Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Adivinen quién ganó aquella apuesta... Ninguno. Al final los encontré profundamente dormidos justo donde la noche anterior se habían quedado. Sí, esos que iban a cuidarme terminaron siendo cuidados... Claro está que lo que menos me importó fue saber qué había hecho mal en la celebración, más bien me preocupaba por qué me sentía terrible. Me dolía la cabeza, pero sobre todo el cuerpo, parecía que un tráiler me había pasado encima. Nunca me había aplastado uno pero estaba segura se sentía así. 

Dediqué mi mañana a tomar tanta agua como soportara mi estómago y a no salir del baño, porque todo acción tiene una consecuencia.

Me hubiera gustado estar el resto del día en la cama, tratando de acomodar mis huesos, pero siempre había visitas inesperadas, innecesarias también, que te hacían cambiar de planes.

Imelda había venido a curiosear los datos que le habían faltado de recolectar, fue una pena que mi humor no estuviera en sus mejores condiciones y me limitara a responder con monosílabas cualquiera de sus comentarios.

Habló, habló y habló tanto como le permitió la boca, y yo ignoré, ignoré, ignoré todo lo que no me interesaba, mucho a decir verdad.

No preguntó por mi premio, pero quedó claro no tenía ni idea de qué se trataba, y estaba bien, me gustaba tener cosas para mí, cosas que no quería que las tocaran aquellos que deseaban romperlas. La verdad es que aquella visita tenía como único propósito soltar todo el odio que sentía por el comentario de Carlos, esa sutil invitación para que se retirara, y me aconsejó alejarme de las personas que me llevarían al lado oscuro... Se vio que no me conocía. Yo ya estaba del otro lado de igual manera. Y no era culpa de Natalia o de Carlos, tenía suficiente carácter para pasarme y dominarlo yo sola. Cuando terminó su queja cambió de tema para avisarme que Juana estaba pasando por un bache económico que la tenía con los nervios de punta, agradecí tener todo los pagos al corriente para que después no se aprovechara de eso.

De lo que no estaba al corriente era de que los premios del concurso llegarían a mi casa. Envueltos en una caja contemplé el regalo de la Marina, un paquete de libros y un diploma con mi nombre. Sé que parecen pequeñeces pero el día que logré entender lo que decía aquel trozo de papel me di cuenta de que había hechos cosas que jamás imaginé. Yo era la misma mujer que titubeaba por considerarse inútil, que escondía la cabeza y que pensaba no tener nada que ofrecer. Y se sentía bien descubrir que estuve equivocada, que a veces el miedo es el límite más grande que se nos presenta y el verdadero villano de la historia.

Pegaría el reconocimiento en una pared vacía, justo en el centro. Sería mi recordatorio.

—Es muy bonito —opinó Natalia una tarde que fue a visitarme a la hora de la comida. Ella me ayudó a colgarlo con cinta, yo le dije que consiguiésemos un chicle, pero no me escuchó. Siempre gastando en cosas innecesarias.

Y eso estaba bien en cierta forma porque sabía poner orden en algunas de mis ocurrencias. Ya para esos días la relación con Natalia había mejorado un poco, quizás porque sabía que ella ponía de su parte para que las cosas avanzaran. No me malinterpreten, Natalia no era una mala persona, y eso era la razón por la que me ponía difícil con ella. Nunca había conocido una buena persona, con errores y todo, pero de buen corazón, por eso me costó tanto creer. Yo era desconfiada por naturaleza, siempre en posición de ataque y repelente al afecto, jamás fui una mujer cariñosa y esas cosas, yo era diferente a ella... Y no por eso alguna estaba mal. Natalia era una prueba, una de vida más que profesional.

—Mamá está maravillada porque usted me está enseñando a cocinar —expuso cuando nos sentamos a la mesa—, dice que ya podré irme a casa y vivir sola. Me suena a indirecta.

Igual pensé lo mismo, eso sería más o menos lo que yo le diría a mi hija cuando quisiera rentar su cuarto.

