13 de Noviembre, 7.53 a.m.

El día amaneció gris, frío y lloviendo a cántaros, pero aún así, __________ debía de ir a aquella cárcel a la que algunos llamaban instituto. También corría el rumor de que servía para algo más que aburrirse.

__________ se miró al espejo, con su cabello pelirrojo y rizado completamente desordenado, sus ojos color del mar decorados por unas grandes ojeras. Sí, lucía como siempre.

Se sentó en el borde de la cama y se puso sus Converses rojas, las cuales llevaba junto con unos vaqueros, una camisa de cuadros rojos y una camiseta negra en la que ponía con letras blancas Now, I could be sleeping. Se echó su mochila al hombro, mientras se aseguraba de llevar su paquete de Malboro Lights en el bolsillo junto con un puñado de cerillas.

__________ salió de su casa, donde una fría ráfaga de viento acompañando a la lluvia lo golpeó, haciendo que el frío recorriera hasta el último de sus nervios. Medio corrió hasta llegar a su vieja furgoneta Volkswagen de color celeste, a la que entró corriendo y se resguardó de la lluvia.

8.02 a.m.

Mientras conducía, con Lewis Watson de fondo, vio a una chica caminando por la desierta calle. Tenía el cabello castaño, por encima de los hombros, y empapado. Llevaba tan sólo unos vaqueros, una camiseta de Arctic Monkeys de mangas cortas y unas Doctor Martens negras, por lo que tenía que estar helándose.

__________ paró su furgoneta junto a la chica y bajó la ventanilla del copiloto.

-Debes de estar helándote, ¿quieres subir?

La chica lo miró, pero __________ no pudo ver sus ojos porque tenía unas gafas de sol redondas, pese a que estaba lloviendo. La chica soltó una carcajada, que hizo que __________ se ruborizara.

-¿Subirme a la furgoneta de un extraño que podría ser perfectamente un violador, un asesino en serie o ambas? No, gracias.

__________ se quedó asombrado. La voz de aquella chica era suave, aguda, y, amortiguada por el sonido de la lluvia, sonaba más bonita que cualquier canción jamás escrita.

-No soy un asesino, sube.

-Eso es exactamente lo que un asesino diría -dijo la chica, mientras retomaba su caminata.

Aquella chica era terca, pero algo en ella hizo a __________ seguir insistiendo, por lo que continuó conduciendo, al ritmo al que ella caminaba.

-Al menos dime tu nombre -dijo __________.

-No creo.

__________ echó la cabeza hacia atrás, frustrado por aquella chica.

-De acuerdo, entonces adiós.

__________ pisó el acelerador hasta que la chica, con una media sonrisa dibujada en su rostro, desapareció de su espejo retrovisor.

11.14 a.m.

__________ estaba en clase de Literatura Avanzada, cuando alguien entró a la clase. Pero no cualquier persona, sino la chica de las gafas redondas, sólo que ahora llevaba sus gafas sobre su pelo empapado y pudo ver sus brillantes ojos castaños.

-Llego algo tarde, ¿no? -dijo ella, con una media sonrisa.

-Llegar algo tarde, señorita Fearless, es llegar cinco minutos después de que la clase comienze, no cinco minutos antes de que termine -dijo el profesor, con un suspiro resignado-. Porque sus notas son impecables, que si no la expulsaba.

La chica se sentó en un asiento libre en primera fila, mientras copiaba a toda prisa lo que había en la pizarra.

14.35 p.m.

__________ estaba sentado junto a su mejor amigo, Elliot, mientras ambos almorzaban y hablan de nada en particular. De vez en cuando, la mirada de ___________ se desviaba hacia la chica de las gafas, que estaba sentada junto a una chica de cabello azul, mientras ambas leían libros similares.

La chica de las gafas comía patatas fritas, mientras su amiga peliazul mordía distraídamente una pera, ambas muy sumergidas en su lectura.

 -¿Cuál de las dos te gusta, eh, __________? -dijo Elliot, mordiendo su sandwitch de tofu.

-¿Qué? Ninguna -dijo él, dando un mordisco a su hamburguesa.

-Ya -rió su amigo.

17 de noviembre, 14.03 p.m.

Habían pasado cinco días desde que conocío (si a aquello se le podía llamar conocer) a la chica de las gafas, y no había vuelto a intercambiar ni una sola palabra, lo que no agradaba a __________.

Aquel día, la amiga peliazul de la chica de las gafas no había ido al instituto, o al menos no estaba sentada con ella durante el receso, así que __________ se armó de valor y se sentó junto a ella.

Ella estaba tan inmersa en su lectura que ni se dio cuenta de la presencia del pelirrojo, el que la observaba con cuidado.

Se dio cuenta de que llevaba una pequeña margarita (no sabía si tatuada o dibujada) en su muñeca derecha, se dio cuenta de que llevaba un calcetín verde, y el otro azul, se dio cuenta de que llevaba las uñas pintadas de negro, y, entonces, se dio cuenta de que lo miraba, con una ceja arqueada.

-¿Quieres algo?-dijo, con el tono de "no te conozco, pero si tuviera una pistola con dos balas y estuvieráis en una habitación Hitler y tú, te dispararía dos veces" que solía usar.

-Sí, tu nombre -dijo __________, con el tono más patético que pudo haber escogido, arrepintiéndose al segundo de haber hablado.

Ella soltó una risa, reconfortante, pero con un punto demente.

-Merce -dijo, mientras cerraba su libro, cogía su mochila y desaparecía entre la multitud, con aquel aura de misterio y algo más, algo que él no podía reconocer.

n/a: pues hola, aquí está el primer capítulo de la fic de rayita de merce, que me ha quedado peor y más corto de lo que esperaba, bt.

merchedes, se sabe que este personaje es un burdo intento de parecerse un ápice a ti, porque ningún personaje que mi limitada mente cree puede hacerte justicia, pero he intentado que al menos sea una divasa como tú.

y que eso, que prometí que sería ñoña y rara (lo de rara venía implícito, ya que la he escrito yo, y todo lo que escribo es raro) y he cumplido mi promesa.

espero que la disfrutéis,

-leid f.