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Capítulo 6

Chloe 🌼

Caminando hacia la casa de mis papás no puedo dejar de pensar en lo sucedido anoche. Cuando cierro mis ojos solo puedo ver sus ojos azules brillosos después de besarnos y es que tampoco puedo dejar de pensar en la sensación de sentir sus labios sobre los míos mientras yo tenía mi mano en su cabello. Es como si volviera a tener 16 y me emocionara solo porque el chico que me gusta me miró, pero es que no puedo dejar de pensar en que el también pensó en la cita en besarme y es que yo no iba a desaprovechar una oportunidad como esa ¿Será que me llamará? ¿Tendremos una segunda cita? ¿Me presentará a sus mejores amigos o...?

Chloe, te estás subiendo en una nube en la que tarde o temprano tendrás que bajarte tu solita o alguien más te bajará de una patada.

Al tocar la puerta de mi casa inmediatamente se asoma la cabeza de mi papá quién al verme sonríe de oreja a oreja y me hace pasar diciéndome que mamá está en la cocina esperándome. Llego a donde ella está y al verme se acerca rápidamente y me abraza hasta quedar asfixiada me atormenta con un montón de preguntas que ni siquiera le entiendo; habla tan rápido que me recuerda a mi misma.

— Mamá, primero respira, siéntate y ahora sí hablemos tranquilas — le digo mientras me siento frente a ella. Papá llega y se sienta a mi lado mientras toma café.

—Chloe,¿Estas bien? ¿Por qué me has estado evitando? Soy tu madre no lo olvides me preocupo por ti ni siquiera me llamas para preguntar cómo estamos te estás pareciendo a tu hermana y no quiero que te alejes de nosotros como ella lo hizo.

—Estoy bien, solo he tenido mucho trabajo y siempre que llegó a mi apartamento llegó agotada y en lo único que puedo pensar es en dormir un poco pero siempre pienso en ustedes jamás me alejaría. Trataré de estar más pendiente.

—Niña, debes relajarte un poco te ves estresada, cansada y desastrosa y no lo tomes a mal no lo digo para hacerte sentir mal solo soy tu padre y me preocupa que te estés sobrecargando sabes los problemas que eso trae; mira como se me cayó el pelo.

—¡Papá! —lo regaño y me río por sus ocurrencias —Estoy bien, no tienen porque preocuparse solo... Tengo muchas cosas que pensar y hacer.

Los dos me miran preocupados pero papá hace un chiste para cambiar el tema que saben que me pone algo mal, las responsabilidades son estresantes.

—¿Y...? —comienza diciendo mamá abriendo mucho los ojos — ¿Algún hombre?

—No le hables de hombres a la niña está aquí para distraerse de todo lo malo.

—Los hombres no son algo malo; son algo distractor.

—Es verdad lo que dice papá no quiero hablar de hombres.

—¿Todavía tienes problemas con el Jaque? — pregunta mamá haciendo reír a mi papá

—Se llama Jake, mamá — la corrijo haciéndola balbucear groserías ante la mención del nombre de mi repugnante ex novio.

—Cambiemos el tema mejor ¿No hay nadie nuevo en tu vida, hija? — pregunta quién no quería hablar de hombres.

—Anoche tuve una cita, pero nada serio —les respondo quitándole importancia aunque es algo que no ha dejado de estar en mi mente todo el día.

—Que buena noticia eso me alegra mucho es hora de que conozcas más hombres, mejores hombres.

—No le metas ideas en la cabeza a la niña — musita papá abrazándome y mirando mal a mi mamá.

—Ayer conocí al hijo de mi amiga Rosa y es muy atractivo además es arquitecto y está soltero ¿Te parece bien que les planeemos una cita?

—Mamá... Anoche tuve una cita y estoy esperando a ver si me llama.

—Entonces, si es serio y nos querías hacer creer que no ¿Cómo es el?

—¿Fue amable, educado y respetuoso?

—Mamá, papá, solo fue una cita, no se si volver a verlo. Lo conocí en una app de citas que Denisse me obligó a usar y ya está.

—Pero te gusta se nota que te gustó; tus ojos brillan.