Pero para eso a Natalia le faltaba mucho, apenas sabía lo básico para no morir de hambre. Y es que la muchacha era muy lista, pero para la cocina de verdad que no daba una. Lo más sorprendente que probamos era tarde fueron papas rellenas. ¿Por qué le estaba enseñando entonces? Porque todos merecemos una oportunidad... Y porque cada vez me daba más flojera estar frente a la estufa, ya era hora de recibir ayuda.

—Incluso ayer hice la cena... —me contó, pero no pudo darme más detalles porque un sonido extraño la interrumpió. Era su celular, esa máquina que se encarga sólo de molestar—. Es Carlos.

Pensé que era una llamada, pero no, las personas de ahora ya no gastan saldo para saludarte, ahora todo lo envían por mensajes. Natalia me mostró la pantalla que desprendía muchos colores, con su ayuda pude ver de qué se trataba. Era una línea blanca con letras negras que se mantenía en la parte izquierda.

Carlos:

Natalia.

¿Estás con Margarita?

Me miró para comprobarlo y después con una velocidad asombrosa escribió la respuesta. Las personas de hoy tienen muchos caballos de fuerza.

Natalia:

No.
Bueno sí. ¿Qué necesitas? :)

Carlos:

Acabo de encontrar una maravilla.

Natalia:

Suena prometedor. ¿Puedo saber de qué se trata? Si es una tontería no gastes tus datos.

Carlos:

Wattpad.

¿Qué? Observé a Natalia para preguntarle de qué se trataba pero la vi tan pálida que no me atreví, seguro era algo loco, todo lo que él hacía podía definirse con esa palabra.

Natalia:

Olvídalo.
Carlos, borrarlo de tu mente.

Carlos:

Ni siquiera sabes de qué se trata. Es una página para escritores, sí, para que suban sus escritos gratis. ¿Sabes qué significa eso? Las dos palabras más buscadas del mundo: gratuito y fama.

¿Te das una idea de eso? No hablo de diez personas, me refiero a miles que están metidos ahí por horas todos los días.

¿Sería cierto aquello? ¿Un lugar para personas que escribíamos cuentos familiares todos reunidos? Sonaba demasiado complicado y bueno para ser real.

Natalia:

¿Tienes idea de lo que es Wattpad?

 ¿Alguna vez te pasaste por ahí? Está claro que no porque si lo hicieras no te gustaría que Margarita entrara.

Bueno, conociéndote a ti quizás sí.

Pero las personas normales no.

Carlos:

No, no entré, estaba pensando vernos hoy en la tarde, los tres, para probarla.

Natalia:

No, no, no.
La decisión está tomada, no la meteremos en problemas.

Y te advierto que no habrá nada en este mundo que me haga cambiar de opinión.

🔸🔹🔸🔹

Eran las siete cuando Carlos tocó a la puerta, dijo que traería su computadora consigo pero no la vi por ninguna parte. En sus manos sólo llevaba su maletín, ese que lo acompañaba a todas partes.

—¿Lista?  —me preguntó al entrar, asentí aunque no sabía ni para qué.

—No sé por qué dejé que me convencieras de esto —lo saludó cuando se sentó a su lado, yo tampoco entendía la razón de su negativa por el warrpa. Tenía nombre de garrapata.

—Dentro de ti sabes que es una gran idea —debatió mientras sacaba de su portafolio algo parecido a un legajo abierto, la única diferencia era su grueso y que tenía un montón de letras. Según Carlos se llamaba la pop, y era como una computadora moderna. Me costó entender que fuera posible guardar tantas cosas ahí, en mis tiempos eran del tamaño de un mamut.

La pantalla, parecida a una televisión, cambió de negro a blanco iluminando nuestros rostros. Demasiado brillo. Después de unos segundo se transformó en otro color, Carlos golpeó las letras tan rápido que no logré a entender cómo una persona puede vivir con esas máquinas que me parecían muy avanzadas.

—¿Es tu salón de clases? —preguntó Natalia cuando la imagen cambió a una aula limpia y llena de pupitres. No dando clases a los adultos, en la fotografía el sol se colaba por la ventana.

—Sí, claro que antes de que lleguen, si estuviera en horario escolar aquí habría varios policías y ambulancias   —comentó haciendo referencia a los diablillos que cuidaba. Yo me preguntaba como Carlos los soportaba, y también como ellos no le rompían la cabeza—. Ahora a lo que vine.

