El olor del café pasa por mis fosas nasales. Cierro los ojos ante tan esquisto aroma. El líquido pasa chorrea chocando con el interior de la taza, soltando el vapor de su ardiente temperatura. Fingiendo ser un señor de la alta sociedad del siglo xx, agarro la taza y me la tomo lentamente, saboreando el amargo sabor de la cafeina.

Cierro mi maletín y abro la puerta que da lugar a la calle. Las personas caminan de un lugar a otro, y más mujeres con sus hijos uniformados hacia sus escuelas. Aseguro la puerta y camino en dirección a mi trabajo, disponiendo a mirar todo mi alrededor.

Al llegar a mi destino, subo los cuatro escalones y accedo al interior: paredes blancas, muebles rojos con diseños y un buró junto con la canosa que atiende a la recepción. Saluda con una sonrisa cual yo correspondo de igual manera y me dispongo a entrar a mi oficina, acomodando mi computadora, libreta y bolígrafo en donde me fuera cómodo usar. Acomodo la etiqueta con mi nombre en mi camisa y empiezo a trabajar.

***

- No - dijo mi jefa revisando los documentos y negando con la cabeza - esto está mal escrito, no hay coherencia... ¡Horrible!

- Disculpa, Martha, no volverá a pasar.

- Raidel, ¿enserio? - se quita los espejuelos, señal de que está enojada - Llegas tarde, faltas muchos días y para el colmo, escribes mal los documentos... ¡Estás despedido!

La frase suena muchas veces por mi cabeza: estás despedido... estás despedido. Necesito este trabajo, no puedo irme sin más; el único trabajo que da un buen salario era este y ahora lo voy a perder. Tengo que encontrar la forma de quedarme

- Estuve faltando porque estoy en clases de conducción, quiero sacar la licencia. Y no te lo dije porque no encontré el tiempo.

- ¿No encontraste el tiempo? ¿Ese es el pretexto para decirme por qué no me lo dijiste? Hazme el favor de irte antes de que te saque a patadas.

Siendo sincero me he quitado un gran peso de encima; aún así tengo uno peor: buscar trabajo. En este pueblo no es fácil buscar trabajo, me queda como única opción la gran cafetería, tal vez les sobre algún puesto honorable.

Paso por la escuela y en ella veo un cartel que me llamó la atención:

Se busca custodio

Sin pensarlo dos veces, entré al lugar que me sorprende al ver q es inmensamente grande con forma de iglesia. Existen los rumores de que antes era una especie de convento, pero no creo en esas cosas.

Me llego a la dirección y encuentro a una mujer gorda sentada en un buró leyendo algunos papeles. Aclaro la garganta para llamarle la atención.

- Buenos días, mi nombre es Raidel y vengo por el trabajo de custodio q pusieron en la reja.

- Muy bien - se quita los espejuelos, se levanta de su silla y se dirije hacia mí extendiendo su mano - Regla García, directora de Margaret Elementary School.

¿Sabes, Raidel? Muchos hombres vinieron a por esta labor nocturna. Pero nada es permanente, sino no pusiera ese cartel ahi; algunos por obvias razones tuvieron que dejarlo y otros... Sólo eran unos irresponsables. Espero muchísimo que seas la exepción.

- Puedes dar un recorrido por el centro - se voltea para verme - tiene 20 salones de clases, el comedor, mi oficina, el patio y el huerto escolar. La loma de allá forma parte de la otra escuela, asi que no te preocupes por revisar ahi. El salario mensual es de 6000 pesos, si quieres te puedo dar un adelanto. ¿Alguna duda?

Niego con la cabeza y se retira dejándome solo en el patio grande. Lo que tanto me llamó la atención es que tiene una gran ceiba con bancos a su alrededor. Me siento allí y escucho el llanto de un bebé; volteo y no encuentro nada. Retiro la mirada hacia adelante y me sorprende la presencia de un hombre mayor con muchas arrugas.

- Ay disculpa, joven - se aleja un poco ya que estaba muy cerca de mí - es que también quise saber qué tanto usted veía.

- No se preocupe - río ante su comentario - una pregunta, ¿en esta escuela no habrá alguna profesora con un bebé?

- no, querido, todos aquí ya pasaron la etapa de los pañales - se ríe mostrando los pocos dientes que tiene - Regla me dijo que eres el nuevo custodio, fíjate qué pasa en los baños esta noche, los estudiantes creen q hay un monstruo ahí.

Se va riéndose a carcajadas, pero el llanto del bebé se sentía mucho más alto q su risa. No lo escucha, creo q me estoy volviendo loco.

23:50 pm

Regla me dijo que podía empezar esta misma noche, asi que estoy en la escuela con una linterna aunque no sé por qué si el lugar tiene muchas lámparas.

Este lugar se ve muy diferente a como es de día, da escalofríos.

Reviso cada salón de clases, cada rincón, cada casillero de cada mesa. El ambiente ha estado tranquilo, nada sospechoso.

Me siento en la silla del buró y observo mi celular. La señal no es muy buena así que lo apago y juego con la linterna. El llanto del dichoso bebé se vuelve a escuchar junto con unas voces diciendo frases que apenas puedo entender.

- Juguemos... Juguemos... Raidel.... Raidel...

La lámpara comienza a palpitar emitiendo sonidos de electricidad. Siento el frío recorrer por mi espalda erizándome por completo. Las voces se escuchaban cada vez más fuertes provocando que saliera corriendo de allí.

Volteo hacia el salón y veo que está igual a como estaba antes, y me entraron miles de notificaciones en el teléfono. La conexión estaba perfecta.

Me siento en el banco del árbol y escucho algo proveniente de las matas. Rápidamente dirijo la linterna hacia allí y sólo era una cucaracha. Esta escuela me tiene nervioso.

Entré a la dirección y me fijo que tiene un sofá muy cómodo desde mi punto de vista. Me acomodo ahí y, poco a poco, mis ojos se van cerrando cayendo en un profundo sueño.

Me encuentro en... De echo, no sé en donde estoy, todo está oscuro. La suerte es que traigo mi linterna. Miro a mi alrededor y siento que mis pies se mojan; dirijo la mirada hacia abajo y había un lago de sangre bajo mis pies. Se escucha un estruendo provocado que diera un salto del susto y veo a una niña con el vestido negro con una capucha cubriendo su cara.

- Raidel... - levanta la cabeza, no tiene ojos y su boca está lastimada - eres mi nuevo compañero... Porfavor... Juguemos... ¡JUGUEMOS! - Al gritar saca un cuchillo con forma de crucifijo y corre hacia mí.

Y todo se puso negro...