Capítulo 14
Capítulo 14
Sobre nerds y frikis:
Día 19 del programa: 29 de enero del 2015
7:00 pm
El inicio de la pijamada resultó algo extraño para las cuatro margaritas. No se debía a que fuera incómoda, o algo parecido. De hecho, no la estaban pasando mal. Lo que la convirtió en una velada inesperada fue la compañía extra que encontraron en el momento en que entraron en el pent-house.
—¡Quinta victoria para Osbone! —vociferó Derek, alzando el control de Xbox al tiempo en que se levantaba del sillón de un salto —. ¿Ya quieres llorar, Calvin? ¿Necesitas que me volteé para darte privacidad, o te paso un pañuelo?
—Cállate, Jimmy Neutrón. Solo me ganas porque estoy distraído —se defendió Cal.
—Si, ya imagino quien te distrae —Derek rodó los ojos y bajó la voz para evitar que las chicas lo escucharan. Las cuatro conversaban en la cocina.
—¡Sh! No hables de eso aquí, Dalia podría oírte.
—Están conversando, no me oyen en este momento. Vamos, Milestone, concéntrate al menos cinco minutos en el juego. Casi haces aburrido el hecho de estar pateando tu trasero.
—Si tanto te aburro, puedo apagar la consola.
—Eh, dije casi. Aun la estoy pasando de maravilla viéndote perder.
—¡Lilian! ¡¿Cómo lo aguantas?!
Al oír su nombre, Lilian se apoyó en la isla de la cocina, donde podía ver perfectamente la sala de estar y a los dos delatores. Ella sabía que entre Derek y Calvin había surgido una muy buena amistad gracias al programa, pero esa fue la primera vez que presenció lo divertido que podía llegar a ser ese par. Bromeaban entre ellos, se retaban y demás. En meses, esos dos lograron forjar una clase de lazo que muchos creerían que llevaba años ahí. A Lili le agradaba esa naciente amistad, sentía cierto alivio al saber que Derek tenía más amigos aparte de ella. Sonrió de lado al tiempo en que ambos hombres voltearon para esperar su respuesta.
—No es que lo aguante, Cal —dijo —, es que ya no puedo librarme de él.
—Pf, como si quisieras librarte de mí —contestó Derek —. Me adoras, soy lo más tierno que tienes en tu vida.
—Y lo más modesto también —habló Lilian, con sarcasmo.
—Soy el paquete completo, Lili.
Lilian se volteó hacia las margaritas con una sonrisa divertida. Las cuatro escucharon como los chicos reiniciaban el juego una vez más entre risas y bromas. Mientras, Sanne se ocupaba de hacer la ensalada que serviría de cena. Calvin se ofreció a preparar comida antes, pero la margarita ortoréxica se negó rotundamente a eso. Prefería ser la encargada de realizar algo sano para las cuatro, no confiaba en la manera de cocinar de los demás.
Cloe, por su parte, tenía los ojos fijos en el juego. Observaba los movimientos y las jugadas con interés. Apoyada en la isla de la cocina, imaginaba como podría ganarle a los dos, a Calvin y a Derek, si tan solo tuviera un control.
—¿Qué está haciendo el nerd? Tiene que alejarse de la tormenta si quiere salir vivo de ahí —soltó en voz alta —. Debe moverse más rápido o jamás le ganará al pelirrojo.
—¿Qué? —preguntó Lilian sin comprender.
—La idea del juego es matar o morir, pero a la velocidad que va Derek seguro le tocará la segunda —explicó —. Tiene suerte de que el hermano de Dalia está distraído. De lo contrario, ya habría perdido.
—¿Por qué no vas a jugar con ellos? —le preguntó Dalia.
Cloe la miró con incredulidad en el momento en que escuchó aquello. Se volteó de inmediato, tratando de ignorar el juego. Los ojos verdes de Dalia se fijaron en los de ella, como si tratara de insistirle en que lo intentara.
—No creo que ellos quieran otra jugadora —dijo cabizbaja.
—Oh, claro que sí—habló Dalia, para luego caminar hacia la sala de estar seguida por ella y por Lilian —. ¿Chicos, dejarían que Cloe juegue con ustedes? Les prometo que es buena.
