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-Dime, ¿Tu crees que soy tu sirvienta acaso? -Sentada en un sofá doble en medio de la sala, Momo estaba cabizbaja escuchando los regaños de Jihyo, a los ojos burlones de Tzuyu y Chaeyoung.

Estás comían unos buenos tacos de birria junto una cerveza bien helada, Momo moría por acompañarlas, pero no podría beber por un buen tiempo.

Se lo prohibieron estrictamente en cuanto llegó.

—No... —Murmuró la japonesa jugando con la tela de su playera, llevaba una perteneciente a Dahyun, aún creyendo que era una vagabunda, en un acto de generosidad le regaló algo de ropa.

Le quedaba algo justa pero no se quejaba, gratis es gratis.

-¿Así que crees que puedes chingarme mi licuadora, dejar la cocina hecha un desastre, y en encima querer que yo lo limpie?

Momo la miró momentáneamente, bajando la mirada de golpe tras toparse con esos furiosos ojos.

A nadie le gusta meterse con una Jihyo enojada.

-Háblame, Momo.

-Perdón es que- Jihyo le golpea la frente con una espátula.

-¡No me contestes! Vete a comer antes de que me enoje más. -Sumamente furiosa la pelinegra menor señala con la espátula la mesa, asustando al otro par, creyendo que también las atacaría a ellas.

-¡Y cuando regrese espero que ese plato este limpio y guardado!
Momo acata la orden cabizbaja dándole el primer bocado a los tacos.

—¡Ay, estas niñas! Juro que un día me van a sacar canas verdes, no es posible, quieren siempre que una....

La voz de Jihyo se va desapareciendo conforme deja la cocina para ir a quien sabe dónde, dejando al trío de drogadictos aguantando las ganas de reír, bueno, por lo menos Chaeyoung y Tzuyu.
Momo aún trataba de soportar las ganas de llorar.

-Ya wey, cálmate. —Le dice Chaeyoung dándole palmaditas en la espalda. Momo sorbe el moco que amenaza con salir de su nariz roja, viéndola con ojos llorosos.

-Es que me habló feo....

-Pues también tu qué esperas, no te iba a felicitar. -Exclama Tzuyu atrayendo la cabeza de la pelinegra a su pecho.

-Nomás porque a nosotras nos diste lastima luego de que Jihyo te pegó, si no también te dábamos tu tanda.

-¿Ya le dieron lo de la tanda a Doña Lupe? -Pregunta Momo de la nada.

Chaeyoung jadea antes de levantarse de golpe y salir a la calle, no sin tomar antes la cartera nueva que acababa de encontrarse casualmente, en el bolsillo de un chico.

Tzuyu saca una carcajada que ahora sí es acompañada por Momo, Tzuyu le sonríe contenta de verla un poco mejor, a cualquiera de las tres les afecta cuando Jihyo los regaña, y vaya que eso es algo que sucede seguido.

De repente un teléfono suena, era el de Tzuyu.

-¿Quién es? -Pregunta Momo estirándose para ver a Tzuyu encender su teléfono.

"(1) Mensaje nuevo de Sana"

-Sana. -Contesta indiferente. No quería que nadie se diera cuenta  lo emocionada que la hizo sentir recibir un mensaje suyo.

-Uy. -Momo le pica el hombro sonriendo pícara.- Siguieron noviando.

-Solo salimos un día, no es gran cosa.

-Para mi si lo es, me hace feliz que estés sentando cabeza, ya te hacía falta.

-Me lo dice la otra solterona. —Rueda los ojos.

-No es cierto, tengo a Rosé, no somos nada pero. -Momo se encoge de hombros.- A lo mejor lo piensa si le digo.

-A lo mejor. -Finaliza la conversación bebiendo de la cerveza, desviando la mirada para poder sonreír.

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[...]

Sana suspira cuál tonta enamorada, escuchando al momento el timbre anunciando el final del día.

Por suerte esa la última clase, no mentía al decir que la clase la tenía súper aburrida, ella solo quería irse a casa para poder planear las vacaciones de navidad que tendría con sus amigas.

Aunque realmente no era mucha planeación, solo debían decir a dónde quieren ir y sus padres se encargarán de todo.

Tal vez irían a Moscú, este año han ido varias veces a París, un cambio les vendría bien.

Y tal vez, solo tal vez, podría llevar a Tzuyu.

Sana brinca de alegría de tan solo pensarlo, para sacar las llaves de su auto.

En eso, una imagen horrible le borra cualquier sentimiento de felicidad que pudiera tener.

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