Capítulo 126: que difícil es ser humano.
-Si bien era cierto que la deidad es un tanto impulsiva con respecto a su enojo cuando algo no le salía como quería, llevando consecuencias devastadoras, actualmente viviendo como el niño humano e inocente de todo mal que fue una vez, encontró una forma de aliviar parcialmente esa bestia interna, que gracias a un rechazo normal ha podido perder el control del juicio por un momento, ahora que ha vuelto a la normalidad después de redimirse tras la derrota, que bien fue bastante el tiempo que le ha tomado, tenia temor de que ahora, con un nuevo interés amoroso, esa misma bestia se descargue con todos gracias al estrés.-
Julian: debería de buscarlo, tal vez hablar con el pueda arreglar las cosas.
-Se dijo a sí mismo a pocos kilómetros de distancia.-
Julian: primero debo ver como está Charlie antes de ir con el.
-Se detuvo a la puerta y entró a la casa después de bajar del auto, y ser recibido por el pelirosa como es de costumbre, a buscar la mencionada tortuga, encontrandola dormida en su cama cómodamente, a lo que aliviado fue a la cocina.-
Julian: (tal vez le prepare algo, ha de tener hambre, lo encontraré con su cosmos si se tarda demasiado en avisarme, no me tomará mucho tiempo.)
-Pensó para ai mismo antes de que pudiese poner sus manos a la obra sin hacer mucho ruido para no despertar a la pequeña tortuga ya que era tierna viéndola dormir, una foto no estaba mal tampoco, mientras más pronto mejor, fue a su habitación para preparar dónde podría guardar la comida del menor, al salir se le vino la sensación de ir a su habitación aprovechando que dejaba la puerta abierta, era gracias a la sensación de curiosidad que le invadía pese a que su mente se cuestionaba si era bueno o no, aunque a medio camino se detuvo en seco.-
Julian: no, no, no y no, no voy a hacer eso ¡y no dejaré que estos impulsos locos decidan por mi!
-Se decía a si mismo gracias a que sus palpitantes venas comenzaron a fluir con calidez, clara señal que el peliazul prefiere evitar a toda costa una estupidez.-
Julian: aparte de que esta mal ir a su habitación sin permiso... Aunque de todas formas es mi casa... No! Ni creas que haré eso.
-Quería darse la vuelta y marcharse, pero no podía.-
Julian: mmn... Aunque así podría saber un poco más de él... ¡No que va! Es mejor saberlo de primera mano, no investigando ilegalmente como el... Lo hizo para ayudarme...
-Y sí, recordó el motivo por el cual han peleado un poco fuerte por ese mismo motivo, algo que le hizo dar un golpe en su propia mente.-
Julian: cierto que nos peleamos por eso... Tsk.. Hey, pero no muestra carácter reservado o distante.
-Llevó una mano a su mentón y cruzó su otro brazo debajo de su codo.-
Julian: bueno, no es que tampoco nos tratemos de odiar... Al menos yo no...
-Ae cuestionaba a sí mismo.-
Julian: ¡pero que idiota, debí haberle dicho eso primero en vez de decirle sobre el Bandera Negra!
-Mentalmente se golpeaba la cabeza, aunque abrió los ojos de golpes.-
Julian: hablando de eso...
-Con valor fue hacías las escaleras al tercer piso que es donde puso a la reliquia en esa zona segura para que nadie aparte de él pudiera ver completamente sin preocuparse de sus espaldas, cuidadosamente abrió el interior plegable de la reliquia y ver un rollo de papel en dónde notificaba que en pocos días llegaría un nuevo mensaje con la respuesta a la petición establecida con la Atlántica y demás, aunque le ha llamado la atención de que quisieran incluir parte del "mar de los monstruos" que anteriormente casi no se acordaba hasta entonces.-
-Eb silencio pensaba que si era de esa forma, entonces debería de lidiar primero con esas criaturas quienes por fin encontrarían un hogar a quienes pertenecer después de tanto tiempo, esperaba que Tifon no se enojara más de lo que ya estaba con el.-
Julian: será arriesgado, pero espero que en medio de ese día podamos hacerlo cumplir.
-Dijo para sí volviendo a dejar el rollo en su lugar y cerrar para bajar de nuevo, aunque una extraña sensación llegó a su espina dorsal, miró a sus alrededores tratando de encontrar esa extraña sensación, avanzaba por el lugar buscando con la mirada bajo la poca luz que dejaban los árboles.-
Julian: .....
-Un extraño ruido vino desde las afueras de la mansión, cosa que hizo tomar un poco de su cosmos para que el arma no fallase la bala que dispararía en ser caso necesario cuando se dirigía a la puerta, solo que el pelirosa le estaba acompañando.-
Sorrento: señor.
Julian: cuando de la señal quiero que intercedas por seguridad.
Sorrento: si señor.
-Lo bueno de saber que hasta su mas leal servidor sintió lo mismo le dejaba claro que bo estaba loco, algo pasaba, lentamente abrió la puerta hasta que a medio abrir escuchó el crackeo de unos huesos que le hizo helar la sangre unos segundos, abrió por completo la puerta mirando los alrededores en silencio, no muy lejos encontró una silueta algo extraña que venía arrastrándose por la carretera, en medio de aquella extrañeza e inquietud se iba saliendo sacando de su bolsillo una linterna para apuntar hacia la quejante silueta.-
Julian: ¿puedo ayudarla?
-Pero cuando iba más y más cerca pudo reconocer de quién era, por alguna razón tenía un muy mal presentimiento en su pecho.-
Yumiku: ¡oh, que milagro! Julian estas ahí.
-El pelirosa extrañado pot la situación no bajaría la guardia en todo caso.-
Julian: ¿que te paso?
-Preguntó acercándose a ella pero teniendo algo de distancia.-
Yumiku: unos tipos me interceptaron de camino a la carretera, me partieron las piernas.
-Comentó entre lágrimas mirando de reojo sus piernas completamente volteadas hacia arriba.-
Yumiku: y pensé que viniendo por acá sería mas seguro, pero me cansé de estar arrastrando estas piernas por la fría carretera.
-Le miró a los ojos.-
Yumiku: ¿me puede ayudar por favor?
-El peliazul tenía demasiadas dudas, aunque recordó su principal sospecha, asi que llamo con su mano a su leal seguidor para que le ayuda se a elevar a la mujer, cada uno sosteniendo la por un brazo, para disgusto interno de ella, despacio la llevaron a la sala donde la dejaron reposar en medio del dolor que estaba presentando.-
Julian: sentimos mucho sobre su situación señorita, laa cosas se están saliendo de control ahora mismo.
Yumiku: oh eso puedo imaginarlo, que horrible se siente saber que algo inexplicable está sucediendo en laa calles, tengo tanto miedo.
-Intentó aferrarse a uno de sus brazos pero el peliazul mantenía su distancia.-
Julian: dígame, ¿pudo ver las caras de sus atacantes?
Yumiku: a-algo así, uno de ellos llevaba máscara y el otro una especie se bolsa, intenté defenderme dejando que se llevaran mis cosas pero querían más y no sabía que, así que me escapé unos instantes pero me pillaron y rompieron las piernas para que no fuera lejos.
Julian: ¿y cómo los perdió de vista si la estaban siguiendo?
Yumiku: es que antes de que pudieran romperme las piernas les di una buena patada, y rn algún momento no he escuchado que me continuaran siguiendo, que suerte ¿no?
Julian: hmn...
-La verdad no le creía, ya que entendiendo las mentes de los criminales, no dejarían escapar a una potencial víctima, pero le siguió un poco el juego.-
Julian: es mucha suerte de que los posibles asesinos dejaran eacapar a su víctima.
Yumiku: y-yo creo que no me han visto como una o me perdonaron.
-El peliazul asintió lentamente.-
Julian: esperemos que pronto se recupere, señorita.
Yumiku: gracias.
Julian: por otra parte aprovechando que está, quisiera preguntarle algunas cosas al respecto.
Yumiku: por supuesto mi querido Julian.
Julian: primero que nada, ¿dónde estaba cuando la noche de los testigos estaban todos los sospechosos de haber cometido crímenes aparecieron delante de la estación policial?
Yumiku: estaba en mi casa, me percate de la noticia después de levantarme.
Julian: ¿no ha escuchado o visto algo distinto?
Yumiku: no, para nada.
Julian: bueno, siguiente, ¿como supo que sus secuestradores no querían matarla?
Yumiku: lo intuí, cuando estaba corriendo antes de que me partieran las piernas parecía que solamente querían jugar conmigo.