—¡No, Dalia! —Cloe la tomó por el brazo y la detuvo —. No, no quiero. Podrían...reírse de mí.
—¿Por qué? —intervino Derek al tiempo en que Lili se sentaba a su lado.
Cloe se quedó callada.
—Vamos, Cloe. No creo que se rían de ti. Solo será un juego —le dijo Dalia —. Además, conozco a mi hermano y jamás lo he visto burlarse de alguien. No creo que seas la primera.
—Todos se burlan —insistió Cloe cabizbaja —. En el mundo real todos se burlan si ven que no eres quien debes ser.
—Pues, te informo que Calvin es demasiado bueno para ser real.
Dalia sonrió y rodeó a su hermano con un brazo. Poco después, él también esbozó una sonrisa y observó a Cloe con amabilidad. Había obvias similitudes entre los dos Milestone, pero la anoréxica prefirió ignorarlas. El físico de Calvin era mucho más adecuado que el de Dalia, sin mencionar que él era bastante atractivo.
—Ya quisiera yo que mi hermanita hablara así de mí. Silene solo se pone cariñosa cuando la dejo peinarme —habló Derek.
—O cuando te pone una tiara —le recordó Lilian.
—¿Tiara, Osbone? —preguntó Calvin alzando una ceja.
—Algunos debemos hacer sacrificios para que nuestras hermanas nos quieran, Calvin —se defendió —. En fin, Cloe, así como Cal no se burlará, yo tampoco lo haré. Si quieres jugar, solo tienes que decirlo.
—¿De verdad no se van a reír? —preguntó ella, insegura —. ¿Lo prometen?
—Lo prometemos — dijo Cal con una sonrisa. Le ofreció el último control libre que quedaba y ella lo tomó, no muy convencida.
—Vamos, Cloe. No olvides que soy un nerd, ¿acaso crees que alguien como yo podría burlarse de alguien como tú?
Derek llevó su mano hasta su pecho, fingiendo estar ofendido. Cloe admitió para sus adentros que ese nerd era demasiado osado para su gusto. No obstante, terminó por rendirse y se sentó en el medio de los chicos con el control en la mano. Dalia tomó asiento al lado de su hermano y esbozó una amplia sonrisa. Había logrado sacar a la Cloe que conoció en el árcade del disfraz que usaba todos los días. Ahora, era momento de que demostrara esa destreza a otras personas.
—Nerd —antes de comenzar, Cloe llamó a Derek.
—¿Sí? —preguntó el susodicho.
—Prepárate para perder —dijo con una sonrisa —. Lo mismo contigo, pelirrojo.
—¿Nos está retando, Derek? —preguntó Calvin, alzando una ceja.
—Pues, eso parece. Démosle su merecido, Milestone.
—Uh, les va a doler —dijo Dalia.
—¿Qué cosa? —preguntó Lilian.
—Tú solo observa, Lili.
En el momento en que Calvin dio por iniciada la partida, Cloe comenzó a mover sus manos con agilidad sobre el control. La rapidez con la que hacía jugadas y movía a su avatar en el juego, logró que los chicos con los que competía soltaran maldiciones de vez en cuando. Pronto, pequeñas carcajadas comenzaron a salir de la boca de la chica, al igual que una que otra táctica que se le escapaba de los labios.
Calvin se rindió a la mitad, cuando observó que la chica conocía bastante bien sus movimientos. Se dedicó a observar la pelea entre ella y Derek, que resultó bastante reñida y entretenida. Luego de unos quince minutos de partida, la pantalla anuncio al ganador. Dalia fue la primera en aplaudir al tiempo en que Cloe saltó del sillón con emoción.
—¡Sí! —exclamó con emoción —. ¡En sus caras, chicos!
—Carajo, es buena —admitió Calvin con los ojos muy abiertos.
—¿Buena? ¡Te quedaste corto! —exclamó Lilian, impactada.
—Se los dije —se limitó a decir Dalia.
