Capítulo 4
Hoy era el día, definitivamente hoy descubriría quien era su chica Margarita. Después de una semana recibiendo flores, Zeldris estaba arto de no saber a quién debía agradecer, le frustraba no conocerla. Quería saber quién era, tal vez y hasta aceptara ir a una cita juntos. Solo, y de una vez por todas, necesitaba verle la cara.
Pasaba todas las noches imaginando cómo sería, de qué color serían sus ojos, cómo de hermosa sería su sonrisa y cuán largo sería su cabello. ¿Tendría pecas? Tal ves algún grano, incluso y podría estar un poco subida de peso. Sin embargo, nada de aquello le importa si pensaba que podría tenerla frente a él. Era esclavo de un rostro que no conocía.
Decidió que no se movería ni para almorzar de su puesto, no se iría del aula, estaría en su asiento todo el día, esperando a ver si hoy le entregaba su margarita, hace dos días le escribió diciendo que no tratara de averiguar quién era, que ella siempre encontraría el modo de darle la flor sin que él se diera cuenta, bueno pues, que lo pruebe.
Caminaba distraído junto a su mejor amiga, ambos estaban a punto de llegar al salón de clases, era primera hora. Haruka le comentaba hacerca de un trabajo que debían hacer, pero claro, el pelinegro no escuchaba nada, estaba demasiado concentrado buscando una forma de desenmascarar a su admiradora secreta.
—¿Zeldris, estás escuchándome? —chasqueó sus dedos, frente a la cara de su amigo, haciendo que él parpadeara consecutivas veces —. Por supuesto que no lo estás haciendo.
—Perdón, Haru —se disculpó avergonzado, mientras revolvía sus largos cabellos —. Estaba en mi propio mundo.
—Ultimamente tu mundo gira en torno a esa misteriosa chica —le giñó un ojo, cruzándose de brazos.
—Solo quiero saber quién es —resopló, adentrándose en la clase.
Los grupos estaban hechos, y todos aprovechaban que no había llegado el profesor para charlar amenamente. El ambiente estaba animado.
Los dos protagonistas caminaron hacia sus asientos, los cuales estaban continuos, colocaron sus maletines sobre la mesa y aprovecharon el rato para hablar ellos también, aunque sea un poco. Haruka era la única que comprendía a Zeldris, por eso se ponía extremadamente celoso cuando estaba con Meliodas, lo azotaba un miedo constante de que lo cambiara, porque su hermano parecía ser mejor que él en todo, y podía robarle lo que fuera menos a Haruka, por ella, el menor de los hermanos estaba dispuesto a llegar a dónde sea.
La puerta se cerró bruscamente sacando a todos del divertido rato, el cascarrabias profesor de matemáticas estaba dentro ya, con una tiza en su mano y mirándolos como si fueran escorias. Resignados, los alumnos tomaron asiento en silencio. Terror era una palabra bonita para describir lo que le tenían a ese profesor.
Cuando el de ojos negros tomó asiento, y se percató de lo que había debajo de su escritorio, casi pega un grito seco al aire. ¿Cómo lo hacía?
Sacó, con mucho cuidado, la margarita, no debía ser visto por su profesor, llamar la atención en un momento como ese sería demasiado estúpido, así que la olió, ¿ese sería el aroma de la chica?
La cosa no terminaba ahí, la nota, el único escrito que lograba sacarle una sonrisa tonta, aún faltaba por leerla. ¿Con qué ocurrencia saldría ella hoy?
"He puesto todos mis sentimientos en esta margarita, y seguiré trabajando más duro de ahora en adelante, por ti"
Por favor que alguien lo pellizque en ese momento, esa mujer tenía un hechizo sobre él, y ni siquiera la había visto por primera vez. Zeldris no creía en la magia, hasta que ella llegó a su vida.
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Haruka rio a carcajadas al escuchar la historia del chico, quien la miraba con el ceño fruncido y una mueca de desagrado. Le había contado que hoy se había propuesto encontrarla y su chica Margarita se las arregló para ni siquiera dejarlo intentar aquello.
Fue horrible.
Su mejor amiga no tenía corazón, reírse de esa pobre alma que lo único que quería era descubrir quién era su admiradora.
—Cuando dejes de reírte podemos seguir almorzando —corrió la mirada, tratando de ocultar su visible sonrojo.
—Zel, está chica no está jugando contigo, me parece que harías bien en hacerle caso y no buscarla, tal vez no quiere que la encuentres —razonó, reincorporándose.
—Facil es decirlo, pero si hubiera alguien que te escribiera cosas tan bonitas tú no descansarías hasta encontrarlo —se robó una de sus papas fritas.
—Hey, eso es mío —reclamó, haciendo un mohín.
—Haberlo pensado antes de burlarte de mi —sonrió victorioso.
Haruka alzó una ceja, y con la rapidez de un chita, se robó la manzana del pelinegro.
—En eso consiste nuestra amistad —declaró, antes de darle una mordida.
Zeldris alzó un dedo, podría seguir con esa discusión, pero no llegaría a ningún lado, Haruka ganaría, siempre lo hacía.
—Solo, ayúdame a encontrarla —pidió, juntando ambas manos frente a su rostro y haciendo una mini reverencia.
—Ofréceme algo a cambio —la castaña se cruzó de piernas y puso una pose de reina triunfante, le encantaba sentirse importante.
—Me planteo la posibilidad de hablar con mi hermano —soltó, a sabiendas que ese era el talón de Aquiles de su invencible mejor amiga.
—No es suficiente —confesó, sorprendiéndolo.
Zeldris alzó la vista confuso —¿Qué quieres entonces?
Haruka le dio otra mordida a la manzana, buscando la fuerza para hablarle de aquello, desde hacía un tiempo quería comentárselo, pero no tenía el valor suficiente. Este era el momento, Zeldris se lo estaba poniendo fácil, la chica de las margaritas parecía ser muy importante para él, tanto, que tal vez le permitiera hacer tal locura.
—Te lo digo solo si prometes no enojarte —farfulló, a sabiendas que aunque lo prometiera él no cumpliría.
—Dispara.
—Te ayudo a encontrar a tu chica de las margaritas solo si me dejas tener una cita con tu hermano —y lanzó la bomba, la que se había estado callando una larga semana.
Zeldris balbuceó incrédulo, sabía que este día llegaría, pero igual lo tomó por sorpresa, uno nunca está preparado para este tipo de cosas. Además, no esperó que escuchar esas palabras lo dejarían sin aliento, ligeramente temblando y con unas inmensas ganas de partirle la cara a Meliodas.
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¡Chan chan chan!
¿Que mierda está pasando en este libro? Que alguien me lo diga por favor.
¿Haruka no era la chica de las margaritas?
¿Meliodas no andaba con Elizabeth?
¿Haruka no amaba a Zeldris?
Yo no necesito dormir, necesito respuestas. Que alguien me ayude.
Con el tiempo todas las preguntas tendrán sus respuestas, por el momento, vota y comenta si te está gustando para que está historia llegué a más personas ~(˘▽˘~)(~˘▽˘)~
Lean comeindo palomitas ( ̄ω ̄)🍿
~Sora.
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