005
[
...]
Tzuyu frotó su sien frustrada después de leer los twitts de su cuñada, eso explicaba porque tenía la boca roja, debieron ser buenos besos.
¿Pero que más daba que hayan sido buenos besos?
Ella no podía tener novia, o por lo menos no podría ser esa chica.
No la conocía en lo absoluto, tampoco entendía porque fue que se lanzó a besarla cuando se vieron en los tacos, esa parte la recordaba medianamente, de no haber sido porque le pareció linda la hubiera golpeado en cuanto la tocó.
Recordó la llamada de hace rato, la chica le dijo que debería cuidarse muy bien, que se tomara unos medicamentos y que tomara una ducha.
Le dijo cuanto la amaba y que iría a verla en la noche, ni siquiera tuvo oportunidad de protestar.
Iba irse a casa después de eso con ayuda de su más reciente amiga, Dahyun, quien descubrió que se trataba de una amiga de su noviecita.
Hasta que vio la foto, fue demasiado para su cabecita pendeja.
Ahora estaba de nuevo en casa, a la merced de una temible Jihyo a la espera de que despertara.
Lo mejor sería encerrarse cuánto tiempo pueda.
Tzuyu toma su teléfono de la mesa de noche, cerrando los ojos por el intenso brillo de este, lo baja y busca entre sus contactos a sus amigas.
Tzuyu río cambiando el chat a aquel que tanto temía, tal vez no la conocía, pero nunca antes a roto con alguien, sus antiguas relaciones fueron terminadas por sus ex parejas, no por ella.
Sabía lo mucho que dolía un corazón roto, no quería ser la causa de uno.
-No nos conocemos... No debería afectarle. -Dijo para si misma.
Antes de que pudiera enviar el mensaje, la puerta de su habitación se abre violentamente dejando entrar una figura borrosa de cabello rubio.
—¡Amor! ¿Estás bien? ¿Te duele algo? -Sana llega a su lado sentándose en la esquina de la cama, preocupada toca la frente de Tzuyu comprobando su temperatura.
Tzuyu estaba aturdida, no se esperaba que apareciera de la nada.
-No tienes fiebre, eso es bueno. —Sana sonríe aliviada, abre su bolso buscando algo dentro.- Te traje algunas cosas para que te sientas mejor, medicinas, fruta, té, y traje cosas para prepararte unos chilaquiles.
-¿C-como entraste?
-Tengo la llave, tú me la diste ayer tontita. —Sana saca una caja de pastillas, saca una del plástico dándosela a Tzuyu, junto una botella de agua. ― Tómala, se te quitará el dolor rápidamente.
Un irreconocible calor se instaló dentro del pecho de Tzuyu, no entendía la extrema preocupación de Sana, ni siquiera se conocían bien y estaba ahí, velando por su bienestar.
Además de aquel brillo que captaba en los ojos ajenos, le resultaba fascinante y completamente sin sentido.
-Gracias... -Tzuyu toma las cosas indiferente.
Sana sonríe complacida acercándose a darle un tierno pico en los labios.
Tzuyu toca sus labios sorprendida.
Tal vez no sería tan malo convivir con ella un poco más.
Interrumpiendo el momento los gritos de Jihyo resuenan por toda la casa.
-¡Tzuyu se metió un pinche ratero a la casa!
•
•
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro