Capítulo 15: Pérdida de una virgen
Abrí lentamente los ojos y ahí estaba él, el chico que me había dicho que sí sin pensarlo cuando se me ocurrió la loca idea que me dieran mi primer beso.
Solo dijo que sí, me besó y respetó mi decisión. Nunca más había tocado el tema, ni un porqué salió de su boca.
Ahora se estaba convirtiendo en un caballero de brillante armadura y de bonitos ojos azules.
El silencio reinaba a nuestro alrededor, yo estaba perdida en el iris de sus ojos cuando un golpe en su mandíbula rompió la magia. El gemelo cae al piso y me pongo en su defensa delante de Mario, Henry supo actuar al oír el grito de Yamilet e intentó sostenerlo, y casi no lo logra si no lo paro.
-¡BASTA!- le grité al ogro que resoplaba delante de mí-
- No vas a ser mi primer nada, porque ni siquiera este es mi primer beso- se escucha cometarios bajos entre el público presente y un ohhh general que no ayudaba en nada.
-Ahora, déjanos en paz y no te atrevas a volver a tocarlo se ha portado mejor que tú, al menos sabe lo que es el respeto y la educación, valores de los que careces en demasía-
me mira con sus lindos ojos cafés afectados por todo el drama que se acababa de vivir, los cierra, respira y cuando me vuelve a mirar, ya son fríos e irreconocibles.
- Me alegra ver tu verdadera persona- me dice y mira a Raico que aún se encuentra en el piso -
-Toda tuya, no me gustan las sobras. Jennifer nos vamos- la chica se le acerca contoneando todo el cuerpo, le toma el rostro lo besa, el se deja, lo disfruta, se oyen varios chiflidos en el proceso de seducción, Henry se dirige a los intrusos.
-Arriba, todos a lo suyo, se acabó la novela, que esto es un hospital,- yo, quito la vista de Mario y de Jennifer y ayudo a Raico a levantarse del suelo.
Una enfermera se nos acerca para llevarlo a revisar y ponerle hielo, se lo agradezco haciendo que los caminos de Mario y míos se separen.
Más tranquilos y con el hielo haciendo bien su trabajo en el rostro de Raico, nos dirigimos a la Habitación de Racel.
Frente a la puerta lo paro y le pregunto cómo está, a lo que responde tomando mi cara en sus manos para darme un beso.
La retiro sin ninguna brusquedad para no dañar sus sentimientos.
-No creo que debamos hacerlo, menos después de todo lo ocurrido, me preocupa mucho que pierdas la amistad de Mario, todo ha sido mi culpa no he sabido manejarlo, siento tanto que te veas en medio.
-Además no quiero tu lástima ya no es necesario que salgas a salvarme, nadie me esta amenazando.- le digo segura, pero sin lograr sonar menos triste de lo que estaba.
- ¿De qué hablas? Es posible que en ese momento si saliera en tu auxilio, pero si no intenté antes algo contigo, después de aquel beso, tu primer beso, que me disculpas no pareciera ser el primero, la verdad me supo tan bien que me es imposible olvidarlo, he soñado despierto mil veces que lo repetía.-
-Así que ahora no me vengas con que es por lastima o que se yo- me mira bien serio- si no he ido a por ti antes, es porque no me has dejado, tienes unos sentimientos fuertes por Mario y eso lo respeto. Nunca jamás voy a hacer nada que te dañe. Aquí estaré para ti siempre, ¿Vale?-
Me abrazo a él, necesito sentir su calor y su aroma, me ha dejado sin palabras, no pensé nunca que me hablaría de esa forma, entonces sentimos unos ruidos raros y una quejas dentro de la habitación.
Nos miramos y entramos lo más rápido de lo que fuimos capaces arrepintiéndonos al instante.
Yaniet yacía sin ropas encima de Racel, lo estaba cabalgando en cuerpo y alma, nosotros ahí sin saber qué hacer. Cuando se da cuenta se tira encima de su novio y él la tapa rápidamente con la blanca sábana del hospital.
-¿Qué hacen gilipollas que están en un hospital?- le dice Raico completamente muerto de la risa, yo al contrario estaba que me moría pero de la vergüenza, no lograba mirarlos a los ojos.
- ¿A ti que te parece tontorrón? Me haces el favor de salir, mi novia necesita privacidad.- la dice poniendo caras raras supongo que es lenguaje de hermanos, Raico me tomó de la mano y me arrastró con él afuera.
-No puedo creer que le haya hecho eso a Yaniet.- me dice y cuando va a seguir somos interrumpidos por Yamilet que se había acercado con cafés en las manos.
- ¿Qué y quién le hizo que a Yaniet?- pregunta un poco preocupada y la comprendo después de todo lo que hemos tenido que vivir en tan poco tiempo. A lo que mi gemelo le responde.
-No me lo vas a creer, pero tu mejor amiga acaba de perder su virginidad con mi hermano en una camilla de hospital. - lo dice tan dramático que me da un poco de risa aunque no lo hago por respeto. Yamilet no parece asombrarse y Henry rompe a reír exactamente como quería hacerlo yo.
- Sí, lo sabemos, nos pidieron un poco de privacidad, no tiene nada de malo. ¿No me digas que los interrumpiste?- pregunta Henry.
- Lo siento, no sabía nada y sentí una quejas raras pensé que pasaba algo malo- se excusa el trigueño de ojos azules. Me tapo al boca para reír sin herirlo, pero también lo apoyo al fin de cuentas yo sentí lo mismo.
- ¿Cómo los que se están escuchando ahora?- y era cierto creo que de alguna forma se recuperaron de nuestra brusca interrupción y estaban manos a la obra nuevamente.
Raico se pone una mano en la cara y todos nos echamos a reír.
- Vamos amigo, que no se diga, tu harías lo mismo, solo te duele que él se te adelantó- le dice en tono de burla Henry.
-Vamos a sentarnos en aquellos bancos y velemos que no los vuelvan a interrumpir ¿vale?, después del susto que ha pasado se merece pasarla bien con la persona que ama. Y te equivocas nunca haría que mi chica tuviese su primera vez en un lugar como este. - afirma.
- Pues, a mi no me importaría- todos ponemos máxima atención a Yamilet y ella se da cuenta- -¿Qué? Lo veo bien, si se quieren de verdad ¿Qué importa donde sea?
- ¿En verdad piensas así?- le pregunta su chino preferido.
- Por supuesto, se quieren están preparados, el lugar es lo de menos- dice muy segura.
- ¿Me quieres?- pregunta su más reciente novio
-Sí, claro que sí- le responde ella, y me doy cuenta por donde van sus intenciones y me tapo la boca, ella aún no se da cuenta. La toma de la cintura y hace que su cuerpo se pegue al de él.
-¿Te sientes preparada?- ella asiente un poco dudosa
- Pues sola falta el lugar- se separa y le dice
- Espera aquí voy a ver si esos lujuriosos me ceden la habitación un rato- es entonces que ella comprende y lo toma del brazo.
-Detente loco, tampoco así, tú te la tienes que trabajar un poquito más, ¿Vale?- le dice ella sonriendo, el hace un puchero y le responde con una tristeza sobreactuada
- Vale- a lo que le retribuye tomándolo entre sus brazos y dándole un largo y profundo beso que nos tenía súper incómodos al Gemelo y a mí.
Después de su beso vinieron a sentarse en al banco frente al nuestro.
-Dinos Mariana, ¿Dónde te gustaría que fuera tu primera vez?- me pregunta Henry Yamilet lo pellizca, el se queja pero igual no me avergüenzo, voy a responderle con la verdad, ya que les quiero y les tengo confianza.
- Pues no lo he pensado, aunque si me gustaría que fuera parecido a mi primer beso.
- Por favor dime cualquier lugar, menos el medio de una calle- me interrumpe implorando el gemelo- me pongo colorada recordando como aconteció y que precisamente él fue el protagonista del mismo.
- Que te haya elegido para su primer beso no significa que seas el elegido para su primera vez, así que no te hagas ilusiones- le dice en forma de aclaración Henry
- ¿Por qué no? ¿Qué sabes tú? Además soñar no cuesta nada verdad?.
- Si claro, sigue soñando- así continúan sin darse cuenta que yo seguía ahí.
-¿Avisen cuando quieran saber la opinión de Mariana?- los interrumpe Yamilet
-Lo siento- dicen ambos al mismo tiempo mirándome.
- No se preocupen, es gracioso verlos, yo lo haré cuando este lista e igual que Yamilet, no me importa mucho el lugar siempre que sea la persona correcta, si es un lugar bonito con mas privacidad que aquí también se agradece. Para mi perder la virginidad no es tan importante sino hacerlo con la persona indicada, no quiero arrepentimientos.
- Entonces ¿Eso solo significa que te arrepentiste de tu primer beso con Raico?- dijo Henry y recibió un golpe en el brazo de Yamilet, me dejó en shock, no pensé que todo lo que había dicho lo llevara a sacar esa conclusión, sobre todo por lo equivocado que estaba.
El trigueño se levantó y se fue sin mirar atrás, dejándome con la palabra en la boca.
- No para nada ¿estas loco, de donde sacas esa conclusión?- le dije bien enfadada.
- Sí no es así, ¿Qué esperas para ir en su busca?- habla Henry
-Ve corre, se debe de estar sintiendo bien mal. Son muchos golpes juntos, si no es cierto entonces no merece sentirse mal por este asunto tan delicado. Corre y háblale, dile lo que sientes realmente.- me aconseja Yamilet-
-Tienes toda la razón Yami- Salí corriendo en su búsqueda y al doblar en una esquina me tropiezo y caigo sobre mis nalgas, irremediablemente, subo la vista y ahí estaba mi pesadilla personal, parado frente a mí, con su cabreado permanente.
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