Derek soltó el control al tiempo en que Cloe hacia lo que parecía ser un pequeño baile de victoria. Sanne se asomó desde la cocina para observar la escena. Jamás había visto a Cloe tan emocionada. Lo mismo podía decir Lilian, quien esbozó una sonrisa ladeada al verla de ese modo. El chico de lentes de pasta, por su parte, se permitió soltar una sonrisa mucho más amplia; de esas en las que sus mejillas lograban levantar los cristales de sus lentes tan solo un poco.
—Nos pateaste el trasero —admitió —. Vaya, Cloe, no tenía ni idea de que fueras una friki.
El baile de Cloe se detuvo al instante en que esa palabra llegó a sus oídos. Los recuerdos de las burlas que recibió atravesaron su pecho como cuchillas. Se puso pálida y solo pudo fijar sus ojos en los de Derek ¿Cómo pudo? ¿Cómo se atrevió a insultarla siendo tan solo un...un...nerd? Solo pudo hacer una cosa con respecto a su molestia: lanzarle con todas sus fuerzas—que eran pocas—el control en la cara.
—¡Hey! —se quejó Derek, que logró esquivar el golpe con dificultad.
—¡Dijiste que no te ibas a burlar! —ella apretó sus puños hasta casi lastimarse —. ¡Lo dijiste! ¡Lo prometiste!
—Cloe, no me burle de ti —aseguró Derek.
—¡Me llamaste friki! ¡Eso es burlarse!
—No, no lo es. Te lo dije, yo uso las etiquetas de una manera distinta a la que estás acostumbrada. Es tu juego, pero yo tengo unas reglas diferentes y te puedo asegurar que friki no es un insulto.
—No importa como juegues, llamarme así es una movida sucia de cualquier manera.
Derek negó con la cabeza.
—Deja que te explique —le dijo levantándose y poniéndose frente a ella —. La palabra friki proviene de la palabra en inglés freak ¿Sabes qué significa?
—Monstruo — respondió ella.
—No, no siempre significa eso. La mayoría de las veces que se usa, hace referencia a algo raro, extravagante e inusual. Gracias a su etimología, la palabra friki puede considerarse una etiqueta que engloba a personas así: extrañas, raras, únicas...
—¿Y dices que no me insultas? Nerd, ser rara no es bueno.
—¿Quien dijo eso? Porque no me lo creo. Cloe, vivimos en un mundo donde estamos acostumbrados a la monotonía. A las personas les encanta que todo y todos seamos iguales. Les molesta que algo o alguien no sea lo que parece, lo que hace que las sorpresas sean escasas. Nada es impresionante.
» Ser raro en un mundo común es un privilegio y con esa etiqueta te quiero recordar que lo eres. Puede que te veas como alguien común por fuera, pero me acabas de demostrar que hay más que una adolescente odiosa frente a mí. Eres rara, extravagante y única. Este es el mejor halago que alguien te hará: bienvenida al mundo de los raros, friki.
Cloe tragó saliva con dificultad, sin saber cómo reaccionar ante esa nueva manera de ver algo que consideró un insulto toda su vida. No logró despegar sus ojos de los de Derek ¿De verdad no se burlaría de su extraño pasatiempo? Era la primera vez que conocía a alguien a quien le gustaba lo raro, en lugar de juzgarlo. En ese momento, consideró que ese nerd no era tan molesto. De hecho, lucía agradable.
—¿Y él habla así de lindo todo el tiempo? —le preguntó Sanne a Lilian —. Porque si sigue así, me lo comeré a besos aquí mismo.
—Somos dos —concordó Dalia.
—Tres —admitió Cloe con diversión.
—¡¿En serio?! ¡¿Ahora son tres chicas peleando por ti, Osbone?! —preguntó Calvin —. Te voy a tener que pedir prestadas esas gafas.
—¿También te dijo que el encanto estaba en las gafas? —preguntó Lilian, carcajeando.
—Sí, y estoy empezando a creerle, Lili.
—Debes dejar de decir eso, Derek —dijo Lilian, mirando a su amigo con diversión —. Tus encantos no dependen de tu miopía.
—Aún no se ha demostrado lo contrario, Lilian —aseguró Derek moviendo sus lentes de una manera divertida.