Chasqueo la lengua y me levanto a buscar algo de comer porque aunque ya no viva aquí lo que esté en el refrigerador sigue siendo mío. Mamá se levanta y trata de comenzar una conversación nuevamente, pero mis ojos y atención se dirigen a la imagen pegada en la puerta del refrigerador; mamá, papá, Zoe y yo estamos en la imagen sentados en el parque mientras comemos helado nos vemos todos jóvenes, yo debo de tener unos 17 y Zoe 20. No puedo quitar la mirada y mamá se da cuenta porque me retira lentamente y ella misma abre el refrigerador y me entrega un helado de chocolate que seguro guardaba para mí.

Después de un rato nos sentamos frente al televisor a ver una película, pero ellos se quedan dormidos y yo me quedo mirando mi teléfono fijamente esperando el mensaje de alguien que no ha salido de mi cabeza desde anoche. El beso se reproduce nuevamente en mi cabeza y las sensaciones vuelven a atacarme, es que sus labios se sentían tan cálidos y encajaban a la perfección con los míos, su mano en mi espalda baja y mis manos en sus hombros y luego en su cabello hacen mi piel erizar. Esos ojos y esa sonrisa tan perfecta que tiene parecen irreales, señor irreal ¿Cómo me atreví a decir un apodo tan raro? Pero el me dijo señorita excepción y creo que eso es aún más raro.

Mi teléfono comienza a vibrar en mis piernas y lo recojo de inmediato contestando la llamada.

—¿Hola?

—Chloe, iré a verte, pase toda la noche esperando que llegarás para que habláramos pero veo que estuviste ocupada.—A él que le importa si estuve ocupada o no.

—Sigo ocupada y no estoy en la casa además dije que no quería hablar contigo no pienses que he cambiado de parecer porque no es así— demando y termino la llamada.

La mano de mi mamá se apoya en mi pierna y cuando me giro a verla ella me está mirando ya con una expresión típica de ella.

—Por favor no me veas así — le digo colocando mi mano sobre la de ella que reposa en mi pierna.

—No quiero que sufras; odio verte así y no poder hacer nada —dice cambiando su expresión a una mueca triste.

—Estoy bien, mamá —mis ojos se cristalizan al decir una mentira tan tonta que ella jamás me creerá porque la verdad es que no estoy bien; nunca lo he estado.

Ella me jala hacia su cuerpo haciendo que me acueste como una bebé sobre su regazo, mis pies casi llegan hasta donde mi papá se encuentra dormido sin que ningún ruido le moleste. Comienza haciéndome cariños en el cabello y mis ojos comienzan a pesarme. Ojalá pudiera dormir; pudiera descansar y olvidarme de todo por unos momentos. Odio tener que aparentar que soy la víctima pero odio aún más que él siga feliz por ahí mientras yo estoy intentando recuperar mi vida.

—Jake se ha llevado todo lo del apartamento —suelto de repente dejando a mi mamá sorprendida.

—¿Qué?¿Cómo es eso posible? Tú compraste todo eso, tú luchaste para conseguirlo, tú eras la única dueña de esas cosas ¿Dime a qué te refieres con todo?

—Lo único que tengo ahora es mi computador, mi cama, dos sillas, un televisor, la planta que tú me regalaste y una cajonera donde guardo mi ropa.

La cara de decepción de mi mamá hace que me dé una opresión en el pecho y que me falte el aire mientras que de mis ojos comienzan a salir lágrimas que hacen que se me nuble la vista. Seco rápidamente esas lágrimas al sentir como papá se va despertando y mamá me mira enojada porque claramente todo esto se veía venir pero yo intentaba detenerlo. Después de sentir que papá ya estaba más despierto y que a mí mamá se le pasará el enfado decido irme de la casa, me despido y les digo que los visitaré más seguido y espero poder hacerlo porque la verdad he estado pensando demasiado el conseguirme un trabajo para mis días libres. Necesito recuperarme, necesito volver a ser yo y necesito volver a enorgullecer a mis papás porque me siento como la peor hija en estos momentos.

