Capítulo final
He pensado mucho cómo iniciar este capítulo. Al principio imaginé que podía pasarme de largo y empezar a contarles uno de los momentos más emocionantes de mi vida, pero después de reflexionarlo creo que para cerrar ciclos no hay que brincarse ningún paso.
¿Cuál era la razón por la que llegué a esta página después de muchos descalabros y de la flojera, digo, falta de inspiración que a menudo me ataca? No encontré más respuestas que ustedes.
Al final fue bueno seguir la idea de Carlos. Aquí me tienen escribiendo algunos hechos de mi ridícula vida con el único propósito de entretenerlos como si fuera yo una payasa. Bueno, no precisamente, en realidad lo último que pensé era en hacerlos reír. El verdadero motivo era querer demostrarles que todo en esta vida es posible. O al menos la mayoría de las cosas.
Escuchamos tantas veces las dificultades que viviremos para cumplir nuestras metas y pocas son las ocasiones en las que nos recuerdan que tenemos la capacidad para lograrlas.
Creo que de vez en cuando es bueno detener la marcha de nuestro ajetreado mundo inundado de tragedias y noticias terribles para leer algo que nos dé esperanzas. Necesitamos un respiro, un poco de luz en la oscuridad con la que todos estamos obligados a convivir. Eso no quiere decir que debemos cerrarnos a la realidad, pero es que hay cosas buenas que se alejan de la fantasía.
En este momento una persona estará padeciendo una pesadilla que se volvió realidad y otra estará cumpliendo el sueño más ambicioso de su lista. Cada una viviendo un capítulo distinto que formarán parte en la historia del mundo.
Yo estoy a punto de cerrar el mío. Distinto a lo qué pensé las últimas páginas tienen una mezcla de nostalgia y felicidad, más de lo segundo, como todo lo que se vendría de ahora en adelante.
🔸🔹🔸🔹
Así Margarita prefirió quedarse a vivir detrás de la tarima esperando que algún día la muerte la recogiera, así evitaría pasar una de las vergüenzas más grandes de su vida ocasionada por su nula capacidad de impresionar al público...
—¿Margarita, está bien? —Ahí estaba de nuevo la voz de la razón despertándome de mi trágico final. Negué un par de veces antes de concentrarme de en lo que estaba, en el vacío—. Se ve pálida —se alarmó la chica de la editorial mientras pasaba sus manos frente a mí para que reaccionara—. Por favor, tráele algo de agua.
Con este sería el quinto vaso que me tomaba. A estas alturas no saldría del baño. Si es que tenía.
¿Se acuerdan de la librería grande y bonita que estaba frente a la que visitamos para comprar mis primeros libros? Bueno, la idea original había sido que presentáramos el libro ahí, pero como nos quiso cobrar decidimos apegarnos a la nostalgia y realizar el evento en la otra. No nos pidieron nada e incluso lucieron muy entusiasmados.
—No tengo idea de qué hablar —confesé al ver que la gente estaba llegando.
Una parte deseaba que no viniera una cantidad importante o que entraran con esos aparatos que grababan. En mis planes no estaba quedar en la posteridad por mis payasadas.
—Ya lo ensayamos, Margarita —me recordó la mujer mientras me acercaba una silla para que me sentara—. Yo como representante de la editorial daré la bienvenida, explicaré todo a detalle y usted sólo encárguese de no desmayarse —me pidió como si en verdad le preocupara que terminara haciéndolo.
—A mí siempre me toca lo más difícil —susurré más para mí que para el resto.
Es que eso sería sencillo si no hubieran llegado tantas personas al evento. Se supone que era algo pequeño, apenas había sillas.
—¡Al fin aparecieron! —La mujer ignoró mi comentario cuando divisó a Carlos y a Natalia que entraban al local. Parecía que acaba de encontrar la cura de una enfermedad.
Suspiré relajada al verlos. Ellos siempre ayudaban a mantener mi cabeza en su lugar, aunque en el proceso ellos perdieran la suya.
—Traten de mantenerla tranquila, yo iré a comprobar que todo esté bajo control —les pidió la encargada antes de desaparecer.
—¿Ya desquició a alguien más? —se burló Carlos como saludo inicial. Ni las luces de una disculpa por llegar tardes.
Se supone que vendríamos todos juntos a la presentación, pero al final Natalia se había quedado dormida o algo así porque Carlos tuvo que traerme a mí primero antes de pasar por ella. No hubiera sido necesario sino fuera porque la muchacha le aseguró que era muy importante que se vieran antes del evento. Yo no puse muchos contra, después de todo Natalia acababa de llegar de viaje y me había propuesto hacerla pasar en grande este fin de semana, pero tampoco era para que se pasaran, me tuvieron esperando más de una hora. ¿Fueron a armar el automóvil o por qué se tardaron tanto?
No pensaba reclamarle a Natalia, se había lucido al dejar sus estudios un par de días después de unas semanas de largo trabajo. Estaba siendo difícil acostumbrarse a su voz sólo por teléfono o cámaras extrañas, ya hasta me sentía en un reality show de esos que pasan gratis en televisión. Pero estaba feliz y eso era lo que importaba. Nuestra relación seguía estando intacta, eso pude distinguir cuando la tarde anterior me había acompañado a un par de compras y seguía haciendo gala de su infinita paciencia hacia mi torpeza.
—La que va a enloquecer seré yo —comenté más para mí que para ellos.
—Me encantó como decoraron el lugar —halagó Natalia mientras tomaba uno de los libros que estaban por todo el lugar. Eso era para desviar la charla.
Sí, el lugar estaba muy chulo. Lástima que mi ánimo no combinaba con él.
Habíamos dedicado todo el día anterior a decorar el salón para la ocasión. Norma, otra chica de la editorial nos ayudó aunque no fuera parte del contrato, al ser una editorial que llevaba poco tiempo en el mercado le estaba poniendo mucho empeño a sobresalir. Así convertimos este sitio en algo más presentable. Hasta nos vimos en la obligación de traer bocadillos porque eso motiva a la población.
El escenario estaba al centro. A los costados se encontraban un par de carteles que anunciaban el libro y en todas las repisas se exponían ejemplares. Como si eso fuera poco la estancia estaba decorada con luciérnagas en honor a una escena del libro. Me sentía en un sueño, como si un poco de la magia que envolvía el libro se hubiera permitido visitarme.
—Le tenemos una sorpresa —anunció Natalia cuando me vio algo perdida. La observé confundida, tal parecía que no había un día tranquilo en mi vida—. Por eso llegamos tarde.
Quise preguntarle de qué se trataba, pero no me dio tiempo, se alejó emocionada para ir a buscar lo que sea que fuera que había traído consigo.
Las cosas entre Natalia y Carlos parecían ir muy en serio, me alegraba por ellos. Merecían ser felices.
—¿El viaje le afectó? —pregunté porque no entendía nada. Carlos rio mientras tomaba uno de los libro que habíamos acomodado el día anterior.
—No, el viaje le sentó bien. Ya sabe cómo es, así fueran solo dos semanas Natalia creyó que la había dejado de ver dos años enteros —me explicó—. Está emocionada por todo lo que está pasando en su vida.
Yo también estaba así. Lo malo era que un cúmulo de emociones fuertes solían atorarse en mi pecho poniéndome ansiosa. Eran demasiadas cosas positivas para mi deprimente existir, acostumbrarse al cambio tampoco era fácil. Después de todo, cuando estás acostumbrado a estar triste que las cosas caminen solas suelen provocar algo de miedo.
—¡Sorpresa! —canturreó ella cuando apareció con alguien a su lado. Creo que tardé una hora para reaccionar porque la última persona que creí ver era esa mujer. Catalina Cortés—. La licenciada estaba encantada de venir a verla.
La última vez que la vi en televisión fue hace meses y seguía produciendo el mismo efecto en mí, nervios. Tener a alguien del medio entre los invitados no estaba planeado.
—Yo... Eh... No sé... —balbuceé sin saber qué decir.
—Margarita, le dije que cuando presentara su libro querría uno firmado y aquí estoy fiel a mi promesa —comentó con sinceridad. Era un bonito detalle que dedicara una parte de su tiempo para esto, preparé un agradecimiento memorable pero se adelantó—. Incluso traje al equipo para grabar todo.
¿Qué? Creo que casi me voy de espaldas porque sentí que Carlos me sostuvo. ¿Qué palabra de no querer llamar la atención no entendía la vida? Repetí un montón de gracias mientras los veía alejarse para acomodar todo, preparando el matadero.
—¿No es fantástico? —preguntó emocionada Natalia. ¿Acaso estábamos en clases de antónimos?
—No voy a poder hacerlo, no voy a poder —repetí consciente de eso. Ya me habían pegado los nervios y no pensaban marcharse.
—Tranquila, Margarita, todo va a salir bien —me animó la muchacha para que no decayera, pero no estaba entendiendo mi punto.
—No voy a poder, lo digo en serio, no es sólo un decir —le expliqué seria porque me negaba a hacer el ridículo frente a la cámara.
Natalia buscó una palabra de aliento para mí, pero antes de encontrarla Carlos se adelantó. Le hizo un gesto para darle a entender que él arreglaría el asunto y me pidió acompañarlo a recorrer los pasillos de la librería. ¿Qué? ¿Hacer ejercicio en pleno drama?
—No sé qué vas a decirme, pero no va a funcionar. De todas maneras la voy a regar.
—Si no fuera así no sería usted la estrella de este evento —soltó no sé con qué intención. Si era hacerme sonreír no lo estaba logrando—. ¿Recuerda todo lo qué pasó desde que comenzó a estudiar?
—En gran parte —confesé dudosa. Esperaba que no preguntara nada porque era un decir.
—¿Cuál ha sido la frase que más repitió? —me preguntó casual mientras caminábamos entre las filas de los libros de misterio.
—¿Maldita sea? —probé porque era la que más recordaba.
—Estuvo cerca —me felicitó—. Dijo que no podría aprender, que no terminaría la primaria y secundaria. No escribiría un cuento, una novela, que no soportaría Wattpad, ni grabar un comercial, que la entrevista la vencería y que jamás publicaría. Y aquí estamos. A estas alturas ya debería saber que la frase no puedo no tiene mucho valor.
—Pero esto es distinto...
—Siempre será diferente —me interrumpió—. Le dije que no apostaría por alguien que no tuviera la capacidad para llegar lejos. La única que falta creer su realidad es usted, todos los demás ya lo hicimos.
Sonreí porque no supe cómo resumir que agradecía todo lo que había hecho por mí. Carlos era quizás el peldaño más definitivo para mi cambio. No sólo me había pegado su obsesión por el triunfo sino que jamás me había abandonado, ni siquiera cuando no sabía que lo necesitaba.
🔹🔸🔹🔸
Pequeña. No importa la edad ni la trayectoria, siempre es un buen momento para sentirse así.
Tomé un suspiro antes de armarme de valor para sentarme en la silla al centro. En el lugar había un micrófono, agua y un ejemplar de la obra.
Mi pequeño proyecto estaba en mis manos, era gracias a él que estaba ahí. Y él estaba ahí gracias a muchas personas, algunas de las que ni siquiera conocía sus nombres.
Entrecerré mis cansados ojos para tratar de apreciar algunas de las siluetas que se hallaban frente a mí. Me sorprendió encontrar rostros familiares entre el público. Era como si las piezas de un enorme rompecabezas se hubieran colocado en la posición correcta para formar un todo.
Las chicas de la feria, papelería, registro, centro comercial, algunos autores, hasta mi hermana que me saludó con un leve movimiento de cabeza. También había personas que no reconocí así que supuse que el aviso en la plataforma había sembrado sus triunfos.
Había crecido mucho gracias a esa plataforma, quién diría que al final le tomaría tanto cariño a las personas que conocí por ese sitio. Es algo muy extraño cómo la vida de muchas personas se unen y separan gracias a esos aparatitos raros que todo mundo carga.
—Margarita.
—Presente —respondí de forma automática sin percatarme en qué país estaba. Me sorprendió que todo el mundo tuviera su mirada fija en mí sobre todo cuando no había hablado ni una sola palabra. Hasta estando medio dormida la regaba—. ¿Podrían repetirme la pregunta? —intenté que nadie notara que era mi distracción la que ocasionaba tantos líos.
—¿Podría hablarnos de cómo nació la idea de este libro? —repitió con paciencia la mujer.
¿Ya me tocaba hablar de mí? Busqué ordenar mis ideas y hablé sobre todo lo que ustedes saben a detalle. Al principio parecía que traía atorado algo en la garganta de lo mucho que me costaba expresarme, pero ya saben que cuando agarro confianza las cosas cambian drásticamente. Creo que hasta me emocioné y ya estaba hablando de otro tema porque me pidieron que leyera un fragmento de la historia para callarme.
¿Qué? ¡Pero si estaba tan a gusto echando el chal!
Tomé el libro como varias veces lo había hecho y abrí el ejemplar en el primer capítulo. Nunca había sido buena leyendo en voz alta porque mi voz de alejaba de ser melodiosa, además mi lengua y cabeza muchas veces parecían no ir en el mismo ritmo. Pese a esto era yo la que debía darle voz a la historia, no por nada la había traído al mundo.
No importaba cuantas veces te alejes y vuelvas a reencontrarte con ese mundo, siempre parecía recibirte con los brazos abiertos y deseoso de tenerte en casa. Las palabras eran mi manera de expresar la esencia de la vida misma. Fuera del poder, de querer causar algo en los demás, estaba el plasmar lo que a mí me hacía sentir realizada.
Toma un montón de páginas, tinta, ilustraciones, horas de esfuerzo, y ahí tienes una nueva existencia, también el sentido de otra.
Tardé unos segundo en abandonar ese mundo para volver a la realidad y mantuve la sonrisa hasta que llegó el momento de las preguntas.
—¿Cómo puedo alcanzar el éxito en Wattpad? —Esa fue la primera que me lanzaron. Gracias por preocuparte por el evento, mijita.
—Mentir... Digo, mentiría si dijera que conozco la respuesta. Además, la gente cuando habla de éxito imagina grandes números, pero por experiencia propia puedo decirte que eso es lo de menos —respondí tal cual lo pensé.
Hablaba muy en serio. La mayoría imaginaba que cuando me refería a alcanzar el éxito en la plataforma me refería a la popularidad. No. Yo utilicé la palabra éxito para resumir todo lo bueno que me había pasado, mi evolución como persona, sentirme dichosa, cumplir mi sueño. Eso es el éxito, la suma de grandes momentos que te hacen sentir que vivir vale la pena.
—¿Cree que el alma envejece o se deteriora? ¿Por qué? —La siguiente pregunta la hizo un rostro familia, fue una lástima que no pudiera expresar con un gesto agradable que me alegraba volver a verla porque me había quedado en blanco.
Estos jóvenes de ahora y sus preguntas complejas. En mis tiempos se usaban las típicas cuál es tu color favorito, calor o frío, perros o gatos.
Me lo pensé unos segundos, estoy segura de haber tenido más tiempo hubiera soltado una respuesta más espectacular, pero al ponerme nerviosa por el silencio solté lo primero que se me ocurrió.
—Ambas. —La expresión de Carlos desde la primera fila fue lo suficientemente clara para darme cuenta que la estaba calabaceando—. ¿Por qué? Pues, todo envejece, creo que soy un claro ejemplo de eso, y por otro lado a mí se me cayó un par de veces el alma al suelo con tanto susto así que debe estar algo dañada.... ¡Siguiente!
—¿Si pudiera retroceder en el tiempo y cambiar algo de su vida qué sería? —cuestionó una chica que parecía muy emocionada de participar. Le sonreí para que entendiera lo mucho que le agradecía que mostrara entusiasmada. No lograba creerme todo lo que me estaba pasando.
—Hubiera investigado la diferencia entre una colonia y un perfume para no pasar por la vergüenza de ayer —solté porque aún tenía muy presente el hecho del centro comercial. Natalia me sonrió al identificar de qué hablaba—. De los demás no me arriesgaría. Creo que la vida es una cadena de sucesos, no sé qué pasaría si cambiaría alguna de mis decisiones. No quiero perder este momento, es justo donde quiero estar.
—¿Quiénes son las personas más importantes de su vida? —La joven que levantó la mano pareció leer mi mente. Me relajé porque a esa pregunta sí que le tenía respuesta, además de que deseaba hablar de ello, porque si no era por obligación nunca tomaba el valor para soltarlo.
—Sé que parezco disco rayado, pero todo esto que está pasándome se lo debo a un par de personas que están sentadas en los primeros asientos. Nadie había apostado por mí. Jamás alguien me tendió la mano como ellos dos lo hicieron. Si les contara a fondo todo lo que han hecho se darían cuenta que no exagero. Carlos y Natalia son el faro de este viejo barco —me sinceré de corazón.
Sabía que conocían mi aprecio por ellos, pero nunca está de más decirle lo qué sientes a las personas. Natalia pareció conmoverse y Carlos sólo asintió para que entendiera lo que significaba.
—Algo que me llama mucho la atención de su historia es que hace poco decidió aprender a leer y escribir. Es algo grandiosa —comentó una mujer al ponerse de pie, fue difícil concentrarme porque mi cabeza estaba más ocupada saludando a la pequeña risueña que estaba con ella—. ¿Alguna vez ha pensado qué hubiera pasado si hubiera aprendiendo antes?
—No hubiera batallado tanto para subirme a esta mugrosa tarima —confesé porque el mal trago de subir cada escalón a paso de tortuga no se me pasaba. De ser más joven en un dos por tres estaría arriba—. Quizás tendría más dinero porque hubiera conseguido un empleo mejor, o tal vez nunca hubiera llegado hasta aquí. No lo sé. Supongo que cuando ganas algo la mayoría de las veces también pierdes otra cosa, no sabría que me costaría más caro.
—¿Se arrepientes de las decisiones de su vida? ¿Piensa que todo lo que tuvo que pasar valió la pena para llegar hasta aquí, evitaría algo? —me preguntó una muchacha con una sonrisa que resaltaba sus hoyuelos.
—¿Qué me conocen todos aquí que quieren que me arrepienta? —bromeé para no revelar que me ponía nerviosa que todo mundo ya supiera que la regaba todo el tiempo—. Valió la pena cada cosa que hice, y también las que no. Volvería a vivir todo si fuera necesario, todo excepto el día que casi me quebré la cabeza en un camión. En la nueva versión si le daba un buen coscorrón al que me aventó.
—¿Cuál ha sido el momento más difícil y feliz de su vida? —La chica de la papelería también estaba en primera fila, hasta me enseñó el papel que le firmé hace unos meses como si considerara pudiera olvidarla.
—Tengo para hacer un libro con eso... —bromeé mientras buscaba en mi cajón de recuerdos, pero mientras más lo hacía más situaciones visitaban mi cabeza poniéndome en un aprieto. Llegó un momento en que las palabras de Carlos llegaron a mi cabeza y presa de la adrenalina las solté sin pensármelo a fondo solo como un chiste—. Las tragedias siempre la acompañan a uno, al igual que las cosas buenas. Tal vez haga un libro con ese material nada más para perder el tiempo. Se llamaría Margaret perdida en Wattpad. Habría extraterrestres y barriles de cerveza del tamaño de una casa.
Sí, le aumentaría un montón de cosas para hacerlo emocionante.
—Buenas tardes, soy de República Dominicana, vine a México por otro asunto y me alegró mucho que coincidiera con su presentación —me contó con una sonrisa la chica. Me emocioné al saber que había gente de otro país presente y más cuando imaginé que la muchacha podría decirme que me llevaría visitar su bonito país gratis. ¿Se imaginan conocer el mundo? ¡Eso sería un final digno! Tal vez soñar tanto me estaba haciendo mal—. Sé que publicar un libro es una gran meta cumplida. ¿Cuál sería otra meta por alcanzar?
Tenía que decir algo serio y no esos pensamientos locos que solía tener que se alejaban de la realidad. Algo que sí estuviera en mis manos, otro motivo importante de vida.
—No creí que podría aspirar a otra meta, pero ahora que lo preguntas, mi próxima será seguir escribiendo. Aún no sé qué será lo próximo, pero pronto lo averiguaré. Y algo más lejano sería que más personas me conozcan. ¿Se imaginan que al decir Margaret se acordaran de mí? Aunque fuera como la ñora loca de la plataforma, con eso me conformo.
—Margaret la he seguido desde el principio, cuando apenas tenía un par de capítulos en la plataforma, y me alegra mucho saber hasta donde llegó. ¿Qué palabras les dedicaría a todos los que la seguimos desde el inicio dándoles ánimo? —cuestionó un muchacho al centro.
Dios Santo, no estuve conteniéndome todo el tiempo para que me vengan hacer llorar a última hora.
—Si la librería fuera mía y no de Don Jorge, que fue muy amable en prestármela para esto —aproveché la intervención—, ya les hubiera hecho un altar aquí mismo. No saben lo mucho que me ayudó leer sus comentarios cuando no sabía si lo estaba haciendo bien, me ayudaron a creer en mí, en creer en todo esto. Aún me acuerdo cuando dejé de actualizar, varias personas escribieron que me golpearían y nadie lo hizo. Ahí me di cuenta que eran buena gente —rememoré agradecida que mis huesos estuvieran en buenas condiciones—. Gracias de verdad a cada uno de ustedes, incluso a los fantasmas... Hablando de eso, ¿por qué esos niños no votaran? ¿No saben o pensarán que no funciona el botón?
—Margarita... —me interrumpió nerviosa la mujer que me acompañaba en la mesa para que no desviara el tema.
—Yo sé que a veces a uno le da flojera, pero también hay algunos que no dan señales de vida, uno no sabe si están leyendo porque les gusta o sólo para burlarse de uno.
—Margarita —insistí cuando varios me dieron la razón en el público. Esperaba que ninguno de ellos fuera Gasparín.
—Gracias, gracias por aguantarme en todo este recorrido. Son importantes para mí —retomé el punto antes de que me cortaran el micrófono—. Muy importantes.
Y eso último lo decía en serio.
🔹🔸🔹🔸
Tomé una de las plumas que descansaban en el costado y me di un tiempo para firmar un libro antes de bajar para hacerlos con lo de los invitados. Necesitaba practicar para saber qué escribiría, algo no tan largo para que no se notara que era una novata que iba por las ramas, ni algo tan corto que pareciera que cobraban por cada palabra.
Vi que varias personas ya estaban formadas, aún no sabía cómo agradecerles con palabras que estuvieran gastando su dinero y su tiempo en esto. Saludé con un movimiento de mano a la mujer que esperaban en la fila mientras yo me decidía sobre qué poner.
Una mujer de grandes rizos que estaba con, la que creo, era su hija me llamó la atención, sobre todo porque ella llevaba una camiseta de esa saga de magos muy famosos. Me pregunté si algún día algo que yo escribiera significaría tanto como para poder imprimir una playera de eso. Tal vez sí, tal vez no. Pero como no estaba segura de la respuesta decidí que el mismo lunes mandaría imprimir una yo misma.
¡Margaret te están esperando, concéntrate!
Pensé unos segundos tratando de buscar las palabras adecuadas, esas que se quedaran en la memoria de aquel que las leyera. Fue una pena darme cuenta que perdía el tiempo intentando hallar palabras que no me representaban. Antes de ser impactante tenía que ser yo misma, con todo lo que eso implicara.
Gracias a ti por formar parte de este hermoso sueño, por ser parte de mi historia. Nunca te rindas.
Si yo pude tú la tienes más fácil.
Atte. Margaret.
Abandoné la tarima con ayuda, lo último que quería era romperme un hueso de último momento, para reunirme con el resto de personal que estaba organizando la firma.
Encontré a Carlos y a Natalia con mucha facilidad. Y no estoy hablando de la presentación. Al final no tenía tan mala suerte, de ser así jamás hubiéramos coincidido, seguiría encerrada en un viejo cuarto sin esperanzas esperando por el final. Resignándome con uno.
No sabía con certeza qué pasaría, que futuro me esperaba, pero tenía fe que sería bueno, que lo soportaría.
Las palabras son poderosas, pueden herir, sanar, causar odio, amor, ira o tristeza. Son tan importantes que una sola puede levantar una ciudad o hacerla caer. Pero más allá de las palabras están las acciones, esas sí que dictan el curso del mundo.
Así que para momento como éste que las palabras no alcanzan, cuando no son suficientes, pueden los hechos explicar con detalle lo que no sabes expresar.
Sin darles tiempo de hacerme alguna pregunta los abracé a los dos con toda la fuerza que logré reunir. Hemos pasado por tanto que no puedo imaginar un buen cierre sin ellos a mi lado.
Les debo mucho más de lo que puedo agradecerles, me sacaron de ese horrible pozo para recordarme que la vida no se acaba hasta que se acaba.
Creo que en los finales tristes y felices. Pero sobre todas las cosas creo que cada uno puede elegir qué curso tomará la trama de su vida.
🔸🔹🔸🔹
¡Hola! Antes que todo:
Los amo muchísimo. Son los mejores :"). Les debo tanto.
¿Les gustó la historia? :')
Les quiero pedir no eliminen el libro de sus bibliotecas porque aún queda el epílogo y los capítulos extras que iré publicando poco a poco ♥ .
Gracias, gracias de corazón a todas las personas que me acompañaron todo este año en esta aventura. Gracias a todos los que se unieron. Gracias por ser el alma de este libro. Gracias por tanto. Los quiero muchísimo.
No olviden unirse al grupo en facebook, ahí habrá adelantos y sorpresas ♥.
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