Lili soltó una carcajada, seguida por el resto de las chicas. Cloe y Derek seguían frente a frente, y solo cuando ella terminó de reír, pudo fijarse en los ojos café del chico una vez más. Él le sonrió con amabilidad y, por primera vez en su vida, se sintió cómoda al pensar que no era la Cloe que el mundo esperaba. Le agradó ser rara, una friki.
Aunque eso solo se sentiría bien estando rodeada de gente que no se burlaría de ella. Una vez abandonara ese lujoso edificio, debía volver a fingir. El mundo era cruel y no pensaba exponerse para que la golpearan. No tenía la fuerza que tenía Derek para dar la cara y exponer su personalidad. Ese nerd era demasiado osado, y esa friki dependía mucho de las opiniones del resto.
—Bien, soy una friki —aceptó ante todos ahí —. ¿Y cuál es el trabajo de los raros en este mundo, nerd?
—¿Nuestro trabajo en el mundo? —Derek arrugó el entrecejo y lo pensó unos segundos. Cuando encontró la respuesta, sonrió y se sentó en el sillón junto a Lilian —. Nuestro trabajo es vivir.
—Oh, es más sencillo de lo que creí.
—Pero no vivir como cualquiera, sino vivir a nuestra manera: ser extravagantes y únicos, así se cambia el mundo. Si tu manera de transformar este planeta en uno más extraño y original es comenzando una partida nueva en un videojuego, entonces hazlo, friki. Yo jugaré contigo.
Cloe le sonrió. Luego, su mirada pasó por el resto de las margaritas y sintió algo que no había sentido en mucho tiempo frente a otras personas ¿Sería posible? ¿Se estaba sintiendo cómoda junto a ellos?
—En ese caso —Cloe tomó el control una vez más —, juguemos.
—Yo quiero aprender a jugar —Sanne se mostró entusiasta.
—Y yo —la siguió Dalia —. Por cierto, Cloe, me equivoqué contigo la vez que estuvimos en el hospital. Al parecer si estás llena de sorpresas.
Cloe sonrió para luego sentarse a su lado. Antes de presionar el botón para iniciar otra partida, pensó tan solo un poco en lo que acababa de pasar: un nerd le había dejado claro que ella era una friki y no le desagradó. Estaba rodeada de un número considerable de personas que la habían visto jugar y mostrar su lado extravagante y ninguno de ellos se estaba burlando. Cosas como esas no ocurrían en el mundo real, ¿dónde estaba la crueldad? Quizá la tregua la había esfumado en las margaritas.
Comenzó a creer que Calvin era exactamente lo que su hermana decía: demasiado bueno para ser real. Y de Derek...pues, ¿por qué un nerd se burlaría de una friki? No había crueldad ahí, solo rareza y extravagancia. Un mundo distinto, y así como había dicho Derek, quería vivirlo a su manera por instantes.
Sonrió al tiempo en que sus manos rodearon con firmeza el control. Intercambió una mirada fugaz con el nerd antes de oprimir el botón para iniciar la partida. Así eran los juegos para los nerds y para los frikis: únicos. La manera en que vivían los instantes en los que sus manos rodeaban un control de videojuegos, debería ser la manera en que en que el resto de la gente decida vivir ¿Qué tiene de mala la rareza en un mundo tan monótono?
Dinámica 15:
Para esta dinámica, traigan de vuelta a las margaritas que crearon dinámicas atrás. Es hora de definir que etiqueta tienen, si son frikis, nerds, hippies, emos, lo que ustedes quieran. Cuéntenme como definirían a sus personajes y porque.
Eso sí, recuerden lo que dijo Derek: "una etiqueta es solo una parte de la personalidad, no una definición". Queda a su elección utilizarlas de la forma de este nerd, que las toma como halagos, o de la friki, que los toma como insultos.
Ya quiero escuchar sobre sus margaritas.
Recuerden el check en sus calendarios y comentarme junto con el hashtag #soyunamargarita si suben sus dinámicas a redes sociales.
Con amor, Rina García ❤
Pd: con respecto a la dinámica pasada, voy a dar un poco más de tiempo para escoger la canción ganadora. Así hay más opciones disponibles 😁
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