Julian: y no les vio por el camino cuando se separaron ¿cierto?
Yumiku: no, les he perdido de vista.
-Un silencio de parte del peliazul incomodaba un poco a la mujer quien estaba algo confusa de su actitud.-
Julian: bueno cambiando de tema, hace unas horas atrás, cuando viniste a visitarnos en la puerta de la estación, nos contaron que te fuiste cuando nosotros nos fuimos en auto y que fuiste detrás de la misma dirección qur nosotros.
-Eso caía como balde de agua fría, pero no era la única sorpresa que le diría.-
Julian: además, cuando volvimos se dio un ataque que terminó en un incendio inesperado que casi costó información valiosa de varios casos.
Yumiku: a-ah ¿hubo un incendio? Que horrible, debió ser muy fuerte.
Julian: lo fue pero no pasó a mayores, ahora a lo que dire, y espero me diga la verdad, es ¿por que últimamente ha estado llamándome más temprano si conoce mis horarios de trabajo?
Yumiku: eehh... Bueno... Es que yo....
-La mujer bajo la mirada un povo apenada, sus mejillas estaban algo sonrosadas, el mayor solamente le miraba serio.-
Yumiku: es que.... Siento algo...
Julian: ¿y eso es?
-Con ojos alumbrados, rostro sonrosado ella elevó la mirada con una sonrisa algo visible.-
Yumiku: siento que me gusta mucho, señor Julian.
-El solo calló.-
Yumiku: es un hombre honesto, dedicado, un ejemplo para mi de lo que esta bien. Desde que ha cuidado de mi, fue amor a primera vista.
-Despacio se le acercó.-
Yumiku: se que tal vez no sea burn momento, pero el tiempo que hemos pasado juntos lo atesoro muy bien.
-Comentó tomándole la mano.-
Yumiku: aunque sea un poco, por lo que se ha vivido, espero que acepte mis sentimientos.
-Pero él ya tenía a quien mirar.-
Yumiku: ¿puedes, aceptar mis sentimientos?
-El peliazul guardo silencio teniendo la mirada de la mujer, pero solo veía unaa cuencas vacías y un rostro poco brilloso, aparte de que veía la hora, casi eran mas de la medianoche, así que se separó de ella, incluso saltando le la mano para su gran sorpresa.-
Julian: siento mucho que doga esto, pero no puedo corresponder algo que no siento.
-Eso quebró a la mujer.-
Yumiku: ¿q-que?
Julian: no niego que fue agradable hablar contigo en esos días, sin embargo, no tr veo mas allá de una testigo que ha sido salvada por mera suerte.
-Se elevó de su lugar a buscar sus cosas de salir.-
Yumiku: llama un taxi para dar con el hospital.
Sorrento: si señor.
Yumiku: e-espera ¡¿me, me vas a dejar aaí como así?!
-Reclamo una shockeada mujer.-
Julian: no, te llevaré a una ambulancia y con ello directo al hospital.
-Decía cuando el pelirosa marcaba el número, casi de inmediato el Uber que pasaba cerca llegó a la puerta.-
Julian: siento lastimarla de esta manera, y es verdad, no es el momento para lidiar con esto.
-Comentó abriendo la puerta y luego mirar a la mujer que intentaba levantarse pero debido a sus piernas caía.-
Julian: además, ya estoy casi casado con alguien.
Yumiku: ¿Cómo que "casi casado"? Pensé que no tenias esposa.
Julian: si, no tengo esposa.
-Dijo un poco firme.-
Julian: es esposo.
-Ella quedó bastante sorprendida por esa declaración.-
Yumiku: tu...
Julian: puedo ayudarle a subir al auto.
Yumiku: ¡no! Yo... Y-yo puedo sola ¡no necesito ayuda!
-Dijo una dolida y casi llorosa mujer que se fue arrastrando al uber qur le esperaba pacientemente, no aceptó ayuda de nadie y solo subió dd mala gana y partió rumbo a au destino.-
Sorrento: a este paso llegará casi a las 2.
Julian: ella es la principal sospechosa.
-El pelirosa guardó silencio mientras que el peliazul iba a su auto.-
Julian: en todo caso, si no regreso en unas horas puedes venir a nuestra búsqueda.
Sorrento: si señor.
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