—¿Cómo descubriste Wattpad? —curioseó Natalia atenta a la pantalla, de pronto ya no estaba el salón si no letras de colores que decían Google.  Debajo había dos cintas, una que decía buscar con google y la otra me siento con suerte. Yo nunca entraría en esa.

—Vi que los alumnos escribieron en el pizarrón "Síganme en Wattpad @Lallamasuprema". Pensé que se trataba de esas páginas de bromas, pero me llamó la atención Wattpad, así que decidí investigar por mi cuenta. ¿Puedes creer que hay libros en físico que salieron de ahí?

—Sí te creo —susurró más para ella que para nosotros, me parecía que había algo turbio en su cabeza.

Sus manos presionaban las letras que al mismo tiempo se pintaban frente a nosotros.

www.wattpad.com

La palabra intriga era perfecta para describir lo que sentía en ese momento, en realidad no esperaba que esa palabra cambiara mi vida, pero me asombraba oír cosas tan buenas de ella.

Y no, no fue amor a primera vista. La imagen que se presentó ante nosotros no logró más que incomodarme. Era de un color extraño, una mezcla de colores otoño que tenía como título romance, sí, romance. En el fondo una pareja de lo más cursi, con globos y todo.

—Yo no escribo romance —debatí. Si era un sitio para citas mejor pasaba de largo.

—También hay más géneros —me explicó Natalia dudando. ¿Sí o no?—. Pero no puede participar activamente hasta que se registren.

—Ya me encargué de eso, antes de venir creé un correo para la ocasión —contó sin darle mucho valor—. Lo guardé como [email protected], será imposible que lo olvide. La contraseña es margarita1234. Luego la cambiaremos por una más segura, aunque me parece complicado que alguien quiera hackearla siendo nueva.

Mucha información para mi cabeza. Fue una fortuna que Natalia lo apuntara en una hoja para pegarla en el refrigerador, sería como mi tipo de sangre de ahora en adelante.

—Si me permiten opinar no creo que a Margarita le guste Wattpad.

Ni a mí. No escribiría sobre dos jóvenes besándose en bicicleta aunque me pagaran, eso sí debo reconocer que tenían muy buen equilibrio.

—Pues no lo sabremos hasta que lo vea.

—Cuando lo vea se le quitarán las ganas, te lo apuesto.

—¿Sabes mucho de la plataforma, no? ¿Por qué estás tan segura de eso? —la interrogó tratando de ganarle.

—Por nada, simple intuición.

Claro, Natalia tenía tanta intuición como yo alegría en mi corazón.

—Margarita, vamos, sólo le daremos un vistazo. Si lo que dicen es cierto podría dar el siguiente paso al éxito.

¿Éxito? No, eso eran palabras mayores. Una cosa era tener un buen momento, otra ser exitosa.

—Necesita nuevas opiniones. Una motivación para que esto no le parezca aburrido, la retroalimentación sirve mucho.

Hice como si entendiera aquello. ¿Qué podría pasar? Pintaba bien que conociera a más personas y nos leyéramos, pero también tenía miedo al rechazo. Siempre que daba un nuevo paso el temor me atormentaba.

Miré a Natalia en busca de su aprobación, ella sabía mejor que yo lo que escondían esas letras naranjas y daba por hecho que no quitaría el dedo del renglón en su negativa si pudieran hacerme daño. Fue extraño y emocionante cuando me pidió que lo intentara.

Ya no había vuelta atrás.

—Inténtelo, Margarita —dijo con una sonrisa, perder le dolía, pero no le importaba tanto como ser un impedimento en el camino.

—Sí, creo que lo haré —acepté, no saltando, ni tampoco llorando. Simplemente viviendo.

—Perfecto. Así que vamos a registrarnos...

Esa noche con el calor a todo lo que daba, con el conocimiento a oscuras y el miedo a lo desconocido susurrándome al oído, nació Margaret. Y no era una heroína de libro, era una anciana enfrentando algo más fuerte que un dragón, la cobardía.

🔹🔸🔹🔸
:') Aquí empieza lo bueno.
¡Gracias a todos por seguir leyendo! Los quiero mucho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro