CAPÍTULO 2
Detrás del mostrador, Harry le mostraba la variedad de flores que tenía para ofrecer. Louis, al haber dicho que a su madre le encantaban las peonias, le mostró algunas otras para rellenar el arreglo.
El pobre alfa arrugaba la nariz cada que el olor a estiércol llegaba a sus fosas, sentía que lo tenía impregnado.
—¿Apesto? —preguntó en dirección a Harry cuando uno de los compradores pasó a su lado haciendo mala cara.
El omega alzó la vista y se encontró con los ojos azules esperando respuesta.
—No creo.
—¿No crees? ¿No lo sientes? —preguntó olfateándose a sí mismo.
—Es que estoy acostumbrado a este tipo de olores. —Levanta los hombros restándole importancia.
Louis se acercó al mostrador girando el rostro —¿Podrías oler? Por favor, de verdad siento que huelo a mierda.
Harry se acercó y efectivamente olía a excremento, el omega rodeó el mostrador y se puso delante del alfa.
—Yo puedo ayudarte un poco, después de todo es mi culpa que estés con ese aroma.
—¿Qué sugieres? —Harry le sonríe con timidez.
—Yo puedo quitarte ese olor, ¿me permites?
—Claro.
El castaño estaba expectante a lo que el rizado haría —Disculpa por esto —dijo acercándose con delicadeza, sujetó sus hombros, pegando su mentón sobre su hombro y frotó levemente su piel, dejando libre su olor y cubrirlo—. Este acto era común entre personas de confianza.
Louis carraspeó al sentir a su alfa rasguñar en su pecho, demandaba tomar a su omega.
—Gracias por eso. —Sonríe radiante al percibir el aroma del omega sobre él.
—Es lo menos que puedo hacer.
Pepe medio voló sobre ellos, aterrizando cerca del alfa —Guapo. —Ladeó la cabeza y caminó por el brazo del omega hasta bajar al mostrador.
—Tu pájaro me cae bien. —Louis apunta.
Harry sonríe —Es un cotorrito, era de mi abuela. Ella era veterinaria, pero este pequeño —lo tomó entre sus manos y lo dejó sobre un tronco especial para Pepe—, tiene dañada una de sus alas y no pudo ser liberado, no puede volar del todo y afuera era muy difícil que sobreviviera, ella se encariñó tanto que lo hizo parte de la familia.
—Genial, por lo visto es muy inteligente.
Ambos voltearon a verlo cuando Pepe caminó diciendo muchas cosas, a lo que Harry le respondía como si entendiera todo lo que hablaba: —Lo sé, lo sé.
Luego el omega regresó su atención al alfa —¿Qué otras flores agregarás?
—Elige tú, confío en tu capacidad, Liam dijo que este lugar es bueno.
—¿Conoces a Payne? —preguntó el omega mientras sacaba los implementos.
—Sí, trabaja conmigo.
—Es genial, su alfa y sus pequeños vienen seguido para sorprenderlo, Liam ama las rosas.
Louis admiró la destreza y la facilidad de trabajo de Harry, de un momento a otro sacó una semilla y se la dio a Pepe —Gracias. —cantó el pequeño cotorrito con mucha emoción.
El alfa sonrió y esperó hasta que el omega terminara. Cuando Harry había concluido, tendió el arreglo feliz de su creación.
—Quedaron perfectas. —halagó el alfa.
—Me alegro de que te guste.
—¿Cuánto te debo?
—Te dije que serían como pago por lo sucedido. —Harry le vuelve a sonreír acomodando sus rizos.
El alfa sacó un puñado de billetes sin saber exactamente la cantidad y lo puso frente al omega. —Es tu trabajo, no es justo.
—Y mi torpeza te arruinó tu lindo traje, así que no. —niega con la cabeza.
Louis se cruzó de manos, ladeando la cabeza, achicó los ojos. — Dos cenas.
—¿Perdón?
—Me debes dos cenas. —dijo sonriente mientras sacaba su celular.
—Pero… yo debo pagar algo, así es como funciona.
—Está bien, tú me pagas con tu tiempo, eso es mejor para mí.
—No es justo. —Harry se exalta preocupado.
—Claro que sí.
—Eres muy necio —Harry sonrió golpeando el piso con la punta de uno de sus pies, era una pequeña manía. Louis quedó fascinado con su sonrisa y sus hoyuelos.
—¿Serías tan amable de brindarme tu número? —le preguntó con la pantalla lista para anotar.
El omega suspiró tentativo de dar su número, no tenía miedo, al contrario, se sentía bien con Louis.
—ARRYYYY —gritó Pepe como si estuviera regañándolo por la tardanza.
El omega dictó uno a uno los dígitos para asegurarse de que el alfa los anotara bien.
—Gracias, qué amable, fue todo un placer conocerte —se humedeció los labios al notar la cómo la camisa del omega se había caído, dejando ver sus clavículas.
—Lo mismo digo.
—Llamaré pronto. —tomó el arreglo y se despidió con una gran sonrisa en el rostro.
Pepe voló al hombro de Harry —Guapa, adiós, guapo.
Cuando vio salir a Louis del lugar, dejó caer la cabeza en el mostrador y se dio pequeños golpes: —Pero qué estúpido, tonto e idiota soy. —Se reprendió a sí mismo.
Una vieja clienta carraspeó haciéndolo levantar. —Flores para tu suegra, buena jugada, querido.
—Él las compró, no es nada mío, Barb. —Todo su cabello le cubría el rostro.
—Entonces te dejó una muy buena propina. —Ella apuntó donde estaba la caja registradora.
Harry se apartó los mechones de los ojos, notó que todos los billetes seguían ahí, claro, no se dio cuenta, ya que fue imposible quitar la mirada de su rostro. —Ese tonto y necio alfa, esto es como diez veces lo que vale ese ramo. —habló indignado.
—Recibes lo que das, amor.
Un rato después la era mayor salió de la tienda, al ver que no había más clientes Harry sacó su celular y llamó a su mejor amigo.
—Niall.
—Hola, Harry.
—Soy un enorme estúpido, el más grande de todos, incluso te he quitado el primer lugar. —Se lamentó haciéndose bolita en una de las sillas.
—¿Ahora qué hiciste? —La voz risueña del omega se escucha del otro lado.
—Le tiré estiércol al alfa más guapo y sexi que he visto en toda mi jodida vida. —Se lamenta con un puchero en los labios.
—¿Cómo, diablos, sucedió eso?
—Ven a comer y te cuento.
—Bien, quiero pizza.
El omega viró los ojos, pero aceptó, Pepe repitió algunas de las cosas que Harry dijo.
—Arry, bonito, bonito, Arry. —canturreaba feliz.
El omega sonrió, tomándolo para ponerlo en su bolsa especial para llevarlo a casa.
Harry, un omega de 24 años, ahora vivía solo, nunca conoció a sus padres y creció con su abuela, una linda alfa que falleció hace tan solo un año, era veterinaria y al jubilarse abrió la florería.
Fue un momento difícil para el omega, pero supo recuperarse, continuó con la florería que le dio como herencia y el mejor regalo de todos era Pepe, su mejor y más fiel compañía.
Cerró el local y verificó que el cotorro se encontrara cómodo.
Cinco minutos a pie y ya estaba en casa, abrió la puerta y de inmediato liberó a Pepe.
Era un animalito muy lindo y tierno, se la pasaban hablando de todo, Niall su amigo omega le hacía burla por eso, pero a Harry realmente no le importaba.
Suspiró yendo al baño para tomar una ducha, aún no se creía el encuentro con ese alfa, no podría mentir, era un alfa muy hermoso, lindo y jodidamente caliente.
Su última relación no fue para nada buena, el idiota que tenía como novio vivía reprochado muchas cosas y llegó a un punto donde se sentía abrumado, así que por su salud mental decidió terminar con Teo.
Media hora más tarde ya estaba en la cocina preparando las botanas, ordenó la pizza, ahora solo esperaba que su loco amigo llegara.
Y justo el timbre sonó y Pepe cantó el nombre de Niall, era el único que lo visitaba, así que ya sabía de quién se trataba.
—Nino, bonito, bonito, Nino.
—¿Dónde está la cosita más preciosa de todas? —El omega se adentró sin saludar al rizado, yendo directo al ensamblaje de ramas de Pepe, sacó unos cuantos trozos de fruta y se las dio.
Al terminar, se dio la vuelta y vio a su amigo —Ahora sí, cuéntame todo. —Chilló emocionado.
Harry le relató todo lo sucedido, estaba tan avergonzado que no soportaría ver al alfa de nuevo y cometer alguna otra estupidez.
—¿Entonces era así de guapo?
—¿En serio, Niall, de todo lo que te dije lo único que se te quedó es que es guapo?
—Prioridades, amor, además tiene estabilidad económica por lo que me cuentas. —Fingió limar sus uñas.
—¿Y eso qué? Solo quería que la tierra me tragara.
—Exageras, querido.
—Es que es tan perfecto, guapo y lindo.
—¿Por lo menos sabes cómo se llama?
—Louis.
—Louis y Harry… Yo quiero ser padrino. —Aplaudió emocionado.
—¡Niall!
—Ni te alteres, que no te he dicho nada malo, si eso me hubiera pasado a mí, ese alfa estaría en mi cama, ahora.
—Eres un idiota. —le lanzó un cojín del sofá—. También hice otra cosa.
—¿Acaso tú? —El omega hizo una señal profana juntando el dedo pulgar e índice de una mano, en tanto metía y sacaba el índice de la otra.
—No, no seas imbécil, yo… Yo, lo cubrí con mi aroma.
—Oh, por la vida —el omega se dejó caer hacia atrás, riendo escandalosamente.
—Niall, basta. —pidió desesperado.
…
Louis iba sonriente conduciendo a la casa de su madre, y pasó a tomar una ducha a su apartamento. Desde que salió del local de ese lindo omega, le fue imposible borrar la sonrisa que tenía en el rostro.
Tiró el traje porque no estaba dispuesto a usarlo de nuevo, ¿quién diría que ser cubierto de mierda sería lo mejor que le pasaría en la vida?
Ahora agradecería a todo aquel que lo mandó a la mierda.
Llegó a la mansión familiar, bajó de su auto y tomó con cuidado el lindo arreglo y las bolsas de los demás regalos que le compró.
Uno de los empleados salió a recibirlo —Bienvenido, señor.
—Gracias, David. —respondió agradecido.
El beta abrió la puerta dejándolo pasar y al instante fue tomado y abrazado por su madre. —Lou, mi cielo, qué gusto tenerte de nuevo en casa, amor.
—Hola, madre. —besó cariñosamente la mejilla de la omega.
—Mira cómo estás de guapo. —Palmeó su mejilla con cariño.
—Es para ti. —Tendió todos los regalos, pero por supuesto ella brincó emocionada por las flores.
—Son hermosas, están muy lindas, gracias, cariño. Son mis favoritas. Son tan hermosas.
—Lo son —suspiró admirado el ramo.
Fillip se acercó y lo saludó con un abrazo, ambos tenían una linda relación.
La omega fue hasta su hijo, le sostuvo el rostro y lo escudriñó curiosa —Amor… —Habla apretujando sus mejillas.
—Dime.
—Puedo hacerte una pregunta.
—Claro.
—¿Cuándo me presentarás?
—¿A qué te refieres? —preguntó nervioso.
—Mandarinas, cariño.
El alfa sonrió negando, no era un secreto para sí sismo, emocionado dio gracias al saber que llevaría el olor de Harry con él por un rato.
Al parecer el omega creyó que solo lo cubrió con su olor, pero la realidad fue que lo marcó.
—¿Y bien? —inquirió curiosa.
—Es una larga, larga historia.
—Pues mira, qué casualidad, yo tengo todo el tiempo del mundo. —Se abrazó a él y lo llevó a la cocina para que le contara todo.
Media hora después y luego de mil preguntas de parte de la omega, ella estaba comiendo algo de fruta. —¿Por qué no lo trajiste?
—No quería que pensara que soy raro, recién lo conocí hoy, mamá. —vira los ojos.
—¿Es lindo?
—El jodido omega más hermoso que he visto en toda mi puta vida.
—Cuida cómo hablas delante de tu madre, cachorro. —Ella reprende.
Fillip se acercaba sonriente hasta donde su omega. —Considero que perdimos a nuestro hijo, amor.
—Yo quiero nietos. —Ella dramatiza en el pecho de su alfa.
—Mamá, por favor, no exageres. —Louis sonríe sabiendo cómo era su madre.
—Mira, amor, tú sabes perfectamente que te apoyo en todo, solo quiero que no dejes escapar a quien podría ser tu omega.
—¿Y el exagerado soy yo? Lo conocí hace un par de horas.
—Calla que yo estoy hablando, solo es que me preocupas. Desde aquella omega extraña nunca te has dado una oportunidad y hoy llegas hasta a mí con este brillo en tus ojos y tu rostro luce radiante.
—Invítalo a salir, Louis, no pierdes nada. —El alfa mayor lo motivó.
—Siento que pensará que voy demasiado rápido o que soy un intenso de mierda.
—En ocasiones solo se necesita un jodido segundo para saber que vas a pasar el resto de tu vida con esa persona. —Fillip comenta mientras observa a su omega.
—Es verdad, mira nuestro ejemplo, nos tomó más tiempo por orgullo. Si lo sientes, hazlo. La vida es muy corta para pasarla en lo que hubiese pasado.
Fillip abrazó a su omega besándola en la cabeza —Es verdad, tu madre tiene toda la razón, solamente anímate.
—Lo haré, está bien. —determina.
Louis vio curioso a su madre y a su padrastro, no le quitan la vista de encima. —¿Qué?
—¿Qué estás esperando, amor? Llámale.
—Eso lo haré cuando esté a solas y ustedes no estén husmeando. —Se puso de pie para ir por algo de beber.
—Eres muy aburrido. —Ella viró los ojos.
Pasadas las horas era momento de volver a su apartamento.
El castaño, antes de salir, giró para verlos: —Cuando veas a Harry, debes agradecerle. Ese ramo quedó espectacular.
—¿Así que su nombre es Harry? ¿Y qué debo agradecer? —pregunta curiosa.
—Exacto, es un lindo nombre y, pues, debes agradecer que me salvó la vida de un enjambre de abejas; eran miles y miles de ellas.
—¡Por la luna! El chico es realmente especial, yo ya lo amo. —Su madre, emocionada, aplaudió.
Louis niega y se marcha con una gran sonrisa en sus labios.
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No sé cuántos capítulos tendrá, quizá no sean muchos o quizá si.
¿Qué piensan? ✨️
Espero les haya gustado, nalgaditas cariñosas.
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