Capítulo 0:

La carta de Jayden

"10 de enero de 2015

Mi queridísimo Jayden:

Debes creerme cuando te digo que he tenido intenciones de escribirte antes, pero mis manos han fallado un millón de veces antes de poder tomar la hoja y dedicarte estas palabras. Sabes bien que soy un alma antigua que vive en un cuerpo de cuarenta y tres años, eso del mail no va conmigo y tampoco va contigo. Así que aquí estoy, armándome de fuerzas para controlar el temblor de mi pluma, y de valor para decirte todo lo que he callado por años.

Para comenzar, quiero confesar que no cumplí mi promesa; intenté olvidar, pero nuestro pasado es algo que aún me atormenta día y noche. Recuerdo tus ojos cuando veo los míos en el espejo y mi mente todavía me lleva a aquellos años en el hospital donde nos conocimos. Son muchas veces al día en las que siento que te tengo frente a mí, tu esquelético cuerpo y el mío de nuevo, sufriendo en camillas distintas pero juntos en cada paso que dimos. Sé que dijimos que no volveríamos a pensar en esos tiempos, pero no puedo. No he sido capaz enterrar el sentimiento de vacío, ese que solíamos sentir, y no podré cumplir mi promesa hasta que me deshaga de ese hueco en mi estómago.

No podré olvidarte hasta que perdone lo que le hicimos a nuestros cuerpos.

Tenías razón, Jay: el mundo en el que vivimos es un gran jardín repleto de flores. Las rosas, esas personas que parecen perfectas a simple vista, son el centro de atención. Sus pétalos rojos y su delicioso aroma hacen que todos se fijen en ellas; ellas son las protagonistas ¿Y qué pasa con el resto de las flores? Ellas son margaritas.

Margaritas simples, que sienten que no brillan entre la multitud. Viven en una constante lucha consigo mismas, queriendo cambiar el color de sus pétalos blancos por uno más llamativo.

Me dijiste eso una vez, ¿lo recuerdas? Dijiste que éramos margaritas, que las rosas nos dañaron con sus espinas y que por eso tú y yo fuimos protagonistas de una historia tan dolorosa. Ya logré curarme, cubrí cada herida y la dejé sanar, pero aún hay personas que tienen esas espinas clavadas y me aterra pensar que podrían terminar en el mismo lugar que nosotros. Quizá el vacío que siento ahora se debe a que tengo que ayudarlas. Mi memoria viaja a tus ojos continuamente porque ellos también me pidieron ayuda en algún momento y ahora pienso responder a lo que no pude hace tanto tiempo.

Una idea surgió en mi mente hace un par de años, solo que nunca tuve el valor para ponerla en práctica. Ahora, te sorprendería saber que la chica esquelética que conociste es una doctora reconocida, con varios libros publicados (muchos de ellos galardonados, y todavía tengo ese defecto de presumir de vez en cuando). Sin embargo, escribir no me basta; necesito hacer algo al respecto.

No te pude salvar a ti, así que haré todo lo que está en mis manos para salvar a otras personas.

Cuando termine esta carta, enviaré otras cuatro. Sus destinatarias son cuatro chicas bastante distintas. Ellas no me conocen, pero yo a ellas sí. Son cuatro margaritas entre un millón de rosas, que han olvidado lo bellas que son por dentro, y por fuera. Son mis cuatro protagonistas, las necesarias para este proyecto. Probablemente estén en desacuerdo conmigo, capaz me miren como una loca cuando les diga lo que planeo hacer. Supongo que debo arriesgarme, ¿no lo crees?

Quiero cambiar el mundo, querido Jayden, y si las salvo a ellas de los prejuicios de nuestra sociedad, entonces nos habré salvado también; habré hecho del jardín algo más hermoso. Solo necesito que ellas acepten y que tú no pierdas la fe en mí.

Con el más sincero afecto,

Dra. Margaret A. Wallace"

Con sus delicadas manos que parecían ser de porcelana bien pulida, dobló la carta escrita en perfecta ortografía. La doctora Margaret A. Wallace, especialista en desórdenes alimenticios de todo tipo, tenía un pasado del nunca habló en sus libros de autoayuda, ni siquiera en las coberturas en las que se leía su biografía.

El nombre de Jayden había estado enterrado por años, así como las raíces de las flores que decoraban de arriba a abajo su oficina y la llenaban de un delicioso perfume natural. Hay cosas que se esconden en la piel; o, mejor dicho, en los huesos. Dentro de ellos, se refugian secretos. A ella siempre le gustó creer que, en su esqueleto, ese que sufrió hasta casi querer escapar de su cuerpo en un pasado lejano, estaba tallada su historia, y Jayden fue parte importante de ella.

Con delicadeza, buscó la estampilla para finalizar esa carta de una vez por todas. Sus manos ya no temblaban, pero su corazón estaba más acelerado que nunca. Dejó el sobre en su escritorio, alineado con las otras cuatro cartas. Ese sueño de un jardín lleno de margaritas altas y orgullosas estaba al borde de volverse realidad.

La doctora Margaret A. Wallace desvió su mirada a aquella maceta en su escritorio, con una hermosa flor blanca plantada en la tierra. El pasado la atormentaba, la rodeaba como los pétalos al centro amarillo de la flor. Sonrió a pesar de todo, ya que ahora ella estaba bien. Salió de la peor situación de su vida y ahora le tocaba ayudar a otras personas a superarlo.

Esa noche sin estrellas, cuatro cartas dejaron el escritorio de la doctora, y una nunca lo abandonó...

Que bonito se siente volver a esta historia...Margatitas me cambió la vida, me hizo saber que quiero ser escritora. Ahora, está en sus manos y espero que, de alguna manera, recuerden este libro con todo el amor que le tengo. Gracias por leer❤

Ahora, vamos a algo que me emociona: Las dinámicas.

Les quiero recordar que estas actividades son totalmente opcionales, pero serán una forma divertida de pasar el rato ahora que estamos en cuarentena, así que los invito a hacerlas. Bien, aquí vamos con la primera:

Dinámica #1:

Para la primera dinámica, hagamos nuestra propia margarita. Dibujenla en un papel y sean lo más creativos posible. No importa si no saben pintar, o si el arte no se les da, háganla a su manera. Dibujen su flor a su modo y no teman no apegarse a un modelo perfecto. Mientras más auténtica sea su margarita, mejor.

En la misma hoja, y de la forma en la que deseen, dejen cuadritos o circulos en los que puedan marcar checks (✔) cada vez que terminen una dinámica. Son 61 capítulos (62 contando este), se supone que debe haber una dinámica por cada uno, pero si no quieren hacer todos los espacios ahora está bien. Haz la mayor cantidad de estos posible, permite que decoren tu dibujo a su manera. Este será nuestro calendario de dinámicas.

Y, una vez tu dibujo este listo, marca tu primer check (✔). Terminaste la primera.

Fácil, ¿no? Les mostraré la mía:

Ahora, yo quiero ver tu margarita. Dejaré mis redes sociales abajo, si desean subirlas a instagram o twitter no olviden comentarme y poner el hashtag #soyunamargarita.

Con cariño, Rina García❤