9
Al día siguiente Marie despertó como de costumbre.
Se ducho, se arregló y bajó a desayunar.
Durante el desayuno habló con su madre.
—Hoy también iré a la ciudadela Starco a construir el sistema de defensa, y cuando termine me volveré una miembro honoraria de la ciudadela.
—Muy bien Marie, solo ten cuidado, y recuerda construir dentro de los parámetros de la física.
—Si mami.
Al terminar de desayunar, Marie subió a su cuarto, tomó una mochila y metió algunas herramientas que necesitara.
Unos minutos después un portal se abrió, Elizabeth lo cruzó.
—¡Marie! ¿Ya estas lista?
—Claro que si -—Carga su mochila en su espalda—A la carga.
Ambas chicas cruzaron el portal, nuevamente Marie se dirigió a donde dejó su taller encogido, y lo presionó para volverlo grande otra vez.
—Elizabeth, necesitaré algo tuyo para algo que quiero hacer.
—¡No! —dijo mientras se ponía las manos en la cabeza cubriendo su cabello—No me arrancaras otro pelo.
—Jejejeje, no es eso exactamente, el cabello solo tiene una mínima muestra de ADN, me gustaría un poco de tu sangre para empezar a desarrollar los collares neutralizadores de magia.
—Creo que eso es peor, odio las agujas.
—Bueno, Emmm... ¿Crees que alguna de las demás Starco sea voluntaria para eso?
—Si quieres busco a alguien que si se deje penetrar por una aguja.
—Sería fantástico.
—¿Necesitas alguna otra cosa?
—Emmm... Si... Solo un... Reproductor de música.
—Pero Marie, ahí dentro tienes un reproductor de música.
—Si, lo sé —se ríe un poco—Solo quería sonar un poco dramática, intentando hacer una referencia a la música que escucho mientra construyo.
—¡oh! Ya entiendo.
—Si, es como si le preguntaras al capitán América "¿Necesitas algo? " y el responda "Solo un escudo" así bien machin.
—Si, ya entendí —dijo Elizabeth un poco firme, y prosiguió a retirarse.
Marie entró en su taller y comenzó a construir.
Empezó con uno de los robots que liderarian una armada de hierro.
Una vez terminado uso al robot para construir otro robot, al final entre ambos hicieron 2 robots, después los 4 hicieron otros 4 robots, y así sucesivamente.
En el momento que tenía a 31 robots ayudándola a construir otros 32, tocaron a la puerta.
Marie detuvo la producción y se dirigió a abrir, al hacerlo se encontró con una Starco más.
—Hola, tu debes ser la chica ingeniera, yo soy Luna Marie —dijo la chica.
—¿Te llamas Marie?
—Si.
—Yo también me llamo Marie, Marie Elizabeth.
—Oye, te llamas igual que mi amiga.
—¿Elizabeth?
—Si, ¿La conoces?
—También es mi amiga. ¿Así que son amigas?
—Si, muy buenas amigas.
—Entonces, prácticamente tu y ella son Marie y Elizabeth, ¿no?
—Si... Y tu te llamas Marie Elizabeth.
—Es un poco extraño.
—Ni que lo digas.
—En fin, ¿que necesitabas?
—¡Cierto! Escuche que buscabas una donante de sangre que no le tema a las agujas, y vine de voluntaria.
—Perfecto, pasa. —Marie dejó entrar a Luna a su laboratorio, al entrar ella quedó asombrada.
—Wow, no era broma eso de que este lugar es más grande de lo que se ve por fuera.
—Sip, así es. Si gustas tomar asiento ahí, una maquina especializada en tomar muestras te retirara 100 mililitros de sangre.
—¿¡100!? —Dijo asustada mientras se sentaba.
—Tranquila, no es mucho realmente, el cuerpo humano contiene 5 litros de sangre, y puede sobrevivir si a perdido la mitad.
—Creo que ese último dato no era necesario. —una máquina se acercó a Luna y le indicó que pusiera su brazo en cierto lugar, así lo hizo y la máquina prosiguió a escanear su brazo, buscaba una vena de donde extraer la sangre, al localizarla limpio la zona con un algodón con alcohol y después introdujo una jeringa cuidadosamente y extrajo los 100 mililitros de sangre, al terminar retiró la aguja mientras le ponía un algodón—No estuvo tan mal —la máquina prosiguió a darle una paleta—¡Oh! Genial —Luna la tomó y empezó a comerla.
—Muchas gracias por tu colaboración, puedes retirarte si lo deseas —Dijo Marie amablemente.
—Gracias a ti por ayudarnos con nuestro sistema de defensa —dijo mientras se ponía de pie y se dirigió a la puerta. Marie se adelantó a abrirle y Luna le agradeció, se retiro del lugar y Marie continuó con lo suyo.
—Muy bien A.R.I.S.A. analiza la sangre y busca similitudes entre estas células y las células mutantes.
—A la orden señorita Marie —dijo una voz a través de un computador.
Varios brazos robots tomaron la muestra y la depositaron en una máquina que la empezó a analizar.
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