La sangre es roja, dilly, dilly

Tom abrió sus ojos grises instantáneamente una vez que sintió algo frío y metálico tocar su cuello. El aturdimiento en sus ojos se disipó inmediatamente una vez que se dio cuenta de que su amado estaba sentado a horcajadas sobre su cuerpo previamente dormido. Sin embargo, la boca de Harry estaba fruncida, sus ojos verdes ardían de júbilo, el júbilo sádico que tenía Tom cada vez que escuchaba el último aliento de su víctima. Nunca esperó ver lo mismo en su delicado y amable compañero. El placer se arrastró rápidamente por su cuerpo y directamente a su ingle. Tom quería violar a este hombre, y esas túnicas de dormir de seda, casi como de malla, no eran un gran obstáculo.

Harry golpeó las manos que subían por sus muslos. "Te tomó el tiempo suficiente despertarte".

Tom simplemente sonrió. Si Harry no fuera su esposo al que amaba mucho, se habría despertado en el momento en que escuchó un ruido. No sentía peligro por él, en todo caso, Tom se sentía muy seguro con él, ni siquiera ahora cuando lo sostenía a punta de cuchillo.

"¿Qué te preocupa, cariño?" Tom pregunta, aunque ya sospechaba algo de por qué estaba así.

Eso aparentemente solo lo enojó más cuando presionó la hoja afilada del cuchillo con más fuerza en su garganta. "Eres repugnante", escupió.

Tom frunció el ceño con decepción.

Desde que salvó a Harry de un alfa la noche que planeaba convertir a alguien en su quinta víctima. Siempre había estado interesado en él, especialmente cuando parecía estar enojado después. Tom lo salvó, por lo que estaba bastante confundido. Era una pregunta a la que nunca ha obtenido respuesta. Casualmente, se volvieron a encontrar la noche siguiente y otra vez. Fue entonces cuando finalmente le invitó a cenar. Sabían una mierda el uno del otro, pero Harry aceptó. Tom normalmente no seducía a nadie para matarlo, simplemente los mataba en el acto, pero por alguna extraña razón, decidió hacer una excepción. Y lo hizo una excepción porque durante toda la cena, encontraron mucho en común el uno en el otro. Tom no lo mató ni a él ni a nadie, estuvo completamente distraído toda la noche.

Cuando llegó a casa, ya era demasiado tarde y no podía engañar a esa persona, el "Maestro de la Muerte" para que finalmente se revelará. Estaba un poco molesto.

No les tomó mucho tiempo empezar a salir y finalmente llegó el matrimonio. Era arriesgado considerando su "profesión nocturna" como asesino en serie. Sin embargo, hacer malabares entre su vida como Tom Riddle y como Voldemort fue bastante fácil ya que Harry no preguntó mucho.

Tom lo ama mucho, probablemente era el único que amaría en su vida, fue una lástima que tuviera que matarlo... no podía dejarse exponer como el notorio Voldemort, ¿verdad?

Intentó sentarse, pero el agarre que Harry tenía sobre él era sorprendentemente fuerte.

"No te atrevas"

Tom solo pudo suspirar cuando preguntó: "¿Cómo te enteraste?"

"¡Ni siquiera lo estás negando!" Harry huele, un nudo formándose dentro de su propia garganta. Oh, Tom tenía el impulso más fuerte de consolar a su omega histérico, pero estaba seguro de que Harry no querría sus manos sobre él. "¡Eres un tramposo! ¡Un bastardo absoluto! ¡Cómo te atreves a hacerme esto! ¡Pensé que eras diferente!"

Su corazón se aprieta dolorosamente al verlo. Sus ojos estaban vidriosos, las lágrimas ya se estaban formando, pero la ardiente pasión del sadismo todavía estaba allí.

"Harry- yo-"

"¡CÁLLATE!"

El cuchillo que estaba en su garganta atravesó la cabecera de madera oscura justo detrás de su cabeza. Los ojos grises de Tom se abrieron de par en par ahora mientras observaba cómo Harry lentamente retiraba el cuchillo, acariciándolo amenazadoramente.

"¡Debería haber sospechado desde la primera vez que dijiste que estabas trabajando hasta tarde!" Harry grita, lo suficientemente fuerte como para ser un grito pero lo suficientemente bajo como para que sus vecinos durmientes no lo escuchen. "¡No puedo creer que me enamoré de ti! ¡Debería haberte matado la primera vez que nos conocimos! ¡Estás mejor muerto!"

Tom ignoró el hecho de que lo amenazó con matarlo. Estaba histérico y temblando por todas partes, sumado al hecho de que no podía imaginar a Harry lastimando a una mosca. No había forma de que quisiera decir esas palabras.

Si tuviera que matar a Harry, ¿cómo lo haría? ¿Hacer que parezca un suicidio? ¿Desechar su cuerpo y hacer que parezca que desapareció? ¿Hacer que parezca que fue un robo que salió mal? O usarlo como víctima de Voldemort... se convertiría en el sospechoso número uno en ese momento y no era de Lord Voldemort irrumpir en una casa y específicamente matar a un omega que literalmente no tiene nada que ver con él.

"Tom, quiero oírte decirlo".

"¿Qué?"

"Dilo y con quién... por favor". Dice, suplicando mientras las lágrimas comenzaban a caer de sus mejillas y hacia su ropa.

Tom asintió frenéticamente mientras cerraba los ojos. No podía ver esas lágrimas, no le importaba si su ropa cara se arruinaba, las lágrimas de Harry siempre serán su debilidad número uno... y lo que quiere su omega, su omega lo consigue, especialmente durante estos tiempos de "prueba".

"Soy el asesino en serie Voldemort, por eso siempre trabajaba hasta tarde-"

"¿Quién es la perra con la que me estás engañando-"

Ambos se quedaron paralizados y se miraron el uno al otro, Harry dejó de sollozar por completo incluso cuando algunas lágrimas aún abandonaron sus ojos.

Él... pensó que Tom lo estaba engañando.

Tom no supo entonces si llorar o reír.

***

Tiene sentido.

La razón por la que Tom siempre faltaba al menos algunas noches al mes. El fuerte olor a perfume en él, el tenue aroma y los mechones de cabello, ya sea rubio, rojo, negro, los vio a cada uno de ellos, pegados en algunas de sus ropas. Al principio, simplemente lo atribuyó a su paranoia y lo ignoró. Pero todas las noches su alfa pensaba que estaba durmiendo y se metía en la cama con él, siempre olía un leve olor en él y cada vez que pasaba su corazón se rompía un poco.

Harry finalmente aceptó el hecho de que su amada pareja, a quien había amado tanto los últimos años que habían estado juntos, le fue infiel. No debería encontrarlo tan sorprendente ni tan doloroso, ha experimentado lo mismo hace años. Pero el hecho de que fuera Tom quien lo había engañado empeoró todo.

Aunque su primer encuentro no fue exactamente el mejor. La cena que tuvieron después de la tercera noche consecutiva que se conocieron fue definitivamente lo mejor que le ha pasado. Harry se atrevería a decir que fue mejor que el momento en que mató a su novio infiel, el momento en que finalmente despertó el sadismo oculto que había estado reprimiendo desde su horrible infancia. Estaba lejos de ser un psicópata ni alguien con la personalidad de la tríada oscura. Pero matar a los alfas lo llenaba de un placer inexplicable... especialmente a los viles y abusivos. Harry consideraría el hecho de que estaba haciendo lo correcto, pero sabía que no era mejor. Había matado a alfas inocentes antes, y Harry no creía que pudiera detenerse.

La noche que se conocieron fue cuando Harry atrajo deliberadamente a un alfa irrespetuoso. Tom había arruinado el plan al "salvarlo". Por supuesto, estaba enojado. Necesitaba una víctima para transmitir su ira a ese pedazo de mierda de Voldemort que lo estaba desafiando. Harry no era normalmente tan grosero pero no podía evitarlo, había hecho todo lo posible para atraer a ese tonto a un callejón oscuro solo para que alguien lo interceptara. Simplemente salió corriendo de allí después de decir un "gracias" poco sincero. Como era de esperar, se sintió culpable después y se alegró de haberse encontrado con él de nuevo la noche siguiente (a pesar de que no tuvo la oportunidad de cazar presas nuevamente). Y luego Harry se encuentra con él de nuevo... no esperaba eso. Pero, honestamente, ¿se arrepintió? No, porque su relación con el alfa floreció inesperadamente rápido.

Había mucho en común entre ellos...

¿Pero justo en ese momento finalmente aceptó que Tom lo estaba engañando? Diría lo contrario porque significaba que acababa de pasar años con un hombre que eventualmente lo traicionaría.

Harry iba a matarlo a él y a esa perra. Ni siquiera le importaba si lo atrapaban.

Pero después de esa bomba que lanzó, se quedó completamente sin palabras.

"Oh," fue lo único que pudo decir, levantando la presión que tenía sobre su esposo.

"¿Engañarte? ¡Nunca lo haría en un millón de años, Harry!" Fue la voz frenética de Tom mientras se sentaba, enjugándose las lágrimas.

Harry no sabía por qué se sentía tan aliviado de que Tom no lo estuviera engañando, sino que estaba matando gente. Desde el punto de vista de la moral, eso sería mucho peor que si estuviera siendo infiel. ¡Por el amor de Dios, estaba matando gente!

Sintió a Tom abrazarlo y lo aceptó, soltando el cuchillo que tenía, realmente pasó demasiado tiempo tratando de afilar eso. Harry enterró su nariz en el hueco del cuello de su alfa, buscando consuelo, lo que consiguió cuando su esposo comenzó a acariciar su espalda y cabello con dulzura.

"¿Estás... no estás molesto?" Tom le susurra tiernamente al oído, no de forma amenazadora sino con... miedo. "Sobre que soy un asesino en serie... quiero decir".

Oh, no lo estaba. Harry ya podía imaginar cómo Tom clavaría un cuchillo en el pecho de alguien y lo movería para romper la piel, sin importarle que sus manos comenzaran a empaparse en el líquido rojo carmesí que corría por las venas de todos. Y solo pensando en lo caliente que se vería cubierto de sangre y las entrañas de sus víctimas. Oh, estaba tan mal... pero lo hizo cuestionablemente excitado ante la idea.

¿Qué es incluso la moral ya?

"Estoy enojado,"

Tom solo suspiró impotente, "por favor, amor..."

"Eres ese hijo de puta que sigue tratando de ponerme un cebo".

Tom se apartó confundido, enfrentando la mirada de Harry.

"¿Qué? ¿Qué quieres decir?"

"Resulta que mi rival asesino es mi marido. Siento que acabamos de salir de una de esas películas para adultos jóvenes clichés". Luego sonrió a su esposo. "Soy el Maestro de la Muerte, Voldemort".

La sonrisa pintada en el rostro de Harry se ensanchó cuando una fría y blanca conmoción se apoderó de Tom. Acaricia su mandíbula, su mejilla y su oreja. "Así es, soy el asesino que odia a los alfa"

"¿Quién sabía algo... un omega pequeño y delicado como tú podría ser tan cruel?" Tom dice, sonriendo mientras abre la bata de seda con los dedos. La bata se abre lentamente, casi cayendo de los hombros de Harry. Inmediatamente, pega su boca al cuello desnudo del omega, acariciando sus costados de arriba a abajo de manera sugerente. Harry instintivamente inclinó la cabeza en sumisión, ganándose una ligera risa de Tom. Estaba seguro de que para mañana sería imposible ocultar las marcas de mordeduras en su cuello. "Tan sumiso... tan dulce..."

"Solo para ti..." dice Harry, apenas capaz de contener el gemido dentro de su garganta mientras Tom muerde un punto dulce. "T-Tom..." Podía sentir la sonrisa de Tom contra su garganta.

"Esto es tu culpa, cariño... me tienes muy nervioso". Dice, dejando escapar un placentero gemido cuando Harry maulló. "Con tu cuchillo y combinado con esa lencería de encaje tuya..."

"Estás arruinado-" Jadeó cuando Tom bajó, dejando un rastro de besos. "Aunque... la idea de que estés cubierta de sangre me... uh... me moja".

Los ojos del alfa ardían intensamente de deseo, Harry juró que los vio ponerse rojos por un segundo, lo que obligó al omega en su regazo a regresar finalmente a su lugar. Debajo de él, como debería estar una perra reproductora adecuada.

"¿Quién está más arruinado entre los dos entonces? ¿Omega?"

Ambos lo eran, serían la mayor ruina y pecado del otro.

Y a ambos les encantó.