Como quisiera volver en el tiempo a cuando era una niña y mi única preocupación era enorgullecerlos a ellos y no a mi jefa, a mi novio, bueno exnovio, y a todos los demás. Ellos son los únicos por los que debería preocuparme, ellos y Denisse son lo único que tengo y son los únicos que siempre han estado ahí para mí.

Llego a la casa y lo primero que me encuentro es a Jake parado frente a la puerta mirando sus pies. Al sentirme frente a él levanta el rostro y sus ojos encuentran los míos. Esos ojos cafés que antes amaba, esos labios carnosos que amaba besar aunque olieran a cigarrillo.

Jake no es tan diferente a Arthur, sus físicos son muy parecidos; son esbeltos y bastante altos a diferencia de que Jake se ve más descuidado que Arthur.

—Loe, estaba esperándote —se incorpora y sonríe.

—Dije que no quería hablar —digo mientras empujo la puerta que solo estaba asegurada con una silla. Pero el culpable de que mi puerta este dañada sigue mis pasos hasta la pequeña sala solitaria donde dos sillas reposan— No quiero que estés aquí, necesito que te vayas.

—Loe, quiero regresar, quiero tenerte cerca de nuevo y besarte — dice acercándose a mí —, no sabes lo mucho que me arrepiento de haberte dejado, hay muchas mujeres hermosas pero tú eres tú.

¿Cree que con eso va a resolver todas las cosas por las que me ha hecho pasar? Jamás olvidaré todo lo que he sufrido por su culpa aunque me pida miles de veces perdón jamás podré perdonarlo de verdad.

—Jake, me di cuenta cuando me dejaste que nunca fui feliz a tu lado. Todos tenían razón al decirme que tú me ibas a lastimar, pero estaba cegada por unas migajas de amor que me dabas. No te odio nunca te odiaría, no tengo el corazón para odiar a una persona y mucho menos a ti que a pesar de todo hubieron momentos en los que fui feliz a tu lado, pero los momentos malos duplicaban a esos pocos recuerdos buenos.

—No digas eso, Loe... —dice el inexpresivo pero lo interrumpo.

—Por favor vete, Jake. No puedo soportar ver tu cara después de decirte todo eso.

—Chloe, me estás echando toda la culpa de lo sucedido a mi. Yo no tengo la culpa de todo, yo también me esforzaba demasiado por esta relación, pero a ti solo te importaba tu trabajo y tu maldito libro que llevas más de dos años sin poder escribir un capítulo.

—Trabajaba para ti, trabajaba por esta relación ¿Por qué no puedes ver eso? Tú ibas a trabajar, no ¿Verdad? Si yo no traía dinero a la casa de que nos íbamos a mantener.

—Yo buscaría la for... —lo detengo alzando una mano como señal de que se calle. No puedo escucharlo hablar más, esto me está haciendo mucho daño, voy a terminar llorando frente a él y luego el diría algo lindo, se disculpara y lo que vendrá después será algo de lo que me arrepentiré después.

—Jake, ya te dije que te fueras — le repito, pero el no mueve ningún centímetro de su cuerpo —. Está bien, puedes quedarte si quieres, yo me iré, pero antes te diré algo Jake, si quieres una relación más duradera y si quieres madurar búscate una mujer de tu edad y deja de estar buscando chicas más jóvenes.

Busco un bolso y guardo algo de ropa, él sigue sentado donde lo deje pero ni siquiera quiero voltear a verlo, no quiero cometer un error es mejor que me vaya aunque está sea mi casa. Él se irá, ya en la mañana no estará aquí, por ahora solo quiere hacerme molestar lo conozco más que nadie, así fue cuando quería ser mi novio hasta que no le dije que si no me dejó en paz, pero está vez no le diré ningún si. Ya no quiero estar con él.

Salgo del edificio y las luces de las calles se ven más bonitas que de costumbre, las calles están solitarias porque todas las personas ya se encuentran descansando y preparando todo para el día de mañana; lunes de nuevo. Camino hasta la parada del autobús para ir a la casa de Denisse ¿Por qué a donde más iría si no tengo donde dormir? A donde mis papás no puedo ir, no los tengo muy felices.

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