría que terminaran su no relación, desde un principio dejaron bastante en claro los términos de esta, solo sexo casual que no afecte de ninguna manera su amistad, aún así nunca a sido buena para darle fin a una relación, ya sea cual sea esta.
-¡Genial! De hecho yo quería pedirte lo mismo.
-¿Tu? ¿Porque tan de repente?
-Es que... -Se frota la nuca mirando para abajo, y que así Seulgi no pudiera ver su sonrojo.- Me gustaría intentarlo con Sana... Es una buena chica al final de todo.
-Me alegro, de seguro les irá muy bi- El sonido vibratorio característico de los teléfonos interrumpe la conversación, viene del de Tzuyu.
-Disculpa.
"(40) Mensajes nuevos de Sana"
[...]
[...]
Sus pulmones parecen quemar con la más mínima intromisión de aire, sus pies se siente como si caminara sobre lava, y su mente es una enorme telaraña de preocupación e incertidumbre que no la puede dejar en paz.
No ha parado en todo el camino hasta la casa de su hermana, ni siquiera se molestó en usar el camión como siempre acostumbra cuando va a trabajar, esas cosas en cualquier momento pueden ir insufriblemente lento.
En momentos como este se arrepiente de nunca haberle preguntado a Sana sobre su dirección o donde podría quedarse, debía de haber mostrado más interés, dejar de lastimarla con su actitud cortarte, hubiera hecho muchas cosas para que Sana no reaccionara así.
No tiene idea del porqué de los repentinos mensajes, pero no importa, puede saberlo después.
-¡Jeongyeon, Jeongyeon! -Grita tocando la puerta ruidosamente.
-¿Chinga que traes? -Jeongyeon aparece algo espantada, cuando se acercó para abrir notó la angustia en la cara de Tzuyu.
-¡Vuelves a tocar así mi puerta y verás hija de la verga! -Ahora a quien le cambia la expresión de furia a preocupación es Nayeon.
En cuanto la ve toma el rostro ajeno entre sus manos.
-¿Qué ocurrió?
-Es Sana, me mandó muchos mensajes y estoy preocupada, necesito que me digas dónde vive.- Dice apresurada quitándose a Nayeon de encima.
-Espera Tzuyu, esto hay que tomarlo con calma, respira.
-¡No quiero calmarme, necesito que me digas dónde vive Sana ahora!
-Tzuyu, por favor escucha- Jeongyeon cubre el pecho de Nayeon con su brazo, poniéndola detrás suyo, una mirada es suficiente para decirle que ella se encarga.
Saca su teléfono bajo la impaciente mirada de Tzuyu.
-Listo, te acabo de mandar su dirección.
Jeongyeon rebusca en su bolsillo sacando unas llaves.
-Son las de la camioneta, la que usamos para transportar la comida, anda ve.
-Gracias, enserio muchas gracias. - Las toma saliendo disparada de ahí.
La pareja la ven irse a la lejanía.
-No sé qué tan buena idea fue dejarla sola, ¿Y si es algo grave? -Pregunta Nayeon rodeando el cuello de la más alta con sus brazos.
-Estará bien, si fuera algo demasiado grande nos hubiera pedido ayuda. - Ahora Jeongyeon le rodea la cintura, para besarla lentamente.- No permitas que te agobie, amor.
Con otro beso todas las preocupaciones de Nayeon logran bajar considerablemente, y cuando se acorruca en el pecho de su esposa, puede respirar en paz, por supuesto que aún teme por lo que sea que le haya pasado a Sana pero su esposa tiene razón, Tzuyu podría ser orgullosa pero por nada del mundo dejaría que a alguien le pase algo malo solo por el orgullo.
Mientras tanto las calles más finas de la ciudad se ven amenazas por una conductora ranchera que no se detiene por nada, van varías calles en las que viejitas le avientan el bastón por casi atropellarlas, incluso chocó con un buzón, menos mal nadie la vio.
Finalmente frena frente una enorme mansión, que decirle mansión le quedaba corto.
¿Es eso una cancha de tenis?
No, Tzuyu, concéntrate.
Sale rápidamente de la camioneta hacia la enorme reja negra, tocando el botón del intercomunicador.
-¿Que se le ofrece? -Dice la voz del otro.
-¡Necesito ver a Sana, ábreme ahora!
La otra voz carraspea.
-Le pedimos amablemente que se retire de la propiedad.
-¡Yo no me voy de aquí! ¡Dígale a Minatozaki Sana que Tzuyu le está hablando! -Con ese último grito y cegada totalmente por la desesperación, termina golpeando el tablero del intercomunicador.
Rompiéndolo.
-¡Mierda! -Tzuyu saca rápidamente su teléfono para llamar a la rubia.
Uno, dos, tres, cuatro.
Y la vuelven mandar al buzón.
¿Que acaso nadie se da cuenta de la preocupante situación?
-Sana, escúchame, necesito que vengas a abrirme, estoy afuera de tu casa.
Se lleva el cabello hacia atrás exasperada.
Terminando el mensaje de voz.
Nada más le faltaba que Sana ni siquiera estuviera aquí, también podría estar en casa de alguno de sus amigos, carajo incluso podría estar llorando en algún parque.
¿Que fue el mal Sana?
¿Qué te puso así?
En eso la gran reja se abre.
Poco le importa a Tzuyu si la abrieron por ella, ni lo piensa más y corre dentro.
El jardín de la mansión es extenso, un abundante pastizal verde con gran variedad de flores, canchas de tenis, una piscina.
Wow, a Chaeyoun le encantaría robar aquí.
Mientras Tzuyu sigue recorriendo el camino hasta la gran puerta de mármol pulido de la mansión, de esta misma viene saliendo la conocida figura de una rubia.
-Tzuyu... -Murmura Sana incrédula. De ninguna manera, Tzuyu no podría estar realmente aquí, es una tontería.
Tzuyu no la soporta, ¿Porque vendría a verla?
-¡Sana! -Tzuyu llega a la puerta lanzándose a abrazar a la japonesa, acción que nunca creyó posible.
Para Sana esto no se siente más que una fantasía, una fantasía imposible en la que Tzuyu es cariñosa con ella, una dónde no repugna a todos con su ridícula personalidad.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Por qué te pusiste así? -Las manos de la castaña recorren su rostro en busca de alguna señal de daño, sus ojos barren todo su cuerpo para suspirar un poco más tranquila al comprobar que no hay daño físico.
-V-Viniste a verme.... -Exclama Sana conmovida, tocando la mano de la pelinegra.
Ese hecho produce un gran sonrojo en Tzuyu, hasta ahora ve que no ha medido muy bien sus acciones.
-N-No... Es solo que estaba por la zona y... Eso...- Los fallidos intentos de Tzuyu por ocultar su preocupación no son suficientes para borrar la sonrisa del rostro de Sana.
Ella vino a verla por decisión propia, no tuvo que bombardear su buzón con mensajes o tontas palabras dulces, ya sea porque estaba por aquí, eso es suficiente
Sana la abraza por el cuello tan fuerte que casi la asfixia, a Tzuyu se le dificulta obtener aire, pero aún así no la aleja.
-Te amo.
Por primera vez en mucho tiempo, Tzuyu realmente se plantea que responder, tiene bastante claro que no la ama aún, para eso cree que todavía le falta mucho.
Pero puede estar segura de algo, Sana ya no es solamente una chica que tiene un crush en ella.
En vez de responder con palabras, Tzuyu le besa la frente, siendo la máxima muestra de cariño por su parte.
[...]
[...]
[...]
•
•
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro